jueves, 23 de agosto de 2012

JOHN DEE Y EL ESPEJO DE OBSIDIANA AZTECA

Breve introducción a la figura de John Dee quien, junto con su espejo de obsidiana azteca, realizó importantes labores como mago, alquimista, astrólogo, y matemático.



Como buen místico de su época (y tal vez de cualquier otra), John Dee ejerció durante el siglo XVI una admirable versatilidad en torno a múltiples habilidades: fue alquimista, matemático, astrónomo, mago y consejero real. Su influencia como astrólogo personal de la Reina Isabel I, le valió los recursos y el respaldo suficientes para desarrollar con tranquilidad sus labores en las grandes artes.

Personaje enigmático y un tanto oscuro (recordando que la oscuridad es en algún plano aliada íntima de la luz), la fama de Dee llegó a generar anécdotas, presumiblemente místicas, como el haber conjurado un hechizo contra la armada española es su tentativa de invadir la isla británica –al parecer se trató de la publicación de sus profecías que llegó a manos de los españoles y los predispuso, debilitando su moral, al grado sugestionar su eventual derrota–.

Pero más allá de la fascinante figura de este mago británico, existen dos elementos particularmente interesantes en su vida, los cuales además se encuentran ligados entre sí. Por un lado tenemos la configuración del sistema ‘enochiano’ de magia, épica labor realizada en sociedad con Edward Kelly (prominente personaje del ocultismo renacentista). Este modelo, por cierto uno de los predilectos de Aleister Crowley y en general de la orden del Dorado Amanecer (Hermetic Order of the Golden Dawn), resultó, de acuerdo con sus autores, de transmisiones que recibieron directamente por parte de entidades angelicales. Ya habrá momento para profundizar en este legado mágico de Enoch, por ahora baste saber que su relevancia se ha mantenido vigente a lo largo de cinco siglos.



El segundo de los elementos se refiere a una peculiar herramienta que Dee utilizaba en diversas prácticas (entre ellas la síntesis del modelo enochiano): se trata de un espejo de obsidiana que fue llevado desde México hasta sus manos. Al parecer era un dispositivo que los brujos aztecas utilizaban en sus rituales y el cual, por sí solo, afloraba un extraño poder. Este tipo de objetos son populares en el arte de la adivinación (se dice que Nostradamus tenía el suyo), y de acuerdo con algunas versiones, los ángeles que transmitían información a Dee y Kelly, se hacían presentes gracias a la superficie de este espejo de obsidiana.

Dentro de la cultura azteca la pieza se asociaba a Tezcatlipoca “el espejo humeante”, deidad de la noche y la oscuridad, y quien formaba parte de los cuatro dioses creadores, figuras de enorme relevancia en la cosmovisión de está sociedad. El Specularium de Dee, su famoso espejo de obsidiana negra, paso a planos de algunos coleccionistas hasta que finalmente terminó en las arcas del Museo Británico, donde actualmente se exhibe. Este instrumento pasaría a la historia como uno de los grandes catalizadores de magia , herramientas que si bien poseen un cuerpo palpablemente físico, tenían la cualidad de incidir en las estepas sutiles de dimensiones alternas.

Twitter del autor: @paradoxeparadis

Retrato de John Dee



John Dee (1527-1609) fue una de las mentes más brillantes de su tiempo. Consumado astrónomo, matemático y geógrafo, mostró también un interés inusitado –como otros pensadores de su época- por disciplinas heterodoxas, como la astrología, la magia o la alquimia. Por otra parte, su erudición en el arte de navegar lo convirtió en asesor y consultor de buena parte de los mayores representantes de la armada británica. Y, además, formó parte durante algún tiempo de la corte de la reina Isabel I de Inglaterra, convirtiéndose en su astrólogo personal.

En ARS SECRETA, como es lógico, nos interesa especialmente su faceta como mago, alquimista y ocultista. A partir de cierto momento de su vida –especialmente tras conocer a un oscuro personaje,
Edward Kelly–, Dee se mostró especialmente interesado en hallar una forma de contactar con los ángeles. Los escritos de Dee dan a entender que estaba convencido de haber logrado dicho contacto, y reflejo en sus textos estas conversaciones con entidades espirituales, dejando constancia del llamado "lenguaje enoquiano" (de los ángeles), que le había sido revelado.



Os cuento todo esto porque, aunque pueda parecer sorprendente, el Museo Británico conserva en su colección varias piezas que pertenecieron a John Dee, y que fueron utilizadas por él para contactar con ese mundo espiritual. En total son seis piezas "mágicas" (imagen superior), en su mayoría rescatadas por el anticuario británico Sir Robert Cotton (1571-1631), cuya colección fue una de las que dieron forma al primitivo Museo Británico. El peculiar legado de Dee está compuesto por tres "sellos" en forma de disco grabados con extraños símbolos mágicos (dos pequeños y uno más grande), un espejo de obsidiana de origen azteca, un disco dorado y una bola de cristal.

Los tres sellos o discos recubiertos de signos ocultistas parece ser que fueron utilizados por Dee en su table of practice(mesa de prácticas) durante sus contactos con ángeles. En concreto, sobre el más grande habría apoyado la bola de cristal –o una similar– que se conserva en el Museo Británico. Como podéis ver, en el centro de este sello destaca claramente la figura de un pentagrama “atravesado” por una circunferencia, y rodeado por otros símbolos geométricos y signos mágicos.

En cuanto al disco de oro, posee un grabado en el que se representa la llamada "visión de los cuatro castillo", que según algunos escritos, Dee experimentó mientras se encontraba en Cracovia en 1584. Este fue el objeto que se unió más recientemente a la curiosa colección, pues fue adquirido por el museo en 1942.

Otro día repasaremos otras curiosas posesiones de éste y otros museos de todo el mundo.

Fotografías de los objetos mágicos: (c) British Museum

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