domingo, 28 de enero de 2018

DISENSO Nº13: EL ESTOICISMO, LA IMPERTURBABILIDAD Y EL HOMBRE INTERIOR

Disenso N° 13 - El estoicismo, la imperturbabilidad y el hombre interior 


Alberto Buela y Silvio Maresca conductores de Disenso y ambos reconocidos filósofos, dedican el programa al análisis del estoicismo.


miércoles, 24 de enero de 2018

FRASE DE TOLKIEN

"La fantasía es, como muchas otras cosas, un derecho legítimo de todo ser humano, pues a través de ella se halla una completa libertad y satisfacción”  JRR Tolkien

lunes, 22 de enero de 2018

IKIGAI O ESO POR LO QUE TE LEVANTAS DE LA CAMA CADA MAÑANA

Kimiko Nishimoto

"Ikigai" (生き甲斐) es un término japonés que reúne etimológicamente las palabras ‘ikiru’ (vivir) y ‘kai’ (la materialización de lo que uno espera)
Significa algo como "propósito en la vida", o "algo para la que vives", o "eso que te saca de la cama por la mañana"

La psiquiatra Mieko Kamiya explica en su libro ‘Ikigai-ni-tsuite’ (sobre el ‘ikigai’), una obra basada en sus experiencias con pacientes con lepra, que este término tiene semejanzas con la felicidad, si bien posee una sutil diferencia: se trata de aquello que nos permite mirar hacia el futuro, incluso ante un presente miserable y aciago.

Según Mieko Kamiya, la palabra japonesa "Ikigai" significa dos cosas: el objetivo en sí y el sentimiento de quien siente ese Ikigai. Este último también se puede llamar Ikigai-kan (sentimiento Ikigai). Cuando una persona considera cuál es su Ikigai, es probable que haya considerado las siguientes preguntas:

¿Para qué es mi existencia? ¿Es para alguien?
¿Cuál es el propósito de mi existencia? Si hay alguno, ¿soy fiel a eso?


En el artículo titulado "Ikigai: el proceso de permitir que las posibilidades de uno mismo florezcan", el psiquiatra Kobayashi Tsukasa escribe que "la gente puede sentir el auténtico Ikigai solo cuando, sobre la base de una madurez personal, de la satisfacción de diversos deseos, del amor y de la felicidad, se encuentra con los demás y con un sentido del valor de la vida, que avanza hacia la autorrealización".
Gordon Mathews, profesor de antropología en la Universidad China de Hong Kong, explica a The Telegraph que no se trata de un estilo de vida o una filosofía, como lo pretenden vender en Occidente, o simplemente algo tan abstracto como disfrutar: "desconfío de las personas que dicen eso". "Ese no es un principio por el que vives. No es por eso que te levantas por la mañana. Es probable que sea algo mucho más estrecho y mucho más directo, algo que está frente a ti".
"Ikigai no es algo grandioso o extraordinario. Es algo bastante práctico". Pero "Realmente importa. Si tienes un ikigai vas a tener una vida mejor, porque tendrás algo para lo que vives, que es clave".
"Escribí sobre un tipo que odia a su jefe, odia su trabajo, y luego llega a casa con su hija aferrándose a su pierna. Es por eso que aguanta esto; ese es su ikigai".


"Me aseguro de que, ocasionalmente a altas horas de la noche, tomo una copa o dos, no pienso en nada frente a mí, sino que simplemente me siento y pienso en mi vida: ¿cómo te va? ¿Qué me está molestando? ¿Qué está pasando ahora?"


El profesor Gordon Mathews es el autor de "¿Qué hace que la vida valga la pena vivir? Cómo japoneses y estadounidenses dan sentido a sus mundos." Según su libro, las concepciones japonesas de ikigai fusiona otros dos términos: el ‘ittaiken’, o la unión y compromiso con un grupo o un rol y el ‘jiko jitsugen’, que tiene que ver con la autorrealización. Mientras el ‘ittaiken’ significa, por ejemplo, la maternidad por el mero hecho de ser madre, el ‘jiko jitsugen’ explica la maternidad por la satisfacción que esta proporciona.

"Japón es una sociedad compleja, especialmente en lo que se refiere al individuo como parte de la sociedad" explican en Japonismo. "Hemos explicado muchos conceptos complejos como la jerarquía de una sociedad vertical (tate shakai), la dependencia permisiva (amae), la grupalidad de la sociedad japonesa (uchi/soto) o la dicotomía entre el deseo interior y lo que uno puede expresar (honne/tatemae), por mencionar sólo algunos. Muchos de estos conceptos nos llevan a entender la lucha interna que en muchos casos sufre el individuo japonés a la hora de relacionarse con el resto de la sociedad." (Para leer sobre estos conceptos:http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2015/02/rei-wa-shakai-amae-y-ganbaru-o-como.html)
Según Gordon Matthews, el japonés crea su propio ser a través de estas tácticas:

Nivel ‘tomar por sentado’, que son las prácticas sociales incuestionables. Por ejemplo, el modo en el que se habla y trata al superior en la oficina.
Nivel ‘qué le vamos a hacer’, o "shikata ga nai", por ejemplo el "sarariiman" o trabajador que debe trabajar largas jornadas, lo hará porque es lo que se espera de él.
Nivel cultural: el nivel más ‘libre’, el del "yo" en el que cada uno puede dar rienda suelta a sus deseos e impulsos.


Los japoneses se amoldan para justificar su ikigai durante toda la vida, para así mantener viva la idea de que merece la pena vivir en un mundo social, sea éste real o imaginario”, explica Gordon Matthews.

Tras periodos históricos como la Segunda Guerra Mundial o desastres naturales como elterremoto de 2011, durante los que lo primordial era "arrimar todos juntos el codo", y en los que los niveles del "dar por sentado" y "qué le vamos a hacer" eran los que se anteponían a los propios deseos, ha surgido el deseo de hacer las cosas “porque quiero”. Claro que primero hay que saber qué es lo que realmente se quiere, descubrir y comprender el propio ikigai y así luchar para conseguirlo. Es la oportunidad de replantearnos nuestra vida y su significado. Según Riichiro Ishida, la búsqueda del ikigai “da al ser humano la capacidad de integrar eventos psicologicamente estresantes en el pasado, presente y futuro con menos confusión o conflicto.”


Otra de las causas que hacen reflexionar sobre el propio "ikigai" es la jubilación, ya que debido al envejecimiento de la población, los japoneses disponen de más años para disfrutarla. O el hecho de que los trabajos de por vida hayan desaparecido, hace que hombres y mujeres japoneses se replanteen cual es realmente su ikigai, o si su vida está más encaminada a las obligaciones y normas sociales, la aceptación de unos roles sociales (auto)impuestos, o el propio deseo.

Este tipo de eventos, crisis personales, desastres naturales, guerras... nos dan la oportunidad de replantearnos cuestiones importantes en la vida, como puede ser el significado de nuestra vida hasta el momento, el concepto de felicidad o hasta cómo queremos vivir a partir de ese momento.

Conocerlo no es suficiente. El término no designa un comportamiento pasivo, sino propósito en acción.
Okinawa es un ejemplo. Posee la mayor cantidad de centenarios del planeta en proporción al total de su población:“Viven de media siete años más que un americano”, afirma Matthew. Si bien la calidad de la dieta juega un papel destacado para que sus habitantes logren alcanzar el siglo de vida, gracias al "hara hachi bu" (comer solo hasta que estés lleno al 80%), otros rasgos juegan un papel más importante, como disponer de un "moai": un pequeño grupo de amigos que te apoyan como lo haría una familia. Un grupo informal creado por personas que se comprometen a ofrecerse mutuamente asistencia emocional, social o incluso financiera. El concepto se originó cuando los agricultores se reunían regularmente para discutir las mejores formas de plantar cultivos y cómo apoyarse mutuamente en caso de que fallaran sus cultivos.

Kimiko Nishimoto es otro gran ejemplo. Encontró su Ikigai a los 71 años, y su lado artístico. Comenzó a tomar fotos de naturaleza y colores abstractos, pero algunas de sus mejores fotografías son autorretratos que reflejan su sentido del humor: en una bolsa de basura, disfrazada de gorila o simulando un atropello.
https://www.facebook.com/kimiko.nishimoto.official/



Fuentes:
https://japonismo.com/blog/ikigai-o-la-razon-de-vivir
http://www.telegraph.co.uk/health-fitness/mind/finding-ikigai-japanese-secret-health-happiness/
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-14/ikigai-secreto-japones-vida-larga-plena_1427224/
Ishida, (2011). “Enormous Earthquake in Japan: Coping with Stress Using Purpose-in-Life/Ikigai” en Pychology, vol. 2, nº 8, pp. 773-776.
Kamiya, Mieko (2004). Ikigai ni tsuite. Tokio: Misuzu-Shobo.
Matthews, Gordon (1996). “The Stuff of Dreams, Fading: Ikigai and “The Japanese Self” en Ethos, vol. 24, nº. 4, pp. 718-747.

domingo, 21 de enero de 2018

LA PRECIOSA EXPLICACIÓN DE UN MÍSTICO SUFÍ SOBRE POR QUÉ SOÑAMOS

UNA JOYA DEL MÍSTICO MURCIANO IBN ARABI: EL SUEÑO REVELA LA POSIBILIDAD DE UNA GNOSIS DE LA NATURALEZA ONÍRICA DE LA VIGILIA Y DE LA FORMA DIVINA QUE SUBYACE


En la obra de Ibn Arabi, uno de los más grandes maestros sufíes de la historia, encontramos un tratamiento sumamente sutil y sofisticado de la popular noción de que el mundo es un sueño o es en esencia imaginación divina. La imaginación es la puerta o bisagra entre la realidad divina absoluta y el mundo de la transformación o el cosmos que es emanado como un sueño en la mente divina.

William C. Chittick, en su libro The Sufi Path of Knowledge: Ibn al-Arabi's Metaphysics of Imagination, escribe: "Los sueños son en realidad una llave divina para decodificar el misterio de la ambigüedad cósmica y la constante transformación de la existencia". Ibn Arabi escribe en el Futuhat:

La única razón por la cual Dios colocó el sueño en el mundo animado fue para que todos pudieran percatarse de la presencia de la imaginación y conocer que existe un mundo similar al mundo más allá de los sentidos... Él llama la atención de los soñadores inteligentes hacia el hecho de que en el mundo sensorial existen transmutaciones en cada instante, aunque los sentidos no las perciben.

Lo anterior requiere de cierta explicación, pero rápidamente podemos señalar algo simple y precioso. El sueño está allí para hacernos ver que existe un dominio imaginal, esto es, un reino mental que es tan real como el mundo sensorial que experimentamos en la vigilia. En otras palabras, en los sueños podemos notar que el mundo está hecho de imágenes. El sueño nos abre, entonces, a la posibilidad de que la vigilia también sea sueño -ya que está hecha de sutiles transmutaciones de imágenes, de un flujo mental-. Chittick señala: "Cuando la naturaleza del cosmos es realmente verificada (tahqiq), el sujeto que conoce ve que es una forma de imaginación, que necesita interpretación como un sueño". El cosmos que nos parece tan sólido e independiente se revela como un espacio imaginal cuando logramos interpretarlo, es decir, darnos cuenta de que tiene un significado, que las cosas están hechas de información que nos dice algo. Ibn Arabi continúa:

[En el sueño] el alma racional, a quien Dios le ha dado propiedad sobre esta ciudad [el cuerpo humano], contempla lo que ha sido colocado en su Tesorería, como hacen los reyes, que entran a sus bóvedas de tesoros cuando están solos para obtener conocimiento de lo que yace en ellas.

Ibn Arabi señala luego que, en la medida en que los instrumentos de percepción han sido perfeccionados, podrán percibirse tesoros perfectos o, en su defecto, tesoros imperfectos. Es posible que en esas excursiones a la cámara onírica de los tesoros Dios mismo se revele con los atributos de la naturaleza, encarne en arquetipos, como el profeta dijo: "Vi a mi Señor en la forma de un joven". En otras palabras, Dios, lo Absoluto, toma forma, emplea la belleza y el ingenio de la forma para mostrarse en los sueños que manan de los órganos perceptuales purificados de personas que han alcanzado mérito en la visión y en la virtud. Y el órgano de percepción supremo es la imaginación, la puerta entre lo divino y lo mundano.

Ibn Arabi agrega que "a medida que un hombre asciende en grados de gnosis, logrará conocer a través de la fe y la revelación que él mismo es un soñador en el estado ordinario de la vigilia y que la situación en la que mora es un sueño". Por eso se citan las palabras del poeta: "Las personas duermen y cuando mueren despiertan". Pero quizás hay algunos que en la vida misma descubren que sueñan y entonces despiertan, aquí y ahora, a la luz divina.

FUENTE: PIJAMASURF

KINTSUGI, O CÓMO LAS GRIETAS Y LAS CICATRICES HACEN MÁS BELLAS LAS COSAS

LA FILOSOFÍA DEL KINTSUGI, EL ARTE DE REPARAR PIEZAS DE CERÁMICA RESALTANDO LAS GRIETAS CON ORO O PLATA, PARA REFLEXIONAR SOBRE LA IMPERMANENCIA Y LA IMPERFECCIÓN




No hay una belleza realmente excelsa que no tenga una anomalía en sus proporciones.

-Francis Bacon


En Japón se practica un delicado arte de reparar objetos rotos dejando e incluso resaltado las grietas que marcan dicha ruptura, como si hubiera, y realmente la hay, una gran belleza en la cicatriz o en la marca que muestran las vicisitudes del tiempo. Esto se llama kintsugi, literalmente "ligazón dorada", y consiste fundamentalmente en reparar piezas de cerámica con barniz espolvoreado de resina dorada o plateada.

Detrás de esta práctica yace no sólo una teoría estética sino una profunda visión filosófica de la realidad. A diferencia de la idea de que la belleza es la perfección -lo siempre joven e intocado- detrás del kintsugi yace una noción que celebra los accidentes del tiempo y la misma impermanencia de las cosas. En este sentido existe una conexión con el llamado wabi-sabi, que se encuentra, a su vez, emparentado al budismo zen, donde se busca dejar que la naturaleza exista sin demasiadas interferencias, buscando lo simple y espontáneo. Las piezas de cerámica podrían ser reparadas de tal forma que no se percibieran las grietas, pero esto sería en parte una negación de la realidad de la naturaleza y sus acontecimientos. Por otro lado, las piezas podrían no ser reparadas, pero entonces no tendríamos el recordatorio de la impermanencia y de la imperfección ensalzado por una idea estética -que es mezclar el polvo dorado con la cicatriz de la arcilla o de la porcelana, etc- que está supedita a un entendimiento filosófico. La imperfección aceptada y admirada se vuelve una forma de perfección del espíritu. De la misma manera el Buda, al entender la impermanencia de todas las cosas compuestas, encontró algo permanente: la conciencia despierta, el estado inmutable, un dharma luminoso y perfecto, el nirvana.

En el kintsugi se resaltan las grietas de la ruptura o de la decadencia natural de un objeto, puesto que así la impermanencia y la fragilidad de la existencia se hacen visibles, quedan, por así decirlo, a flor de piel, como objetos contemplativos. Christy Bartlett escribe en Flickwerk: The Aesthetics of Mended Japanese Ceramic:

No sólo no se intenta reparar el daño, sino que la reparación es literalmente iluminada... esto es una forma de expresión física del espíritu de mushin... Mushin es comúnmente traducido como "no-mente", pero conlleva la connotación de existir plenamente en el momento, de desapego, de ecuanimidad dentro de condiciones cambiantes... Las vicisitudes de la existencia a lo largo del tiempo, a los cuales los seres humanos son susceptibles, no podrían ser mejor expresadas que en los quiebres, golpes y destrozos a los cuales también la cerámica es susceptible. Esta agudeza o estética existencial ha sido conocida en Japón también como mono no aware, una sensibilidad compasiva, o tal vez una identificación con lo que está afuera de nosotros.

Así, estas vasijas rotas, agrietadas, heridas, son una suerte de refinados espejos en los que podemos vernos a nosotros mismos y aceptar nuestra propia naturaleza sujeta al cambio y a la degradación, en muchos sentidos tan frágil como el barro o la porcelana, e igualmente bella en sus transformaciones, especialmente en aquellos puntos en los que la pérdida, la enfermedad y la adversidad nos han golpeado, pero con ello nos han hecho crecer y nos han vuelto más sabios y sensibles. Como escribió el poeta Rumi, "la herida es el lugar por donde entra la luz". Es la cualidad de vulnerabilidad en una persona la que nos permite unirnos a ella y establecer un lazo de intimidad. La grieta es siempre también un atisbo de apertura, de espacio y posibilidad de interpenetración. Como dice un poema de Borges para una versión del I Ching:


la firme trama es de incesante hierro,

pero en algún recodo de tu encierro

puede haber un descuido, una hendidura.

El camino es fatal como la flecha,

pero en las grietas está Dios, que acecha.



Serendipia del descuido, eso es el kintsugi: grieta o descalabro por donde descubrimos a la divinidad. El siguiente poema de Meister Eckhart (el más oriental de los místicos occidentales), tomado de una reciente edición de Jon M. Sweeney y Mark S. Burrows, expresa de manera sublime cómo son estas heridas o fracturas las que dejan entrar la luz e incluso las que permiten que lo divino subyacente se revele:

Es verdad:

A veces tienes que

romper las cosas

si quieres

ver a Dios en ellas.

En la ruptura

permitimos que lo sagrado

se forme

en nosotros.


Twitter del autor: @alepholo

FUENTE: PIJAMASURF

¿LOS DRONES ESTÁN ABRIENDO NUEVOS CAMINOS A LA FOTOGRAFÍA? ESTAS IMÁGENES ASÍ LO PRUEBAN



LA TECNOLOGÍA COMO VEHÍCULO DE LA CREATIVIDAD: ESTAS IMÁGENES SUGIEREN QUE LOS DRONES PODRÍAN TRANSFORMAR CIERTOS ÁMBITOS DEL EJERCICIO FOTOGRÁFICO

En años recientes los drones se han popularizado como artefacto de recreación pero también de creatividad. En la medida en que permiten tomar fotografías y grabar videos, se trata de instrumentos que de algún modo han abierto nuevos caminos de exploración en el dominio de la expresión visual.

Como prueba de ello, presentamos ahora estas fotografías seleccionadas en el marco de Dronestagram, una iniciativa que sirve al mismo tiempo como concurso, escaparate y estímulo para el ejercicio de la habilidad fotográfica con drones.

Bajo la consigna de que “un nuevo lenguaje fotográfico ha nacido”, Dronestagram invita permanentemente a cualquier persona a compartir en su sitio sus imágenes personales, mismas que son votadas, seleccionadas y, si es el caso, premiadas en alguna de las competencias promovidas.


Mujer y nenúfares en Mekong Delta, Vietnam

De cualquier modo, más allá del proyecto, las imágenes demuestran que, en efecto, cierto ámbito de la fotografía podría renovarse por completo por el uso del dron, lo mismo en la fotografía de paisaje que la de la naturaleza o la social y cultural, demostrándose así, una vez más, que la tecnología puede ser vehículo de la creatividad.
Trabajadores en la Torre Mercurio de Moscú, Rusia

La escalera que conduce a una de las playas de Algarve, Portugal

Una playa en la Polinesia Francesa

Dos personas cruzan en motoneta el puente Chiang Mai, en Tailandia

Un oso polar fotografiado en Canadá, donde la religión inuktitut lo adora bajo el nombre de "Nanook"

Un hombre nada junto a una ballena en Argentina

Las cascadas de Gullfoss, en Islandia

Mujeres recolectan caléndula en Sukhothai, Tailandia

Para más detalles sobre las fotografías puedes consultar el sitio de Dronestagram en este enlace

FUENTE: PIJAMASURF

3 MÉTODOS PARA FOMENTAR EL DESAPEGO DE LAS RELACIONES TÓXICAS

SI BIEN EN LA TEORÍA, EL DESAPEGO SUENA FÁCIL Y LIBERADOR DE MALESTARES, SE TRATA DE UN PROCESO QUE LIBERA LOS MIEDOS MÁS INSOPORTABLES PARA ENFRENTAR, TAL COMO SI FUESE LA CAJA DE PANDORA.



El apego es uno de los requisitos básicos que todo ser humano –y vivo– requiere para su óptimo desarrollo. Sin esos cuidados primarios probablemente no seríamos capaces de mantener ningún vínculo afectivo saludable, acciones de autocuidado ni proyectos a futuro que nos motiven a alcanzar objetivos. Por tanto, ¿acaso el apego es malo para nuestra salud emocional?

Esta característica casi innata del ser humano es tan necesaria que no podemos enterrarla ni desterrarla de nuestro ser; pero sí podemos dominarla para evitar que duela o frustre cuando la expectativa no se asemeje a la realidad. Es entonces cuando entra en juego el término del “desapego”, es decir la fuerza resiliente que permite superar las pérdidas, decepciones y cambios reduciendo en la medida de lo posible el sufrimiento.

Si bien en la teoría, el desapego suena fácil y liberador de malestares, se trata de un proceso que libera los miedos más insoportables para enfrentar, tal como si fuese la caja de Pandora. Es francamente doloroso, sin embargo, necesario para superar rupturas, duelos y cambios inevitables. Dado que no puede eliminar de la experiencia humana, se intenta regular lo más posible, y éstos son algunos consejos útiles para lograrlo:



– Volvernos responsables de sí mismos
Si bien existen frases como “¿Ves lo que me hiciste hacer?”, “¿Por qué me estás haciendo sufrir?”, entre otras, la realidad es que sólo somos responsables de uno mismo –física, psíquica y emocionalmente–. Llega una edad, entre adolescencia y adultez que debemos enfrentarnos ante las necesidades de nuestra propia existencia, así como de nuestras necesidades. Y en el caso de que la expectativa no se acerque a la realidad, uno requiere tomar consciencia de no hay persona más apta para cuidarse, procurarse y reducir el contacto tanto con personas tóxicas como con situaciones de riesgo, que uno mismo.

Gracias a ello es importante comprender que no podemos continuar esperando a que alguien nos ame incondicionalmente o tener para siempre el reconocimiento de la familia o de los jefes; si no a buscar algún objetivo personal y cumplir los planes adecuados para alcanzar aquello que nos satisface personalmente. La idea es concretar de que sólo uno mismo es capaz de cubrir todas las necesidades personales, siendo responsable de las consecuencias de las decisiones propias y regresándole la responsabilidad a cada persona por sus respectivas acciones.



– El presente como asumir la realidad y proceso de auto cuidado
Existen estudios que demuestran que la meditación mindfulness, la toma de consciencia del presente, que surte efecto de un poderoso analgésico. Por tanto, el ocupar la atención en el aquí y en el aquí permite una conexión entre mente y cuerpo facilitando la sanación de procesos traumáticos, depresivos, ansiolíticos y aquellos relacionados con el desapego. De modo que realizar acciones de auto cuidado –como tener una dieta equilibrada y saludable, abrazarse a sí mismo, tener un día o un momento al día de apapachos como un té en el sofá mientras se lee sin distracciones, poner límites a las personas agresivas…– en el aquí y el ahora, permite tomar consciencia de lo maravilloso que es estar ahí y no divagar en el pasado/futuro sin poder estar realmente ahí.

También, al contemplar la vida en el aquí y el ahora permite que la fluidez enseñe la impermanencia de las cosas, la vida y los vínculos. De alguna manera, este camino del aquí y ahora permite tejer un orden natural que liberan las cadenas del pasado, facilitando el perdón y empoderando a la resiliencia.



– La libertad como la base del amor
En el vínculo con familiares, amistades y pareja es difícil no caer en el juego tétrico del romanticismo: “tú y yo somos uno mismo”. Pues esta perniciosa creencia, la de pensar que somos objetos de aquel emite el cariño, prohibe la libertad de ser de cada individuo. ¿Por qué no gozar de nuestros amigos como nuestra pareja de los suyos? ¿Por qué no permitirnos disfrutar de nuestra sexualidad y decidir sólo compartirla? ¿Por qué no ser uno mismo mientras se ve obligado a adaptarse a los gustos y necesidades de otro? De modo que el amor, con base en la libertad, requiere el aprendizaje de saber amar y saber recibir amor: siendo responsable del tipo de amor que se brinda y aquel que se recibe, liberando la incertidumbre de los miedos y creencias irracionales.


FUENTE: PIJAMASURF

jueves, 18 de enero de 2018

H&E: ANTÀRTIDA, MALVINAS, PATAGONIA... LOS GRANDES DESAFÍOS PARA LA ARGENTINA!

La globalización tiene muchos significados y uno de ellos es la ambición por los recursos de otras naciones, algo que es histórico pero que hoy toma otras formas. El Sur argentino es una de las zonas que presentan varias condiciones para despertar la codicia ajena: ubicación geopolítica importante, riqueza en agua, minerales, vientos, pesca y proyección hacia la Antártida entre las mas destacadas. En este programa conversamos con el Dr. Juan Labaké sobre esta situación. En su columna Azul Selene aborda el tema de la neutralidad de las redes... ¿Una nueva forma de censura?

HUMO Y ESPEJOS



martes, 16 de enero de 2018

¿QUÈ DESCUBRIÒ TRUMP SOBRE EL ASESINATO DE KENNEDY? (ENRIQUE ROMERO) RADIO ZONICA

ROMERO en Radio Zonica - 30/10/17 - Trump finalmente no devela la totalidad de los archivos de la CIA sobre el asesinato en Dallas, como había prometido. ¿Qué interés está resguardando? Columna semanal de análisis internacional en el programa "El Arranque", conducido por Maximiliano Lequi por Radio Zonica http://www.radiozonica.com.ar


jueves, 11 de enero de 2018

GUARDIANES DE LA LENGUA: URU (CANAL ENCUENTRO)

En Latinoamérica existe una enorme variedad de lenguas nativas. Algunas de ellas son habladas por grandes comunidades, mientras que otras son custodiadas por un número muy pequeño de personas, quienes resguardan el legado cultural de sus pueblos. Viajamos a Colombia, Paraguay, Bolivia, Chile y Argentina para conocer a Sixto Muñoz, a Cristina Calderón, a don Blas y a otros verdaderos guardianes de la lengua. De la mano del lingüista argentino Santiago Durante, registramos la problemática de diferentes idiomas que podrían desaparecer y la tarea que realizan sus hablantes por perpetuarlas. <p>Una serie documental dirigida por Juan Pablo Tobal. Asesoramiento en lingüística: Ana Fernández Garay.



martes, 9 de enero de 2018

OLIVE OATMAN, LA ÚNICA MUJER MORMONA QUE MURIÓ CON TATUAJES INDÍGENAS

OATMAN REGRESÓ A LA SOCIEDAD OCCIDENTAL, CON LA MARCA DE HABER VIVIDO EN UNA AMBIVALENCIA ENTRE DOS CULTURAS CASI ENEMIGAS


A mediados del siglo XIX, en la frontera entre EEUU y México, principalmente el desierto de Sonora, las tribus indígenas luchaban defendiendo sus tierras ante la invasión de los anglosajones y criollos. Con triunfos y tragedias lograron proteger tanto su cultura como sus hogares, aunque en algunas ocasiones, muy contadas, llegó a suceder que alguna de los dos grupos adoptó como propio al otro. Entre estas historias está el curioso caso de la única mujer blanca que aprendió de ambas culturas: Olive Oatman.

Se dice que, en 1850, la familia Oatman decidió mudarse de la iglesia mormona de Jesus Christ of Latter-day Saints –LDS Church– en Salt Lake City, Utah –en ese momento, México–, hacia el sudoeste de California y el oeste de Arizona. En su camino encontraron un grupo de 90 brewsteritas –seguidores del mormón rebelde James C. Brewster–, quienes les aconsejaron seguir el camino hasta California, que era el “punto de encuentro” de los mormones. La familia de ocho integrantes decidió unirse al grupo y viajar a lo largo de Nuevo México, en donde se dividieron en dirección de Socorro, vía Santa Fe.

Fue así que los Oatman lideraron al grupo hasta Socorro, y de ahí a Tucson. Sin embargo, llegando a Maricopa Wells –actual Maricopa County, en Arizona– fueron advertidos de que el camino no sólo era árido y peligroso, sino que las tribus nativas de la región eran “popularmente conocidas por ser violentas con los blancos” y, en caso de continuar, era seguro que pondrían en riesgo su vida. Si bien las otras familias prefirieron quedarse en Maricopa Wells hasta recuperarse lo suficiente para continuar el viaje, el líder de los Oatman, Royce, presionó a su esposa, Mary, y a sus siete hijos –de entre 1 y 17 años de edad– a continuar y adentrarse en el desierto sonorense por su cuenta.

Aproximadamente a 150km de Yuma, en las orillas del río Gila, fueron acechados por un grupo de nativos americanos, los yavapai. Aunque se desconocen los detalles, algunos dicen que los indígenas pidieron comida y tabaco, otros que “sin deberla ni temerla” se trató de un ataque. El resultado fue trágico: todos los Oatman murieron, salvo tres de ellos: Lorenzo, de 15 años, Olive, de 14, y Mary Ann, de 7. Al primero, después de haber sido golpeado al borde de la muerte, lo abandonaron a su suerte en el desierto; a las hermanas las llevaron a su villa a unos 96km de distancia, y así, amarradas con cuerdas, las niñas tuvieron que caminar durante varios días por el desierto y sobrevivir a la deshidratación y el agotamiento. Incluso se dice que, cuando pedían agua o descanso, las picaban con lanzas, forzándolas a seguir caminando. Durante 1 año vivieron en calidad de esclavas, buscando cobijo y migajas de comida, hasta que algunos miembros de la tribu mojave, con quienes los yavapai comerciaban, mostraron interés por las Oatman: el intercambio fue de algunos caballos, mantas, vegetales y otras pequeñas cosas a cambio de ellas.



Después de caminar durante días desde ahí hasta el pueblo de los mojave, cerca de la en ese entonces no fundada ciudad de Needles, California, las cosas mejoraron significativamente para las hermanas. El líder de la tribu, Espanesay, las adoptó como miembros de la comunidad, por lo que las tatuaron, como a todos los miembros de la tribu, espinas de cactus con líneas muy delgadas, tanto en la barbilla como en los brazos. De esta manera, no sólo se les reconocería como parte de la tribu sino que, de acuerdo con la cosmogonía de los mojave, también podrían reunirse con sus ancestros. Así, en el pueblo de los mojave, que se encontraba en un valle lleno de sauces y algodón cerca del río Colorado, las hermanas Oatman dejaron de ser esclavas, recibieron un nombre nativo, Oach, y comenzaron a formar vínculos muy cercanos con su familia adoptiva –en especial con la madre y la hija, Aespaneo y Topeka, respectivamente–. Inclusive, durante el resto de su vida, Olive hizo siempre énfasis en el afecto que sus padres adoptivos les procuraron.

Desgraciadamente, unos años después de su inicial captura, una sequía produjo una crisis de hambruna en el pueblo de los mojave. Mary Ann murió con tan sólo 10 años; sin embargo, Olive sobrevivió –inicialmente porque su madre adoptiva, Aespaneo, la alimentaba en secreto mientras el resto de los miembros moría de hambre–. Y en 1855, 2 años después de la venta del terreno mexicano al gobierno estadounidense, un miembro de la tribu quechan, llamado Francisco, apareció con los mojave con un mensaje del gobierno federal de los EEUU: las autoridades de Fort Yuma habían recibido rumores de que una joven mujer blanca vivía con los mojave y exigían su retorno, o al menos, que explicara por qué no había elegido regresar con los suyos. Al principio los mojave decidieron ignorar la solicitud, con el fin de salvaguardar a Olive; después negaron que fuera blanca, y finalmente aceptaron aquella demanda, por miedo a recibir una represalia contra toda la tribu. En todo este lapso, Olive también formó parte de la negociación. Incluso, años después, declaró:


Descubrí que le dijeron a Francisco que yo no era estadounidense, que era de una raza de personas como los indígenas, viviendo lejos de la puesta del Sol. Pintaron mi cara y pies y manos con un color sucio y pardo, a diferencia de otras razas que había visto. Esto, me dijeron, había decepcionado a Francisco; y por lo tanto, no tenía que hablar como una norteamericana [sic]. Me dijeron que tenía que hablar con él en otra lengua, y decirle que no era estadounidense. Entonces esperaron a escuchar el resultado, esperando oír mi algarabía sin sentido, ser testigos del efecto convincente sobre Francisco. Pero hablé con él con mi inglés roto, y le dije la verdad, y lo que ellos me habían ordenado hacer. Él empezó desde su silla en una rabia perfecta, jurando que no se le impondría más.

Aunque al principio los mojave estuvieron iracundos con Olive por desobedecer sus órdenes –tanto, que sugirieron que debería ser asesinada como castigo–, su familia adoptiva y Francisco decidieron una solución: Olive tendría que rendirse ante el gobierno de EEUU a cambio de un caballo, unas mantas y unos rosarios.

Olive regresó a la sociedad occidental, con la marca de haber vivido en una ambivalencia entre dos culturas casi enemigas. Con el tatuaje en su cara y los recuerdos de su pasado, intentó retomar una vida en el EEUU de la época: promovió su historia con libros como Life Among the Indians –después con el título de Captivity of the Oatman Girls– de Royal Stratton, y se casó con un granjero (después convertido en un rico banquero) llamado John B. Fairchild en Nueva York. Con el paso del tiempo se mudaron a Sherman, Texas, y adoptaron a una bebé llamada Mamie. Y si bien Olive nunca volvió a encontrar la felicidad, debido a un diagnóstico de depresión grave y dolores de cabeza crónicos que le duraron décadas, afirmaba encontrarse en la mejor situación; ¿cómo podía aceptar, en una sociedad en contra de los indígenas, que fue más feliz con ellos que en la cultura de lo correcto? Después de todo, Olive murió de un ataque al corazón en 1903, cuando tenía 65 años, con síntomas evidentes tristeza profunda…


FUENTE: PIJAMASURF

AVES FORMAN ESTE PATRÓN INCREÍBLE AL VOLAR JUNTAS (FOTOS)

¿UN EJEMPLO DE PAREIDOLIA O UN CASO DE CONCIENCIA COLECTIVA? EL VUELO DE LOS ESTORNINOS SIEMPRE NOS SORPRENDE


Durante el otoño y el invierno de Europa, uno de los espectáculos más cotidianos y más hermosos que pueden verse en los cielos de varias ciudades es el vuelo de los estorninos (Sturnus vulgaris), pequeñas aves que han sorprendido a los habitantes del Viejo Continente al menos desde los tiempos de Plinio el Viejo.

Su comportamiento en dichas estaciones llama la atención porque se vuelve especialmente colectivo. Si bien en el resto del año vuelan también en parvadas, es durante dichas épocas adversas cuando forman grandes y ruidosas nubes que en las horas del ocaso vuelan de un lado a otro, en una especie de ritual secreto e incomprensible del que nosotros sólo atinamos a intentar descifrar las complejas formas que dibujan en el cielo.

En efecto: en ese vuelo que precede a su descanso, los estorninos realizan complejas maniobras que hasta la fecha no han sido completamente explicadas. Aunque se trata de cientos y aun miles de especímenes en una misma parvada, la coordinación de sus movimientos es perfecta, sin accidentes ni conflictos, y esto además en patrones que no son regulares, sino que cambian a cada instante.

Recientemente, el fotógrafo de origen alemán Daniel Biber tuvo ocasión de tomar algunas fotografías a nubes de estorninos en la Costa Brava de España y, para su sorpresa, al ver los resultados se asombró por la forma que el grupo de aves había adoptado en el cielo: nada menos que una especie de ave gigante, que parece evidente en sus elementos más simples: las alas, el pico, el cuerpo.





El fenómeno, por supuesto, puede ser un caso de “pareidolia”, esa inclinación del cerebro humano a ver patrones donde no los hay, e incluso puede argüirse que todo se explica por el punto de vista del observador, que acaso si cambiara, cambiaría también la forma observada.

Sea como fuere, estas imágenes no dejan de evocar la idea de una especie de conciencia colectiva: separada en cada uno de los individuos pero, en última instancia, actuando como una sola.

FUENTE: PIJAMASURF

PARA LA VIDA AUTÉNTICA, EL TIEMPO NO EXISTE (VIDEO)

¿QUÉ ES EL TIEMPO HUMANO ANTE EL DEVENIR INCESANTE DE LA VIDA?



Imparable e indivisible. La vida sigue a pesar de todos los calendarios con que intentemos seccionarla y todos los relojes que usemos para querer medirla.

El video que compartimos a continuación es una preciosa muestra de ello. Se trata de un timelapse que condensa meses de vida tal y como ocurre en un bosque, de los gélidos días de invierno a la primavera floreciente, tan llena de color y alegría.

¿Qué es el tiempo humano ante el devenir incesante de la vida?




El registro es parte de documental Au royaume de la forêt (En el reino del bosque), filmado por Jan Haft en 2014 y difundido originalmente por la cadena francesa TV5. Para los interesados, puede encontrarse completo en YouTube (en este enlace).

FUENTE: PIJAMAURF

INFORME PETRAS: EL DIAGNÓSTICO QUE HACE 20 AÑOS PREDIJO LA RUINA DE LA JUVENTUD CONTEMPORÁNEA

LA REALIDAD DETRÁS DE LA FANTASÍA: HACE 20 AÑOS, EL SOCIÓLOGO JAMES PETRAS OBSERVÓ CON AGUDEZA Y PRECISIÓN EL EFECTO QUE PROVOCARÍAN LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES EN EL TEJIDO SOCIAL


Desde hace un tiempo circulan en Internet alusiones a el “Informe Petras”, un estudio elaborado por el sociólogo estadounidense James Petras en 1995, luego de pasar medio año en Barcelona. Petras era entonces ya un científico social reconocido por su especialización en el dominio hispánico (especialmente América Latina) y sus estudios sobre la relación entre economía, política y bienestar social. Ahora es profesor emérito de la Universidad de Binghamton, en Nueva York.

De acuerdo con la información que circula en torno a dicho informe, el Centro Superior de Investigaciones Científicas del gobierno de España llamó a Petras para que elaborara una investigación general y sustentada sobre el efecto del proceso de modernización política y económica que se había iniciado en el país algunos años antes, para conocer asimismo las tendencias.

Recordemos brevemente que tras la muerte de Francisco Franco en 1975, la vuelta de la monarquía pero también la transición a un sistema democrático-liberal, España vivió un par de décadas convulsas, pues estos movimientos políticos estuvieron acompañados de una apertura casi total a las directrices económicas del neoliberalismo, con las salvedades del caso español. El “éxito” de esta modernización quedó simbolizado en la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona.

El panorama que encontró Petras fue, sin embargo, un tanto distante a esos relatos de abundancia y bienestar. Si bien al principio parecía que la realidad concordaba con las estadísticas del entonces promisorio gobierno socialista de Felipe González, conforme transcurrieron los días el sociólogo comenzó a ver que fuera del ámbito de la universidad, las bibliotecas y los intercambios con colegas, en la otra vida, las cosas parecían ser diferentes. En prácticamente todos los lugares que frecuentaba en sus actividades ajenas a la investigación –el gimnasio, el bar, el videoclub (era una época sin Netflix)– encontraba una constante: jóvenes en empleos de tiempo completo, sueldos apenas suficientes para cubrir las necesidades básicas de la vida cotidiana y, lo más notable, contratos temporales y carentes casi por completo de prestaciones sociales (dos de los elementos, estos últimos, que habían detonado la huelga general en 1988, el célebre 14-D).

Petras se dedicó entonces a observar más de cerca la realidad de a pie y encontró indicios del efecto de las políticas neoliberales –que, entonces, se estaban aplicando como dogmas en todos los países occidentales– en la sociedad española .

Entre los varios descubrimientos, Petras vio pronto uno de los fenómenos más preocupantes: el futuro parecía haber sido cancelado para los más jóvenes. Mientras que apenas en la generación anterior casi cualquiera podía tener un trabajo y a partir de éste tener una vida digna, en cierto sentido despreocupada incluso (pues la pensión aseguraba la tranquilidad en su vejez), las reformas del neoliberalismo habían despojado de esa perspectiva a los hijos de esas personas.

Los más jóvenes estaban ahora orillados a trabajar más y ganar menos, a la incertidumbre del despido, a la casi imposibilidad para ahorrar y a enfrentar por cuenta propia, privada, gastos que antes cubría la seguridad social.



La importancia de esta situación no se debía sólo a que tocaba a una buena parte de la población española, sino también a que tenía consecuencias en otros ámbitos, tanto en lo individual como en lo social (que no pueden entenderse por separado nunca). Personas deprimidas o angustiadas, atrapadas en cierta parálisis emocional, y también eso que Petras identificó como una “movilidad intergeneracional descendente”, es decir, que la vida de los jóvenes tenía ahora un menor grado de bienestar en comparación a la de sus padres: podía ser que fueran más pobres, menos escolarizados, con menos bienes de los cuales disponer o que nunca tuvieran un trabajo estable, etc. Dice Petras, en uno de los pasajes mas inquietantes de su informe:

La ironía es que los padres esperaban que, con ingresos añadidos, más educación y un ambiente de familia estable, los hijos conseguirían más, alcanzarían un estatus más alto y empleos mejor pagados. En lugar de eso, los hijos de los trabajadores no pueden lograr siquiera el nivel de seguridad e ingresos de sus padres.

Y no sólo eso. Al mirar aún con más detalle, Petras se dio cuenta de que, a la par de una incertidumbre social y ante el futuro, los contratos temporales también estaban provocando un efecto devastador en la solidaridad laboral: los trabajadores con contrato definitivo miraban de soslayo a los de contrato temporal; los de contrato temporal sostenían una actitud de rivalidad permanente con sus compañeros de condición y, además, evitaban unirse a un sindicato, tanto por temor a que el patrón después no los quisiera contratar como por la percepción misma de que su paso por ese empleo era transitorio. Dice Petras:

Los jóvenes trabajadores temporales de hoy no tienen seguridad en el empleo y apenas organizaciones colectivas o apoyo: están atomizados y son vulnerables a los dictados del empresario, que tiene el sostén legal del Estado, el cual apoya sus acciones arbitrarias. Hoy la dictadura del mercado es un enemigo más formidable de los trabajadores temporales que el régimen represivo de Franco […]

Un “sentido de aislamiento” reforzado tanto en lo positivo como en lo negativo por la cultura circundante, cada vez más individualista: con aparatos electrónicos, “rock mercantilizado” y vacaciones por un lado, adquiridos con el poco dinero que sobra a final mes, y por el otro con vergüenza por confesar que se gana un sueldo miserable.

El sociólogo, en este sentido, ofreció un diagnóstico preciso sobre una situación desastrosa para las personas y las sociedades contra la cual, casi 20 años después, se alzan cada vez más voces. Entre otros, pensadores como Slavoj Zizek y Byung-Chul Han han señalado en varios lugares de su obra la maniobra efectiva con que el capitalismo contemporáneo ha dividido a la sociedad, ha roto los lazos afectivos, cooperativos y comunitarios que hace no mucho todavía podían percibirse, palpables en la superficie del tejido, dejando como resultado subjetividades altamente individualizadas, flotando a solas en este mar neoliberal de goces y despojos en el que vivimos.

En ese aspecto, Petras también fue lúcido en sus recomendaciones finales: esperaba que su investigación contribuyera a mostrar la importancia de esos lazos, la vitalidad que podía surgir de que las viejas generaciones enseñaran a las nuevas no a disfrutar, sino a luchar; no sólo a preocuparse por su propio bienestar, sino a darse cuenta de que el bienestar personal es resultado del bienestar colectivo.

Petras vio hace 20 años esta situación, y ahora mismo hay no sólo intelectuales sino organizaciones y expresiones sociales que demuestran la necesidad de hacer algo al respecto. La pregunta que hizo Zizek hace algunos años parece que sigue sin respuesta, aunque la debacle no se detiene: ¿por qué es más fácil imaginar una catástrofe planetaria, un apocalipsis general, etc., que un cambio, así sea modesto, en el orden económico en que vivimos?

El “Informe Petras” puede consultarse y descargarse en este enlace.

FUENTE: PIJAMASURF


LAS REDES SOCIALES ESTAN DESTRUYENDO LO BUENO DEL INTERNET (AL VOLVERSE COMO LA TV)

EL VIDEO ESTÁ MATANDO A LA RED


En ocasiones parece que sólo quien se aleja de los sucesos puede ver realmente su naturaleza. El pez no entiende el agua. Este parece ser el caso del blogger iraní Hossein Derakhshan. El llamado “padre del blogging” en Irán, pasó seis años en una prisión en Terán por su actividad supuestamente subversiva en línea. Al salir de prisión, Derakhshan, quien era un entusiasta de las posibilidades de libertad y empoderamiento de la Web, notó que las cosas habían cambiado sustancialmente. El Internet que tanto le había entusiasmado se había convertido en algo parecido a la TV donde rige la premisa del entretenimiento. Hace seis años la divisa que regía el Internet era el hipervínculo, el cual encarnaba el espíritu original que buscaba imprimir el padre de la Red, Tim Berners Lee. Una red descentralizada y abierta de ciudadanos y científicos interconectados para distribuir información y aumentar el conocimiento.

Como es evidente para cualquier usuario, en la redes sociales lo que genera likes son las fotos y los videos. Twitter que le había apostado al texto, poco a poco se parece más a Facebook; primero fueron las fotos en los links y luego un algoritmo que ya realiza una curaduría de lo que Twitter cree que te interesa más (su propia versión de la burbuja de los filtros). En Instagram ni siquiera se permiten links (sólo en el perfil no en los posts). Esto tiene una razón muy evidente, los links tienen el potencial de hacernos salir de la burbuja y dejar de pasar tiempo en esta red social que hace de la imagen una forma de cautiverio.

En comparación con los diarios y los libros, la televisión es un medio que nos hace sentir más que pensar. Esta misma tendencia está dominando actualmente en Internet, según Derakhshan. Mientras que en un principio Internet fue modelado en base a los diarios y los libros, cada vez se parece más a la TV.

"Al igual que la tele, ahora internet nos entretiene e incluso potencia nuestros ideales y hábitos, incluso más que en su día lo hacía la caja tonta. Más que pensar, internet nos hace sentir, y nos reconforta más de lo que estimula nuestra autocrítica. El resultado es una sociedad profundamente fragmentada, impulsada por emociones y radicalizada por la falta de contacto y de refutaciones externa", dice Derakhshan en un perspicaz artículo.

Derakhshan va más allá y considera que las redes sociales están introduciendo nuevos males. "Facebook es tu propia TV personalizada". La burbuja de los filtros de las redes sociales fomenta "la comodidad y la complacencia". Vemos, por así decirlo, puros programas que nos gustan, algo de lo cual los algoritmos cuidadosamente se encargan para maximizar el tiempo de los usuarios. Así más que el debate, la sorpresa, lo desafiante, lo que nos encontramos es siempre entretenimiento. Vivimos en una era donde todo tiene como denominador común que es formulado para ser entretenido, esta es la fórmula básica de producir likes."Hace unos años la web parecía realmente poderosa, tal que me llevó a la cárcel. Hoy todo parece poco más que mero entretenimiento”, dice Derakhshan.

FUENTE: PIJAMASURF

DESAMOR Y RECONQUISTA DEL INSTANTE: UNA FÓRMULA CONTRA EL MIEDO A LA LIBERTAD DE NUESTRA ÉPOCA

¿EL SER HUMANO HA TENIDO SIEMPRE MIEDO A SER LIBRE? ¿CÓMO SE EXPRESA AHORA ESE MIEDO Y QUÉ ORÍGENES TIENE? PERO, SOBRE TODO: ¿HAY FORMA DE COMBATIRLO?


En la filosofía occidental existe una constante en las reflexiones que han abordado el problema de la libertad humana. Más allá de las diferencias y limitaciones de cada filósofo, más allá de las corrientes de pensamiento y las distintas épocas de cada una, en los muchos años de ideas que van de Platón a Slavoj Zizek casi todos los filósofos se han encontrado con una actitud al parecer propia de la naturaleza humana en relación con la libertad: el miedo. El ser humano tiene miedo de ser libre.

En cierta forma, para el ser humano la libertad está asociada casi indeleblemente con un trauma. Acaso se trata de un problema que en nuestros muchos años de historia nunca hemos descubierto cómo resolver de la mejor manera posible. Al nacer debemos esperar algunos años antes de poder comprender la vida social y sus prácticas, entender que parte de nuestra supervivencia en comunidad implicó el desarrollo de reglas sociales y culturales. Ignorantes de todo esa estructura, debemos crecer, sin embargo. Y entonces surge el trauma. Porque la libertad un poco salvaje del infante necesita acotarse y definirse de acuerdo con esos límites: parece necesario para que después pueda vivir con sus semejantes. La maquinaria social que procesa la libertad humana –recortándola, amoldándola– es, en este sentido, una maquinaria implacable, que impone su sello sobre cada sujeto, sin miramientos de ningún tipo. O al menos así lo intenta.

Cada momento histórico tiene, sin embargo, sus propias circunstancias. Es posible que, hasta hace unos años, el miedo a la libertad haya sido sobre todo miedo al castigo. Todo intento de experimentar la libertad solía implicar una represión violenta, tanto a nivel subjetivo como social. Al menos hasta los años 80 del siglo XX, era común que los padres castigaran físicamente a sus hijos, los maestros igualmente a los alumnos y los gobiernos de cualquier ideología hicieran lo propio con sus gobernados. Al menos hasta esa época, el castigo podía entenderse como origen del miedo a la libertad: sujetos y sociedades tuvieron miedo de ser libres porque, cuando lo intentaron, fueron violentamente reprimidos, y en su psique quedó vinculado indeleblemente el dolor del castigo al intento de libertad.

Poco después, por distintas razones, dicha manera de moldear a los sujetos cambió. En La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han argumenta que las sociedades disciplinarias se convirtieron en sociedades del rendimiento porque el deber harta y por ello eventualmente termina, pero el poder estimula y por ello parece no tener fin. Dicho de otro modo: si el castigo da pie a la inconformidad y posiblemente a la rebeldía, en cambio el estímulo positivo hace al sujeto querer más, rendir más, trabajar más, estimulado doblemente por una recompensa que lo satisface por un instante y al mismo tiempo le hace querer más de lo mismo. Al hablar de Coca-Cola, Slavoj Zizek señaló eso que todos hemos experimentando: cuando la bebemos parece refrescarnos en un primer momento, pero al siguiente tenemos más sed.

El cambio de la sociedad del castigo a la sociedad del rendimiento que señala Byung-Chul Han implicó también un giro radical hacia la positividad. Todo, ahora y desde hace unos años, tiene que ser positivo. Y eso no excluyó la formación de las subjetividades y el moldeamiento de su libertad. El castigo con que antes se limitaban las experiencias de libertad cambió entonces hacia formas en apariencia menos violentas de acotar la libertad de los sujetos, pero igualmente encaminadas a ello. Si al menos hasta el siglo XIX y acaso algunos años del XX había padres que no dudaban en atar las manos a sus hijos para evitar que hicieran travesuras (o a manera de punición después de hacerlas), este gesto que bien podría figurar en las láminas con que Michel Foucault ilustró su Vigilar y castigar no parece muy distinto, en esencia, a las muchas horas de “tranquilidad” que tuvo un padre o una madre cuando dio a sus hijos una consola de videojuegos e igualmente ató sus manos, impidiendo de otra manera que experimentaran con su libertad. No parece muy distinto, pero lo fue. Y en esa variación generó otros efectos. Uno de ellos fue la necesidad constante de estimulación positiva que se creó en este tipo de subjetividades.

Sin embargo, no fue el único. El ser humano no se explica únicamente por las condiciones materiales y objetivas que lo rodean, sino también por la emotividad en la que se forma. Cuando la crianza pasó del castigo al estímulo, se generó otra necesidad característica de esta época: la necesidad de sentirse amados incesantemente o, en otro sentido, la idea de que el afecto es siempre inagotable.

No es casualidad que un producto como Facebook se haya desarrollado en una época como la nuestra y, además, haya pasado a formar parte de nuestra dinámica cotidiana con la importancia que le concedemos ahora y el tiempo de nuestra vida que le dedicamos. No es sólo por la recompensa constante e instantánea que puede proveer a una persona o porque satisfaga la necesidad de sentirse mirado que, se ha dicho, también es parte de la subjetividad de esta época. No es sólo eso.

Es, también, porque tanto el estímulo positivo como la necesidad de ser mirados estuvieron, en el momento del acotamiento de la libertad de estas subjetividades, cruzados con la posibilidad y la sensación de saberse amados.

¿Qué hay, si no, en una frase en apariencia tan inocua como “Si haces eso ya no te voy a querer”, que aun ahora puede escucharse en la boca de una madre o de un padre dirigida a su hijo, cuando éste está a punto de hacer algo indebido? Está ahí la mirada de la figura tutelar sobre los actos del hijo (y, en específico, sobre un acto de libertad que considera censurable), está la recompensa del amor como estímulo a la obediencia de la regla (que implica permanecer así dentro del ámbito de lo permitido), pero también está, finalmente, cierta promesa de infinitud, como si al obedecer y aceptar esos límites a la libertad se hubiera aceptado la ficción implícita del “amor infinito” de la madre o el padre, reforzándose así, doblemente, el estímulo positivo: en el afecto, por un lado, pero también en el narcisismo, en la falsa idea de que el amor no acaba nunca, que al amor propio puede vivir sin ser herido y que la libertad puede ejercerse sin herir el amor propio de otros (el narcisismo de otros).


El goce es la forma que creamos para hacer aceptable el dominio del Amo. En la sociedad del rendimiento, ese goce parece haber transitado a la literalidad del término. Como explicó Zizek hace unos años, en esta época “el goce es una especie de obligación perversa”, existe ahora un imperativo de gozar que puede entenderse a la luz de ese tránsito de una sociedad del castigo a una sociedad de la recompensa. Para Zizek, la ideología es eso que necesitamos para aparentemente disfrutar de la vida, que de otro modo parecería vacía, o acaso cabría mejor decir: sin el goce aparecería como es, dominada por el Amo, totalmente distinta a lo que de verdad quisiéramos que fuera.

Ahora como nunca, el goce es el estímulo por el cual aceptamos obedientemente el dominio del Amo. La "economía de la atención",
de la que se ha hablado tanto en el último par de años, es en ciertos ámbitos la perfección de esa técnica, que llevó el goce al nivel de lo instantáneo, lo cotidiano y lo normal. En Psicopolítica: neoliberalismo y nuevas tecnologías del poder, Byung-Chul Han compara el rosario de la parafernalia católica con el smartphone, en la medida en que ambos son objetos portátiles de devoción que someten tanto en la vigilancia como en el control. Cabría añadir solamente una diferencia: mientras que el rosario es indisociable de la penitencia (pues sigue los momentos de la pasión de Cristo y por ello los recuerda a cada momento a quien lo lleva consigo y lo usa), el smartphone nos somete por la vía del goce, la recompensa que obtenemos al postear una selfie en Facebook o en Instagram una fotografía de la playa donde vacacionamos, acaso una ocurrencia que creemos ingeniosa en Twitter, y vemos cómo se acumulan los likes y las “interacciones”.

A las ideas de ambos pensadores quizá cabría agregar ese componente afectivo antes descrito. La falsa promesa de saberse amados por siempre, infinitamente, y de nunca sentir herido el amor propio con el rechazo, el castigo, la desatención o el desamor. En la medida en que somos también seres afectivos –y, en cierto modo, no sólo marionetas del capital, por más que éste sea capaz de producir también las emociones que sentimos–, puede pensarse que el goce permanente en que se vive ahora es también resultado de esa positivización afectiva. El Amo, por así decirlo, encontró la forma de “hacerse querer”, sometiendo al Esclavo a través del goce, haciendo que éste tomara el lugar simbólico y de recursos que antes había ocupado el temor a la muerte.

La “conciencia de clase” de la que habló Marx fue también, al menos hasta los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX (el mayo francés, el ’68 mexicano, la “Primavera de Praga”), cierta conciencia de la muerte. Quienes salieron a las calles a protestar para provocar un cambio, acaso lo hicieron no sólo por ser expresión de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, según la terminología marxista, sino también, como pensó Hegel, porque no querían vivir el resto de sus vidas bajo las condiciones de esclavitud del Amo. Darse cuenta de que la vida de cualquier forma terminará, hagamos lo que hagamos, ayuda a sobrepasar el miedo a la muerte y emprender entonces la lucha a muerte necesaria para salir del mundo del Amo.

Pero si el goce ha sustituido dicho temor, ¿qué se puede hacer ahora? Si el goce ocupa el lugar del miedo a la muerte, ¿qué ocupa ahora esa “lucha a muerte” que se necesita para sacudirse el dominio del Amo? Si en apariencia somos demasiado frágiles para aceptar la realidad del rechazo, el error, el fracaso, la finitud de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea, ¿somos aun capaces de protagonizar esa lucha?

Si el Amo se ha movido a la normalidad de “lo ordinario”, a los instantes de todos los días, dejando un poco los gestos grandilocuentes de represión y castigo como las matanzas, las guerras o los genocidios (que no han dejado de ocurrir, pero en nuestra época forman perversamente parte de “lo cotidiano”), ¿quien quiera ser libre deberá hacer lo mismo? ¿Deberá hacer del instante su campo de batalla contra la dominación del Amo?

¿Qué pasará cuando a la vuelta de los años nos demos cuenta de todo el tiempo que entregamos voluntariamente a Facebook? ¿Qué pensaremos cuando al hacer el balance de nuestra vida recordemos todas las horas pasadas frente a Netflix? ¿Qué pasará si ante los muchos sueños que quizá tuvimos alguna vez, los proyectos y los planes, vemos que se formó una cadena inadmisible de minutos ociosos, inútiles, transcurridos en la paradójica soledad de las redes sociales, que uno a uno fueron apilándose hasta formar la barrera que nos impidió hacer realidad lo que queríamos –o al menos descubrir qué queríamos–? ¿Qué pasará cuando se acabe la vida –porque algún día se acabará, eso es inevitable– y nos demos cuenta de que no podemos recordar ningún momento en que fuimos auténticamente libres porque nunca quisimos saber si había amor fuera de la obediencia?

Del mismo autor en Pijama Surf:
De cómo el fin de la Historia se convirtió en el infierno de lo igual

Twitter del autor: @juanpablocahz

Imágenes: Christian Russo

FUENTE: PIJAMASURF

MÁS ALLÁ DE CONCEPTOS E INICIACIONES: ESTAS SON LAS 2 COSAS ESENCIALES PARA UNA VIDA ESPIRITUAL

LA ESPIRITUALIDAD MODERNA NO PUEDE CONSIDERARSE SERIA SI NO TIENE ESTAS COSAS


La espiritualidad moderna está llena de ofertas de técnicas veloces para conseguir la iluminación o supuestos poderes espirituales. Evidentemente, este acercamiento a la espiritualidad desde una perspectiva de comodidad modelada bajo los principios del libre mercado capitalista no suele traer muy buenos resultados. Muchas personas se convierten en víctimas de falsos gurús o de técnicas milagro que supuestamente resolverán sus problemas y los empoderarán.

Ante esta situación, es útil tener en cuenta dos principios básicos de la espiritualidad verdadera.

1. Devoción
Muchas personas buscan un camino espiritual para sentirse mejor. Esto es algo normal, el principal motivo de toda espiritualidad es buscar eliminar el sufrimiento. Sin embargo, esta motivación pronto deviene en egoísmo, en sentirse bien por ser mejor que los demás. De alguna manera, el ego coopta la espiritualidad para su beneficio. Es por esto, entre otras cosas, que la devoción es importante.

La devoción tiene que ver con entregarse a algo más grande -sea Dios, el universo, la vida de todos los seres, etc.-. Implica un servicio a este poder superior y una pérdida de la importancia personal, de creer que el mundo gira en torno al individuo. Sin esta devoción, no hay verdadera espiritualidad.
Por otro lado, las tradiciones espirituales sostienen que la devoción o el agradecimiento sincero a las fuerzas del universo es una forma de establecer una relación con dichas fuerzas y dejarse habitar por ellas.

2. Percepción de la energía
Estas dos van de la mano, ya que para que uno pueda tener un camino espiritual verdadero y no viva una alucinación fanática, es necesario experimentar las realidades sutiles que la espiritualidad supone. Si uno no puede sentir en el cuerpo cierta experiencia descrita como espiritual, realmente no tiene sentido una práctica. La transformación moral y espiritual debe ir necesariamente acompañada de una transformación que se pueda sentir, aunque de manera sutil. Y es que lo que se conoce como "espíritu" o "espiritual" generalmente es otra palabra para una energía sutil que llena el cuerpo y que borra la diferencia entre mente y cuerpo.

Aquí cabe mencionar que nos movemos por un terreno que puede volverse un tanto espectral y dudoso, pues las mismas creencias pueden propiciar sensaciones en el cuerpo -el efecto placebo es sumamente poderoso-. Pero, por otro lado, esta es la naturaleza del universo: no existe división tajante entre la mente y la materia, entre lo que experimentamos adentro y afuera. Saberse mover fluidamente entre esa bisagra, entre saber que la realidad es en cierta forma una proyección de la mente (más que de nuestra mente, de la Mente) pero que hay cosas que nos acercan a una realidad más profunda y verdadera y otras que nos colocan en círculos viciosos es el arte de la verdadera espiritualidad, la cual, a fin de cuentas, es sólo un camino hacia descubrir la realidad que parte del principio de que la realidad es más o tiene una base que subyace a la mera realidad material.


FUENTE: PIJAMASURF

LA REALIDAD VIRTUAL: ¿LA MÁXIMA TECNOLOGÍA PARA PERMANECER EN EL SAMSARA?

LA REALIDAD VIRTUAL PUEDE PROVEER SENSACIONES SIMILARES A LAS QUE SE ATRIBUYEN A LOS DIOSES SEGÚN EL CONCEPTO DEL SAMSARA BUDISTA. DIOSES QUE, SIN EMBARGO, ESTÁN EN LO MÁS ALTO DE LA ILUSIÓN Y EL ENGAÑO


Algunas de las mentes más diestras de Silicon Valley confían en que la tecnología de realidad virtual será en la siguientes décadas lo que los smartphones han sido en la pasada década, es decir, la siguiente gran revolución tecnológica que modifique sustancialmente nuestra relación con el mundo. Para que esto suceda deberán superar por mucho a los videojuegos y, obviamente, añadir a nuestra experiencia mediática un componente de realismo, de verosimilitud, de excitación inmersiva. La gran frontera de la realidad virtual será lograr producir experiencias suficiente avanzadas tecnológicamente como para ser indistinguibles de la realidad —lo cual es la definición de magia de Arthur C. Clarke—. Para esto, compañías como Magic Leap están incorporando a su desarrollo ya no sólo diseñadores, programadores e ingenieros, sino neurocientíficos y biólogos. Para que este producto sea tan exitoso como se está especulando, se debe entender cabalmente el funcionamiento del cerebro humano.

Si es que esto sucede —y siempre con esa condicionante— me pregunto si no nos ocurrirá como al hechicero que toma a sus apariciones como autónomas y llega incluso a enamorarse perdidamente de sus espectros. Esto sería la máxima narcosis narcisista, usando el término de Marshall McLuhan. En esto hago eco del maestro budista Alan Wallace, quien cree que la realidad virtual puede ser la máxima tecnología del samsara —samsara es el mundo ilusorio cíclico en el que estamos atrapados en un loop debido a la ignorancia de nuestra condición verdadera, es decir, que en realidad no somos personas, somos Buda, conciencia iluminada—. Ya que la realidad virtual, en teoría, puede producir paraísos sensoriales, espacios de suntuosidad libre del dolor donde podemos ser quien siempre quisimos pero quien nunca pudimos ser en la vigilia, podríamos perder la motivación para realizar nuestras tareas espirituales en el mundo “real”. Podríamos estar creando una generación de “Napoleones de sofá” con sus headsets de conquistadores de la galaxia.

Por supuesto la realidad virtual tiene un enorme potencial en otro sentido más positivo, como puede ser la educación e incluso la meditación. Pero uno tiende a pensar que la tecnología será cooptada —como ha ocurrido con toda la tecnología digital— por los imperativos del mercado capitalista, es decir, como un arma para hacer más dinero. Se poblará el espacio íntimo de nuestra mente de una compleja dinámica de mercado, de deseo y agendas ulteriores. Lo podemos ver hoy con los jóvenes que viven pegados a sus teléfonos: la tendencia es al aislamiento, a la virtualidad, a tener relaciones siempre mediadas y no a la presencia o a la utilización de la tecnología como un medio para pensar y sentir el mundo y transformarlo verdaderamente.

En la cosmología budista, dentro del samsara, existen mundos superiores al nuestro, el cual es el mundo del deseo; son mundos de calma extática, de placer supremo que pueden durar eones, como si se tratara de un cuasi eterno masaje de plumas, en los cuales habitan ciertas deidades. Aunque esto puede parecer atractivo, el Buda enseñó que es una crasa ilusión perseguir estos estados de placer ya que pese a su larga duración son impermanentes —los dioses tendrán que caer del cielo—, y por lo tanto tarde que temprano se traducirán en sufrimiento y en reciclaje dentro del samsara, lo cual denota ignorancia. En realidad la única verdadera motivación, según el budismo, es la sabiduría, la verdad de que el mundo en el que existimos es sufrimiento, pero que existe la liberación de este sufrimiento. Para ello es necesario tomar un camino que corte a través de la membrana samsárica hacia el estado de reconocimiento de la esencia innata o nirvana. En otras palabras, es necesario darse cuenta de dónde estamos parados y enfrentar la realidad con todas sus incomodidades e inconveniencias; la realidad virtual, por otro lado, presenta, como nunca antes, una forma de escapar de esto, mas no de liberarse.

FUENTE: PIJAMASURF

lunes, 8 de enero de 2018

TLV1 - "NACIONALISMO ECONÒMICO" POR EL LIC. HÈCTOR GIULIANO

Héctor Giuliano, Licenciado en Administración y Finanzas Públicas, experto en el estudio del endeudamiento argentino, interno y externo. Conferencia sobre lo que es el Nacionalismo económico y sus variables, el sentido del Estado-Nación, sus significados, las diferentes teorías sobre las idiologías. La conciencia geográfica.

domingo, 7 de enero de 2018

GUARDIANES DE LA LENGUA: TEHUELCHE (CANAL ENCUENTRO)

En Latinoamérica existe una enorme variedad de lenguas nativas. Algunas de ellas son habladas por grandes comunidades, mientras que otras son custodiadas por un número muy pequeño de personas, quienes resguardan el legado cultural de sus pueblos. Viajamos a Colombia, Paraguay, Bolivia, Chile y Argentina para conocer a Sixto Muñoz, a Cristina Calderón, a don Blas y a otros verdaderos guardianes de la lengua. De la mano del lingüista argentino Santiago Durante, registramos la problemática de diferentes idiomas que podrían desaparecer y la tarea que realizan sus hablantes por perpetuarlas. <p>Una serie documental dirigida por Juan Pablo Tobal. Asesoramiento en lingüística: Ana Fernández Garay.



jueves, 4 de enero de 2018

H&E: ¿CÒMO SUPERAR EL DIVORCIO PUEBLO-FF.AA.?

Una de las consecuencias mas funestas de los años en que predominaron las dictaduras militares con la guía de sectores civiles, fue el divorcio entre los sectores populares y sus FFAA.


Este proceso fue revertido en estados como Venezuela, no ha tenido mucha profundidad en Brasil pero en otros lugares como Argentina, la división permanece.


Con Gabriel Merino abordamos este tema ¿cuáles son las causas por las que aún subsisten estas divisiones y cómo se puede avanzar hacia un acercamiento que permita una unidad nacional?