martes, 10 de julio de 2012

LIBIA HOY: 120.000 MUERTOS, CAOS Y BOMBARDEOS DE LA OTAN



Libia, ultimo informe de la Jamahiriya (resistencia del pueblo libio. Para la OTAN, son los "rebeldes") del 2 de julio: "Estamos preparados para una dura y larga batalla..."


El siguiente texto es una recopilación de informes extraídos de http://libia-sos.blogspot.com.ar

La situación en Libia es de caos completo, el bienestar de los Libios se deteriora cada día ante la indiferencia de la ONU, mientras la OTAN controla todos los pozos de petróleo y agua. Este terrible panorama no hace más que confirmar que lo único que les interesa es el saqueo de los recursos naturales del país africano.

Los enfrentamientos se suceden desde Kufrah, a los Montes Nafursa, Trípoli, Benghazi, tropas denomindas CNT-OTAN, son protegidas por miles de mercenarios extranjeros y fuerzas especiales de la OTAN. Incluso la propia agrupación terrorista Al-Qaeda, combate junto a los bombarderos norteamericanos de la OTAN.

CNT-OTAN-AlQaeda sigue contratando más y más mercenarios para defender la frontera que se han inventado a unos 40 Km al este de Sirte para separar Libia en dos partes: Esta frontera NO ha sido el resultado de NINGUNA negociación ni enfrentamiento de los libios de LIBIA. Esta es una frontera colocada por EEUU en su agresión a este país soberano, que está siendo expoliado y destruido.

Para lograr más fuerza ya no les basta con destruir los medios de comunicación, asesinar a los líderes tribales, dar un golpe de Estado, bombardear el país durante 8 meses consecutivos y diariamente. Ahora aplican la máxima de "divide y vencerás" porque a pesar de todo el asedio, bombardeos, asesinatos, torturas, destrucción... no han conseguido que los libios cedan su país.

Nunca podemos olvidar como las leyes internacionales, los medios de comunicación internacionales y las organizaciones humanitarias cierran los ojos a esta magna atrocidad. ¿Será que son solo palabras que encubren y no entidades reales en las que podamos confiar?



Derechos humanos en Libia

Mercenarios y Al-Qaeda armados por la OTAN, fuera de control.

Se cometen impunemente crímenes de lesa humanidad, se violan de manera generalizados los derechos humanos, lo que conlleva al aumento de la inseguridad y hacen imposible la reconciliación y reconstrucción de las instituciones del Estado, advierte Amnistía Internacional en un informe hecho público un año después del inicio del levantamiento de febrero de 2011.

El informe, titulado Las milicias amenazan las esperanzas de una nueva Libia, documenta los abusos graves y generalizados, incluidos crímenes de guerra, cometidos por una multitud de bandas armada contra presuntos partidarios de Gadafi, e incluye casos de personas que han sido detenidas ilegalmente y torturadas, en ocasiones hasta morir.
En enero y principios de febrero de 2012, una delegación de Amnistía Internacional visitó 11 centros de detención utilizados por diversas milicias en el centro y el oeste de Libia. En 10 de esos centros, los detenidos afirmaron ser sometidos a tortura o malos tratos, y mostraron a Amnistía Internacional lesiones causadas por abusos recientes. Varios detenidos dijeron que se habían confesado culpables de violación, homicidio y otros delitos que no habían cometido sólo para que terminara la tortura.



Al menos 1500 detenidos han muerto en los últimos meses a consecuencia de torturas bajo custodia de las milicias. Sus cadáveres estaban cubiertos de hematomas, cortes y contusiones, y a algunos les habían arrancado las uñas.

Algunos detenidos recluidos en Trípoli, Gharyan, Misrata, Sirte y Zawiya y las zonas circundantes dijeron a Amnistía Internacional que los habían colgado en posturas contorsionadas, los habían golpeado durante horas con látigos, cables, mangueras de plástico, cadenas, barras metálicas y palos de madera, y les habían aplicado descargas eléctricas con cables pelados y armas de electrochoque parecidas a las Taser.

En un centro de detención de Misrata, un miembro de la delegación vio cómo unos milicianos golpeaban y amenazaban a unos detenidos cuya liberación se había ordenado. Un detenido de Tawargha, de edad más avanzada, estaba encogido, acuclillado contra la pared y lloraba mientras recibía patadas y amenazas de un miliciano que dijo a Amnistía Internacional: “los de Tawargha no van a ser liberados, antes los mataremos”.
En un centro de interrogatorio de Misrata y Trípoli, Amnistía Internacional encontró detenidos a los que los encargados de los interrogatorios habían tratado de ocultar y que habían sido brutalmente torturados, uno de ellos hasta tal punto que apenas podía moverse o hablar.

No se tiene constancia de que se haya llevado a cabo ni una sola investigación efectiva sobre los casos de tortura, ni siquiera sobre los casos de detenidos que han muerto tras ser torturados en los centros de mando de las milicias o en centros de interrogatorio reconocidos formal o informalmente o vinculados de manera formal o informal a las autoridades centrales.



Burlándose de las leyes y ventilando hipocresía: “A las milicias que tengan un historial de abusos a detenidos sencillamente no debe permitírseles tener a nadie bajo custodia, y todos los detenidos deben ser trasladados de inmediato a centros autorizados de detención bajo el control del Consejo Nacional de Transición”.

Tampoco se han llevado a cabo investigaciones sobre otros abusos graves, como la ejecución extrajudicial de detenidos y otros crímenes de guerra, incluido el homicidio de unas 65 personas cuyos cadáveres se encontraron el 23 de octubre en un hotel de Sirte que servía como base para los combatientes de oposición procedentes de Misrata.
Hasta el momento, la OTAN no ha emprendido ninguna acción contra las bandas de mercenarios, ni Al Qaeda, que han desplazado forzosamente a comunidades enteras: un desplazamiento que constituye delito de derecho internacional.

Los mercenarios de Misrata expulsaron a toda la población de Tawargha, unas 30.000 personas y saquearon y quemaron sus casas como venganza por los crímenes de los que se acusa a algunas personas de Tawargha de haber cometido durante el conflicto. De igual modo, miles de miembros de la tribu mashashya fueron expulsados de su pueblo por milicias de Zintan, en los montes de Nafusa. Estas y otras comunidades permanecen desplazadas en campamentos improvisados por todo el país, y no se ha tomado ninguna medida para que los responsables rindan cuentas o para que las comunidades desplazadas puedan regresar a sus hogares.



FUENTE: MALVINENSE

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