domingo, 3 de marzo de 2013

LA MÁQUINA DE ORFFYREUS


Orffyreus es un anagrama creado a partir de las letras diametralmente opuestas a las de su apellido ( ORFYRE, latinizado a Orffyreus ) y es así como decidió hacerse llamar este enigmático personaje de la historia, Johann Ernst Elias Bessler, un estudiante alemán de teología, pintura y medicina y creador de la “imposible” máquina de movimiento perpetuo, que desafía las propias leyes de la termodinámica que reza ( equivocadamente, porque la ciencia oficial desconoce las propiedades fundamentales del magnetismo ) que el movimiento perpetuo no es posible.


Su primer máquina imposible fue presentada públicamente en Gera, Turingia, en 1712 y no sólo continuaba girando sola después de haber sido puesta en movimiento, sinó que aumentaba su velocidad y podía levantar pesos de hasta un kilo.
Bessler destruyó su máquina al día siguiente de la exposición, pero tres años después presentó en Merseburg una versión mejorada de la misma máquina.
Ésta, sin recibir ningún tipo de energía ( al menos visible ) era capaz de moverse de derecha a izquierda y además levantar perpendicularmente un peso de 31,5 kilos, certificado por un comité de hombres prominentes que analizó el aparato in situ.


Posteriormente logró fabricar una que conseguía levantar el peso de un hombre y llegó a hacer demostraciones privadas con su máquina en habitaciones cerradas y selladas durante semanas, que al volver a abrirse mostraban la máquina funcionando como si nada.
Un caso certificado por el propio terrateniente que le propuso la experiencia, el príncipe Kart, se realizó en su castillo de Weissentein en una habitación sin paredes contiguas que fue completamente cerrada con los propios sellos reales y que al reabrirse 14 días después mostró cómo la máquina continuaba girando regularmente tal cual había sido dejada.La habitación fue vuelta a sellar y se reabrió nuevamente un mes y nueve días después, el 4 de enero de 1718, constatándose una vez más que la máquina continuaba funcionando normalmente.


El príncipe entregó un certificado al inventor fechado el 27 de mayo de 1718 en el cual constaba que se habían tomado todas las precauciones necesarias para excluír hasta la más mínima sospecha de fraude.
Las máquinas de Orffyreus ( a las cuales se las llegó a llamar popularmente “Las Ruedas del Demonio “ ) parecían contener su secreto en el interior de su eje, una vara de cierto grosor, aunque no el necesario para esconder un mecanismo potente, e intrigaron a científicos y pensadores de la talla de Gottileb Leiniz.
En 1727, Orffyreus construyó su última máquina de movimiento perpetuo llevándose sus secretos ( probablemente relacionados con el magnetismo ) a la tumba a los 75 años de edad.

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