“Si un trastorno humano merece ser calificado de antropológico, aquel es la depresión.”
Carlos Ballús Pascual, psiquiatra.
"Hoy en día, ensalzamos la felicidad. Suponemos que la felicidad nos hará mejores trabajadores, mejores padres y mejores parejas; suponemos que nos hará vivir más tiempo. En el siglo XVI, se pensaba que era la tristeza la que ocasionaba todo esto. Incluso hay libros de autoayuda de esa época que alentaban al lector a caer en la tristeza a través de una lista de motivos para desanimarse."
Tiffany Watt Smith, historiadora.
La etnopsiquiatría y la etnopsicología afirman la universalidad de la depresión, pero en cada cultura los síntomas son diferentes y, por lo tanto, el tratamiento también lo es.
Roger Bastide, sociólogo y antropólogo francés, contaba en "La réve, le transe y la folie" el caso de un chico que "rompía todos los objetos, en realidad, la simple torpeza de una persona no habituada al frío, a quien el frío hacía temblar. El chico, en lugar de atribuirlo a causas naturales, lo atribuía a un ataque de brujería. Para defenderse de ella, recurría a mecanismos de defensa de su país, al llamado tótem protector y al uso de fetiches. Habiendo encontrado una vieja piel de león, se envolvió en ella y, en adelante, hacía los recados en el barrio, vestido con ese extraño atuendo. La sonrisa de los transeúntes, las burlas de los chiquillos, la aglomeración de los curiosos, terminaron por consolidar en él la idea de brujería, provocándole crisis de agresividad y de inmensa angustia. Aconsejamos su repatriación y la supuesta neurosis depresiva desapareció con su retorno a África, donde sus mecanismos culturales de defensa resultaban adaptados”
Para tratar la "kufungisisa", el primer paso es "abrir la mente": "kuvhura pfungwa". El segundo, fortalecerse: "kusimbisa" y con ello, "elevarse": "kusimudzira". Valores shona tradicionales que no utilizan solo los profesionales de la salud, sino también y sobre todo, las matriarcas shona, perfectas escuchantes y consejeras.
Otra variante del Kufungisisa la encontramos en Haití: "reflechi twòp" (pensar demasiado). El "maladi moun", también en Haití, se le conoce como la “enfermedad causada por los humanos” o como la “enfermedad enviada”. Según esta cultura, la envidia hace que ciertas personas provoquen en otras personas psicosis, depresiones, incapacidad para realizar sus quehaceres, fracasos en los estudios o en el trabajo, etc. Por eso, cuando una persona tiene éxito, obtiene un buen trabajo, tienen buena salud o le sonríe la fortuna, siempre teme que ello despierte la envidia de otros sujetos que le pueden “enviar” cualquier enfermedad mental.
El nombre de "shenjing shuairuo" chino, viene de "shenjing" que significa nervios o espíritu, "shua" que significa degenerado, y "ruo", que significa débil. Es una "desarmonía y desequilibrio del qi, de los órganos vitales, que se caracteriza por fatiga física y mental, insomnio, irritabilidad y dificultad de concentración. Dan lugar a dolores en diferentes partes de su cuerpo, así como de ciertas disfunciones sexuales.
Pero el Dhat también se ha descrito en China con el nombre de “Shen-Kuei”, y en Sri Lanka se le conoce como “Sukra Prameba”. "En mi opinión", escribió el francés Dr. Reveillè-Parise en 1828, "ni la peste ni la guerra han tenido efectos tan desastrosos para la humanidad, como el miserable hábito de la masturbación". También en los inicios europeos del cristianismo (aunque la Biblia no hace mención alguna sobre la masturbación) y en la época victoriana, se vio al onanismo como una práctica que daba lugar al aletargamiento, locura, edemas o pérdida del cabello.
El Khyál, algo similar al viento, entra en el cuerpo y produce los síntomas anteriormente citados. Los camboyanos piensan que es ocasionado por pensamientos o situaciones que preocupan mucho a la persona. En los países del entorno de Camboya encontramos síndromes similares: el “Srog Rlung gi nad” en Tibet, el “Pen Lom” en Laos, el “Hwa Byung” en Corea y el “vata” en Sri Lanka.
El "mal de aire" mexicano se contrae cuando las personas caminan por lugares con una energía negativa. Se dice que el aire con esas características malignas entra al cuerpo del sujeto que transita por allí y lo enferma.
También en México, América Central y América del Sur, el "susto" o "espanto" no es tanto una pérdida de ánimo, como dicen, sino una pérdida de la "tonalli", el lugar de la "tona": la energía o calor vital. Los nahuas llamaron tonalli a la energía que subyace a todo lo existente, reside en la cabeza y es una esencia luminosa. Si la pierdes, pierdes el vigor, el brillo en la mirada...
El susto está causada por una gran impresión o por un miedo profundo.
Los "nervios" se refiere a un estado general de vulnerabilidad a experiencias de vida estresantes y a un síndrome provocado por circunstancias difíciles de la vida. Los "nervios" comienzan con una idea persistente, "pegada a la mente", que invaden la mente y se acumulan,"se quedan atrapadas" en el cerebro. Los síntomas comunes incluyen dolores de cabeza y cerebrales, irritabilidad, trastornos estomacales, dificultades para dormir, nerviosismo, llanto fácil, incapacidad para concentrarse, temblores, sensaciones de hormigueo y mareos.
El "litost" checo denota un sentimiento humano profundo causado por la agonía que se siente al ver de manera repentina las miserias propias. Milan Kundera, autor de La insportable levedad del ser: “He buscado vanamente en otras lenguas el equivalente de esta palabra, porque me parece difícil imaginar como alguien puede comprender el alma humana sin ella”.
La "toska" rusa es un sentimiento de insatisfacción desesperante que, según se decía, bajaba de las grandes llanuras. Vladmir Nabokov describe mejor que nadie la palabra: “En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por algo o por alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento.”
"Las emociones son fenómenos cognitivos, moldeados no sólo por nuestro cuerpo, sino también por nuestros pensamientos, nuestros conceptos, nuestro lenguaje. La neurocientífica Lisa Feldman Barrett se ha interesado profundamente por esta dinámica relación entre las palabras y las emociones. Ella dice que cuando aprendemos una nueva palabra para designar una emoción, se desencadenarán inevitablemente nuevos sentimientos. Como historiadora, mantengo la sospecha desde hace largo tiempo de que, a medida que el lenguaje cambia, también lo hacen las emociones." explica Tiffany Watt Smith, autora de 'El libro de las emociones humanas', donde describe 156 emociones diferentes.
FUENTE: UNAANTROPOLOGAENLALUNA
No hay comentarios:
Publicar un comentario