LAS CUALIDADES SONORAS DEL ENIGMÁTICO MONUMENTO HABÍAN SIDO EXPLORADAS ANTES, PERO HASTA AHORA SE CONFIRMA QUE SE TRATA DE UNA GIGANTESCA BATERÍA DE ROCA, QUE INCLUSO PUDO TRANSMITIR ENIGMÁTICOS MENSAJES A MEDIA MILLA ALREDEDOR
Una investigación publicada en el Journal of Time & Mind reveló que muchas de las rocas del monumento producen diferentes sonidos metálicos (como campanas, gongs o tambores) cuando son golpeadas de cierta forma; la dorelita es una piedra litofónica que habría sido transportada a esta planicie debido a que, gracias a la forma del terreno, el sonido pudo haber viajado por varias millas a la redonda.
Otra evidencia de este uso ya olvidado está en los pobladores de la cercana provincia de Maenclochog, quienes utilizaron piedras para hacer campanas hasta el siglo XVIII. La etimología de “Maenclochog” nos lleva al significado “campana” o “piedras-campana”.
El gobierno inglés permitió que arqueólogos de las universidades de Bournemouth y Bristol probaran acústicamente las piedras del lugar, tocándolas como un gigantesco xilófono del neolítico. John Wozencroft del proyecto Landscape & Perception afirmó que “fue realmente un descubrimiento mágico y refrescante atravesar un fenómeno que no podías explicar.”
Sin embargo, los investigadores temen que la magia musical de Stonehenge haya sido dañada debido a que fueron puestas sobre concreto en la década de los ’50 para tratar de preservar el monumento. La reverberación acústica que debía escucharse en su localización previa, según Wozencroft, debió alcanzar media milla a la redonda; esta reverberación se opacaría debido a que ahora se encuentran “pegadas” al concreto, que absorbe toda la vibración.
Stonehenge, el monumento de roca que data de la Era de Piedra, puede ser un gigantesco instrumento musical, según un nuevo estudio. Bernard Fagg, investigador del proyecto Landscape & Perception (“Paisaje y percepción”) afirmó que el legendario sitio al sur de Gales estaría compuesto de “piedras sónicas”, elegidas a causa a la variedad de sonidos que pueden producirse en su superficie, gracias a la acción de martillos.
La cualidad musical de la dolerita (que pudo tener aplicaciones rituales o incluso, se especula, de comunicación) fue la razón por la que los antiguos pobladores de Carn Menyn las transportaran 200 millas desde Pembrokeshire, lo que durante años desconcertó a los arqueólogos.
Una investigación publicada en el Journal of Time & Mind reveló que muchas de las rocas del monumento producen diferentes sonidos metálicos (como campanas, gongs o tambores) cuando son golpeadas de cierta forma; la dorelita es una piedra litofónica que habría sido transportada a esta planicie debido a que, gracias a la forma del terreno, el sonido pudo haber viajado por varias millas a la redonda.
Otra evidencia de este uso ya olvidado está en los pobladores de la cercana provincia de Maenclochog, quienes utilizaron piedras para hacer campanas hasta el siglo XVIII. La etimología de “Maenclochog” nos lleva al significado “campana” o “piedras-campana”.
El gobierno inglés permitió que arqueólogos de las universidades de Bournemouth y Bristol probaran acústicamente las piedras del lugar, tocándolas como un gigantesco xilófono del neolítico. John Wozencroft del proyecto Landscape & Perception afirmó que “fue realmente un descubrimiento mágico y refrescante atravesar un fenómeno que no podías explicar.”
Sin embargo, los investigadores temen que la magia musical de Stonehenge haya sido dañada debido a que fueron puestas sobre concreto en la década de los ’50 para tratar de preservar el monumento. La reverberación acústica que debía escucharse en su localización previa, según Wozencroft, debió alcanzar media milla a la redonda; esta reverberación se opacaría debido a que ahora se encuentran “pegadas” al concreto, que absorbe toda la vibración.
FUENTE: PIJAMASURF
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