viernes, 8 de marzo de 2013

CÍRCULOS DE LAS COSECHAS, ¿ARTE EXTRATERRESTRE? NO…


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Como muchos sabrán, gran parte de mis puntos de vista sobre los círculos de las cosechas, a duras penas podrían denominarse convencionales. Pero como los círculos mismo no son nada convencionales tampoco, para mí, al menos, mi aproximación al tema es muy apropiado. Para muchos los círculos de las cosechas son obra de extraterrestres, pequeños hombrecillos grises de grandes ojos negros y cabezas desproporcionadas. ¿Captas el panorama, verdad?¡Por supuesto! Para los verdaderos creyentes que rezan diariamente en el altar de nuestro sagrado amo y señor, Kenneth Arnold, tiene que ser extraterrestre, sólamente ET.

En realidad, cuando se trata de círculos de las cosechas, no, no tiene que ser. En absoluto.

En respuesta a esos verdaderos creyentes, yo digo: “Vale, entonces ¿qué pasa con el elemento humano del misterio de los círculos?”

Bien, cada vez que traigo este espinoso tema a menudo escucho dos afirmaciones muy gastadas y por lo general totalmente a la defensiva que más o menos dicen así: “Toda esa gente que dice que hacen círculos de las cosechas son unos mentirosos.” O: “Ellos no son más que bromistas.” Bla, bla, bla. Etc., etc., etc.

Para los no iniciados, los ignorantes y los prejuiciosos, yo digo esto: ¿Has hablado alguna vez con alguno de los que hacen esas formaciones? ¿Ni siquiera con una sóla? ¿Alguna vez te has perdido en un campo inglés -en lo profundo de la noche- y observado atentamente como un equipo altamente cualificado crea una formación muy compleja cubierto por la oscuridad?

Para aquellos que no lo han hecho y en vez de eso prefieren hacer llamativas afirmaciones desde los confines de su oficina o sala de estar (y posiblemente incluso al otro lado del mundo) yo digo que ya es hora de hacerlo. Por todo lo de arriba.

La mayoría de los que crean formaciones muy complejas en las cosechas en realidad no quieren engañar ni timar a nadie, para atraer a los turistas o engañar a la población y la comunidad forteana. Eso no es más que un mito mediático, creído por millones de personas. Y es un mito que muchos aceptan sin ni siquiera plantearse otra opción.

En realidad, las motivaciones para realizar círculos de las cosechas son mucho más profundas y extrañas que tan sólo echarse unas risas a costa de alguien. Una persona que he entrevistado en profundidad en el ángulo humano de los hacedores de círculos es Matthew Williams. Él es uno de las pocas personas en el mundo, hasta el momento, arrestado, acusado y condenado por una hacer una formación de círculos. O por causar un poco de revuelo, -y daños-, en un campo de Wiltshire, Inglaterra, como la policía local lo refirió cuando decidieron llevarle ante el juez.





Ahora Matt es un buen amigo mío y yo se acerca de sus motivaciones, creencias y acciones desde hace 15 años o más. Básicamente, Matt es de la opinión que el elemento humano es el elemento clave en los círculos de las cosechas: para decirlo sin rodeos, se hacen por la gente.

Al comienzo de su investigación sobre los círculos, sin embargo, Matt se dio cuenta de algo muy extraño e intrigante: a saber, que muchas personas que hacían los círculos experimentaban ellos mismo fenómenos inusuales, y en numerosas ocasiones en las formaciones que habían realizado ellos mismos.

Por ejemplo, Matt ha experimentado (al igual que otros, bien conocidos hacedores de círculos, bastantes más de los son reacios a hablar) una gran cantidad de fenómenos extraños en los círculos de las cosechas que él mismo creó, incluyendo pequeñas bolas de luz zigzagueantes, el inexplicable presentimiento de presencias animalescas, e incluso experimentó largos períodos de tiempo perdido.

Matt me ha explicado lo que cree que es el corazón de todo esto, e implica un sistema de creencias que sugiere que los círculos son algo parecido a una versión del siglo XXI de Stonehenge o Avebury. Serían como templos actuales, -muy alternativos eso sí-, que a través de la magia ritual, pueden combinarse con propiedades extraordinarias que a su vez conducen a veces a inusuales experiencias vividas en tales formaciones.

Por supuesto la discusión de escenarios como estos puede llevar a otra cosa a los ojos de parte de aquellos obsesionados sólo con el Área 51 y Roswell, y que anhelan el regreso de Mulder, Scully y el Fumador. Y hasta cierto punto, estas ideas dependen del sistema de creencias de los hacedores de círculos y aquellos que comparten sus opiniones.

Pero el hecho en cuestión es que algunos humanos hacedores de círculos creen esto: aceptan firmemente que la creación de una formación de círculos, y la participación en el ritual dentro de la formación misma, -a veces también entran en estados alterados de la mente mediante el uso de psicodélicos-, puede abrir las puertas a otros ámbitos de la existencia, y a fenómenos paranormales. Además ellos han visto muy cercana la Alta Extrañeza en sus propias creaciones.

Todo esto es muy polémico y soy el primero en admitirlo. También vale la pena señalar, sin embargo, que me encontré un círculo de las cosechas en Chartley Castle, Staffordshire, Inglaterra, en el verano de 2006 que mostraba una clara evidencia del trabajo ocultista en las inmediaciones de la formación y que implicó el sacrificio ritual de un pavo real.


Matt y sus colegas intentan dotar a sus círculos de energía positiva pero no había nada positivo sobre el círculo de Chartley Castle: rezumaba una total negatividad y estaba envuelto en un aire amenazante. De todos modos, la muy intrincada creación de Chartley Castle fue debida al trabajo de seres humanos.

Por tanto, para aquellos interesados en los círculos de las cosechas, pero que son masivamente desinformados sobre la gente que los hacen y sus motivaciones, les digo esto: mirad hacia el lado humano para las respuestas al enigma de los círculos. Pero no hay que etiquetar a personas como Matthew Williams como bromistas. Eso es la última cosa que son. Es mucho más sutil que eso y se adentra profundamente en el corazón del folklore británico, la mitología y los ritos ancestrales.

Y dejad de centrarse en sangrientos extraterrestres. La verdad del enigma de los círculos podría ser mucho más extraña que cualquier monstruito reptiloide con ojos de insecto.


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