lunes, 13 de octubre de 2014

LAS RAZONES POR LAS CUALES UN PROFESOR DE INTERNET PROHIBIÓ EL ACCESO A TECNOLOGÍA EN CLASE

EL MULTI-TASKING HACE QUE LAS PERSONAS SEAN MENOS EFICIENTES Y LOS ALUMNOS NO CONSOLIDEN SU APRENDIZAJE.

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En la última décadas, los cuadernos y libros han sido paulatinamente sustituidos por laptops y tablets con acceso a Internet. Al mismo tiempo, los profesores ya no sólo han tenido que competir por la atención de los jóvenes alumnos con su natural tendencia a la hiperactividad, también con el constante “pinging” que producen los diferentes gadgets que llevan a la clase. Este constante susurro digital hace que sea difícil capturar la atención y generar el rapport necesario para que se produzca esa mezcla de interés, utilidad y descubrimiento propia del mejor aprendizaje. El profesor de redes sociales de la Universidad de Nueva York, Clay Shirky, explica:

Facebook, Wechat, Twitter, Instagram, Weibo, Snapchat, Tumblr, Pinterest, la lista sigue… En la clase, soy yo en contra de un brillante ejército con fondos ilimitados… Estos diseñadores y programadores tienen todo el incentivo para captar toda la atención de mis alumnos que puedan, sin importar cualquier tipo de compromiso que hayan hecho antes esos estudiantes conmigo o con una tarea específica.

Shirky ha dado clases sobre el Internet desde 1998 y ha sido parte de movimientos ciudadanos en contra de la censura de la Red, pero en los últimos años la tecnología se vuelto demasiado llamativa, hasta el punto de que ha tenido que prohibir el uso de teléfonos y computadoras en sus clases. “El cambio parece correlacionarse más con la creciente ubicuidad de los mismos aparatos, más que en mí o en los estudiantes… Me di cuenta que cuando por una razón específica les pedía que guardaran sus aparatos, era como su alguien hubiera dejado entrar un aire fresco a la habitación. La conversación se encendía e incluso se esparcía una sensación de alivio entre muchos de mis estudiantes. El multi-tasking deja a las personas cognitivamente exhaustas”. Después de observar que esto se repetía constantemente, que los estudiantes parecían refrescarse sin los aparatos, fue natural simplemente pedirles que no los llevaran a clase o que los apagaran.

Shirky cita un estudio que muestra que aunque el multi-tasking no siempre afecta el desempeño inmediato, puede tener efectos nocivos en la “memoria declarativa”, un tipo de recordación que permite a las personas caracterizar y utilizar lo que aprendieron en sus estudios anteriores. En otras palabras, “el multi-tasking acentúa aún más el clásico ‘lo aprendí el día antes del examen, lo olvide el día después”‘.

Es difícil congregar la atención total y habituarnos a obligarnos a evitar el multi-tasking, especialmente porque los aparatos con los que vivimos 24/7 y los programas que contienen están diseñados –y tienen detrás toda una multimillonaria industria de marketing y creatividad– para que les dediquemos nuestra tan divisible atención. Y aunque la eficiencia de nuestras tareas se vea degradada, el multi-tasking y la interfaz que proveen estos aparatos genera como importante efecto secundario una gratificación emocional. Es imposible competir con la forma y el contenido de Facebook: “Tu ex novia te etiquetó en una foto vs la Guerra de Crimea” es un batalla de estímulos muy dispareja. Y a su vez: “El multi-tasking desplaza el placer de la procrastinación hacia el interior mismo del periodo de trabajo”, dice Shirky. Podemos procrastinar y entretenernos y de todas maneras estar trabajando .

Contrariamente a lo que se piensa popularmente, las personas que practican severamente el multi-tasking ni siquiera desarrollan habilidad para cambiar entre diferentes tareas. Un estudio reporta que los multi-taskers tienen problemas para elegir a qué tarea dedicarle su mayor atención.

No ha dejado de ser irrelevante recordar a McLuhan, quien advertía que la misma tecnología que amplifica nuestros sentidos también los amputa –y que no somos capaces de ver sus efectos hasta que ya es demasiado tarde, embebidos en la pecera electrónica. Esta es la dualidad de la tecnología de la información, que libera el conocimiento a la vez que ejerce un efecto esclavizante, un mareo electrónico, una “narcosis narcisista”.

“Las computadoras no son fuentes inherentes de distracción –pueden ser poderosos motores de concentración –pero sus últimas versiones están siendo diseñadas de esta forma, ya que la atención es la substancia que mueve a toda la economía de consumo en Internet.. El hecho de que el hardware y el software está siendo diseñado profesionalmente para distraer fue la razón principal que me llevo a requerir y ya no sólo sugerir que mis alumnos no usaran sus aparatos en clase”, concluye Shirky.

FUENTE: PIJAMASURF

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