domingo, 10 de junio de 2012

6 CONSEJOS PARA MINIMIZAR LA RADIACIÓN DE LOS TELÉFONOS MÓVILES

(CNN) – Científicos de la Organización Mundial de la Salud incluyen el uso de los teléfonos móviles en la misma categoría de "riesgo carcinógeno" que el plomo, el humo de los motores y el cloroformo.

No se han hecho estudios de largo plazo como para concluir que los celulares son seguros, pero hay suficientes datos para convencer a la OMS de una posible vinculación.

Los móviles utilizan radiación no-ionizante, que no daña el ADN de la misma forma que la radiación ionizante. La de los celulares es más parecida a microondas de baja potencia, pero a nadie le hace gracia la idea de poner la cabeza junto a un microondas de baja potencia.

Si la inclusión del móvil en la lista de posibles factores "carcinógenos para los humanos" te alarma, estos son algunos consejos para limitar la exposición: 

Utiliza auriculares de cable

No es casual que la mayoría de los móviles vengan con unos auriculares de cable.

Este tipo de auriculares automáticamente reducen la exposición a radiación porque el aparato se mantiene alejado del cuerpo. Cada centímetro de distancia reduce la cantidad de radiación absorbida por el cuerpo. 

El auricular o audífono transmite algo de radiación a través del cable, pero de muy bajo nivel, y si esto te preocupa puedes comprar por muy poco dinero un filtro o módulo de ferrita que se conecta al cable y absorbe cualquier radiación que pase por el cable.

Usa el altavoz 

Aunque pueda resultar algo incómodo de usar en espacios públicos, los expertos dicen que es muy útil porque mantiene el teléfono lejos del cerebro. De nuevo, cada centímetro de distancia reduce la cantidad de radiación.

No uses el Bluetooth todo el tiempo 

Los audífonos inalámbricos Bluetooth te exponen a cierta cantidad de radiación, aunque mucho menor a la del propio teléfono.

El problema es que mucha gente los lleva puestos todo el tiempo y tampoco eso es bueno.

Si usas un dispositivo Bluetooth, cámbialo de una oreja a otra para limitar la exposición en cada una. Y quítatelo cuando no estés usando el teléfono. 

Evita los puntos de alta radiación

Los celulares no siempre emiten la misma cantidad de radiación. Por ejemplo, el nivel es mucho mayor cuando se conectan a las torres celulares.

Un teléfono en movimiento (por ejemplo cuando hablas en el coche) se está conectando continuamente a diferentes torres conforme cambia la señal lo que eleva al máximo la potencia del teléfono al intentar conectarse a una nueva antena. Si la señal es débil, eso también puede aumentar la radiación ya que el teléfono tiene que "esforzarse" más. Por tanto, evita usar el celular en ascensores, edificios y zonas rurales. Las investigaciones muestran que los teléfonos emiten más radiación cuando transmiten que cuando reciben. 

Lee la letra pequeña 

La mayoría de nosotros ignora los manuales que acompañan a los aparatos electrónicos. La mayoría de los manuales de seguridad de los celulares indican a los consumidores que no mantengan el celular cerca de su cabeza, ni siquiera en el bolsillo.

Si lo tienes cerca del cuerpo, los fabricantes dicen que no pueden garantizar que el nivel de radiación que absorbes sea seguro. 

No hables, manda textos

Si no quieres tener el teléfono pegado a tu cara todo el tiempo, envía mensajes de texto o utiliza el correo electrónico u otros servicios de mensajería que vienen con los teléfonos inteligentes.

Y como regla general, los expertos de tecnología de CNN dicen que cuanto más inteligente es el teléfono, mayor es el nivel de radiación. 

(Con información de John Sutter)

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN FEMA


MAPA QUE MUESTRA LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN A LO LARGO DE TODO EL TERRITORIO ESTADOUNIDENSE:






ME DOY PERMISO PARA (REFLEXIÓN)



Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, presiones o violencia,
de las que me ignoran, me niegan un beso, un abrazo...


No acepto ni la brusquedad ni mucho menos la violencia aunque vengan de mis padres o de mi marido, o mujer.
Ni de mis hijos, ni de mi jefe, ni de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.


Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás. Merezco también consideración y respeto.


Me doy permiso para no obligarme a ser “el alma de la fiesta”, el que pone
el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor
humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.


No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso.
Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Mi presencia ya es suficiente: no he de agotarme haciendo más.


Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.


Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas


Me doy permiso para dejar que se desvanezcan los miedos que me infundieron mis padres y las personas que me educaron. El mundo no es sólo
hostilidad, engaño o agresión: hay también mucha belleza y alegría inexplorada.


Decido abandonar los miedos conocidos y me arriesgo a explorar las aventuras por conocer.
Más vale lo bueno que ya he ido conociendo y lo mejor que aún está por conocer. Voy a explorar sin angustia.


Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente.
No soy perfecto, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando que me amoldara a los esquemas ajenos, intentando obligarme a ser
perfecto: un hombre sin fisuras, rígidamente irreprochable. Es decir: inhumano.


Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcto como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites y barreras a algunas personas sin sentirme
culpable.


No he nacido para ser la víctima de nadie.


Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.


Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.


Me afirmo como una persona no adicta a la angustia.


Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio No espero a que vengan esas consideraciones desde el exterior.


Y no espero encerrado o recluido ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.


Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia, la vida es una experiencia de abundancia.


Empiezo por reconocer mis valores, Y el resto vendrá solo. No espero de fuera.


Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida: no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.


Decido no intentar absorber el exceso de información. Me permito no querer saberlo todo. Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo.


Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente pueden asimilar con un ritmo tranquilo.


Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy. Con lo que soy es más que suficiente. Y aún sobra.


Me doy permiso para ser inmune a los elogios o alabanzas desmesurados: las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras. Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio.


Prefiero las relaciones menos densas.


Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. No entro en su juego.


Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico.


No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que
me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.


Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Es
sencillo y liberador acostumbrarse a decir “no”.


Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico. No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.


Elijo lo que me da salud y vitalidad.


Me hago más fuerte y más sereno cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de
despreciar las elecciones de otros.


No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.


Me permito estar tal como me sienta bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo “normal” y lo “anormal” en mis estados emocionales lo establezco yo.


JOAQUÍN ARGENTE

ADRIAN SALBUCHI ANALIZA REUNIÓN DE BILDERBERG 2012: "EL PODER ESTÁ PRIVATIZADO"

El analista Adrian Salbuchi explica la importancia del Grupo Bilderberg en la arena política internacional y detalles sobre su reciente reunión en Chantilly, Virginia (EE.UU.), donde asistieron cerca de 130 poderosos influyentes, entre banqueros, industrialistas, dueños de grandes medios de comunicación y funcionarios de gobierno de todo el planeta.



LA LEY DE LA DIFERENCIA




El Comandante de las SS del Campo de Concentración de Mauthausen, Franz Zireis, realiza una inspección en el Campo de Exterminio. Este campo tenía una cantera de granito en la que eran utilizados miles de prisioneros, en condiciones infrahumanas.

Confortable Chalet para uso del Comandante de las SS del Campo de Concentración Nazi

Durante el régimen del terror nazi, aparecen unos nuevos y extraños Señores Caballeros, que sirven a la Orden Negra de las SS. Vestidos de negro y luciendo siniestras calaveras, los miembros de la retornada Nobleza Negra, se comportan a la más antigua usanza feudal .

Los Jefes nazis de la Orden ocultista de las SS, se instalan a gusto en los ostentosos Chalets de lujo que se hallan al otro lado de los alambres de espinos que cruzan los Campos de la Muerte. No se privan de ningún lujo, sino que por el contrario, exhiben ritualmente y a conciencia toda pompa y glamour.

Los oficiales tétricos del Holocausto, habían asimilado bien las palabras del ingeniero jefe del Horror, Adolf Hitler:

"No se trata de suprimir las desigualdades entre los hombres, sino de acrecentarlas, y como en todas las grandes culturas, hacer de ello una ley, creando barreras infranqueables".

Desafortunadamente, el mundo camina, de nuevo, en la actualidad, por la retorcida senda de un extraño Nuevo Orden Ocultista Mundial. Otro régimen más, demoníaco, de los muchos que ha habido durante toda la Historia, solo que el que viene lo hará a una escala global como culminación de un negro ciclo de extravío de la humanidad, de los últimos 5 mil años.

La manipulación económica mundial, a golpe de crisis globales programadas, está tejiendo una red social en la que poco a poco, y sin darnos cuenta, se están diluyendo todo tipo de clases sociales intermedias, de manera que cada vez se marcan más las 2 únicas clases que quedarán al final: los dueños y los esclavos.

Y de nuevo, se nos instruirá, una vez más, ésta vez la última, como traca final, para adaptarnos a un sistema social perverso basado puramente en la Diferencia, y presentado oficialmente, una vez más, como si fuera el orden más lógico y natural del mundo.

¿No era supuestamente "La Igualdad" el segundo valor de la Revolución Francesa y de la Francmasonería: "Libertad, Igualdad y Fraternidad"? Estupideces y palabrería demagógica de la Estafa masónica universal..

Ya vemos que el verdadero valor de los masones illuminati que dirigen el mundo actual desde sus gobiernos, es, como siempre, y más que nunca, el fomento de la Desigualdad, al igual que hicieron los nazis y las antiguas monarquías absolutas de Europa, o de tiempos pretéritos. Esa era precisamente la fuerza de las clases dominantes.