Científicos alemanes hablan de "contaminación electromagnética".
Aves migratorias pierden el rumbo por los cambios geomagnéticos.Investigadores de la Universidad de Múnich pueden explicar finalmente, por qué los cables de alta tensión y los efectos geomagnéticos afectan la migración de los animales, y además hacen notar que este descubrimiento se puede asociar al fenómeno de contaminación electromagnética y geomagnética.
Hasta el momento los científicos buscaban determinadas células capaces de detectar el campo magnético terrestre, sin embargo, el resultado de las investigaciones demuestran que éstas pueden estar en todas partes del cuerpo.
"El campo penetra al organismo, por lo que tales células podrían situarse en cualquier lugar, lo que las hace difíciles de identificar, explica el geofísico Michael Winklhofer de la Universidad de Múnich, en el reporte del 10 de julio, y que fue publicado previamente en la revista científicaPNAS.
El equipo alemán descubrió que las células del epitelio olfativo (una de las capas externas) de las truchas tienen magneto sensores.
Durante un experimento, ellos disociaron estas células unidas como capa epitelial, para dejarlas como células individuales en una suspensión líquida. Posteriormente las estimularon con un campo magnético giratorio artificial. Los científicos querían, de esta manera, identificar cuáles eran las células magnetosensibles y descubrir con detalle sus características, informa la Universidad de Munich.
Con sorpresa el geofísico explica que la respuesta de las células fue muy fuerte, lo que indica que se trata de una "alta sensibilidad de las células al sentido magnético".
Michael Winklhofer describe en su informe que "las células perciben el campo por medio de cristales magnéticos, probablemente hechos de magnetita, que se encuentran en la membrana celular". Estos serían necesarios para que cambien el potencial eléctrico en respuesta a un cambio magnético del ambiente.
"Esto explica por qué los campos magnéticos de baja frecuencia generados por líneas de alta tensión interfieren la navegación (de las aves y animales) relacionadas con el campo geomagnético y puede inducir otros efectos fisiológicos", dice Winklhofer.
Estos hallazgos publicados por la Universidad de Múnich podrían conducir a avances en el ámbito de las ciencias aplicadas, explica el geofísico, "por ejemplo, en el desarrollo de detectores de metales de alta sensibilidad", agrega.
Otro importante planteamiento que hace el geofísico es "si las células humanas son capaces de formar magnetita y si es así, ¿cuánto?".
"La magnetita intracelular podría proporcionar un sustrato fisiológico concreto que podría asociarse a la llamada contaminación electromagnética", concluye Michael Winklhofer en el informe.
Tormentas geomagnéticas
Otro de los fenómenos geomagnéticos que alteran la migración de animales, es el producido por las tormentas solares geomagnéticas.
Después de que el Sol libera masa coronal durante las fuertes explosiones, éstas viajan en todas direcciones con los "vientos solares".
Algunas golpean el campo magnético de la Tierra, y las partículas solares cambian de polaridad, con lo que se producen las tormentas geomagnéticas que afectan las altas y bajas frecuencias de navegación. Según el informe del Servicio atmosférico y Oceanográfico (NOAA) de Estados Unidos, los animales que se encuentran en latitudes polares y partes asoleadas, (esto último en caso de tormentas de mayor magnitud), pierden su sentido de migración.
© Jeff J Mitchell/Getty Images
Aves migratorias pierden el rumbo por los cambios geomagnéticos.Investigadores de la Universidad de Múnich pueden explicar finalmente, por qué los cables de alta tensión y los efectos geomagnéticos afectan la migración de los animales, y además hacen notar que este descubrimiento se puede asociar al fenómeno de contaminación electromagnética y geomagnética.
Hasta el momento los científicos buscaban determinadas células capaces de detectar el campo magnético terrestre, sin embargo, el resultado de las investigaciones demuestran que éstas pueden estar en todas partes del cuerpo.
"El campo penetra al organismo, por lo que tales células podrían situarse en cualquier lugar, lo que las hace difíciles de identificar, explica el geofísico Michael Winklhofer de la Universidad de Múnich, en el reporte del 10 de julio, y que fue publicado previamente en la revista científicaPNAS.
El equipo alemán descubrió que las células del epitelio olfativo (una de las capas externas) de las truchas tienen magneto sensores.
Durante un experimento, ellos disociaron estas células unidas como capa epitelial, para dejarlas como células individuales en una suspensión líquida. Posteriormente las estimularon con un campo magnético giratorio artificial. Los científicos querían, de esta manera, identificar cuáles eran las células magnetosensibles y descubrir con detalle sus características, informa la Universidad de Munich.
Con sorpresa el geofísico explica que la respuesta de las células fue muy fuerte, lo que indica que se trata de una "alta sensibilidad de las células al sentido magnético".
Michael Winklhofer describe en su informe que "las células perciben el campo por medio de cristales magnéticos, probablemente hechos de magnetita, que se encuentran en la membrana celular". Estos serían necesarios para que cambien el potencial eléctrico en respuesta a un cambio magnético del ambiente.
"Esto explica por qué los campos magnéticos de baja frecuencia generados por líneas de alta tensión interfieren la navegación (de las aves y animales) relacionadas con el campo geomagnético y puede inducir otros efectos fisiológicos", dice Winklhofer.
Estos hallazgos publicados por la Universidad de Múnich podrían conducir a avances en el ámbito de las ciencias aplicadas, explica el geofísico, "por ejemplo, en el desarrollo de detectores de metales de alta sensibilidad", agrega.
Otro importante planteamiento que hace el geofísico es "si las células humanas son capaces de formar magnetita y si es así, ¿cuánto?".
"La magnetita intracelular podría proporcionar un sustrato fisiológico concreto que podría asociarse a la llamada contaminación electromagnética", concluye Michael Winklhofer en el informe.
Tormentas geomagnéticas
Otro de los fenómenos geomagnéticos que alteran la migración de animales, es el producido por las tormentas solares geomagnéticas.
Después de que el Sol libera masa coronal durante las fuertes explosiones, éstas viajan en todas direcciones con los "vientos solares".
Algunas golpean el campo magnético de la Tierra, y las partículas solares cambian de polaridad, con lo que se producen las tormentas geomagnéticas que afectan las altas y bajas frecuencias de navegación. Según el informe del Servicio atmosférico y Oceanográfico (NOAA) de Estados Unidos, los animales que se encuentran en latitudes polares y partes asoleadas, (esto último en caso de tormentas de mayor magnitud), pierden su sentido de migración.
FUENTE: SOTT