sábado, 2 de junio de 2012

TÚNELES DE 12000 AÑOS CONECTAN ESCOCIA Y TURQUÍA



Túnel subterráneo de 12000 años descubierto por el arqueólogo alemán Heinrich Kush. 


El arqueólogo alemán Heinrich Kush ha descubierto una red de túneles subterráneos de 12000 años que conectan Escocia y Turquía. Este descubrimiento podría revolucionar el campo de la arqueología y dar lugar a una revisión de la historia antigua. El hallazgo ha sido publicado en el libro"Los Secretos de la Puerta Subterránea hacia un Mundo Antiguo" escrito por Kush.


Tras el descubrimiento en 1994 de Gobekli Tepe que se remonta a 12 mil años y está destinado a reescribir la historia del Neolítico, igualmente misteriosa es la red de túneles subterráneos que conectan Escocia con Turquía.


Tras el descubrimiento en varias partes de Europa, como Austria y Alemania, los tramos de túneles excavados en la roca, presumiblemente, que datan del Neolítico, Kusch ha deducido que alrededor de 10.000 a. C. "pero se desconoce el porque de los túneles, o, al menos, para que crearon el túnel que unió Europa a Turquía." 





"La existencia de un túnel subterráneo excavado en la roca por debajo del nivel del mar, es innegable que hay varios tramos de túneles que datan, según los estudiosos, hasta el Neolítico. Los expertos consideran esta arquitectura del Neolítico como una forma de refugio para la población, ¿Pero sin conductos de aire? ¿Y para protegerse de qué?.



La medida de los túneles es de 70 cm., pero en algunos lugares son más amplios y tienen asientos, depósitos y habitaciones, ¿qué importancia debemos dar a las leyendas que hablan de los edificios bajo tierra y las personas que viven en las entrañas de la tierra? ¿Los hombres del Neolítico pudieron haber "imitado" a las criaturas que vieron entrar y salir de las cuevas o entradas ocultas?

La fecha exacta de construcción de los túneles y cual fue aquella civilización primitiva, además de las herramientas utilizadas hace doce mil años para excavar esta red de túneles, será averiguada y confirmada por geólogos.


FUENTE: SOTT

CUANDO LA TECNOLOGÍA NOS ENFERMA

No es una epidemia, pero los casos de tecnoestrés están en aumento. Mal de la era digital y de las conexiones omnipresentes, se manifiesta como ansiedad, nerviosismo, fatiga y hasta adicción. Cómo detectar el problema y evitar un uso abusivo de gadgets e Internet

Foto: Simón Chávez



A nadie sorprende ver a personas que están todo el día con el teléfono en la mano como si fuese una extensión de sus cuerpos. Hay quienes no apagan sus equipos ni siquiera en el cine o en las salas de internación médica, donde están expresamente prohibidos. También hay casos de personas que pasan largas horas frente a la computadora, sin poder dejar de chequear y actualizar las redes sociales.

Bien es cierto que el avance tecnológico facilita en muchos aspectos la vida de los usuarios, pero la relación persona-aparato puede volverse patológica.

Aunque no hay estudios científicos que den cuenta de la prevalencia del tecnoestrés en la sociedad, una investigación reciente de Intel en varios países del mundo detectó que el 40% de los usuarios permanece 24 horas, siete días a la semana, conectado a sus dispositivos, mientras que 8 de cada 10 duermen con su celular al lado. Los profesionales consultados por La Nacion consideran que, sin que sea una epidemia, una proporción significativa de la población puede estar aquejada por estos males de nuestros tiempos. De hecho coinciden en que las consultas por este tipo de casos están en aumento: "Me ha sucedido de estar atendiendo a un paciente al que le suena el celular; éste pide disculpas, pero responde a la llamada dándole prioridad por sobre el diálogo que está manteniendo conmigo acerca de su salud. Tras finalizar la conversación, el paciente apaga el celular, pero en cuestión de segundos, otro teléfono en uno de sus bolsillos empieza a sonar", ejemplifica el Dr. Daniel López Rosetti, que preside la comisión directiva de la Asociación Argentina de Medicina del Estrés (Sames), para describir el caso típico de un paciente tecnoadicto.
 
Consejo: no verificar el correo laboral durante los fines de semana. Foto: Corbis


El término tecnoestrés comenzó a oírse en los años 70, entendido como la sobrecarga de información que puede alterar a las personas. Durante la última década, y a medida que las tecnologías se fueron haciendo cada vez más masivas y de uso más cotidiano, este concepto comenzó a utilizarse con más frecuencia.

"De todos modos, aún no está clasificada como enfermedad dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSMV-IV), que contiene una clasificación y proporciona descripciones claras de las categorías, con el fin de que los clínicos y los investigadores de las ciencias de la salud puedan encuadrar, estudiar, intercambiar información y tratar los trastornos. Esto es así porque lleva muchos años modificar la clasificación de las patologías. En psiquiatría las últimas actualizaciones fueron hace unos 15 años. De todos modos es esperable que en el próximo DMS-V se incluya al tecnoestrés", especula el Dr. Juan Manuel Bulacio, psiquiatra y presidente de la Fundación Iccap, Instituto de Ciencias Cognitivas Aplicadas.
 
Síntoma: no poder despegarse de los equipos y las relaciones virtuales es un signo de que algo está andando mal. Foto: Corbis


Signos y síntomas

El tecnoestrés puede manifestarse de diversas maneras: tecnoansiedad, que es la tensión derivada por el uso extremo de las tecnologías y que se revela, por ejemplo, en la necesidad imperiosa de responder un mensaje de manera inmediata más allá del contexto y de que la respuesta no sea de carácter urgente. Es también un estado de nerviosismo que, precisamente, desencadena la falta de conexión.

Por otra parte está la tecnofilia, que puede plasmarse en un deseo desmedido por adquirir el último gadget lanzado al mercado.

Está también la tecnofatiga, que se caracteriza por un estado de cansancio mental y físico, agotamiento cognitivo, trastornos visuales, cefaleas y dolores musculares (principalmente tensión de cuello y espalda), derivado del uso excesivo de las tecnologías. Y a pesar de este agotamiento, la persona no consigue desconectarse.

Otro cuadro está dado por la tecnoadicción, que tiene que ver con la necesidad desmedida de usar la tecnología en cualquier momento y lugar, hasta tal punto que la vida real de la persona se ve alterada por la preponderancia de las relaciones virtuales.

 
Dr. Daniel López Rosetti, de la Asociación Argentina de Medicina del Estrés. Foto: Patricio Pidal / AFV


"La tecnoadicción, tal como cualquier otra adicción, es una enfermedad física y psicoemocional que tiene que ver con la dependencia de una cosa, en este caso la tecnología. Está representada por deseos que consumen los pensamientos y comportamientos, que es el síndrome de abstinencia del adicto, y éstos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la sensación o el efecto deseado o para comprometerse en la actividad deseada, que se encuentra en el mismo plano de otras adicciones como el alcoholismo o la drogadicción", sostiene López Rosetti.

Si bien no hay estudios científicos que indiquen qué tipo de persona es más susceptible a padecer tecnoestrés, los expertos explican que nadie está exento. Salvador M. Guinjoan, miembro de la carrera del investigador clínico del Conicet, profesor regular adjunto de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y psiquiatra de Fleni, dice que los mayores de 40 son muy propensas ya que no han crecido con estas tecnologías, por lo que les puede costar más hacer una correcta adaptación.

"Por otra parte, dado que las mujeres tienen en general una predisposición más social, y utilizan más el lenguaje, tienen una mejor adaptación a las nuevas tecnologías. Por este motivo, los hombres son quienes más posibilidades tienen de sufrir tecnoestrés, aunque a la hora de la consulta, las mujeres son las que más se acercan al consultorio", asegura.

Mirta Laham, doctora en psicología clínica del Instituto de Psicocardiología, comenta que las personas que tienen menos de 40 años también tienen probabilidades de padecer problemas con la tecnología: "Se trata de individuos que manejan computadoras con mucha facilidad y se comunican mayormente por las redes sociales hasta tal punto que sus relaciones interpersonales se vuelven más virtuales que reales, hecho que los hace susceptibles a caer en el uso abusivo y descontrolado".

Alarmas

De las patologías mencionadas, los entrevistados dicen que la mayoría de las consultas tiene que ver con la dificultad que manifiestan las personas para poder desconectarse de sus aparatos. "Definitivamente, si las relaciones interpersonales de un individuo se concretan principalmente a través de la tecnología estamos ante un indicio importante, ya que la mayor parte de las comunicaciones debe darse de manera directa", sostiene López Rosetti.

Según los expertos, los primeros síntomas de que algo anda mal son la pérdida de autoconfianza, problemas en el rendimiento laboral y conflictos en las relaciones interpersonales. A su vez, esto acelera el sistema simpático, y como explica Laham: "Ocasiona ansiedad, irritabilidad, problemas de memoria, concentración, depresión, frustración e ira, sensación de vulnerabilidad y hasta el síndrome de piernas inquietas. Así se va degradando la salud, propiciando el desarrollo de gastritis, úlceras, problemas dermatológicos, insomnio, hipertensión, hasta llegar al evento coronario", asegura.

 
Salvador M. Guinjoan, del Conicet, la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y de Fleni. Foto: Patricio Pidal / AFV


"Uno de los síntomas más fuertes es la ansiedad. De todos modos, la ansiedad dentro de la salud mental es un fenómeno muy general y poco específico, comparable con la fiebre", explica el profesional de Fleni, y agrega que según su experiencia, más del 50% de las consultas generales por patologías vinculadas con ansiedad tienen que ver por la imposibilidad de las personas a desconectarse de la tecnología.

Guinjoan dice que el usuario debe empezar a preocuparse por su vinculación con los dispositivos cuando, por ejemplo, la prioridad pasa por los mensajes que está recibiendo en el teléfono y no por el diálogo que está manteniendo con un par en ese momento. "Otra señal es cuando la misma persona empieza a preocuparse por no poder desconectarse y siente un vacío cuando se olvida el teléfono", explica este profesional, que ha decidido no tener celular.

"Las individuos deberían estar atentos a indicios como contar con computadoras hogareñas siempre encendidas o celulares que nunca se apagan por las dudas ", ejemplifica Laham.

Pedir ayuda

Los expertos afirman que el tratamiento para las personas con tecnoestrés depende de si la manifestación se da a través de adicción, ansiedad o depresión. Sea cual fuere, no hay una receta para todos los casos, sino que el tratamiento apropiado debe ser implementado dependiendo de las características propias de cada individuo.

En líneas generales, al tecnoansioso se lo puede tratar como si fuese un caso clásico de trastorno de ansiedad. En tanto, al tecnoadicto se lo atiende como un problema de adicción, se trabaja el día a día. "He tratado a varios pacientes con tecnoadicción. Por ejemplo, uno, de 19 años, fue traído al consultorio por sus padres ya que estaba largas horas frente la computadora y no podía apartarse de ella, hasta tal punto que se quedaba dormido sentado junto a la PC. Esta persona estaba teniendo problemas en las relaciones familiares y bajo rendimiento educativo, pero con un tratamiento psicoterapéutico pudo superar esta situación. Hoy es un adicto recuperado y, como tal, debe ser extremadamente prudente en el uso que hace de la tecnología", describe Bulacio.

El tecnoestrés ocasiona sintomatología en distintas partes del cuerpo. "El 60% de los episodios cardiovasculares está ligado a lo que pasa en la oficina. La persona con factores de riesgo, como tabaquismo, colesterol e hipertensión, comparte muchas características de personalidad con los que padecen tecnoestrés. Esas personas con tendencia a desarrollar algún problema cardíaco suelen tener un estado de mayor irritabilidad que el resto, son muy ansiosas y caen en arrebatos de ira y frustración", explica Laham.

 
Mirta Laham, doctora en psicología clínica del Instituto de Psicocardiología. Foto: Patricia Pidal / AFV


Las personas que creen estar padeciendo tecnoestrés en cualquiera de sus variantes deberían consultar a un médico clínico. "Si es un buen profesional, al escuchar al paciente podrá percibir que está ante un cuadro de depresión o ansiedad, y lo derivará al psicólogo o psiquiatra", observa Guinjoan, y recomienda a las personas tener en cuenta si padecen alteraciones en el sueño, el humor, el carácter o la concentración, entre otras, y si estas alteraciones se vinculan con el uso de los equipos tecnológicos.

El profesional de Fleni opina que los cardiólogos y gastroenterólogos reciben muchísimas consultas por síntomas como taquicardia, palpitaciones o úlcera, que en realidad tienen que ver con cuestiones psicológicas, por lo que realizan la derivación correspondiente. En tanto, López Rosetti aconseja iniciar siempre la consulta con el médico clínico: "Muchos especialistas ven a los pacientes desde la óptica de su especialidad, por eso lo mejor es ir al médico clínico, que observa al individuo en su integridad, para luego derivarlo al especialista que corresponda".

Consejos

Para aprender a surfear la tecnología sin necesidad de hundirse, López Rosetti recomienda: "Establecer los propios límites en forma consciente. Pensar qué herramientas le alcanzan a uno para su tarea y utilizar sólo esas. La eficiencia no debe enfermar".

Un buen comienzo puede ser desconectar los alertas de recepción de e-mails durante los fines de semana o apagar el teléfono por las noches, para no estar pendiente del equipo.

Ese sondeo de Intel también determinó que el 20% de los usuarios prefiere perder la cartera que el teléfono, mientras que 43% cree que su dispositivo refleja su personalidad. Asimismo, la mitad de las personas que usan smartphones asegura que su vida social sería insatisfactoria sin su equipo.

Aunque parezca obvio, no está de más recordar que el objetivo es, siempre, ser usuarios de la tecnología y no sus esclavos.

SOY TECNOADICTO
 
Foto: Ilustración: Simón Chávez


"Reconozco que soy un adicto a la tecnología", admite Valentín en diálogo con La Nacion. Este soltero de 31 años es propietario de un decena de dispositivos tecnológicos de último modelo, entre ellos, las notebooks MacBook Pro y MacBook Air que se compró casi en simultáneo. Recientemente le robaron su celular (un iPhone 4) y aprovechó la oportunidad para comprarse dos días más tarde el iPhone 4S, el último lanzamiento de Apple.

"Tengo más de 10.000 dólares invertidos en equipos. Me da placer probarlos, testearlos y ver cómo funcionan los nuevos productos. Por lo general, luego los vendo, así no tengo que desembolsar tanto dinero para comprarme el modelo que acaba de presentarse en el mercado", dice Valentín, que además tiene por rutina seguir por Internet los eventos de lanzamientos mundiales de equipos, leer varios blogs sobre tecnología y dejar comentarios en los artículos publicados.

En la casa de este joven hay equipos para todos los gustos. Actualmente tiene tres cámaras de fotos, muchísimos accesorios para estas cámaras y otros chiches, como teclados, ratones, auriculares inalámbricos y hasta un objetivo que compró por Internet en una fábrica de Bielorrusia que los produce artesanalmente.

"Me gusta que mi entorno me pida consejos a la hora de comprar un equipo. Mis amigos me dicen: Cuando vendas algo, acordate de mí", se ríe, aunque reconoce que este fanatismo por las últimas tecnologías le ha traído problemas en sus relaciones de pareja. "Mis novias me han dicho que soy freekie, y mi mamá también me cuestionaba esta actitud, hasta que se acostumbró."

DIXIT
  • "Las personas mayores de 40 son más propensas ya que no han crecido con estas tecnologías y entonces les cuesta más hacer una correcta adaptación a estas innovaciones".Salvador M. Guinjoan, del Conicet, la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y de Fleni

  • "Los menores de 40 años manejan computadoras con mucha facilidad y se comunican mayormente por las redes sociales, hasta tal punto que sus relaciones interpersonales pueden volverse más virtuales que reales, hecho que las hace susceptibles a caer en el uso abusivo y descontrolado". Mirta Laham, doctora en psicología clínica del Instituto de Psicocardiología

  • "Me ha sucedido de estar atendiendo a un paciente que le suena el celular. Este pide disculpas, pero responde la llamada dándole prioridad por sobre el diálogo que está manteniendo conmigo acerca de su salud". Dr. Daniel López Rosetti, de la Asociación Argentina de Medicina del Estrés

  • "He tratado a varios pacientes por tecnoadicción. Por ejemplo, uno, de 19 años, fue traído al consultorio por sus padres ya que estaba largas horas frente a la computadora y no podía apartarse de ella, hasta tal punto que se quedaba dormido sentado junto a la PC". Dr. Juan Manuel Bulacio, del Instituto de Ciencias Cognitivas Aplicadas
FUENTE: LANACIÓN

AHORA, LOS OCHO AÑOS SON LOS NUEVOS DOCE

La niñez se acorta y los chicos adoptan conductas propias de adolescentes; la tecnología, una de las claves de esta transformación
Paloma Gutiérrez, de 9 años, escucha música conectada a su computadora; los auriculares son un accesorio inseparable de muchos chicos. Foto: LA NACION / Fernando Gutiérrez



"Tengo dos hijos mayores, uno de 22 y una de 21, que no hacían ni la mitad de lo que hace hoy Lucas, a los 9: se preocupa por cómo se viste, por su peinado y por tener siempre perfume, que son cosas que elige él y que le encantan. Ahora los chicos de esta edad deciden a dónde salir, van al shopping o se reúnen a escuchar música". Para Marisa Giudice, madre de Lucas Pupilli, no hay dudas de que su hijo ya llegó a la adolescencia.

No es el único. Manuel tiene celular, perfil en Facebook y se viste -solo, por supuesto- como si tuviera 15 años. Pero tiene 9. Lola ya no juega con sus muñecas y se la pasa chateando con sus amigas. Está preocupada por la ropa que llevará en el décimo cumpleaños de Iara, su mejor amiga, y le pide a la mamá "ir de shopping".

Las vidas de los chicos ya no están gobernadas sólo por los códigos del juego. Aún son niños, pero su elección por la ropa, sus peinados, sus preferencias a la hora de escuchar música (a menudo encerrados en su cuarto), su manera de relacionarse con sus pares del sexo opuesto y hasta su desarrollo hormonal los codea con el mundo adolescente, donde los dibujitos y los juguetes quedan prematuramente atrás. Los 8 años, ahora, son los nuevos 12.

El doctor Mario Elmo, secretario del Comité Nacional de Pediatría Ambulatoria de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), lo observa como un fenómeno masivo, "donde los niños responden con una demanda reactiva a una propuesta de consumo, publicidad y marketing que genera una fuerte influencia en su entorno. Además, en muchos aspectos, el adulto observa al niño con capacidades superiores, como el manejo de la tecnología, algo que nunca antes había sucedido".

Chiara de Luca, de 7, disfruta de un día en la peluquería Prana. Foto: LA NACION / Ignacio Colo




Las manifestaciones conductuales típicas de los "niños adultos" son: cambios bruscos en el ánimo, irritabilidad, hipersensibilidad y bipolaridad entre introversión y extroversión; en términos generales, una personalidad que se muestra desintegrada e inestable, tal como sucede en la adolescencia. Sus gustos son específicos, manejan la tecnología a la perfección y la imagen personal pasa a ser muy importante.

La especialista en niñez y adolescencia Susana Mauer, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, asocia este tipo de situación a una marca de época. "Acortar distancias y minimizar diferencias es una marca actual. Casi sin solución de continuidad, los chicos van adoptando una pose que genera desajustes en sus comportamientos, desconcierto en los adultos y algunas batallas en el interior de las familias".

La psicóloga Cristina Castillo, supervisora de pareja y familia en el Centro de Asistencia Fernando Ulloa, advierte: "Muchas veces escucho cosas como «es muy maduro, tiene 10 años pero parece un adulto» o «ella es muy compañera mía», que los ubican en un lugar de gente mayor. Los chicos hoy cuestionan y responden como grandes. Por ejemplo, te dicen «yo no me baño para cuidar el medio ambiente». Estas respuestas descolocan".


EL PAPEL DE LOS PADRES

El doctor Elmo también destaca que este tipo de conductas muchas veces son inspiradas por los padres. "Existe un doble discurso. Se alerta, pero en forma sistemática lo promueve. La familia permite y muchas veces estimula. Pero la familia por sí misma no es responsable porque forma parte de un fenómeno social que la supera". Mauer coincide en la necesidad de no responsabilizar a los padres de esta situación: "Estos cambios no son sólo efecto de progenitores negligentes. Esta es una lectura bastante naturalizada en la actualidad que no alcanza a dar cuenta de la complejidad del fenómeno cultural que atraviesa Occidente".

La directora de la Escuela para Padres, Eva Rotemberg, destaca que parte de esta adultización de la niñez tiene que ver con los tiempos de unos y otros. "Los adultos viven a un ritmo acelerado. La temporalidad es una marca muy importante porque el niño necesita de una temporalidad más lenta para el armado de su mente y sus emociones. La temporalidad del adulto no sólo respeta a la del niño, sino que contagia esa aceleración".

Para dimensionar este fenómeno basta comprobar los regalos que los chicos piden para cada Navidad o Día del Niño. Hasta hace dos décadas, todavía un chico de 8 años deseaba un juguete, y si era una niña, se inclinaba por alguna muñeca. Hoy no. Diversos estudios señalan que con el avance de la tecnología, la edad para abandonar los juguetes se acortó tres años. A los siete, los chicos piden una computadora, un iPod o una PlayStation. Incluso sus juegos favoritos, en Facebook o en consolas de juego, son similares a los muchos adolescentes o adultos, como el PES 2012, de fútbol. De hecho, varios padres regalan a sus hijos tecnología -móviles, tabletas- de segundas marcas para que los niños no "arruinen" los suyos.

Pero este salto de etapas no es gratuito y puede tener costos futuros. "Es importante que los padres estimulen la autosuficiencia, pero en una ámbito donde no se dañe el proceso normal ni se quemen etapas. Porque hay vacíos y ausencias que pueden generar conflictos", concluye Elmo.

ETAPAS QUE YA NO DEFINEN MUCHO

INFANCIA
Pequeños gigantes

Lo niños de hasta 11 años no son iguales a los de décadas pasadas. La evolución en el lenguaje y las actividades confunde muchas veces a niños de 9 años con adolescentes por su forma de desenvolverse. Un dato es que muchos comienzan el primer grado con la capacidad de lectoescritura desarrollada a niveles de un niño de 2° grado de hace dos décadas, según estudios.



ADOLESCENCIA
Más temprano

La adolescencia parecería haber comenzado a manifestarse al menos en los aspectos del carácter y la personalidad antes que tiempo atrás. A los 11 años, un niño de clase media que habita una zona urbana, según los especialistas, tiene actitudes de un adolescente de entre 13 y 14 años de la década del setenta. La madurez física también se ha adelantado.



JUVENTUD
Un ciclo alargado

La adolescencia que técnicamente abarcaba entre los 13 y los 20 años hoy parecería haberse extendido. La juventud, un período que hoy se estipula hasta los 40 años, tiene rasgos adolescentes como el personaje del actor Daniel Hendler, en Graduados, con una personalidad fatigada y sin metas definidas. Hoy este tipo de comportamiento llega hasta los 30 años o aún más.



ADULTEZ
Reloj que atrasa

Hace algunas décadas una persona de 50 años empezaba a presentir la inexorable llegada de la tercera edad. Sin embargo, actualmente quienes tienen 50 años podrían compararse con los de cuarenta de antes como las transmutaciones de Marcelo Tinelli. Incluso quienes ya cruzaron la barrera de los 60 realizan actividades reservadas décadas atrás a los jóvenes o incluso adolescentes.

FUENTE: LANACIÓN

TE ACORDARÁS DEL SÁBADO

Para la tradición pagana, los días de la semana coinciden con el significado astrológico de los planetas: Lunes La Luna, Martes el planeta Marte, Miércoles Mercurio, Jueves Júpiter y Viernes Venus. Después el Sábado Saturno y el Domingo es el día del dios Sol= Satanás.

En la antigua Roma el Domingo era llamado "Dies Solis" (día del Sol)
Es revelador también que en inglés el domingo es "Sunday", el día del Sol.

El domingo proviene del latín y significa: Dies Dominicus (día del Señor). Pero ¿Quién es el Señor? Para la cultura pagana ancestral el Señor o Amo es Baal y tiene aspecto de becerro o toro joven con cuernos. Baal era hijo del dios "El", representado por un toro con o sin alas. Por ejemplo, Baal más Zebub forman Belcebú.

Esta es una representación del dios demonio Baal, Alias "El Señor", con cuernos en la cabeza, también dios Sol. El señorito del domingo.

Por eso cuando nos referimos al Dios Padre Creador tenemos que citarlo por su nombre: Yahweh, porque la Escritura manda que santifiquemos su nombre, ya que Señores y Baales hay muchos. Además el nombre del Todopoderoso, Yahweh, tiene mucho poder que ayuda a quien lo invoca.

Pero a las religiones organizadas del S.I.A. (el Sistema Iglesiero Apóstata) no les interesa que usted sepa esto y constantemente traducen Yahweh por Señor; no ponen Baal porque si nó ya sería muy descarado el cambalache.


Sacrificios humanos a Baal "El Señor"

A principios del siglo IV el Emperador Constantino ordenó un decreto que hacía del domingo, el día del dios Sol, un día de fiesta pública en todo el Imperio Romano, para conciliar los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en pugna.

El engaño es que el Catolicismo Romano siempre ha querido presentar el domingo o día del dios Sol o día de Satanás como si fuera el día santo del Dios Padre Yahweh, cuando resulta que el día santificado por Yahweh en la Sagradas Escrituras es el séptimo día de la semana, el Sábado.

Argumenta la Iglesia Católica que como Jesús resucitó en domingo, pues que entonces hay que guardar el domingo. Pero es un absurdo y contravenir la Palabra de Dios, porque el mandato divino se refiere sólo al sábado.

También en Hechos cap 20 vers 7 se dice que los discípulos se habían reunido en el primer día de la semana para partir el pan. Pero eso no quiere decir nada en particular; tenían que marcharse al día siguiente y se reunieron ese día como se podían haber reunido cualquier otro día de la semana. El versículo no dice que no haya de guardarse el sábado ni tampoco dice que se tenga que guardar el domingo.

"Y reposó Yahweh el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Yahweh al día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho". 
Génesis cap 2 vers 2 y 3.

Después, en el pasaje de los 10 Mandamientos de Exodo cap 20, el 4º mandamiento es:
"Acuérdate del día de reposo" (sábado)

El texto explica que hay que acordarse del sábado para santificarlo, honrando a Yahweh, y no hacer en ese día las obras o trabajos que se suelen hacer durante el resto de la semana. Es el mandamiento más largo y explicado, ya que le dedica 4 versículos seguidos.

De modo que el día sagrado para el Catolicismo Romano no es el mismo que para el Creador.
Para los musulmanes el día sagrado es el día 6º, viernes; pero esto tampoco es bíblico.

En la Biblia no se dice expresamente que los 10 Mandamientos sean solamente para el pueblo hebreo ni tampoco se prohíbe expresamente a los demás pueblos que guarden los mandamientos. Precisamente cuando Moisés recibió las tablas de la Ley de Dios, en el Monte Sinaí, también había muchos egipcios que acompañaban al pueblo hebreo.

Dijo Jesús que "el sábado fué hecho por causa del hombre", es decir, para el hombre, no para el israelita. Marcos cap 2 vers 27.

Y el apóstol Pablo predica a los gentiles:
"Ya no hay judío ni griego... porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros (los gentiles) sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa" Gálatas cap 3 vers 28 y 29.

Jesús y sus discípulos nunca ordenaron expresamente a los seguidores cristianos que no guardasen el sábado. Y si no hay una contraorden expresa sigue vigente la orden anterior.

Jesucristo podía quebrantar el sábado porque era el Señor del sábado, pero nosotros no somos Jesucristo ni los señores del sábado. Yahweh es el creador que manda, y nosotros las criaturas que obedecemos esos mandatos.

En el largo peregrinaje del pueblo israelita a través del desierto, los viernes se recogía el doble de maná para cubrir también el sábado. Pero todavía no habían sido dadas las tablas de piedra con los 10 mandamientos. Exodo 16:4 y 5.

Según los que defienden que no hay que guardar el sábado, el Arca de la Alianza, que contiene principalmente las Tablas de piedra con los 10 Mandamientos de Dios, contendría leyes divinas caducadas, y el Arca ya no tendría el mismo poder ni la misma validez.

"Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer la guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". Apocalipsis cap 12 vers 17.

La mujer representa a Israel, y su descendencia son los cristianos.
Como se puede ver en ese pasaje del Nuevo Testamento, los santos dan testimonio de Jesucristo y también guardan los 10 Mandamientos de Dios, las dos cosas. El 4º mandamiento es guardar el sábado. Esto mismo se dice en otros pasajes del Nuevo Testamento y también del Viejo Testamento:

"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" Isaías cap 8 vers 20.

La ley se refiere a los 10 Mandamientos y el testimonio se refiere al testimonio de Jesucristo. Vemos que ambos, Viejo Testamento y Nuevo Testamento dicen exactamente lo mismo. No hay derogación ni abolición; por eso dijo Jesús que no vino a abolir sino a cumplir.

Los 10 Mandamientos siguen vigentes. No pueden estar 9 mandamientos vigentes y uno caducado y sin validez. Dios no puede dictar una ley para desmentirla después. Es más, incluso se guardará el sábado durante el Reinado Milenial de Cristo en la Tierra. El mismo Milenio de Cristo es el milenio sabático o séptimo:

"Y de mes en mes, y de día de reposo en dia de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Yahweh". Isaías cap 66 vers 23. 

La profetisa vidente Ellen White (1827-1915), co-fundadora en 1863 de la Iglesia de los Adventistas del 7º día, predijo que en las tribulaciones de los últimos tiempos el Catolicismo Romano obligaría a respetar el día del dios Sol, domingo, como día sagrado, y que se perseguiría por ley a los guardadores del sábado bíblico.

FUENTE: EXPEDIENTEXFILES

EXPERIMENTO PARECE MOSTRAR QUE LA CONCIENCIA AFECTA LA MATERIA, EL OBSERVADOR AFECTA AL OBSERVADO



Nuevo experimento realizado por el Dr. Dean Radin sugiere que no existe una realidad independiente de su observación; aparentemente la conciencia actúa sobre las partículas subatómicas, modificando sus estados cuánticos


En el centro del misterio que representa la física cuántica esta la posible interferencia del acto de observar en los resultados de un experimento, como si de alguna forma la conciencia estuviera influyendo en un fenómeno que en apariencia debiera ser independiente, o hasta pudiera estarse creando ese fenómeno con el mero acto de observar. Ocurre que al hacer una medición de un sistema de partículas subatómicas la función de onda varía instantáneamente, y no sólo en la región de la medida sino en cualquier otra por muy distante que esté.

Existe enorme polémica entre los físicos sobre esta teoría de la participación de la conciencia en un fenómeno material; mientras que aquellos más ajustados al paradigma clásico rechazan dicha influencia, una corriente identificada dentro de la Interpretación de Copenhague considera plausible que el colapso de la función de onda de un electrón esté determinado por la acción de una conciencia.

Recordamos a Dean Radin por su participación en el Global Consciousness Project de la Universidad de Princeton, el cual justamente mide, con enorme elegancia, la capacidad de la conciencia colectiva de modficar un aparato de medición y por lo tanto de manifestarse materialmente, así como por su trabajo estudiando la telepatía. Este maverick de las fronteras de la ciencia ha realizado un nuevo experimento en conjunto con una serie de científicos del Noetics Institute, publicado en Physics Essays, el cual sugiere que la conciencia afecta la medición de un fenómeno.

Se realizó un experimento de doble rendija (o experimento de Young, famoso por haber revelado la dualidad onda corpúsculo de la luz). “Se predijo que la proporción del patrón de interferencia de la energía espectral de la doble rendija en relación a la energía espectral de una sola rendija disminuiría cuando se enfocaba la atención a la doble rendija en comparación a cuando no se dirigía la atención”. El experimento constó de 250 sesiones con 137 personas que enfocaron su atención a las rendijas por las que atravesaban fotones. Se diferenciaron intervalos de tiempo en los que se dirigió esta atención y en los que no se dirigió atención. Radin dice que, mientras que se erradicaron todo tipo de variables que podrían influir en el experimento, factores asociados a la conciencia, como experiencia meditando, apertura emocional y otros factores psicológicos “correlacionaron significativamente con las perturbaciones del patrón de interferencia de la doble rendija”. Eso parece ser “consistente con la interpretación relacionada a la conciencia en el problema de medición cuántica”.

El experimento puede ser consultado a fondo aquí. Todo parece haberse hecho conforme al más estricto método científico. Las implicaciones son inmensas, aunque nuna saldrá en el noticiario de la noche. Dice Radin en la introducción a su experimento:

La medición cuántica es un problema ya que viola la doctrina comúnmente aceptada del realismo, que asume que el mundo en general es independiente de la observación. El conflicto entre el realismo ingenuo y lo que implica el problema de medición cuántica obligó a muchos de los pioneros de la teoría cuántica a considerar el significado de observación y medición. Algunos como Pauli, Jordan y Wigner creyeron que algún aspecto de la conciencia –refiriéndose a capacidades mentales como la atención, la alerta y la intención– eran indispensables para entender la medición cuántica. Jordan escribió: “Las observaciones no sólo perturban lo medido, lo producen… Provocamos que el electrón asuma cierta posición definida. Nosotros mismos producimos el resultado de la medición”.

Esto evidentemente es algo que la ciencia instintivamente rehuye, puesto que pone en entredicho sus fundamentos: refuta la existencia de una realidad objetiva. Y aunque por años se ha querido desestimar este fenómeno como algo que sólo ocurre en el mundo fantasmagórico de las partículas subatomícas, y que no tiene ningún significado en nuestro mundo marcoscópico (una especie de insignificante aberración que algún debiera ser rectificada), lo cierto es que lo que implica es consustancial a toda la existencia del universo e inescapable para cualquier formulación filosófica. ¿Como separar de nuestro sentido existencial el hecho de que todo aquello de lo que estamos compuestos, en su constituyente básico, se ve modificado por el acto de ser observado? ¿Cómo no entender entonces, como lo hiciera Robert Anton Wilson, que cualquier teoría, creencia, modelo o sistema que erigamos no es más que un producto de nuestra observación y no un reflejo de la realidad? “Cada descripción del universo es una descripción del instrumento que utilizamos para describir el universo (la mente humana)”, escribió el autor de Psicología Cuántica.

Dean Radin, junto con científicos como David Bohm o Rupert Sheldrake, manifiesta una gran valentía al investigar estos temas anatemas. ”La noción de que la conciencia puede estar relacionada a la formación de la realidad física ha sido asociado más con la magia medieval y las ideas New-Age que con la ciencia sobria. Como resultado, es más seguro para la carrera de un científico evitar relacionarse con temas tan dudosos y subsecuentemente los experimentos que examinan estas ideas son difíciles de encontrar en la física. De hecho el tabú es tan grande que hasta hace poco se había extendido a todo examen sobre los fundamentos de la teoría cuántica. Por más de 50 años estos experimentos se han considerado inapropiados para un investigador serio”.

Tiene cierta lógica, la espectralidad de la realidad pone en riesgo el poder casi divino que ha cobrado la ciencia en nuestra sociedad. Un poder que se ha incrementando en la medida que la magia y el arte han cedido su propio poder. La ciencia se considera el único método legítimo para acercarse al conocimiento –una reputación basada ciertamente en su capacidad de generar tecnología y manipular la naturaleza. Pero si acaso la ciencia no ha de ser cínica y rastrera entonces debería investigar, bajos sus principios, la naturaleza de la realidad sin imbuirle sus propias creencias. Ocurre justamente como en el fenómeno del colapso de onda, que al medir un fenómeno la ciencia proyecta la naturaleza de su conciencia en ese fenómeno: la realidad se convierte en una imagen de su modelo de realidad. Este es su gran poder, aunque de paso podría estar confirmando que el observador afecta lo observado. Una posible explicación, también, de por qué experimentamos más o menos la misma realidad colectivamente: un paradigma de pensamiento dominante se encumbra sobre el mundo proyectando su visión de la realidad: y eso es lo que vemos, puesto que así medimos.

Twitter del autor: @alepholo
FUENTE: PIJAMASURF