Divertirse consiste principalmente en la satisfacción de con-
sumir Y de "tomar": mercancías, paisajes, alimentos, bebidas, cigarrillos, personas, conferencias, libros, películas, todo es consumido, tragado, engullido. El mundo es un gran objeto para nuestro
apetito: una gran manzana, una gran botella, un gran pecho; nosotros somos los lactantes, los eternamente expectantes, los esperanzados, Y los eternamente desilusionados. ¿Cómo podemos dejar de ser desilusionados si nuestro nacimiento se detiene en el
pecho de la madre, si no somos destetados nunca, si seguimos
siendo bebés crecidos, si no vamos nunca más allá de la orienta-
ción receptiva?
Así, las gentes se sienten angustiadas, inferiores, insuficien-
tes, culpables. Se dan cuenta de que viven sin vivir, que la vida
se les va de las manos como arena. ¿Cómo tratan sus inquietudes,
que nacen de la pasividad de "tomar" constantemente? Con otra
forma de pasividad, con un constante verterse al exterior, por así
decirlo: hablando. Aquí, como en el caso de la autoridad y del
consumo, una idea que en otro tiempo fue productiva ha sido con-
vertida en lo contrario.
(ERICH FROMM. EL HOMBRE EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA - PSICOANALISIS Y SOCIEDAD - FRAGMENTO (PAG. 142)