El encuentro entre dos figuras emblemáticas de la intelectualidad actual en la Universidad de Amsterdam, allá por 1971, dentro del International Philosophers Project. En los apenas 13 minutos de grabación que hemos encontrado, podemos observar lo mejor y lo peor de cada uno de los autores:
En Foucault vemos el perfecto análisis de la violencia ejercida por instituciones aparentemente neutrales como la universidad o la familia, pero también la tendencia al inmovilismo propia del relativismo postmoderno que es incapaz de dar alternativas a la sociedad que critica.
En Chomsky es de agradecer la llamada a la acción de uno de uno de esos raros intelectuales que no solo critica desde su torre de marfil sino que se convierte en activista social, pero también queda en evidencia la debilidad epistemológica de una visión idealista que parte de conceptos como “naturaleza humana”.
El debate integro fue publicado como libro bajo el titulo ”Chomsky – Foucault: La Naturaleza Humana Justicia Versus Poder” (te lo puedes descargar entero y en castellano aqui) .
Enfrentar a Chomsky y Foucault en una discusión tenía cierto sentido. En 1971 los dos eran famosos intelectuales en todo el mundo; los dos habían dedicado obras a la estructura del lenguaje, aunque entrenamientod de Chomsky era de linguística y no en filosofía, sobre todo, los dos habían adquirido fama por sus posiciones políticas combativas. Chomsky había publicado, en 1967, en la influyente The New York Review of Books uno de los artículos que más pesaron en el ataque a la guerra de Vietnam.
Chomsky recuerda que se conocieron y pasaron juntos varias horas antes del programa y que establecieron un terreno común a pesar de la barrera del idioma (Chomsky hablaba muy poco francés y Foucault aún no dominaba el inglés comom lo haría más tarde). Intercambiaron opiniones políticas generales, discutieron acerca de los gramáticos de Port-Royal (uno de los intereses académicos que compartían).
Pero ya había indicios de que éste no iba a ser un debate común y corriente. Con la esperanza de molestar la pulcra sobriedad del público holandés, el moderador del programa, Fons Elder, anarquista confeso, se había conseguido una brillante peluca roja y trató, infructuosamente, que Foucault se la pusiera. Por otra parte, y sin que lo supiera Chomsky, habían dado a Foucault, en pago por su presentación, una importante porción de hachís a la cual el filósofo y sus amigos llamarían, jocosamente y durante los meses que les duró, ‘el hachís de Chomsky’.”
“La conversación continuaba en este tono y Elders no dejaba de pisar a Foucault por debajo de la mesa, señalandole la peluca roja y susurrandole “póngasela, póngasela”. Foucault intentaba ignorarlo, pero las preguntas de Elders se volvían más y más apremiantes, y el filósofo empezó a irritarse”.
En Foucault vemos el perfecto análisis de la violencia ejercida por instituciones aparentemente neutrales como la universidad o la familia, pero también la tendencia al inmovilismo propia del relativismo postmoderno que es incapaz de dar alternativas a la sociedad que critica.
En Chomsky es de agradecer la llamada a la acción de uno de uno de esos raros intelectuales que no solo critica desde su torre de marfil sino que se convierte en activista social, pero también queda en evidencia la debilidad epistemológica de una visión idealista que parte de conceptos como “naturaleza humana”.
El debate integro fue publicado como libro bajo el titulo ”Chomsky – Foucault: La Naturaleza Humana Justicia Versus Poder” (te lo puedes descargar entero y en castellano aqui) .
Enfrentar a Chomsky y Foucault en una discusión tenía cierto sentido. En 1971 los dos eran famosos intelectuales en todo el mundo; los dos habían dedicado obras a la estructura del lenguaje, aunque entrenamientod de Chomsky era de linguística y no en filosofía, sobre todo, los dos habían adquirido fama por sus posiciones políticas combativas. Chomsky había publicado, en 1967, en la influyente The New York Review of Books uno de los artículos que más pesaron en el ataque a la guerra de Vietnam.
Chomsky recuerda que se conocieron y pasaron juntos varias horas antes del programa y que establecieron un terreno común a pesar de la barrera del idioma (Chomsky hablaba muy poco francés y Foucault aún no dominaba el inglés comom lo haría más tarde). Intercambiaron opiniones políticas generales, discutieron acerca de los gramáticos de Port-Royal (uno de los intereses académicos que compartían).
Pero ya había indicios de que éste no iba a ser un debate común y corriente. Con la esperanza de molestar la pulcra sobriedad del público holandés, el moderador del programa, Fons Elder, anarquista confeso, se había conseguido una brillante peluca roja y trató, infructuosamente, que Foucault se la pusiera. Por otra parte, y sin que lo supiera Chomsky, habían dado a Foucault, en pago por su presentación, una importante porción de hachís a la cual el filósofo y sus amigos llamarían, jocosamente y durante los meses que les duró, ‘el hachís de Chomsky’.”
“La conversación continuaba en este tono y Elders no dejaba de pisar a Foucault por debajo de la mesa, señalandole la peluca roja y susurrandole “póngasela, póngasela”. Foucault intentaba ignorarlo, pero las preguntas de Elders se volvían más y más apremiantes, y el filósofo empezó a irritarse”.
FUENTE: SOCIOLOGOSPLEBEYOS
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