Aquí les dejo una hermosa canción de la trilogía de Peter Jackson: El señor de los Anillos. La canción se titula Into the west:
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martes, 26 de junio de 2012
LA NATURALEZA SE REVELA CONTRA EL GIGANTE DE LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS MONSANTO
El maíz transgénico cultivado por la empresa deja de resistir a los parásitos
Cada vez más insectos parásitos son capaces de devorar el maíz modificado genéticamente especialmente para resistir a estos insectos. Un estudio reciente demostró que los esfuerzos de la corporación Monsanto, un gigante de los cultivos transgénicos, aplicados para evitar el ataque de estos insectos, fueron en vano.
Unos escarabajos parásitos pueden consumir el maíz modificado genéticamente sin sufrir el menor daño, según revela un trabajo de investigación publicado en el último número de la revista GM Crops & Food. Una muestra de la población del escarabajo de 2010 tiene una tasa de supervivencia 11 veces mayor que la de la población de control. Eso es ocho veces más que el año anterior, cuando por primera vez se identificó a esta especie resistente. El año pasado, el investigador Aaron Gassmann, de la Universidad de Iowa, señaló que varios agricultores habían descubierto que un gran número de escarabajos sobrevivía después del consumo de los cultivos transgénicos. Gassmann llamó a estos insectos ‘superbichos’. Los hallazgos recientes pueden tener consecuencias devastadoras, tanto para los agricultores como para los consumidores. Las plantaciones de maíz modificado serán atacadas por un número creciente de 'superbichos', causando la reducción de la cosecha para los agricultores. En última instancia, los consumidores pagarán el precio, no solo por el maíz, un producto esencial cuyos derivados se usan en una gran cantidad de productos, desde yogures hasta talco de bebé, sino por otros cultivos que se venden en el mercado. El aumento de los precios del maíz va a estimular a más agricultores a sembrar maíz, a pesar de los riesgos, y la producción de otros cultivos caerá. Eso impulsará al alza a los precios de prácticamente todos los alimentos, golpeando con fuerza a una población ya dañada gravemente por las dificultades económicas actuales. Monsanto lanzó su maíz transgénico con la proteína especial insertada en su código genético en 2003. Los recientes hallazgos se produjeron días después de que Monsanto, junto con otras empresas de biotecnología, recibieran el apoyo del Congreso de EE. UU., que dio el visto bueno al establecimiento de los cultivos transgénicos a pesar de los desafíos legales pendientes. Muchas de las demandas a las que se enfrenta Monsanto están basadas en la presunción de que sus cultivos son peligrosos para la salud humana y especialmente para la de los fetos.
Unos escarabajos parásitos pueden consumir el maíz modificado genéticamente sin sufrir el menor daño, según revela un trabajo de investigación publicado en el último número de la revista GM Crops & Food. Una muestra de la población del escarabajo de 2010 tiene una tasa de supervivencia 11 veces mayor que la de la población de control. Eso es ocho veces más que el año anterior, cuando por primera vez se identificó a esta especie resistente. El año pasado, el investigador Aaron Gassmann, de la Universidad de Iowa, señaló que varios agricultores habían descubierto que un gran número de escarabajos sobrevivía después del consumo de los cultivos transgénicos. Gassmann llamó a estos insectos ‘superbichos’. Los hallazgos recientes pueden tener consecuencias devastadoras, tanto para los agricultores como para los consumidores. Las plantaciones de maíz modificado serán atacadas por un número creciente de 'superbichos', causando la reducción de la cosecha para los agricultores. En última instancia, los consumidores pagarán el precio, no solo por el maíz, un producto esencial cuyos derivados se usan en una gran cantidad de productos, desde yogures hasta talco de bebé, sino por otros cultivos que se venden en el mercado. El aumento de los precios del maíz va a estimular a más agricultores a sembrar maíz, a pesar de los riesgos, y la producción de otros cultivos caerá. Eso impulsará al alza a los precios de prácticamente todos los alimentos, golpeando con fuerza a una población ya dañada gravemente por las dificultades económicas actuales. Monsanto lanzó su maíz transgénico con la proteína especial insertada en su código genético en 2003. Los recientes hallazgos se produjeron días después de que Monsanto, junto con otras empresas de biotecnología, recibieran el apoyo del Congreso de EE. UU., que dio el visto bueno al establecimiento de los cultivos transgénicos a pesar de los desafíos legales pendientes. Muchas de las demandas a las que se enfrenta Monsanto están basadas en la presunción de que sus cultivos son peligrosos para la salud humana y especialmente para la de los fetos.
FUENTE: RT
RESUELVEN EL MISTERIO HISTÓRICO DE PÁLMIRA
Arqueólogos noruegos han resuelto uno de los grandes enigmas del Imperio Romano: ¿Por qué Palmira fue una vibrante ciudad, pese estar ubicada en medio del desierto de Siria?
En la antigua Roma, Palmira fue el punto más importante a lo largo de la ruta comercial que une el este y el oeste, llegando a alcanzar una población de 100 000 habitantes. Pero su historia siempre ha sido un misterio: ¿Qué hacía una ciudad de tan considerable tamaño en medio del desierto? ¿Cómo podía vivir tanta gente en un lugar tan inhóspito hace casi 2.000 años? ¿De dónde provenían sus alimentos? ¿Y por qué una ruta comercial tan importante pasaba directamente a través del desierto?
Investigadores noruegos ha colaborado con sus colegas de Siria durante cuatro años para encontrar respuestas. "Estos resultados proporcionan una nueva y rica visión de la historia de Palmira", subraya el director del proyecto Jørgen Christian Meyer, profesor de la Universidad de Bergen. El proyecto ha recibido financiación de más de 9 millones de coronas noruegas del Consejo de Investigación de régimen de financiación integral de Noruega para proyectos independientes de investigación básica (FRIPRO).
En dicha investigación se han utilizado modernos métodos de la arqueología. Los arqueólogos se han basado en el enfoque desde un ángulo novedoso de Bergen. En lugar de examinar la propia ciudad, estudiaron una enorme extensión de tierra justo al norte. Junto con sus colegas sirios del Museo Palmira, y con la ayuda de fotos de satélite, catalogaron un gran número de restos antiguos visibles sobre la superficie de la Tierra.
"De esta forma," explica el profesor Meyer, "fuimos capaces de rehacer una imagen más completa de lo que ocurrió en un área más grande."
El equipo detectó una serie de pueblos olvidados de la época romana. Pero, lo que finalmente resolvió el enigma de Palmira fue el descubrimiento de las reservas de agua que habían utilizado estos pueblos.
El profesor Meyer y sus colegas, acabaron por entender que lo que estaban estudiando no era un desierto, sino más bien una árida estepa, con unas bases subterráneas que evitar que la lluvia se filtrara por el suelo. El agua de lluvia se acumulaba en los arroyos y ríos intermitentes, llamados wadi por los árabes.
Los arqueólogos reunieron pruebas de que los residentes de la antigua Palmira y de pueblos cercanos, recogían el agua de lluvia mediante represas y cisternas. Así tenían agua para los cultivos de los pueblos de los alrededores y les permitió dotar a la ciudad con alimentos, un sistema de recogida que garantizaba un suministro estable de productos agrícolas y evitaba una catástrofe durante las sequías.
Los agricultores locales también cooperaban con las tribus beduinas, quienes conducían sus rebaños de ovejas y cabras dentro de la zona, para pastar durante la temporada de calor, fertilizando los campos de los agricultores en el proceso.
La ubicación de Palmira, también tuvo una base política. Estas importantes rutas de este a oeste, incluyendo las rutas comerciales a lo largo del río Eufrates, al norte, no estaban bajo el control de los romanos en el oeste ni de los persas hacia el este. Los jefes y terratenientes locales exigieron altas tarifas por el pasaje.
Estas prácticas de extorsión se tradujeron en una gran oportunidad para Palmira, sus gentes unieron sus fuerzas con los beduinos para proveerse de seguridad, bestias de carga y de guías a través del desierto.
"Los comerciantes de Palmira consiguieron hacer la mayor ciudad en una situación única, y construir una red global de comercio", señala el profesor. "Esto explica la gran prosperidad de la ciudad".
Tierras cultivables para tiempos de necesidad
La solución al misterio de Palmira también nos enseña algo hoy día. A medida que el mundo busca la tierra cultivable para alimentar a sus miles de millones, podemos aprender de la experiencia de Palmira. Ellos fueron capaces de cultivar el suelo del desierto hace cerca de 2.000 años, seguramente podriamos hacer lo mismo con todas las ayudas disponibles y métodos modernos.
"De vez en cuando, cae una enorme cantidad de lluvia en el desierto", añade el profesor Meyer. "Cualquiera puede ver lo verde que se vuelve el desierto después de la lluvia. En Palmira debieron haberse dado cuenta del potencial de este tipo de terreno, que por cierto, cubre grandes áreas de nuestro planeta".
En la antigua Roma, Palmira fue el punto más importante a lo largo de la ruta comercial que une el este y el oeste, llegando a alcanzar una población de 100 000 habitantes. Pero su historia siempre ha sido un misterio: ¿Qué hacía una ciudad de tan considerable tamaño en medio del desierto? ¿Cómo podía vivir tanta gente en un lugar tan inhóspito hace casi 2.000 años? ¿De dónde provenían sus alimentos? ¿Y por qué una ruta comercial tan importante pasaba directamente a través del desierto?
Ruinas monumentales de la antigua avenida. Wikipedia, autor: Zeledi, 2005, bajo licencia GNU.
En dicha investigación se han utilizado modernos métodos de la arqueología. Los arqueólogos se han basado en el enfoque desde un ángulo novedoso de Bergen. En lugar de examinar la propia ciudad, estudiaron una enorme extensión de tierra justo al norte. Junto con sus colegas sirios del Museo Palmira, y con la ayuda de fotos de satélite, catalogaron un gran número de restos antiguos visibles sobre la superficie de la Tierra.
"De esta forma," explica el profesor Meyer, "fuimos capaces de rehacer una imagen más completa de lo que ocurrió en un área más grande."
El equipo detectó una serie de pueblos olvidados de la época romana. Pero, lo que finalmente resolvió el enigma de Palmira fue el descubrimiento de las reservas de agua que habían utilizado estos pueblos.
Los arqueólogos localizaron éste y otros
reservorios utilizados hace casi 2.000 años.
No es un desierto
El profesor Meyer y sus colegas, acabaron por entender que lo que estaban estudiando no era un desierto, sino más bien una árida estepa, con unas bases subterráneas que evitar que la lluvia se filtrara por el suelo. El agua de lluvia se acumulaba en los arroyos y ríos intermitentes, llamados wadi por los árabes.
Los arqueólogos reunieron pruebas de que los residentes de la antigua Palmira y de pueblos cercanos, recogían el agua de lluvia mediante represas y cisternas. Así tenían agua para los cultivos de los pueblos de los alrededores y les permitió dotar a la ciudad con alimentos, un sistema de recogida que garantizaba un suministro estable de productos agrícolas y evitaba una catástrofe durante las sequías.
Los agricultores locales también cooperaban con las tribus beduinas, quienes conducían sus rebaños de ovejas y cabras dentro de la zona, para pastar durante la temporada de calor, fertilizando los campos de los agricultores en el proceso.
Los beduinos que aún viven en el desierto de
Siria sirvieron de rica fuente de información
para los arqueólogos. (Foto: J.C. Meyer)
Una ruta comercial segura
Estas prácticas de extorsión se tradujeron en una gran oportunidad para Palmira, sus gentes unieron sus fuerzas con los beduinos para proveerse de seguridad, bestias de carga y de guías a través del desierto.
"Los comerciantes de Palmira consiguieron hacer la mayor ciudad en una situación única, y construir una red global de comercio", señala el profesor. "Esto explica la gran prosperidad de la ciudad".
Tierras cultivables para tiempos de necesidad
La solución al misterio de Palmira también nos enseña algo hoy día. A medida que el mundo busca la tierra cultivable para alimentar a sus miles de millones, podemos aprender de la experiencia de Palmira. Ellos fueron capaces de cultivar el suelo del desierto hace cerca de 2.000 años, seguramente podriamos hacer lo mismo con todas las ayudas disponibles y métodos modernos.
"De vez en cuando, cae una enorme cantidad de lluvia en el desierto", añade el profesor Meyer. "Cualquiera puede ver lo verde que se vuelve el desierto después de la lluvia. En Palmira debieron haberse dado cuenta del potencial de este tipo de terreno, que por cierto, cubre grandes áreas de nuestro planeta".
FUENTE: BITNAVEGANTE
ESTÉTICA DEL CAOS: LA HUELLA DEL SER HUMANO VISTA DESDE EL ESPACIO
Caminos, conexiones de Internet, rutas aéreas y la iluminación nocturna de las ciudades, forman parte de la huella del ser humano contemporáneo y son, todos, caóticos patrones captados en imágenes que combinan fotografías satelitales con visualizaciones de data.
Este maravilloso ejercicio de visualización “cenital”, además de ser una lección en torno a la estética del caos, nos convida a iniciar una serie de interesantes reflexiones. Por un lado tenemos las actividades identitarias de la sociedad contemporánea, las cuales se resumen en torno a manifestaciones de la tecnología, ya sea en los modos de transporte, en la interconexión digital o en la cuasi omnipresencia de la luz eléctrica en nuestra cotidianidad urbana. Y aunque pudiese contemplarse, aún por muchos, como una especie de discurso aleatorio, lo cierto es que nuestra huella documentable desde un satélite nos dice mucho sobre la actualidad humana.
Pero también, llegando un poco más a profundidad, esta serie de fascinantes imágenes representan un increíble recordatorio: el orden del caos. Gracias a ellas nos damos cuenta de que lo que podría entenderse como una serie de actividades “salpicadas” y no relacionadas, forman en verdad una majestuosa red de convergencias y sincronías que se empalman para dar vida a una entidad unificada (como el mandala que se forma a partir de miles de granos de arena aparentemente dispersos). Finalmente, y ligada a esta segunda reflexión, emerge otra premisa: el caos no solo goza de un orden, es decir, lo inesperado sigue siendo parte de un diseño perfecto, sino que eventualmente se envuelve siempre en una ineludible belleza (la clave está en la perspectiva o tal vez, mejor dicho, en la amplitud de visión con la que se observa: la sabiduría del zoom out, y más allá, la conciencia de que el máximo acercamiento mostrará exactamente lo mismo que la máxima distancia de observación).
Las siguientes imágenes surgen de una combinación entre fotografías satelitales sobre las cuales se sobrepone la visualización de data tecno-demográfica como las rutas de carretera en un continente, el tráfico aéreo o la interconectividad digital.
La presencia poblacional en la Tierra queda impresa en esta imagen captada poco más de una semana antes de que alcancemos, oficialmente, los siete mil millones de habitantes.
Imagen que muestra los conductos petrolíferos, las vías ferroviarias y las rutas aéreas en América del Norte.
Los patrones de la globalidad representados por el tráfico aéreo, las carreteras, las rutas marítimas, la contaminación lumínica, las líneas de electricidad…
África no está exenta del impacto humano. Esta imagen muestra la presencia de tecnología humana en el continente.
Carreteras y vías ferroviarias en América del Sur.
La manta del tráfico aéreo cubre por completo Norte y Sudamérica.
Tráfico aéreo sobre Europa y Asia.
*Más imágenes en Telegraph
FUENTE: PIJAMASURF