ALAN WALLACE Y CHOKYI NYIMA RINPOCHÉ SOBRE LOS EFECTOS DE LA TECNOLOGÍA
El exceso de estimulación de la tecnología digital y sus efectos en nuestra atención y conexión con el mundo real son sin duda uno de los temas de salud que deberán discutirse con mayor urgencia en el futuro cercano. El maestro budista Alan Wallace ha sugerido que en nuestra época todos padecemos de déficit de atención. Es por esto que hoy en día se ha popularizado tanto la meditación y el mindfulness, son disciplinas necesarias para contrarrestar las aflicciones de una modernidad que ha basado su modelo socioeconómico en el consumo y para ello en la hiperestimulación de las personas con información mayormente insignificante.
¿Qué tiene que decir el budismo sobre esto? A continuación la perspectiva de Alan Wallace, según una entrevista publicada en Tricycle y la visión también del monje Chokyi Nyima Rinpoché.
Alan Wallace explica que existe cada vez más una destrucción del medio ambiente y un desequilibrio en la sociedad (lo cual puede observarse en la tendencia de que cada vez son menos las personas que tienen la mayor cantidad de riqueza del mundo):
Esta contradicción entre la simultánea explosión tecnológica y la privación de las personas más vulnerables del mundo indica que nuestro conocimiento de y nuestro poder sobre el ambiente externo no ha sido ni remotamente igualado por nuestro conocimiento de la mente y sus vicios, las causas internas del sufrimiento y los recursos del espíritu humano. El budismo destaca tres toxinas fundamentales de la mente --la ambición, la hostilidad y la ilusión (o engaño). Aunque tenemos gran cantidad de información disponible a través del Internet, la civilización humana evidentemente no ha progresado en diagnosticar o tratar estas aflicciones, menos aún ha logrado explorar los recursos del espíritu humano --la compasión, la sabiduría, la generosidad, la paciencia y el contentamiento interno.
Si nuestro mundo de alta tecnología no balancea el conocimiento de los recursos externos físicos del medio ambiente con el conocimiento de los recursos espirituales internos de la mente humana, entonces temo que la sociedad humana continuará en su curso presente hacia la autodestrucción.
En una reciente conferencia en la Ciudad de México, el lama tibetano Chokyi Nyima Rinpoché señaló que antes uno viajaba y se encontraba a la gente dispuesta a saludar y hacer conversación sobre lo que estaba ocurriendo en ese momento. Hoy en día la gente está absorta con sus aparatos y casi nadie está abierto a iniciar una conversación con un extraño sin que esta sea mediada por la tecnología. "La tecnología es maravillosa y puede usarse para muchas cosas muy buenas", dijo, pero la manera en la que estamos usando "encoge la comunicación". La frase es digna de destacarse por estar en completa oposición con lo que se nos dice ocurre –pública o mercadológicamente– con la tecnología, la cual supuestamente es el pegamento ubicuo del mundo, aquello que amplifica y engrandece la comunicación.
De aquí podemos concluir que es necesario como sociedad cultivar la mente de las personas y hacer una búsqueda interna --lo que Wallace llama un ciencia contemplativa-- a la par de la explosión del conocimiento tecnológico y la información. Nuestra conciencia debe de evolucionar al nivel de nuestra tecnología para que no nos veamos literalmente apantallados por la misma. Debemos de ser más cautos en nuestra adopción de la tecnología y acompañarla de reflexión y de buenos hábitos como la meditación, viajes a la naturaleza y las conversaciones no mediadas a través de aparatos, entre otras cosas.
¿Qué tiene que decir el budismo sobre esto? A continuación la perspectiva de Alan Wallace, según una entrevista publicada en Tricycle y la visión también del monje Chokyi Nyima Rinpoché.
Alan Wallace explica que existe cada vez más una destrucción del medio ambiente y un desequilibrio en la sociedad (lo cual puede observarse en la tendencia de que cada vez son menos las personas que tienen la mayor cantidad de riqueza del mundo):
Esta contradicción entre la simultánea explosión tecnológica y la privación de las personas más vulnerables del mundo indica que nuestro conocimiento de y nuestro poder sobre el ambiente externo no ha sido ni remotamente igualado por nuestro conocimiento de la mente y sus vicios, las causas internas del sufrimiento y los recursos del espíritu humano. El budismo destaca tres toxinas fundamentales de la mente --la ambición, la hostilidad y la ilusión (o engaño). Aunque tenemos gran cantidad de información disponible a través del Internet, la civilización humana evidentemente no ha progresado en diagnosticar o tratar estas aflicciones, menos aún ha logrado explorar los recursos del espíritu humano --la compasión, la sabiduría, la generosidad, la paciencia y el contentamiento interno.
Si nuestro mundo de alta tecnología no balancea el conocimiento de los recursos externos físicos del medio ambiente con el conocimiento de los recursos espirituales internos de la mente humana, entonces temo que la sociedad humana continuará en su curso presente hacia la autodestrucción.
En una reciente conferencia en la Ciudad de México, el lama tibetano Chokyi Nyima Rinpoché señaló que antes uno viajaba y se encontraba a la gente dispuesta a saludar y hacer conversación sobre lo que estaba ocurriendo en ese momento. Hoy en día la gente está absorta con sus aparatos y casi nadie está abierto a iniciar una conversación con un extraño sin que esta sea mediada por la tecnología. "La tecnología es maravillosa y puede usarse para muchas cosas muy buenas", dijo, pero la manera en la que estamos usando "encoge la comunicación". La frase es digna de destacarse por estar en completa oposición con lo que se nos dice ocurre –pública o mercadológicamente– con la tecnología, la cual supuestamente es el pegamento ubicuo del mundo, aquello que amplifica y engrandece la comunicación.
De aquí podemos concluir que es necesario como sociedad cultivar la mente de las personas y hacer una búsqueda interna --lo que Wallace llama un ciencia contemplativa-- a la par de la explosión del conocimiento tecnológico y la información. Nuestra conciencia debe de evolucionar al nivel de nuestra tecnología para que no nos veamos literalmente apantallados por la misma. Debemos de ser más cautos en nuestra adopción de la tecnología y acompañarla de reflexión y de buenos hábitos como la meditación, viajes a la naturaleza y las conversaciones no mediadas a través de aparatos, entre otras cosas.
FUENTE: PIJAMASURF
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