miércoles, 21 de junio de 2017

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS: BAGDAD Y LA CASA DE LA SABIDURÍA


"Hace unos quince años, el gran historiador Antonio Domínguez-Ortiz dijo muy acertadamente, en relación al destierro de los moriscos en el siglo XVII, que "la expulsión de la minoría no era un hecho inevitable, no era una exigencia de la mayoría cristiana. Fue una medida impuesta desde arriba y aceptada sin entusiasmo; incluso, no pocas veces, con cierta resistencia pasiva. Esta es la historia que nos queda por narrar". Trevor J. Dadson, historiador e hispanista.

Más que en el choque prefabricado de civilizaciones, debemos concentrarnos en la lenta colaboración de culturas que se solapan, que toman prestados elementos unas de otra, y que conviven... Pero para obtener este [tipo] de percepción más amplia necesitamos tiempo y una investigación paciente y escéptica basada en la fe en las comunidades de interpretación, tan difíciles de mantener en un mundo que exige una secuencia de acción y reacción inmediata." Edward Said, Orientalismo.


9 de Abril de 1609, en este día se dictó la expulsión de los "moriscos" de la Península Ibérica por orden de Felipe III (el mismo que había sido salvado de la muerte por un médico morisco), expulsando así a las personas que eran los últimos herederos espirituales de lo que fue el legado de la civilización hispánica del Al-Andalus. Un terrible drama humano tras la peste que asoló la península entre 1582 y 1602. Los chivos expiatorios fueron unas 300.000 personas.

La expulsión de los moriscos tardó en llegar a Castilla, fue en 1611. En Valencia fueron expulsados una tercera parte. En Aragón, un 25% de ellos. La expulsión de Castilla se ejecutó entre 1611-1614, ya que se encontraban dispersos por todo el territorio, y en muchos pueblos, eran mayoría. Eran los llamados mudéjares, que significa domesticados. Los moriscos castellanos o mudéjares no hablaban árabe, buena parte de ellos eran realmente católicos y los que no lo eran, practicaban de forma extremadamente discreta. También habían castellanizado sus nombres. Nada en su aspecto exterior les diferenciaba de aquellos. Los dirigentes moriscos de las Cinco Villas del Campo de Calatrava (Almagro, Daimiel, Aldea del Rey, Bolaños y Villarrubia) se presentaron ante los Reyes Católicos en Talavera para pedir un privilegio real que les garantizara sus derechos y privilegios como los demás cristianos, privilegio que fue refrendado por los anteriores reyes y reinas.

Quizás por eso, no pensaron que iban a sufrir el destierro final que les expulsaría para siempre de la Península.


Fue el caso de Villarubia de los Ojos, pueblo del Campo de Calatrava en Ciudad Real. Tres fueron los intentos de expulsión de sus tierras. Por primera vez fueron llevados por la fuerza a Burgos y Vitoria hasta llegar a la frontera con Francia, donde fueron deportados. Pero volvieron, muchos a pie. En una segunda orden de expulsión, fueron llevados en barcos hasta el norte de África desde el Puerto de Cartagena. Volvieron una vez más. La tercera vez, el mismo Conde de Salazar llegó para expulsarles... en vano. Cada vez que regresaban a Villarrubia, eran recibidos, recogidos y ayudados por los demás vecinos y sus familiares que allí quedaban. Una vez que quedo asegurada su estancia en el pueblo, gracias a sus conocimientos legales (eran decenas los licenciados), recurrieron a los tribunales para recuperar las casas, tierras y propiedades que les habían sido arrebatadas.


Lo que es obvio, es que influyeron notablemente durante al menos ocho siglos en gran parte de nuestra cultura y desarrollo de Europa. El mundo musulmán constituyó, ni más ni menos que el Puente del Mundo, a través del cual muchas «carteras de recursos» y mercancías orientales pasaron a Occidente entre 650 y 1800.


Según el historiador John M. Hobson, en su libro "Los orígenes orientales de la civilización de occidente":

"Hubo una serie de tecnologías que fueron transmitidas a Europa desde Oriente. La posible invención, y el desarrollo comprobable de la vela latina, permitió la navegación a larga distancia, especialmente en el océano Indico. Lo mismo ocurrió con el desarrollo del astrolabio, junto con los numerosos avances realizados por la astronomía y las matemáticas."


Cada vez con más frecuencia, a partir del año 1000, los europeos tradujeron al latín los textos científicos árabes. La caída de Toledo en 1085 fue especialmente significativa, pues fue allí donde muchos intelectuales europeos tuvieron acceso a los libros técnicos musulmanes.


A comienzos del siglo IX e. v. el séptimo califa abasi, al-Ma'mun, fundó la "Casa de la Sabiduría" [Bayt al-Hikmah] en Bagdad, donde, entre otras cosas, se tradujeron al arabe algunas obras griegas, especialmente las de Ptolomeo, Arquimedes y Euclides, pero también textos persas e indios y chinos, de medicina, matemáticas, filosofía, teología, literatura y poesía. Un autor de la época, al-Ya'qubi (c. 875) llamaba a Bagdad "la ribera del mundo". Mucho de este conocimiento se transmitió a través de la España musulmana.


PARA NAVEGAR...


En el siglo IX el astrolabio había sido perfeccionado por los astrónomos musulmanes y se fabricaba de forma regular y a mediados del siglo X ya se había difundido a Europa a través de la España musulmana. Curiosamente, el texto latino aparentemente más antiguo que habla del astrolabio, las "Sententiae astrolabi" (del siglo X, procedentes del norte de España), se basa en gran medida en diversos textos árabes, entre ellos el tratado de al-Khwārizmī acerca de este instrumento.
Los italianos, portugueses y otros navegantes aventureros también tomaron prestada de los chinos la brújula, cuyo uso había sido transmitido a Europa por los musulmanes, [aunque fueron los mercaderes italianos los que la divulgaron con el nombre de "bussola", cajita, donde guardaban el aparato.] Pero necesitaban además establecer una marcación precisa en horas diurnas. Para ello recurrieron a las sugerencias del destacado astrónomo cordobés Ibn as-Saffar (cuyo tratado había sido traducido al latín). También tomaron prestadas otras innovaciones musulmanas en el campo de las matemáticaspara calcular la latitud y la longitud, apoyándose en las tablas desarrolladas por un astrónomo musulmán del siglo XI. Además, para calcular la latitud era preciso conocer también el año solar (pues la declinación del sol era fundamental para efectuar esos cálculos). Una vez más, recurrieron a los sofisticados calendarios solares musulmanes y judíos, que ya se habían desarrollado en el siglo XI.

TECNOLOGÍA TEXTIL


Una serie de tecnologías textiles que fueron transmitidas a Europa desde Oriente, en particular la rueca de hilar, las devanaderas, el telar y los pedales. La rueca se originó en China y se transmitió a Europa una vez más a través de la España musulmana, adonde llegó en el siglo XIII. Allí se desarrollaron plenamente todos los aspectos más importantes del telar. Y esto a su vez tiene muy poco de extraño dado que los tejidos musulmanes dominaron los mercados europeos durante siglos. Los musulmanes utilizaban además unos tintes impresionantes. La influencia islámica queda patente en los numerosos términos arábigos (y persas) que fueron importados a las distintas lenguas europeas.

EL PAPEL Y LA IMPRENTA


El papel se fabricaba en La España musulmana en 1150, y posteriormente la práctica se transmitió al resto de Europa, a Francia en 1157 y a Italia en 1276 (mas de mil años después de su descubrimiento en China).
El papel, eso sí, había sido inventado por Ts'ai Lun en China en 105 e. v. y su fabricación dio comienzo poco después. En efecto, la fabricación de papel pasó de Samarcanda a Bagdad en 974, y el papel producido en Damasco -llamado naturalmente en Europa "charta damascena" (papel de damasco )- sería el más utilizado en Europa hasta el siglo XV. Los árabes aprendieron a almidonar el papel para que los escribas pudieran utilizar la pluma (en vez de los pinceles empleados por los chinos).

La primera imprenta de tipos móviles fue inventada en China por Pi Sheng en torno a 1040. Aun así, los autores eurocéntricos a veces desdeñan este argumento diciendo que el empleo de la imprenta de tipos móviles (como la de Gutenberg, más sofisticada) no cuajó nunca en China y que se prefirió seguir utilizando la imprenta de moldes. Esto no se debió, sin embargo, a ninguna falta de genio por parte de los chinos, sino que tuvo que ver con el hecho de que la naturaleza de la escritura china hacía más fácil la impresión mediante moldes.

RELOJ


El mayor desafío que planteaba la fabricación de un reloj consistía en la invención del mecanismo de escape (dispositivo que regula el movimiento de los ejes y los cuadrantes para garantizar que el reloj marque la hora con exactitud). El enigma se resuelve por el hecho evidente de que habían sido los chinos (probablemente I-Hsing en 725) quienes habían inventado el mecanismo de escape y, además, hay pruebas de su transmisión a Occidente. De hecho, parece que la idea se difundió primero al Oriente Medio musulmán. Más tarde, en 1277 (unos sesenta años antes de La fabricación del reloj Visconti) se tradujo en Toledo un texto árabe sobre el cómputo del tiempo, que incluía La idea del reloj de pesas con escape de mercurio. También debemos recordar que prácticamente todas las técnicas y mecanismos del reloj europeo, incluidos los autómatas, los trenes de engranaje complejos y los engranajes segmentados, así como las pesas y las señales sonoras, estaban ya presentes en la relojería andaluza (de la España musulmana).

MATEMÁTICAS


El antropólogo Jack Goody, en "El robo de la historia", explica que: "En cuanto a

la geometría, el primer desarrollo se produjo en Mesopotamia [el antiguo lrak] y Egipto, y solo más tarde fue adoptado por los griegos. En efecto, las escuelas del Irak antiguo enseñaban álgebra y geometría, conocían el teorema que ahora llamamos de Pitágoras ya en el año 1700 a. e. v ., y conocían también el valor del número pi. Desarrollaron además el "sistema sexagesimal", en el que el círculo se divide en 360 grados, la hora en 60 minutos, el minuto en 60 segundos, y el día en 24 horas. El matemático Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi (780-847), todo un pionero en este campo, escribió un tratado llamado a ser muy influyente, sobre el cálculo de los numerales hindúes (c. 825). Este libro fue en buena medida el responsable de la difusión del sistema numérico indio por el Islam y por Occidente. Tras propagarse por todo Oriente Medio, estas ideas fueron transmitidas hacia finales del siglo X a la España musulmana.


La labor de al-Khwārizmī en el campo del álgebra fue igualmente importante y sus obras fueron traducidas al latín en 1145 por el ingles Roberto de Ketton y por el italiano Gerardo de Cremona. La traducción de Kelton del nombre de al-Khwārizmī fue «Algoritmus» (y de ahí nuestro termino algoritmo). Y también la palabra álgebra proviene del titulo de una de las obras de al-Khwārizmī, al-jebr w'almuqalah (pues al-jahr se tradujo por «álgebra»)."

ASTRONOMÍA


No menos influyentes fueron los avances de los musulmanes en el campo de la astronomía. En el siglo XIV, Ibn al-Shatir desarrolló una serie de modelos matemáticos que eran casi exactamente los mismos que desarrollaría unos 150 años más tarde Copérnico en su teoría heliocéntrica. Pero la teoría heliocéntrica fue descubierta por primera vez, al menos de manera implícita, en los «textos herméticos» del antiguo Egipto. Copérnico menciona de manera explícita al sabio egipcio Hermes Trismegisto en la introducción de su principal obra.

También vale la pena mencionar la obra de astronomía de al-Khwārizmī. Elaboró varios mapas que incluían las posiciones de muchos astros. Estos mapas fueron muy importantes para la actividad comercial oceánica. Calculó también la circunferencia de la Tierra con un margen de error de menos del 0,04 por 100.

Por último, conviene señalar que todo este proceso se basó en tres crueles paradojas. 
En primer lugar, al mismo tiempo que los musulmanes proporcionaban a los europeos ideas nuevas y más avanzadas, los cristianos demonizaban el Islam y le hacían la guerra a través de las Cruzadas. 
En segundo lugar, Oriente aportó muchas de las ideas del Renacimiento occidental, pero luego pudo comprobar que los europeos daban la vuelta a la tortilla y afirmaban falsamente que ellos solos habían encontrado esas ideas en primer lugar. (...) que Occidente era la encarnación de la civilización racional avanzada, mientras que Oriente era desdeñado como una civilización inferior que no era más que un páramo intelectual irracional. 
La tercera paradoja, y la más cruel de todas, es que fue esa entelequia de la superioridad de Occidente (definida principalmente por la «racionalidad científica») la que más tarde fomentaría que Occidente emprendiera su misión civilizadora imperial contra Oriente.

Como señala Goody, lo que está claro es que la superioridad de los logros de Occidente ya no puede seguir considerándose una característica permanente, ni siquiera un rasgo inveterado de esas culturas, sino una de tantas oscilaciones del péndulo: "la modernización es un proceso continuo en el que las distintas regiones han participado como si dijéramos dando saltos de rana. Ninguna está dotada de unas características [inventivas] únicas de tipo permanente que le permitan inventar o adoptar por sí sola unos cambios tan significativos como la Revolución Agrícola [o Industrial]".


Fuente:
John M. Hobson, "Los orígenes orientales de la civilización de occidente".
Más sobre la huella morisca: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2017/01/la-huella-morisca-la-tolerancia.html