sábado, 26 de enero de 2013

HORARIOS DEL ORGANISMO


Nuestro maravilloso y complejo cuerpo humano, además de ser una obra maestra en cuanto a su diseño, funcionalidad y estética, es capaz, por cuenta propia, de desintoxicarse y, para ello tiene horarios específicos.

Entre 9 y 11 p.m. elimina químicos innecesarios y tóxicos mediante el sistema linfático del organismo. En ese lapso de tiempo es recomendable encontrar un estado de quietud o relajación, pero ocurre que a esas horas las amas de casa se dedican a revisar que todo esté listo para la actividad del día siguiente, lo que les genera inquietud y preocupación, causando un efecto negativo en su salud debido al estrés.

Entre las 11 p.m. y la 1 a.m. el cuerpo realiza el proceso de desintoxicación del hígado, lo que debe ser procesado en un estado de sueño profundo.

Entre la 1 y 3 a.m. el cuerpo desintoxica la vesícula biliar, lo que es deseable que también suceda en un estado de sueño profundo.

Entre las 3 y 5 a.m. se produce la desintoxicación de los pulmones. Es por ello, que en ocasiones, en este horario se producen accesos severos de tos. Cuando el proceso de desintoxicación ha alcanzado el tracto respiratorio, es mejor no tomar medicamentos para la tos ya que interfieren en el proceso de eliminación de toxinas.

Entre 5 y 7 a.m. desintoxicación del colon, siendo el horario ideal de ir al baño a vaciar el intestino.
Durante la mañana, de 7 a 9, se produce la absorción de nutrientes en el intestino delgado. Es el tiempo ideal para tomar el desayuno. Si la persona está enferma, el desayuno debe tomarse más temprano (antes de las 6:30). Para aquellos que desean mantenerse en forma, el desayuno antes de las 7:30 es muy recomendable por sus beneficios. Una buena recomendación para quienes no desayunan es tratar de cambiar de hábito, siendo lo menos dañino hacerlo entre 9 y 10 a.m. en lugar de no hacerlo. No desayunar es un mal hábito que mata las neuronas, puesto que quien no desayuna tiene bajo nivel de azúcar en la sangre, lo que le genera insuficiente suministro de nutrientes al cerebro causando su degeneración paulatina.

En este sentido, vale la pena también señalar que nuestro organismo tiene un horario energético corporal, por lo que en la legendaria China se saben las horas específicas de cada órgano o sistema energético. Según los chinos, la utilidad práctica de saber las horas de cada órgano permite prevenir y controlar mejor el organismo. Por ejemplo, la hora del estómago es la hora del desayuno o primera comida que sirve para dar impulso en la realización de las ocupaciones o tareas diarias. Las de los pulmones entre 3 y 5 a.m. Las del intestino grueso entre 5 y 7 a.m. Las del estómago entre 7 y 9 a.m. Las del bazo páncreas entre 9 y 11 a.m. Las del corazón entre 11 a.m. y 1 p.m. Las del intestino delgado entre 1 y 3 p.m. Las de la vejiga entre 3 y 5 p.m. Las del riñón entre 5 y 7 p.m. Las de la circulación sexualidad entre 7 y 9 p.m. Las de la vesícula biliar entre 11 p.m. y 1 a.m. y las del hígado entre 1 y 3 a.m.
Estos ciclos se basan en funciones corporales ya que hay una energía específica que recorre el cuerpo y se distribuye en forma horaria. Dicha energía comienza recorriendo el meridiano del pulmón, pues la vida se manifiesta con el primer grito del recién nacido, después sigue el meridiano del intestino grueso y así se van presentando las funciones de los órganos y sus relaciones psicológicas.

Muchas de las funciones vitales del organismo son dirigidas por sistemas muy complejos, donde células y otras sustancias "obedecen" y "siguen el ritmo" de un mecanismo preciso y constante. Es lo que se conoce como el reloj biológico humano, el cual, si llega a fallar, puede ocasionar trastornos de comportamiento: sueño, depresión, pérdida de la memoria y cansancio, entre otros. El reloj biológico es un sistema capaz de generar un orden temporal en las actividades del organismo, oscila con un período regular y utiliza las oscilaciones como referencia temporal interna. La mayoría de los relojes biológicos funcionan con un ciclo de 24 horas, conocido como ritmo cicardiano que ayuda al organismo a distinguir entre el día y la noche. Observar y comprender estas oscilaciones del ritmo y sus efectos en los procesos biológicos, mentales y emocionales lleva al ser humano a conocerse a sí mismo mucho mejor y a vivir en equilibrio con su entorno natural.


HOMBRE DE TIANYUAN FUE UN ANTEPASADO DE LOS ASIÁTICOS Y NATIVOS AMERICANOS DE HOY

Vivió hace 40 mil años cerca de Beijing y sus características de DNA lo hacen similar a hombre actual


Investigadores realizan excavaciones en la cueva de Tianyuan donde en 2003 se descubrieron restos humanos de hace 40 mil años(Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP), Beijing)

Huesos del hombre de Tinyuan (Instituto Max Planck de Antropologìa)

Huesos del hombre de Tinyuan (Instituto Max Planck de Antropologìa)

Investigadores observaron el DNA de los restos óseos de habitantes que vivieron hace 40.000 años en la gruta Tianyuan cerca de Beijing y concluyeron que es muy similar al de la población asiática y nativa de los americanos de hoy.

Al igual que el hombre moderno, era una familia diferente a la que vivía en Europa, señala un informe del Instituto Max Planck, publicado el 21 de enero.

El investigador Svante Pääbo dijo que los pequeños porcentajes de DNA Neanderthal y Denisovo encontrados en este hombre de Tianyuan son además similares al hombre de ahora.

El DNA se extrajo desde núcleos y mitocondrias de un hueso de una pierna encontrado en 2003 en la gruta.

"El hombre de Tianyuan vivió durante un pasaje evolutivo importante cuando los primeros hombres modernos compartieron algunas de sus características con los Neandertal y Denisovos", señala el Dr. Pääbo.

"Esta pequeña proporción persiste en las mismas proporciones. Además se trata de un momento histórico en que desaparecieron los Neandertal", destaca el investigador de Instituto Max Planck, cuyo trabajo se realizó junto con la participación del Dr. Matthias Meyer y el Dr. Qiaomei Fu, de la Academia de Ciencias de China.


FUENTE: LAGRANEPOCA

PÁJAROS Y DELFINES: LA SIMBIOSIS


Hay un ave africana conocida como "guía de la miel" (Indicator indicator). Éste pájaro conduce a la tribu de los boran (Kenia) hacia las colmenas ocultas en el bosque. Así lo cuenta Daniel C. Dennet en "La peligrosa idea de Darwin":

"Cuando los boran desean encontrar miel, llaman al pájaro soplando silbatos especialmente fabricados con conchas de caracoles. Cuando llega uno de esos pájaros, vuela alrededor cantando una especial canción llamada 'sígueme'. Los boran siguen al pájaro que vuela rápidamente delante y los espera hasta ser alcanzado, asegurándose continuamente de que lo pueden ver cuando vuela. Una vez que el pájaro ha llegado a la colmena, sustituye la melodía de su canto inicial por otra que viene a decir 'aquí hemos llegado'. Cuando los boran localizan la colmena en el árbol y la abren, extraen la miel, dejando la cera y las larvas para el pájaro."

La tradición de dejar su recompensa a los "guías de la miel" está reforzada por la leyenda de que, si no se les da su premio, las aves les conducirán ante un león o alguna otra fiera en próximas ocasiones.

Lo importante es que los boran son capaces de calcular la distancia a la colmena mediante tres indicaciones que les da el guía-miel: por el intervalo de tiempo que tarda en volver el pájaro una vez que ha entablado contacto con el pastor, por la distancia entre las sucesivas paradas que debe hacer el pájaro para esperar al hombre que le sigue, y por la altura de la posición que adopta al posarse, que va siendo cada vez más baja a medida que se acercan al nido. 

¿Cómo pudo desarrollarse esta insólita colaboración mutua? ¿Quién tomo la iniciativa primero, el pájaro o los boran?

¿Desde cuando no te paraste a escuchar el silbido de un pájaro?




El pueblo chino, tradicionalista y meticuloso, se caracteriza por preservar sus costumbres. Sin lugar a dudas, entre las técnicas tradicionales de pesca china existen una que pueden resultarnos, cuanto menos, curiosa.

Entre ellas, podemos incluir la pesca con cormorán -un ave acuática de tamaño medio. Desde hace 1300 años, varios pueblos chinos utilizan este tipo de pesca; el pescador se desplaza en una barca de cañas de bambú, llevando consigo al cormorán. Una vez que cree haber encontrado el lugar adecuado, arroja el cormorán al mar, éste se zambulle y se encarga de atrapar con su pico al escurridizo pez. Claro que al salir del agua no puede comer su presa pues el pescador ha atado un nudo al cuello del ave que impide que pueda tragarla. Bien entrado, el cormorán vuelve con su dueño, quien guarda el pescado y premia al ave con un pequeño trozo de pesca. 

Antiguamente, en algunas zonas del suroeste de China, cada pescador tenía su propio cormorán. Los pescadores salían cada anochecer a faenar en sus balsas de bambú, alumbrados por potentes lámparas suspendidas sobre el agua para atraer al pescado.

Los cormoranes tienen un peso de unos cuatro kilos, pero pueden atrapar peces bastante más pesados que ellos mismos. Una vez cumplida su labor, el dueño les retira la cuerda que oprime su cuello y se les permite seguir pescando lo que necesiten para alimentarse.  

Hoy en día se puede contemplar este tipo de pesca en el río Li, a su paso por la zona de Guilin y Yangshuo. También en Yunnan, en el lago Erhai de Dali se sigue practicando. Aunque es más para el disfrute de los turistas, que por razones de subsistencia.


En el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil, en las playas de Mar Grosso de la ciudad de Laguna, se realiza algo que se conoce como "pesca cooperativa con delfines", donde hay una larga escollera construida artificialmente en el lugar denominado "Molhes de Barra". De un lado queda el mar abierto, y del otro queda una playa con aguas calmas, donde se realiza la pesca artesanal.
Muy temprano, cuando todavía no salió el sol, llegan los pescadores en sus bicicletas, acomodan las 
redes y buscan en las aguas a sus socios de pesca, los delfines. La pesca sólo comienza cuando llega el delfín, y en realidad, es toda manejada por él. Los pescadores forman una hilera paralela a la costa, con el agua casi hasta la cintura, con una red de pesca llamada "tarrafa", de forma circular y fabricada en nylon. 

El agua de este lugar es bastante turbia, y los pescadores no pueden ver los peces, pero los delfines, como disponen de un sistema de ecolocalización similar a un sonar, no necesitan ver con los ojos para poder seguir a los peces. Los delfines llevan a los peces hacia los pescadores, en ese momento, cuando los delfines giran dando círculos rápidos, los pescadores saben que deben arrojar las redes. Arrastran la red hacia la playa, y los que estaban en segunda fila ocupan su lugar para hacer una nueva captura. Los dos salen beneficiados: los pescadores obtienen pescados de mejor tamaño y peso que si pescaran sin ayuda de los delfines, y los delfines obtienen su ración diaria de más de 10 kilos de tainhas. 

Esta sociedad entre delfines y pescadores se viene realizando desde la década del 40, en la ciudad de Laguna. En todo este tiempo los pescadores han aprendido a diferenciar a los "botos", (como llaman en Brasil a los típicos delfines tipo flipper); los conocen por sus aletas, por sus cicatrices, y hasta les han puesto nombres propios.

Pero nunca llaman a los delfines ni intentan tocarlos. 

Y por supuesto, no se les ocurriría encerrarlos en ningún estanque.



Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
George Orwell.

Fuentes:
http://memecio.blogspot.com/2007/01/el-increble-pjaro-gua.html
http://masabadell.wordpress.com/2008/01/10/el-pajaro-miel/
http://usuarios.multimania.es/tudanca/pescadel.htm
http://www.universalocean.es/pesca-con-cormoran-arte-y-tradicion-milenarias/


FUENTE: UNAANTROPOLOGAENLALUNA