Los seres humanos necesitamos la conexión profunda y cercana para mantener cuerpo y cerebro saludables.
"Quien tiene la posibilidad de hablar y de compartir, se va a sentir mejor consigo mismo, con sus sensaciones, con su cuerpo y con el entorno en general. La soledad hace que la persona se sienta baja en autoestima, triste, y hay más posibilidades de depresión, así como de abuso de alcohol y de drogas por la necesidad de anestesiar esa sensación", señala la doctora Juana Poulisis, médica psiquiatra especialista en trastornos alimentarios.
Por su parte, el doctor Blas Couto, investigador del Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias de INECO, explica: "Hay estudios que demuestran que los vínculos sociales son uno de los pilares de la reserva cognitiva, en tanto forman parte y contribuyen a ella, y sabemos que la reserva cognitiva es un factor de protección contra las demencias, enfermedades degenerativas y progresivas".
"Las personas que están en soledad no suelen conectarse con el hábito de la comida, y es frecuente que coman con la televisión, el teléfono o la computadora, por su necesidad de conectarse con otra cosa. Eso los lleva a no estar en el aquí y ahora, generando que pierdan el control y la noción sobre lo que ingieren, tendiendo a consumir más", observa Poulisis. Por eso, resalta el valor de reunirse en familia o con un amigo o amiga.
Como contrapartida, hay grupos de amigos que tienen la costumbre de reunirse para comer. "En esto se tendría que hacer prevención, para que el centro no sea ni el alcohol, ni los alimentos, sino divertirse, charlar, jugar. Volver a aquello que verdaderamente nutre la relación", sugiere Poulisis.
Está comprobado que las actividades sociales desencadenan cambios funcionales en el cerebro que son muy importantes. Además, es la interacción con otras personas lo que activa ciertas áreas cerebrales relacionadas con la cognición social, diferentes a las que se activan con otras tareas, aunque están relacionadas", sostiene Couto.
En la amistad, el cariño fluye sin buscar recompensa y, en esa falta de utilitarismo, reside su mayor valor agregado. Es que, como lo demuestran los especialistas y la experiencia diaria, necesitamos de los afectos profundos para vivir mejor.
FUENTE: SOTT
© Desconocido
Las personas que están solas, o quienes se sienten así aunque estén rodeadas de gente, tienen mayores probabilidades de sufrir depresión, adicciones, desórdenes alimentarios y deterioro cognitivo.
Por su parte, el doctor Blas Couto, investigador del Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias de INECO, explica: "Hay estudios que demuestran que los vínculos sociales son uno de los pilares de la reserva cognitiva, en tanto forman parte y contribuyen a ella, y sabemos que la reserva cognitiva es un factor de protección contra las demencias, enfermedades degenerativas y progresivas".
"Las personas que están en soledad no suelen conectarse con el hábito de la comida, y es frecuente que coman con la televisión, el teléfono o la computadora, por su necesidad de conectarse con otra cosa. Eso los lleva a no estar en el aquí y ahora, generando que pierdan el control y la noción sobre lo que ingieren, tendiendo a consumir más", observa Poulisis. Por eso, resalta el valor de reunirse en familia o con un amigo o amiga.
Como contrapartida, hay grupos de amigos que tienen la costumbre de reunirse para comer. "En esto se tendría que hacer prevención, para que el centro no sea ni el alcohol, ni los alimentos, sino divertirse, charlar, jugar. Volver a aquello que verdaderamente nutre la relación", sugiere Poulisis.
Está comprobado que las actividades sociales desencadenan cambios funcionales en el cerebro que son muy importantes. Además, es la interacción con otras personas lo que activa ciertas áreas cerebrales relacionadas con la cognición social, diferentes a las que se activan con otras tareas, aunque están relacionadas", sostiene Couto.
En la amistad, el cariño fluye sin buscar recompensa y, en esa falta de utilitarismo, reside su mayor valor agregado. Es que, como lo demuestran los especialistas y la experiencia diaria, necesitamos de los afectos profundos para vivir mejor.
FUENTE: SOTT
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