sábado, 24 de marzo de 2018

ODA A LA TRISTEZA: KUFUNGISISA O EL SUSTO DE PENSAR MUCHO


Si un trastorno humano merece ser calificado de antropológico, aquel es la depresión.
Carlos Ballús Pascual, psiquiatra.

"Hoy en día, ensalzamos la felicidad. Suponemos que la felicidad nos hará mejores trabajadores, mejores padres y mejores parejas; suponemos que nos hará vivir más tiempo. En el siglo XVI, se pensaba que era la tristeza la que ocasionaba todo esto. Incluso hay libros de autoayuda de esa época que alentaban al lector a caer en la tristeza a través de una lista de motivos para desanimarse."  
Tiffany Watt Smith, historiadora.


La etnopsiquiatría y la etnopsicología afirman la universalidad de la depresión, pero en cada cultura los síntomas son diferentes y, por lo tanto, el tratamiento también lo es.
Roger Bastide, sociólogo y antropólogo francés, contaba en "La réve, le transe y la folie" el caso de un chico que "rompía todos los objetos, en realidad, la simple torpeza de una persona no habituada al frío, a quien el frío hacía temblar. El chico, en lugar de atribuirlo a causas naturales, lo atribuía a un ataque de brujería. Para defenderse de ella, recurría a mecanismos de defensa de su país, al llamado tótem protector y al uso de fetiches. Habiendo encontrado una vieja piel de león, se envolvió en ella y, en adelante, hacía los recados en el barrio, vestido con ese extraño atuendo. La sonrisa de los transeúntes, las burlas de los chiquillos, la aglomeración de los curiosos, terminaron por consolidar en él la idea de brujería, provocándole crisis de agresividad y de inmensa angustia. Aconsejamos su repatriación y la supuesta neurosis depresiva desapareció con su retorno a África, donde sus mecanismos culturales de defensa resultaban adaptados



"Pensar mucho" es el término de la angustia en muchas culturas. En el idioma shona, de Zimbabwe, se dice "Kufungisisa", pensar demasiado. Se trata de reflexionar sobre los problemas de la vida actual o sobre traumáticos acontecimientos del pasado de manera obsesiva. Los síntomas recogen la ansiedad, preocupación, tristeza... que dan lugar a quejas somáticas (por ejemplo, dolor de cabeza intenso) y consecuencias sociales tales como la retirada social. Los shona dicen “me duele el corazón porque pienso demasiado”.

Para tratar la "kufungisisa", el primer paso es "abrir la mente": "kuvhura pfungwa". El segundo, fortalecerse: "kusimbisa" y con ello, "elevarse": "kusimudzira". Valores shona tradicionales que no utilizan solo los profesionales de la salud, sino también y sobre todo, las matriarcas shona, perfectas escuchantes y consejeras.

Otra variante del Kufungisisa la encontramos en Haití: "reflechi twòp" (pensar demasiado). El "maladi moun", también en Haití, se le conoce como la “enfermedad causada por los humanos” o como la “enfermedad enviada”. Según esta cultura, la envidia hace que ciertas personas provoquen en otras personas psicosis, depresiones, incapacidad para realizar sus quehaceres, fracasos en los estudios o en el trabajo, etc. Por eso, cuando una persona tiene éxito, obtiene un buen trabajo, tienen buena salud o le sonríe la fortuna, siempre teme que ello despierte la envidia de otros sujetos que le pueden “enviar” cualquier enfermedad mental.


El "Taijin kyofusho" (対人恐怖症) o el trastorno del miedo a las relaciones interpersonales, es un síndrome psiquiátrico específico de la sociedad japonesa. El sujeto afectado teme y evita todo contacto social. Sin embargo, debido al hecho cultural de que los japoneses destacan el bienestar del grupo sobre los deseos del individuo, en lugar de un temor de avergonzarse de sí mismos o a ser juzgados duramente por los demás debido a su ineptitud social, los enfermos de Taijin kyofusho describen un miedo a ofender o perjudicar a otras personas. El enfoque de la evitación es pues, más que en evitar dañarse a sí mismo, impedir dañar a los demás.

El nombre de "shenjing shuairuo" chino, viene de "shenjing" que significa nervios o espíritu, "shua" que significa degenerado, y "ruo", que significa débil. Es una "desarmonía y desequilibrio del qi, de los órganos vitales, que se caracteriza por fatiga física y mental, insomnio, irritabilidad y dificultad de concentración. Dan lugar a dolores en diferentes partes de su cuerpo, así como de ciertas disfunciones sexuales.



Con el término "Dhat" se denomina en la India a un síndrome caracterizado por ansiedad, hipocondría, sensación de debilidad y agotamiento. Pero los sujetos que padecen el Dhat se quejan sobre todo de eyaculaciones involuntarias. Dos psiquiatras indios, Narendra Wig y Harish K. Malhotra, acuñaron el nombre ‘síndrome de Dhat’ en la década de los 70, que proviene de la palabra en sánscrito "dhatus", los siete elementos esenciales del cuerpo humano en los textos ayurvédicos. La Ayurveda, el antiguo sistema de medicina tradicional de la India, describe el semen como el elixir vital, sinónimo de salud y longevidad. No sólo en hombres: la secreción vaginal ("safed pani" en hindi, que significa 'agua blanca') es uno de los principales síntomas por los que las mujeres en la India buscan atención.
Pero el Dhat también se ha descrito en China con el nombre de “Shen-Kuei”, y en Sri Lanka se le conoce como “Sukra Prameba”. "En mi opinión", escribió el francés Dr. Reveillè-Parise en 1828, "ni la peste ni la guerra han tenido efectos tan desastrosos para la humanidad, como el miserable hábito de la masturbación". También en los inicios europeos del cristianismo (aunque la Biblia no hace mención alguna sobre la masturbación) y en la época victoriana, se vio al onanismo como una práctica que daba lugar al aletargamiento, locura, edemas o pérdida del cabello.


El "Khyál cap" es un síndrome típico de Camboya y significa “ataque de viento”: sensación de mareo, de falta de aire, palpitaciones, dolores variados, visión borrosa, etc. Parecidos síntomas a lo que llamaríamos un ataque de pánico o trastorno de ansiedad.
El Khyál, algo similar al viento, entra en el cuerpo y produce los síntomas anteriormente citados. Los camboyanos piensan que es ocasionado por pensamientos o situaciones que preocupan mucho a la persona. En los países del entorno de Camboya encontramos síndromes similares: el “Srog Rlung gi nad” en Tibet, el “Pen Lom” en Laos, el “Hwa Byung” en Corea y el “vata” en Sri Lanka. 
El "mal de aire" mexicano se contrae cuando las personas caminan por lugares con una energía negativa. Se dice que el aire con esas características malignas entra al cuerpo del sujeto que transita por allí y lo enferma.

También en México, América Central y América del Sur, el "susto" o "espanto" no es tanto una pérdida de ánimo, como dicen, sino una pérdida de la "tonalli", el lugar de la "tona": la energía o calor vital. Los nahuas llamaron tonalli a la energía que subyace a todo lo existente, reside en la cabeza y es una esencia luminosa. Si la pierdes, pierdes el vigor, el brillo en la mirada...
El susto está causada por una gran impresión o por un miedo profundo.

Los "nervios" se refiere a un estado general de vulnerabilidad a experiencias de vida estresantes y a un síndrome provocado por circunstancias difíciles de la vida. Los "nervios" comienzan con una idea persistente, "pegada a la mente", que invaden la mente y se acumulan,"se quedan atrapadas" en el cerebro. Los síntomas comunes incluyen dolores de cabeza y cerebrales, irritabilidad, trastornos estomacales, dificultades para dormir, nerviosismo, llanto fácil, incapacidad para concentrarse, temblores, sensaciones de hormigueo y mareos.


El pueblo baining de Papua Nueva Guinea hablan de "awumbuk", sensación de letargo que sobreviene cuando un huésped finalmente se va. Tras su marcha, deja detrás una especie de carga para poder viajar más liviano, y esta carga infecta el aire y produce este awumbuk. Lo que hacen entonces es dejar afuera un cuenco con agua durante la noche para que absorba este aire, y luego, a primera hora de la mañana, se levantan, hacen una ceremonia y arrojan el agua. 

El "litost" checo denota un sentimiento humano profundo causado por la agonía que se siente al ver de manera repentina las miserias propias. Milan Kundera, autor de La insportable levedad del ser: “He buscado vanamente en otras lenguas el equivalente de esta palabra, porque me parece difícil imaginar como alguien puede comprender el alma humana sin ella”.

La "toska" rusa es un sentimiento de insatisfacción desesperante que, según se decía, bajaba de las grandes llanuras. Vladmir Nabokov describe mejor que nadie la palabra: “En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por algo o por alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento.


La "nostalgia" (dolor por regresar) se definió por primera vez en el año 1688 como una enfermedad considerada mortal, por el médico suizo Johannes Hofer. Y el "aburrimiento", antiguamente, sólo era experimentado por los victorianos, como respuesta a nuevas ideas sobre el ocio y la superación personal.

"Las emociones son fenómenos cognitivos, moldeados no sólo por nuestro cuerpo, sino también por nuestros pensamientos, nuestros conceptos, nuestro lenguaje. La neurocientífica Lisa Feldman Barrett se ha interesado profundamente por esta dinámica relación entre las palabras y las emociones. Ella dice que cuando aprendemos una nueva palabra para designar una emoción, se desencadenarán inevitablemente nuevos sentimientos. Como historiadora, mantengo la sospecha desde hace largo tiempo de que, a medida que el lenguaje cambia, también lo hacen las emociones." explica Tiffany Watt Smith, autora de 'El libro de las emociones humanas', donde describe 156 emociones diferentes.

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