miércoles, 18 de julio de 2012

VALENTINA TERESHKOVA - PRIMERA MUJER EN EL ESPACIO



El 16 de junio de 1963 despegó el vuelo que mostró al mundo que las mujeres también son capaces de conquistar el universo. La primera mujer cosmonauta fue Valentina Tereshkova, nacida el 6 de marzo de 1937 en la provincia de Yaroslavl. Tras abandonar la escuela, trabajó en una fábrica de neumáticos y más tarde estudió ingeniería. También practicó paracaidismo, especialidad en la que acumuló unos 90 saltos.

Después de los primeros vuelos al espacio realizados exitosamente por los cosmonautas soviéticos, Serguéi Koroliovdecidió que había llegado la hora de lanzar una mujer al espacio. A principios de 1962 inició la selección de aspirantes: las paracaidistas tenían que tener menos de 30 años, medir menos de 170 cm y pesar menos de 70 kg. Cinco jóvenes fueron seleccionadas, Valentina Tereshkova entre ellas.

Durante los entrenamientos, que finalizó con excelencia, se entrenó para aumentar la resistencia del organismo a las condiciones del vuelo espacial. Los entrenamientos incluían la cámara térmica, donde había de permanecer con un traje de vuelo a temperatura de 70 grados centígrados y humedad de 30 por ciento; así como la cámara de privación sensorial, donde los futuros cosmonautas, privados de todo contacto con el mundo exterior, debían pasar 10 días. Asimismo pasó el entrenamiento en ingravidez y se preparó para el aterrizaje en tierra y mar con paracaídas.

En un principio se planearon dos vuelos simultáneos con tripulación femenina, pero en marzo de 1963 el proyecto fue rechazado y tan solo se aprobó un viaje con una tripulante. Esta mujer fue Valentina Tereshkova, hija de obreros, cuyo padre cayó heróicamente en la llamada guerra finlandesa.

La cosmonauta emprendió su primer vuelo el 16 de junio de 1963 en la nave Vostok-6. En ese momento ya estaba en órbita la nave Vostok-5, pilotada por el cosmonauta Valeri Bykovski. El día de su viaje espacial, Valentina dijo a sus familiares que se iba a unas competiciones de paracaidistas. Fue por radio como su familia se enteró del vuelo.

El nombre en clave durante la misión de la cosmonauta fue Chaika (“gaviota” en español). Según recordaba su instructor, Tereshkova empezó el vuelo de una manera excelente, todas las operaciones las hizo correctamente, como el propioYuri Gagarin en el primer vuelo espacial tripulado de la historia. Sin embargo, ya en la órbita, Tereshkova no pudo orientar la nave correctamente debido a un fallo en el sistema y no se le permitió tomar el control manual de la nave, tal y como estaba planeado para el aterrizaje.

Pero, tras tres días, con el aterrizaje en el territorio de Altái el vuelo finalizó con éxito. A pesar de los vómitos e incomodidades que sufrió, Tereshkova pudo aguantar 48 vueltas alrededor de la Tierra. Pasó casi tres días en el espacio, mantuvo el cuaderno de bitácora y tomó fotografías del horizonte que luego ayudaron a descubrir los aerosoles atmosféricos.

A pesar del éxito de Valentina Tereshkova, solamente dos mujeres rusas siguieron sus pasos, aunque sus hazañas también fueron ejemplares: Svetlana Savítskaya, la primera mujer cosmonauta en realizar una caminata espacial; y Elena Kondakova, que estuvo trabajando en órbita durante 169 días.

Después de su histórico vuelo, Valentina Tereshkova se graduó en ingeniería espacial en 1969 y ejerció casi 30 años de instructora de cosmonautas. En 1977 recibió el grado científico en ingeniería. Siendo una persona famosa y prominente, Valentina Tereshkova desempeñó diversos cargos políticos y fue condecorada con prestigiosos premios de la Unión Soviética y de otros países.

En 1997, Tereshkova se retiró de la Fuerza Aérea y desde entonces trabaja como colaboradora científica jefe en el Centro de Preparación de Cosmonautas. Su carrera espacial no significó el sacrificio de su vida personal. Valentina Tereshkova contrajo matrimonio con el también cosmonauta ruso Andrián Nikoláyev y en 1964 nació su hija Yelena, ahora doctora en medicina. Se casó en segundas nupcias con Yuli Sháposhnikov, destacado cirujano.

Actualmente Valentina Tereshkova es política, diputada de la Duma regional en la ciudad de Yaroslavl, pero todavía sueña con un vuelo cósmico. “¡Volaría con mucho gusto a Marte!”, confesó en una entrevista al diario ruso Sobesédnik. “Durante muchos años estuve interesada en todo lo que tiene relación con Marte. ¡Si pudiera llevarlo a cabo, volaría allí e incluso no regresaría!”



Valentina Vladímirovna Tereshkova (en ruso Валенти́на Влади́мировна Терешко́ва, nacida el 6 de marzo de 1937), cosmonauta soviética, fue la primera mujer de la historia en viajar al espacio.

Nació en Máslennikovo, un pequeño pueblo del óblast de Yaroslavl, en la actual Rusia. Tras abandonar la escuela, trabajó en una fábrica de neumáticos y más tarde estudió ingeniería. En 1962 fue seleccionada para su ingreso en el cuerpo femenino de cosmonautas.

El 16 de junio de 1963 a las 9:29 UTC, a la edad de 26 años y a bordo del Vostok 6, se convertiría en la primera mujer y el primer civil en viajar al espacio. Su nombre en clave durante la misión fue Chaika (gaviota en castellano, Чайка en ruso).



Curiosidades sobre Valentina
Afición a la historia, matemáticas y a la música.
Tereskhova tenía vértigo. Este detalle fue ocultado a sus superiores de cara al viaje espacial pero su pánico a las alturas se lo hizo pasar bastante mal en la nave, ya que Tereskhova sufrió mareos y vómitos durante los tres días que duró su viaje por el espacio.
El militar soviético Nikolai Petrovich Kamanin diría de ella que era "Gagarin con falda" (en referencia al primer hombre en el espacio, Yuri Gagarin).
Hubo rumores de que Tereshkova estaba profundamente enamorada del primer hombre que viajó al espacio, Yuri Gagarin.
Debido a los momentos de paranoia de aquellos tiempos, el programa aeroespacial al completo fue llevado en secreto. La madre de Tereshkova no conocería el proyecto en el que estaba inmersa su hija hasta días antes del lanzamiento al espacio. Su madre creía que ella acudía cada día a un campo de entrenamiento para caidistas elites.
Tras su regreso del espacio, ciertos militares de la fuerza aérea rusa la acusaron de haber estado borracha durante su viaje al espacio y de insubordinación al jefe al mando. Todos aquellos que la acusaron de estos cargos fueron despedidos.
La misión de Tereshkova también constituyó un experimento para una investigación del Programa Espacial Soviético. Su objetivo era determinar si las mujeres tenían la misma resistencia física y psicológica que los hombres en el ambiente espacial.
EEUU no envió una mujer al espacio hasta 1983 (fue Sally Ride).
Desde 1995 (año en que regresó Elena Kondakov de su estancia de 164 días en la estación Mir) no viaja ninguna mujer rusa astronauta al espacio.
Obtuvo la calificación de Sobresaliente en su carrera.
La tesis que presentó para sus estudios de ingeniería fue: "Braking engines for orbital aircraft".
Debido a su clave de comunicación: "Gaviota", llegó a ser conocida afectuosamente como "Gaviota" por todo el mundo.
Gracias a su posición política, Tereshkova la aprovechó para, como no podía esperarse según muchos, ayudar a los ciudadanos con problemas así como dando asistencia personal a varios orfanatos. Del mismo modo, era una incansable luchadora del movimiento feminista soviético. Quería que las mujeres soviéticas fueran tratadas de la misma forma que los hombres, en igualdad.
Tiene una hija, Elena, que en la actualidad trabaja como cirujana. Como curiosidad respecto a la hija de Tereshkova, su nacimiento suscitó un gran interés por los científicos de la época ya que era el primer bebé que nacía de padres que habían estado en el espacio. Se comprobó que la niña era completamente normal.
Es una ferviente defensora de la paz en el mundo.
Tereshkova ha recibido multitud de medallas y condecoraciones a lo largo de su vida, entre otras: dos Órdenes de Lenin, reconocimiento como Heroina de la Unión Soviética; la Medalla de Oro de la Paz de Naciones Unidas; el Premio Simba International Women's Movement o la Medalla de Oro Joliot-Curie. Posee numerosas distinciones (doctorados "Honoris causa", y medallas científicas) otorgadas por Universidades y Sociedades de distintos países.
En el año 2000 fue distinguida por una asociación internacional de Londres como "Mujer del siglo XX".
Uno de sus últimos comentarios: "Si tuviera dinero, viajaría otra vez al espacio aunque sea como turista, y también volaría a Marte, incluso con billete sólo de ida".

  

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