¿Quién tenía razón? ¿Aldous Huxley o George Orwell? ¿De qué manera triunfa el Poder absoluto: por la vía de la sutileza o siguiendo el camino de la brutalidad?
Sin duda entre las distopías que pueden encontrarse en la literatura dos de las más emblemáticas sonBrave New World, de Aldous Huxley (1932), y Nineteen Eighty-Four, de George Orwell (1949), ambos escritores ingleses que en parte por haber vivido el horror dela Segunda guerra mundial y la amenaza del totalitarismo, imaginaron un futuro opresivo, sociedades dominadas por el miedo y la tiranía, la hipervigilancia cotidiana, el letargo de la conciencia civil, el freno a las libertades y, en general, un mundo caracterizado por el sometimiento del individuo ante el Poder.
Y si bien puede decirse que ambas narraciones llegan a conclusiones similares, lo cierto es que lo hacen por caminos muy distintos, casi opuestos, un contraste que ha sido resumido con lucidez en este comparativo gráfico elaborado por el ilustrador Stuart McMillan a partir de Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business (Entretenidos hasta la muerte: Discurso público en la era del espectáculo), un libro en el que Neil Postman examina la posibilidad “de que Huxley y no Orwell tenga la razón”.
¿Por qué? Esencialmente porque en el futuro que vislumbra Huxley la dominación se sirve de recursos mucho más sutiles que los que propone Orwell. En Huxley, por ejemplo, es el placer y no el miedo lo que mantiene adormecida a la población, de modo tal que esta cree encontrarse en un sueño satisfactorio y no en medio de una pesadilla.
En suma, se trata de una síntesis que más que hacernos pensar sobre nuestro futuro, acaso nos confronta con nuestro presente.
Aquí una traducción libre del gráfico:
Orwell temía que los libros se censuraran; Huxley, que no habría razón para la censura, pues a nadie le importaría leer.
Orwell temía a quienes nos privaran de información; Huxley, que el exceso de información nos reduciría a la pasividad y el egotismo.
Orwell temía que la verdad nos fuera ocultada; Huxley, que esta se ahogaría en un mar de irrelevancia.
Orwell temía que la nuestra se volvería una cultura cautiva; Huxley que esta sería más bien trivial.
Como Huxey notó en Brave New World Revisited, los libertadores civiles y racionalistas que están en alerta constante contra la tiranía, “fracasaron en tomar en cuenta el apetito casi infinito del ser humano por las distracciones”.
En 1984, la gente es controlada al infligirle miedo; en Un mundo feliz, por la vía del placer.
En suma, Orwell temía que lo que odiáramos nos arruinara; Huxley, que lo amaríamos sería nuestra condena.
Por cierto, en este post de Biblioteca Pijama Surf puedes encontrar estos y otros libros de utopías, distopías y relatos contrafácticos digitalizados y listos para descargar.
[All That Is Interesting]
Sin duda entre las distopías que pueden encontrarse en la literatura dos de las más emblemáticas sonBrave New World, de Aldous Huxley (1932), y Nineteen Eighty-Four, de George Orwell (1949), ambos escritores ingleses que en parte por haber vivido el horror dela Segunda guerra mundial y la amenaza del totalitarismo, imaginaron un futuro opresivo, sociedades dominadas por el miedo y la tiranía, la hipervigilancia cotidiana, el letargo de la conciencia civil, el freno a las libertades y, en general, un mundo caracterizado por el sometimiento del individuo ante el Poder.
Y si bien puede decirse que ambas narraciones llegan a conclusiones similares, lo cierto es que lo hacen por caminos muy distintos, casi opuestos, un contraste que ha sido resumido con lucidez en este comparativo gráfico elaborado por el ilustrador Stuart McMillan a partir de Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business (Entretenidos hasta la muerte: Discurso público en la era del espectáculo), un libro en el que Neil Postman examina la posibilidad “de que Huxley y no Orwell tenga la razón”.
¿Por qué? Esencialmente porque en el futuro que vislumbra Huxley la dominación se sirve de recursos mucho más sutiles que los que propone Orwell. En Huxley, por ejemplo, es el placer y no el miedo lo que mantiene adormecida a la población, de modo tal que esta cree encontrarse en un sueño satisfactorio y no en medio de una pesadilla.
En suma, se trata de una síntesis que más que hacernos pensar sobre nuestro futuro, acaso nos confronta con nuestro presente.
Aquí una traducción libre del gráfico:
Orwell temía que los libros se censuraran; Huxley, que no habría razón para la censura, pues a nadie le importaría leer.
Orwell temía a quienes nos privaran de información; Huxley, que el exceso de información nos reduciría a la pasividad y el egotismo.
Orwell temía que la verdad nos fuera ocultada; Huxley, que esta se ahogaría en un mar de irrelevancia.
Orwell temía que la nuestra se volvería una cultura cautiva; Huxley que esta sería más bien trivial.
Como Huxey notó en Brave New World Revisited, los libertadores civiles y racionalistas que están en alerta constante contra la tiranía, “fracasaron en tomar en cuenta el apetito casi infinito del ser humano por las distracciones”.
En 1984, la gente es controlada al infligirle miedo; en Un mundo feliz, por la vía del placer.
En suma, Orwell temía que lo que odiáramos nos arruinara; Huxley, que lo amaríamos sería nuestra condena.
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FUENTE: PIJAMASURF