viernes, 13 de octubre de 2017

EL HUMOR, LA PANACEA DE LOS INTELIGENTES Y LOS TRISTES

LA HABILIDAD DE REÍRSE DE LA VIDA O DE UN BUEN CHISTE ES UNA FUENTE DE SATISFACCIÓN QUE INFLUYE, A SU VEZ, EN LA MANERA DE PERCIBIR LA VIDA


De acuerdo con la vox populi, una relación de pareja tiene mayores probabilidades de permanecer junta si el humor acompaña la cotidianidad entre ambos. Sin embargo, ¿por qué el humor es tan importante en la vida de una persona? El humor -una reacción perceptual cuando se encuentran inconsistencias entre la realidad y la expectativa- brinda una cantidad gratificante de dopamina, causando no sólo la risa sino también una oleada de bienestar.

Desde una perspectiva neurocientífica, las regiones del cerebro que se activan frente a los estímulos graciosos son el área ventral tegmental, la amígdala y el núcleo accumbens. Estas mismas zonas se relacionan con el circuito de recompensa dopaminérgica y, por lo tanto, con una reducción significativa del estrés y un mayor desarrollo cognitivo –reflejado en el nivel de inteligencia. Es decir, el humor influye significativamente en los niveles de felicidad de una persona.

La habilidad de reírse de la vida o de un buen chiste es una fuente de satisfacción que influye, a su vez, en la manera de percibir la vida. En consecuencia, una manera lógica de reducir los niveles de estrés cotidianos y los síntomas iniciales de depresión es mediante la risa: una comedia, reírse de eventos divertidos, aligerar el nivel de seriedad eterna… De hecho, algunos expertos aseguran que un ejercicio emocional más efectivo que la meditación o la música calmada es la comedia. Por ejemplo, ver una comedia es tres veces más efectivo para reducir los síntomas de ansiedad que estar sentado escuchando música tranquila. La risa que surge de este momento se convierte en una carcajada resiliente, aquella que alivia en los momentos más difíciles de la vida.

Si bien tener un poco de humor no solucionará el conflicto al que nos estamos enfrentando, podrá constituir una herramienta terapéutica que los psicólogos recomiendan: el reframing. Es decir, cambiar nuestra perspectiva frente al problema prestando atención a estímulos corporales, al momento del aquí y del ahora, liberando la suficiente cantidad de endorfinas como para que físicamente se reduzca el dolor de la congoja y el estrés. La idea principal es distraer momentáneamente a la mente para que, al regresar a la angustia, se permita cambiar de perspectiva para enfrentar el problema.

Entre los beneficios del humor y la carcajada resiliente que han encontrado los científicos están:

la mejoría de la comunicación,

la construcción de la confianza,

un mayor nivel de atención y enfoque,
el fortalecimiento del sistema inmunológico,
una mayor expectativa de vida,

aumenta el nivel de atracción y de intimidad con la pareja,

reduce la incidencia de peleas y tensión en las relaciones de pareja,
mejora el proceso de creatividad y de negociaciones.

En otras palabras, el buen humor y la risa son capaces de mejorar la calidad psicoemocional de un individuo, una relación de pareja, una familia e incluso de una empresa en general. Se trata de una actividad que influye desde en las conexiones neuronales hasta en las relaciones académicas, profesionales y amorosas. De alguna manera, el humor es una pomada para el cerebro y que alivia casi inmediato los malestares del alma. Después de todo, ¿no siempre nos sentimos mejor después de reírnos?


FUENTE: PIJAMASURF

¿QUÉ ANIMAL VES EN ESTA IMAGEN? TU PRIMERA RESPUESTA DA UN INDICIO DE TU PERSONALIDAD

LO QUE SOMOS DEFINE LA REALIDAD QUE OBSERVAMOS…



La idea de que todo lo que hacemos es una proyección de lo que somos puede ser conocida, pero no siempre es entendida a cabalidad. Sin duda podemos comprobarla en elementos (y omisiones) más o menos evidentes, como la manera en que vestimos o los lugares públicos que frecuentamos, los libros que leemos, la comida que nos gusta y la que preferimos evitar, nuestros hábitos, etcétera.

Sin embargo, este grado de conciencia puede ser sólo superficial, y en muchos casos vivimos pensando que “el mundo es así” o que las cosas se han hecho siempre de cierto modo, cuando lo cierto es que mucho de lo ocurre en la realidad en que vivimos es exclusivo de nuestra propia realidad, es decir, es resultado de la postura que tomamos respecto de las condiciones en que vivimos.

Eso explica, por ejemplo, que ante una misma situación –digamos, una entrevista de trabajo, o el primer día de escuela– los resultados cambien tanto de persona a persona. Hay quienes aun con un historial laboral o de formación impecable son rechazados en un empleo, o quienes comienzan a socializar con gente desconocida a la más mínima oportunidad. La situación es la misma, pero los rasgos de personalidad con que cada cual la acomete deciden, en buena medida, sus derivaciones.

Dicho esto, compartimos ahora un sencillo examen que invita a indagar sobre la personalidad propia a través de un ejercicio muy sencillo: mirar un collage en el que se han sobrepuesto varias imágenes de animales.
Si partimos de la premisa de que lo que somos nos hace destacar ciertos elementos de la realidad y descartar otros, entonces es posible proponer que una persona verá primero cierta imagen y otro espectador descubrirá una diferente. Cabe acotar, asimismo, que la primera asociación de lo que vemos con uno de sus posibles sentidos también está dada por el medio social y cultural y los referentes de cada quién.

En cualquier caso, se trata de una oportunidad para preguntarnos qué de lo que somos está configurando la realidad en la que vivimos. Y qué podría ser distinto…

Veamos.

Esta es la imagen:


¿Qué viste primero?

Un ave - Las aves suelen asociarse con personalidades abiertas, volcadas hacia el exterior, expresivas.

Un cangrejo - En los criterios de este examen, el cangrejo apunta hacia personas con un buen sentido del humor y una disposición constante a la risa.

Ave y cangrejo - Si distinguiste estos dos animales al mismo tiempo, es posible que seas una persona con una inteligencia emocional desarrollada, es decir, que eres sensible a las emociones tuyas y de los demás.

Caballo - El caballo salta a la vista de los individuos en quienes domina el sentimiento de independencia y libertad.

Delfín - Si viste un delfín, posiblemente seas una persona hábil en los dominios de la creatividad y la imaginación.

Patos - Pocas personas distinguen al par de patos pequeños que se encuentran en la imagen. Si es tu caso, lo más probable es que tengas una personalidad minuciosa, cuidadosa de los detalles, y que tengas facilidad para concentrarte.

Un oso - Quienes ven primero un oso suelen ser personas con un carácter fuerte, posiblemente líderes natos.

Cachorro - Para quien vio al cachorro antes que nada, el mensaje es claro: es amable y con tendencia a cuidar y proteger a otros.

La imageny lo que vemos en ella– da cuenta también de los distintos tipos de pensamiento que puede tener la mente humana; a saber:

- Para mirar el ave y el cangrejo se requiere una mente que sepa distinguir fácilmente conexiones y contrastes entre los elementos de la realidad.

- Para mirar el caballo se necesita una desarrollada habilidad de profundidad e, incluso, cierta intuición.

- Mirar el delfín, como decíamos arriba, requiere de los mecanismos de creatividad del cerebro humano.

- Finalmente, para mirar al oso suele necesitarse una capacidad de atender el “panorama completo” de un vistazo, sin detenerse en los detalles.
Como decíamos antes, este es un ejercicio que no pretende ser conclusivo, sino sugestivo para la exploración del yo y la personalidad.


FUENTE: PIJAMASURF

CADA VEZ MÁS PERSONAS ESTÁN REEMPLAZANDO FÁRMACOS POR MARIHUANA (Y LES FUNCIONA MUCHO MEJOR)



LA LEGALIZACIÓN PARCIAL DE LA MARIHUANA HA GENERADO BENEFICIOS PARA LA SALUD PÚBLICA Y LA ECONOMÍA FAMILIAR


Dentro de los monumentales intereses económicos que han impulsado la absurda "guerra contra las drogas", sin duda debemos considerar a la industria farmacéutica. En el caso de la marihuana, está comprobado que tiene efectos medicinales que fácilmente pueden reemplazar medicamentos diversos, entre ellos antidepresivos, analgésicos y sedantes; y lo mejor es que, al menos en los lugares donde ya es permitido, las personas pueden literalmente crecer su propia medicina, en lugar de depender de sombríos laboratorios que producen dudosos fármacos para luego ofrecerlos en el mercado a precios altos.

Desde que en Estados Unidos comenzó el proceso de descriminalización de la marihuana, que hoy abarca buena parte de los estados, decenas de miles de personas han optado por explorar los beneficios medicinales de la cannabis como sustituto de fármacos que empleaban contra la ansiedad, el dolor crónico o la dificultad para dormir. Por fortuna, eso significa que cada vez menos personas consumen fármacos como Vicodin, Xanax y Ambien, los cuales probadamente pueden volverse adictivos e incluso detonar sobredosis.

Durante los últimos 15 años se han llevado a cabo más de 20 mil estudios relacionados con los beneficios medicinales de esta planta –que van desde propiedades anticancerígenas y el tratamiento de desórdenes neurológicos, por ejemplo el Alzheimer, hasta su capacidad para moderar desórdenes inmunológicos como la esclerosis, pasando por muchas bondades contra malestares más cotidianos.

Hoy, que apenas tenemos una probada de lo que podría ser un mundo que no criminaliza el consumo de marihuana, gracias a algunas entidades de Estados Unidos, el consumo de medicamentos elaborados por los gigantes farmacéuticos (que, de acuerdo con pruebas empíricas, tiene efectos secundarios o colaterales que han resultado muy dañinos) ha disminuido notablemente. Esto no sólo representa una mejora para la calidad de vida de la sociedad, sino que también tiene beneficios en un plano económico –tanto para la economía familiar como para la nacional, por los ahorros en materia de salud pública.



FUENTE: PIJAMASURF

ESTAS ILUSTRACIONES NOS INVITAN A MIRAR CON FANTASÍA LAS SITUACIONES MÁS COTIDIANAS (IMÁGENES)

LA FANTASÍA ENRIQUECE LOS PANORAMAS A VECES ESTÁTICOS DE LA REALIDAD


Si algo distingue a la percepción humana es poder añadir a la realidad otros sentidos, otros significados, y crear así una especie de realidad paralela que convive con aquello que vivimos y sentimos.

Un ejemplo notable de esta capacidad se encuentra en las ilustraciones de Cyril Rolando, un artista digital de origen francés, psicólogo de formación, que en su trabajo ha sabido llevar situaciones “normales” o cotidianas a un plano creativo que colinda con los sueños y la fantasía más surreal.



Y más allá de su pericia evidente, el trabajo de este artista también es una invitación a nosotros mismos comenzar a mirar la realidad con otros ojos, a atrevernos a dar rienda suelta a nuestra imaginación, a distraernos mirando las nubes, los árboles, las personas que nos rodean, las cosas que están cambiando a cada instante y, desaforadamente, comenzar a ver todo de otra manera, desde su reverso y su ángulo más imprevisible, de cabeza o con los colores multiplicados, inquieto eso que siempre está fijo y anclado aquello que siempre está en movimiento. Las posibilidades son infinitas…





Puedes encontrar más ilustraciones de Cyril Rolando en su perfil de Instagram, donde se encuentra como @aquasixio.

FUENTE: PIJAMASURF

ESTO ES LO PRIMERO QUE DEBES HACER PARA AYUDAR A QUE UNA PERSONA SANE, SEGÚN EL PSICÓLOGO CARL JUNG



CARL JUNG EXPLICA LO QUE UN MÉDICO O TERAPEUTA (O ALGUIEN QUE QUIERE AYUDAR) DEBE DE PRIMERO TRABAJAR EN ÉL MISMO. CURIOSAMENTE EXACTAMENTE LA MISMA RECOMENDACIÓN QUE HACE EL MAESTRO BUDISTA CHÖGYAM TRUNGPA




Ya sea que nos dediquemos a la medicina o a la terapia o que simplemente tengamos contacto con una persona enferma, en muchos de nosotros surge la interrogante de cómo realmente ayudar a una persona enferma física o psicológicamente (y comúnmente descubrimos que no es fácil dividir una enfermedad mental de una supuestamente sólo física).¿Cómo dirigir nuestra intención de ayudar para que sea realmente efectiva, que no sea estéril o que no sea una proyección de nuestros propios juicios sobre lo que creemos es la salud o lo que creemos que una persona debería de hacer? La clave parece estar en la compasión sincera y en la aceptación de la persona tal como es, paradójicamente, para sanar primero debemos de aceptarla como está, sin querer cambiarla. Comúnmente cuando lidiamos con una persona profundamente enferma, decimos que queremos ayudarla pero no la aceptamos con sus defectos y problemas, así que en realidad no la queremos -aunque digamos que sí. Comúnmente decimos que su dolor nos duele, pero generalmente evitamos abrirnos completamente y sentir genuinamente su dolor como si fuera nuestro, ponemos ciertos límites. Y la persona afectada lo que de alguna manera quiere es ser comprendida en su dolor, que alguien la acepte y la entienda. Esto lo explicó mejor el psiquiatra y psicólogo analítico Carl G. Jung, una persona ciertamente calificada para evaluar la relación entre un paciente y su médico o su terapeuta y los procesos psicológicos que intervienen de parte de ambos. En una conferencia, Jung dijo:

Las personas se olvidan de que incluso los doctores tienen escrúpulos morales y que algunas confesiones de los pacientes son difíciles de asimilar incluso para un doctor. Sin embargo, el paciente no se siente aceptado a menos de que lo peor de él mismo sea aceptado también. Nadie puede hacer esto con meras palabras. Viene solamente de la reflexión y a través de la actitud del doctor para consigo mismo y su propio lado oscuro. Si el doctor quiere guiar a otro o incluso acompañarlo a dar un paso en el camino, debe sentir con la psique de la otra persona. No puede sentirla cuando la juzga. Ya sea que ponga palabras a su juicio o se lo quede él mismo, esto no hace ninguna diferencia. Tomar la posición opuesta y acordar con el paciente de antemano tampoco sirve y lo enajena de la misma manera que la condenación. El sentimiento viene solamente de una objetividad sin prejuicios.

Jung sugiere que hay algo más allá de lo meramente científico y objetivo en la sanación de un paciente, el ser o alma se alimenta de un estado de compasión, comunión y profunda aceptación, de compartir el sufrimiento y entender que está bien sufrir o ser de cualquier forma. Tal vez al quitar el peso de ser juzgados, el ser humano se libera y se abre a la posibilidad de no contraer sus energías y dejar de estresarse. De alguna manera esta apertura libre de juicio del terapeuta o médico brinda significado o sentido a la vida del paciente. Jung agrega que se trata de:

un profundo respeto a los hechos -por el hombre que sufre por ellos y por el predicamento de la vida de ese hombre. La persona verdaderamente religiosa tiene esta actitud. Sabe que Dios ha hecho que sucedan todo tipo de cosas extrañas e inconcebibles y busca de las formas más curiosas entrar en el corazón de un hombre. Así entonces, siente en todas las cosas la presencia de la voluntad divina. Esto es de lo que hablo con objetividad sin prejuicios. Es un logro moral de parte del doctor que no se ve repelido por la enfermedad y la corrupción. No podemos cambiar nada si no lo aceptamos. La condenación no libera. Oprime. Y yo soy el opresor de la persona que condeno -no su amigo o par en su sufrimiento.

El médico no se resiste a la enfermedad, no la ve como una aberración, como algo "malo" en sí mismo, sino la entiende como parte de la naturaleza. Esta visión es importante porque cuando el paciente también se deja de ver como alguien culpable o estigmatizado por una condición puede dejar de resistirse y dejar de aferrarse a su propia enfermedad -paradójicamente, por ejemplo, obsesionarse con curarse, suele producir el efecto contrario al deseado. Jung luego explica que para que el paciente pueda aceptarse y sentir la apertura de su médico, antes el mismo médico debe de haberse aceptado a sí mismo, haber hecho las paces con su propia sombra, con el lado negativo de su personalidad.

Pero, si el doctor desea ayudar al ser humano, debe aceptarlo tal como es. Y sólo puede hacer esto realmente si antes ya se ha visto y aceptado tal como es él mismo. Tal vez esto suene simple, pero lo simple siempre es lo más difícil. En la vida real, se requiere del más grande arte para ser simple. Y así, la aceptación propia es la esencia del problema moral, y el examen crucial de la perspectiva que uno tiene de la vida. Que yo alimente al mendicante, que perdone un insulto, que ame al prójimo en el nombre de Cristo -todas estas cosas son sin duda grandes virtudes. Lo que hago en contra del menor de mis prójimos lo hago también a Cristo. ¿Pero qué si descubro que el menor entre todos ellos -el más pobre de los mendigos, el más imprudente de todos los agresores, el Demonio mismo- todos están dentro de mí? Y que yo mismo estoy en un estado de necesidad de mi propia generosidad. Que yo mismo soy el enemigo que debe ser amado. ¿Qué entonces?

Jung utiliza estas analogías religiosas que llevan al fundamento de su psicología que es la integración o individuación. La verdadera salud -más allá de tener esta o aquella otra enfermedad física que de alguna manera son inevitables- es haberse aceptado completamente y dejar de tener miedo de expresar el propio ser. Esto implica reconocer en el propio corazón la totalidad de la existencia, todo el dolor y todo el placer, el mal y el bien. La verdadera individualidad es la totalidad. Esto es expresado de otra forma en la palabra inglesa "health" que tiene la misma raíz que "whole" o que la palabra "holístico", la salud es la integración, ser todo lo que somos.

Las conclusiones de Jung son notablemente parecidas lo que escribió el maestro budista Chögyam Trungpa Rinpoche, aconsejando a sus alumnos sobre cómo lidiar compasivamente con las demás personas. Trungpa parte del principio que enseña el budismo tántrico de que la naturaleza base de todos los seres es la compasión y la sabiduría -este su estado natural. Partiendo de ese principio uno ve más allá de las manifestaciones someras de una enfermedad y reconoce el principio en común que tiene con la persona. De la misma manera que Jung, Trungpa plantea que el sanador o el maestro espiritual debe de tener un proceso individual muy desarrollado para ser capaz de ir más allá del aferramiento egoísta que se rehusa a sentir el dolor del otro como el propio.

Si el paciente se siente terrible, el sanador recoge esa sensación del malestar del paciente: por un momento siente lo mismo, como si él mismo estuviera enfermo. Por un momento los dos no están separados y un sentimiento de autenticidad ocurre. Desde la perspectiva del paciente esto es exactamente lo que se necesita: alguien que reconozca su existencia y el hecho de que realmente necesita ayuda. Alguien que en verdad vea su enfermedad. El proceso de sanación puede entonces empezar en el estado del paciente, porque se da cuenta de que alguien se ha comunicado con él completamente. Ha habido un mutuo atisbo de un terreno en común. Las bases subyacentes psicológicas de la enfermedad se empiezan a resquebrajar, se disuelven...

En este punto, no hago distinción entre médico y psiquiatras: ya sea que estemos lidiando con el nivel psicológico o físico, la relación con el paciente debe ser exactamente la misma. La atmósfera de aceptación es extremadamente simple pero efectiva. El punto central es que paciente y sanador compartan la sensación de dolor y sufrimiento -la claustrofobia o el miedo o el dolor físico. El sanador se tiene que sentir parte de todo el engranaje. Parece que muchos sanadores evitan tal identificación; no quieren involucrarse con una experiencia tan intensa. En lugar de esto, la juegan de manera desafectada y despreocupada, tomando un perspectiva más de negocios.

Todos hablamos el mismo lenguaje; experimentamos el mismo tipo de nacimiento y exposición a la muerte. Así que hay seguramente un vínculo, algo de continuidad entre tú y el otro. Es algo más que mecánicamente decir "Sí, ya sé, duele mucho." En vez de sólo simpatizar con el paciente, es importante realmente sentir su dolor y ansiedad. Luego puedes decir "Sí, siento el dolor", pero de una forma distinta. Relacionarse con completa apertura significa que estás completamente cautivado por el problema de alguien más. Puede que exista un sentido de no saber bien cómo manejarlo y sólo hacer lo mejor que puedes, pero incluso tal torpeza es una afirmación enormemente generosa. Así que una completa apertura y una perplejidad se encuentran en un punto muy sutil.

Trungpa hace énfasis en el poder de la comunicación que se libera cuando el paciente siente que alguien realmente comparte su dolor, esto opera una suerte de magia sanadora, un rapport, una transferencia positiva que disuelve la enfermedad en el hecho de que nadie se aferra a ella demasiado, porque hay esta apertura que permite fluir.

Si tienes una meta, entonces estás tratando de manipular la interacción y la sanación no puede ocurrir. Debes entender a tus pacientes y motivarlos a que se comuniquen, pero no puedes forzarlos. Sólo entonces puede el paciente -que había estado sintiendo una sensación de separación, que es a su vez una sensación de muerte- empezar a sentir que hay esperanza. Por fin a alguien realmente le importa; alguien realmente lo escucha, aunque sea unos pocos segundos. Esto permite que ocurra una genuina e intensa comunicación. Dicha comunicación es sencilla: no hay truco o compleja tradición que aprender. No es una cuestión de aprender sino de simplemente dejar que suceda.

Psiquiatras y médicos, al igual que los pacientes, deben de aceptar su sensación de ansiedad sobre la posibilidad de dejar de existir. Ciando hay apertura, el sanador no tiene que resolver completamente el problema de la persona. Ese acercamiento de tratar de reparar todo ha sido en el pasado siempre un problema; tal acercamiento crea una serie de sucesivas curas y decepciones, que van de la mano. Una vez que el miedo básico es reconocido, continuar con el tratamiento es muy fácil. El sendero viene a ti: no hay necesidad de crear el sendero tu mismo. Los profesionales de la sanación tiene la ventaja de poder desarrollarse a sí mismos, al trabajar en una gran variedad de situaciones que vienen a ellos. Hay innumerables posibilidades para desarrollar la conciencia y la apertura. Claro que es más fácil simplemente hacer menos a tus pacientes y a sus predicamentos, pensando que eres afortunado de no tener sus enfermedades. Te puedes sentir superior. Pero el reconocimiento de ese terreno en común -la experiencia de nacimiento, envejecimiento, enfermedad y muerte, y el miedo que los subyace- trae una sensación de humildad. Este es el comienzo del proceso de sanación. El resto parece seguir fácil y naturalmente, basado en la compasión y sabiduría inherentes. Este no es un proceso particular místico o espiritual; es la simple experiencia humana ordinaria. La primera vez que intentas acercarte a alguien así puede ser difícil. Pero se hace ahí mismo [sin pensarlo demasiado].

Y, finalmente, ¿qué significa cuando decimos que un paciente ha sanado? Sanar, irónicamente, significa que una persona ya no se avergüenza de la vida; es capaz de enfrentar la muerte sin resentimiento o expectativa.


FUENTE: PIJAMASURF