Generalmente, nuestra vida está construida sobre la creencia de que son las personas, las circunstancias que nos rodean, es decir: una serie de factores que vienen del exterior, lo que nos hace felices o desgraciados. Y no es así. Depende de la calidad de nuestras repuestas que seamos desgraciados o felices. Es la calidad de nuestra respuesta la que marca la calidad de nuestra vida. Somos, exactamente, el resultado de nuestras respuestas.
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