LA REPRESENTACIÓN DEL NEGRO EN LAS ARTES PLÁSTICAS BRASILEÑAS
"Para facilitar el análisis de la representación del negro en las artes plásticas brasileñas a lo largo de los últimos cinco siglos, dividiremos cronológicamente este estudio en tres momentos distintos: documental (que alcanza la producción realizada durante los siglos XVII, XVIII y XIX), social (que abarca la primera mitad del siglo XX) y personal (que incluye la producción del fin del siglo XX hasta el momento actual)..El momento documental alcanza más detenidamente peculiaridades nacionales como la geografía, fauna, flora, populación, modos y costumbres. Parte significativa de la producción de este período fue realizada por artistas extranjeros que llegaron a Brasil, generalmente como contratados, con el objetivo de realizar trabajos de carácter documental y que incluían aspectos específicos de la realidad de la nueva tierra…
“A partir de la Ley 10.639/03, que obliga la enseñanza sistemática de la Historia de las Culturas Africanas y afro-brasileñas en sala de clase, las Artes Plásticas, pasan a ser una de las protagonistas en la transmisión de la cultura afro descendiente para las generaciones en formación. Si antes, el foco en la enseñanza de Artes era la producción modernista, ahora el trabajo del profesor de Educación Artística debe, obligatoriamente, extrapolar esta elección y limitación, pasando a investigar, personificar y presentar la producción artística desarrollada por negros”.
"En 1637, llegan a Pernambuco los artistas holandeses Frans Post (1612-1680) yAlbert Eckhout (1610-1666), contratados del Príncipe Maurício de Nassau. Post documento los puertos, fortificaciones y el exuberante paisaje brasileño, representando en sus trabajos al negro como coadyuvante, un elemento de la composición de sus pinturas, así como los árboles o los animales..
Ya Eckhout pintó la fauna, la flora y a los curiosos tipos humanos produciendo un conjunto de ocho pinturas que retratan tipos humanos encontrados en Brasil, siendo dos de las representaciones de negros: Hombre Negro y Mujer Negra (1641), donde los negros aparecen como habitantes de África Central y no como esclavizados en Brasil, detalle que confiere a las pinturas tono alegórico…
“Lasar Segall pintó telas, entre las más sensibles sobre la agonía socialy psicológica sufrida por el negro en Brasil, como en la obra Bananal (1927)”…
"En el siglo XVIII, Carlos Julião (1740-1811), oficial militar italiano a servicio de la Corona Portuguesa, registró en sus acuarelas las regiones de Bahía, Minas Gerais y Rio de Janeiro, anticipándose al tipo de representación común en el siglo XIX que enfocaría la cotidianeidad de las ciudades y villas..
En el período barroco, a fines del siglo XVIII y parte del siglo XIX, el hijo de portugueses Manoel da Costa Athayde (1762-1830) eternizó a la mujer negra, ya mezclada, en el techo de la Iglesia de San Francisco de Asís, en Ouro Preto (MG), en la figura de Nuestra Señora de la Porciúncula..
En 1816, llegan a Brasil los artistas de la Misión Artística Francesa, que sedimentan por aquí los paradigmas estéticos europeos que se tornarían las bases de la producción brasileira de ahí en adelante. Entre ellos, se destaca el acuarelista Jean-Baptiste Debret (1768-1848), que registró lo cotidiano de la capital del reciente Imperio, la ciudad de Rio de Janeiro. En sus obras, las situaciones de trabajo esclavo alcanzan también las relaciones cotidianas entre señores y cautivos, y la figura del negro asume importancia sin igual. Otro importante artista-viajante de este período fue el alemán Johann Moritz Rugendas (1802-1858), que llegó a Brasil en 1822, contratado por la Expedición Langsdorff. En sus acuarelas y litografías el negro también surge en una especie de crónica de la ciudad de Rio de Janeiro, de forma distanciada en situaciones de trabajo y castigo.
“Carlos Julião nos legó la más completa obra sobre costumbres brasileños del siglo XVIII de la que se tiene conocimiento hasta nuestros días, incluyendo al negro como sujeto de sus fiestas y no como cautivo”.
"Entretanto, recién a fines del siglo XIX aparecen los primeros artistas negros que abren camino para otros negros, también artistas, y que se representan a sí mismo y a su cultura. Uno de ellos fue el carioca Artur Timotheo da Costa (1882-1922). Formado por la Academia Imperial de Bellas Artes, en sus pinturas el rosto negro es lo bello que se estudia en sus líneas, formas y colores, transmitiendo suavidad y delicadeza por medio de su pincelada, como por ejemplo, en el trabajo Retrato de niño..
Todavía al final del siglo XIX, el negro también fue ampliamente registrado a través del lenguaje fotográfico, que gozaba de gran prestigio en esta época. Entre estos fotógrafos del período pueden mencionarse al portugués Christiano Junior (1832-1902), que monto escenas en su estudio fotográfico en las cuales los negros representaban esclavos de lucro; y el carioca Militão Augusto de Azevedo (1840-1905), que realizó fotografías de familias negras en São Paulo trajeadas a la moda de la época para asistir a las misas en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, frecuentada por esa población..
Al final del siglo XIX e inicio del XX, las representaciones de negros en las Artes Plásticas caracterizan el momento clasificado como social, pues en el período modernista a la figura del negro se le atribuyeron trazos de ciudadanía del país. En este momento, hay dos vertientes de representación más visibles: el negro preso al pasado esclavista, y /o como sujeto.. .
Zezé Botelho Egas y el carioca Pedro Bruno (1888-1949) constituyen el primer grupo, con trabajos que, mismo en un momento de exaltación de la figura del negro, lo representan en situaciones de tortura o ejerciendo trabajo esclavo..El ítalo-brasileiroAlfredo Volpi (1896-1988), el paulistano Candido Portinari (1903-1962) y el lituanoLasar Segall (1891-1957), tres de los mayores artistas modernistas, pintaron al negro como sujeto, en situaciones diversas que exaltan su historia, su cultura, su belleza, su situación social y su individualidad.. Después de la guiñada inicial modernista, muchos artistas negros sin formación académica emergen en el escenario artístico nacional e internacional tomando para sí la tarea de representar sus herencias culturales y su modo de vivir, transponiendo las barreras impuestas por la academia a través de su originalidad, vivacidad y creatividad. Como es el caso de las obras de los cariocasHeitor dos Prazeres (1898-1966) y Sérgio Vidal (1945), y del bahiano Agnaldo Manuel dos Santos (1926-1962)..A partir de 1990 sumergen de atelieres periféricos las representaciones apuntadas como de carácter personal, que presenta puntos de vista sensibles y de percepción sobre la diáspora africana y sus continuaciones, como es posible observar en los trabajos del minero Eustáquio Neves (1955) y de la paulistana Rosana Paulino (1967)..
Como podemos observar, la representación del negro en las Artes Plásticas de Brasil sufrió importantes transformaciones a lo largo de los siglos. Si en las primeras imágenes el negro era representado alegóricamente visto por ojos extranjeros, ahora son los propios negros que dan el tono de esa representación, asumiendo sus propios discursos, siendo simultáneamente, creadores y creación de sus historias personales y de sus antepasados…
+ LECTURA COMPLEMENTAR
Libro: La travesía de la Kalunga grande: tres siglos de imágenes sobre el negro en Brasil (1637-1899). Carlos Eugênio Marcondes Moura Edu sp São Paulo, 2000.
Libro: Pintores negros del ochocientos José Teixeira Leite MWM-IFK São Paulo, 1988.
Libro: La Mano Afro-Brasileña – Significado de la contribución artística e histórica Impresa Oficial del Estado de SP y Museo Afro Brasil (2ª. edición).2010.
Renata Felinto
Renata Felinto São Paulo/ Taboão da Serra, São Paulo, Brazil
Artista plástica, pesquisadora, educadora e interessada pelo mundo das imagens produzidas pelos homens desde que o mundo é mundo. Amante da pequisa artística, das reflexões sobre educação e arte, das tentativas e possibilidades de intervenção social no mundo a partir desta área do conhecimento e experimentadora de arte.
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