I
Llovía torrencialmente
en la estancia del mojón
como adorando el fogón
estaba toda la gente
dijo un viejo de repente
les voy a contar un cuento ahura que el agua y el viento
traen a la memoria mía
cosas que naides sabía
y que yo diré al momento
II
Tal vez tenga que luchar
con más de un inconveniente
pa´que resista la mente
el cuento sin lagrimiar
pero dios que supo dar
pacencia a mi corazón
tal vez venga en la ocación
a alumbrar con su reflejo
el alma de un gaucho viejo
que ya lo espera el cajón
III
No se asusten si mi cuento
les ricuerda en este día
algo que ya no podía
ocultar mi sentimiento
vuelquen todos un momento
la memoria en el pasáo
que allí verán retratáo
con tuitos sus pormenores
una tragedia de amores
que el silencio a sepultáo
IV
Hay cosas que ya no puedo
detallar como es debido
unas porque se han perdido
otras porque tengo miedo
pero ya que en el enredo
los metí pido atención
que si la imaginación
me ayuda en este momento
conocerán por mi cuento
la leyenda del mojón
V
Alcansenmé un amargo
pa´que suavice mi pecho
que voy a dentrar derecho
al asunto porque es largo
haré juerza sin embargo
pa´llegar hasta el final
y si atiende cada cual
con espíritu sereno
verán como un hombre gueno
llegó a hacerse criminal
VI
Sesenta años quien diría
que vivo aquí en estos pagos
sin conocer más halagos
que la gran tristeza mía
sesenta años no es un día
y eso ténganlo por cierto
más si mis dichas han muerto
auhra tengo la virtú
de ser pa´esta juventú
lo mesmo que un libro abierto
VII
Iban a golpiar las manos
por lo que el viejo decía
pero una lágrima fría
los detuvo a los paisanos
hay sentimientos humanos
dijo el viejo conmovido
que los años con su ruido
no borran de la memoria
y este cuento es una historia
que pa´mi no tiene olvido
VII
Allá en mis años de mozo
y perdonen la distancia
sucedió que en esta estancia
hubo un crimen misterioso
en un alazán precioso
llegó aquí un desconocido
mozo lindo muy cumplido
que al hablar con el patrón
quedó en la estancia de pión
siendo dispués muy querido
IX
Al poco tiempo nomás
el amor el amor lo picotió
y el mocito se casó
con la hija ´el capataz
todo marchaba al compás
de la dicha y el a mor
y pa´grandeza mayor
la vida mandó un cariño
un blanco y hermoso niño
más bonito que una flor
X
Y ansí pasaron los años
muy felices en su choza
ella alegre y guena moza
el, fuerte y sin desengaños
pero misterios extraños
llegaron,y la traición
deshizo del mocetón
sus más queridos anhelos
y el fantasma de los celos
se clavó en su corazón
XI
Aguantó el hombre callao
hasta dar con la evidencia
y un día fingió una ausencia
que jamás había pensáo
dijo que tenía un ganao
que llevar pa´la tablada
que era una buena bolada
pa´ganarse algunos pesos
y entre sonrisas y besos
se despidió de su amada
XII
A la una ´e la mañana
del otro día justamente
llegó el hombre de repente
convertido en fiera humana
de un golpe hechó la ventana
contra el suelo en mil pedazos
y avanzando a grandes pasos
ciego de rabia y dolor
vido que su único amor
discansaba en otros brazos
XIII
Como un sordo movimiento
enseguida se sintió
dispués,un cuerpo cayó
y otro cuerpo en el momento
ni un quejido ni un lamento
salió de la habitación
y pa´concluir su misión
cuando ya los vió dijuntos
los enterró a los dos juntos
donde hoy está ese mojón
XIV
En la estancia se sabía
que la ingrata lo engañaba
pero él a naides contaba
la disgracia en que vivía
por eso la polecía
no hizo caso mayormente
pues dijeron la inocente,
se jue con su gavilán
en cambio los dos están
discansando eternamente
XV
¡Ahijuna! gritó un paisano
si e cierto lo q´ habla el viejo
eso es un macho canejo
yo le besaría la mano
¡yo soy le gritó el anciano
venga hijo y besemé
porque fui yo el que maté
a tu madre disgraciada
porque en la cama abrazada
con otro hombre la encontré
XVI
Hizo bien tata querido
gritó el hijo sin encono
venga viejo lo perdono
por lo mucho que ha sufrido
pero ahura tata le pido
que no la maldiga más
que si jue mala y audaz
por mi perdónela padre
q´ una madre siempre es madre
dejelá que duerma en paz
XVII
Los dos hombres se abrazaron
como nunca lo habían hecho
juntando pecho con pecho
como dos niños lloraron
padre e hijo se besaron
pero con tal sentimiento
que el humano pensamiento
no puede pintar ahora
la escena conmovedora
de aquel trágico momento
XVIII
Los ojos de aquella gente
con el llanto se inundaron
todos mudos quedaron
bajo un silencio imponente
dijo el viejo nuevamente
allí están en el mojón
y poniendo el corazón
el anciano en lo que dijo
le pidió perdón al hijo
y el hijo le dio el perdón
JUAN P.LÓPEZ,
payador uruguayo