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sábado, 22 de septiembre de 2012

LOS 5 RITOS TIBETANOS

TOMADO DE maestroviejo



Nuestro cuerpo tiene siete centros a los que llaman vórtices. Estos 7 centros magnéticos giran a gran velocidad cuando gozamos de buena salud, cuando esta disminuye, así como cuando giran a diferente velocidad se refleja en nuestro cuerpo con indicios de vejez, enfermedad o senilidad.
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Una manera rápida y efectiva para restablecer la salud, la vitalidad y la juventud es conseguir que estos centros restablezcan su actividad óptima y para lograrlo existen cinco sencillos ejercicios a los que los lamas llaman Los Cinco Ritos Tibetanos.
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“La fuente de la eterna juventud” dicen algunos…
Aun no he tenido tiempo de comprobarlo.
Lo que si os puedo decir es que mi experiencia con ellos ha sido muy positiva. Realmente son efectivos para el cuerpo, la mente y el espíritu.
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Los Cinco Ritos Tibetanos vigorizan, aportan claridad de pensamiento, flexibilizan, rejuvenecen física y espitirualmente, mejoran el humor, fortalecen la fuerza de voluntad, alivian tensiones musculares, mejoran la respiración y la digestión, aumentan la fuerza física, brindan energía y vitalidad, ayudan a eliminar la ansiedad y la depresión… y nos permiten sentirnos seguros y satisfechos de nuestra decisión de cambiar.
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Son numerosos y muy importantes los beneficios que la práctica continuada de Los Cinco Ritos Tibetanos nos aporta, merece el compromiso de intentarlo.
Prúebalos, el reto son diez semanas, después tu mismo decides según los resultados obtenidos.


Unas sugerencias antes de empezar a practicar Los Cinco Ritos Tibetanos:


  • Estar atentos a la respiración.
  • Utilizar siempre una esterilla o manta doblada para no recibir el frío del suelo.
  • Ser constante y practicar los ritos al menos 6 veces por semana.
  • Cada uno tenemos distinto grado de facilidad para ejecutar las diferentes prácticas, podemos llegar allá donde nuestra condición física actual nos permita, la práctica aumentará gradualmente nuestra flexibilidad y resistencia.
  • Empezar con tres series de cada uno e ir aumentando dos por semana hasta llegar a las 21 que practicaremos a diario.
  • A partir de los 4 meses de práctica continuada podemos, si queremos, practicar los Ritos 2 veces al día.
  • Una alimentación sana y equilibrada nos ayudará a potenciar los efectos.







Estos son los Cinco Ritos Tibetanos:
Descarga aquí el video: “Los Cinco Ritos Tibetanos”


Primer Rito


De pie, erguido, con los brazos extendidos horizontalmente,
empieza a girar lentamente de izquierda a derecha.*
Respiración lenta y profunda.
Para si te sientes ligeramente mareado, aunque no hayas llegado a terminar la serie.
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2º Rito

 Nos tumbamos con las piernas y los brazos estirados, los dedos de las manos juntos mirando hacia dentro.
A continuación levantamos lentamente las piernas manteniéndolas estiradas hasta que estén en posición vertical, o incluso, cuando podamos, un poco más atrás.
Al mismo tiempo incorporamos la cabeza para tocar la barbilla con el pecho. Luego dejar caer las piernas poco a poco y relajarnos un momento. Repetir.
Es posible que al principio no podamos mantener las piernas estiradas, lo haremos con las rodillas flexionadas y en pocos días conseguiremos estirarlas completamente.
Inspirar profundamente mientras levantamos las piernas y la cabeza. Expirar todo el aire mientras bajamos.



3er Rito

Este Rito acelera la velocidad de los vórtices E, D y C, especialmente el E.
Arrodillados en la esterilla, colocamos las manos en los muslos e intentamos tocar la barbilla con el pecho.
A continuación flexionamos hacia atrás todo lo que podamos, estirando el cuello.
Después se endereza la cabeza y el cuerpo se incorpora hacia delante hasta llegar a la posición inicial. Reposamos un instante y repetimos.
El grado de flexión irá aumentando día a día con la práctica.
Respiración: Inspirar profundamente cuando arqueemos la columna y expirar al regresar a la posición original.






4º Rito

Comenzamos con las piernas estiradas, la cabeza hacia delante queriendo tocar el pecho y las manos apoyadas en el suelo a la altura de la cadera.
Flexionamos las rodillas y levantamos el cuerpo estirando la cabeza hacia atrás, de modo que la cabeza y el tronco queden paralelos al suelo, en posición horizontal.
Volvemos a la posición inicial y reposamos un momento. Repetir.
Este Rito activa la velocidad de los vórtices F, G, E y C
Inspirar profundamente mientras levantamos el cuerpo, retener un momento mientras tensamos y exhalar al volver a la posición inicial.





5º Rito

Para realizar este Rito pondremos las manos apoyadas en el suelo separadas entre sí unos 60 cm. las piernas estiradas con los pies a la misma distancia.
Se elevan las caderas empujando el cuerpo hacia atrás todo lo que podamos, sujetándonos con los pies y las manos, echando la cabeza hacia el pecho.
Después bajamos el cuerpo lentamente, estirando el cuello hacia atrás.
Tensamos bien los músculos tanto estando arriba como abajo.
Con la práctica conseguiremos bajar el cuerpo al máximo sin tocar el suelo y volverlo a elevar sin dificultad.
Inspirar profundamente al elevar el cuerpo, mantener unos segundos mientras tensamos, y exhalar lentamente al bajar. Reposar unos segundos y repetir.



http://www.sabiduriadelaluz.org/2012/09/los-cinco-ritos-tibetanos.html



FUENTE: SENDERDELMAGO

BACATÁ, POESÍA

BACATÁ


Mujer adormida en la sabana:



en tus senos nace el sol: Mi vieja, mi joven, mi niña…



Virgen esquilmada en tu aborigen nombre:



Quixada esculcó tu seno.



Y tus hijos masacrados



No supieron por qué:



¿Por qué morir? ¿Si el vivir es normal?




¡Esos! Que viste como dioses examanos




y adoraste; cuando al clavar tu pecho con un fierro



se volvieron cuadrúpedos y humanos;



¡Esos! Se comieron tus hijas, tus costumbres,



tus canciones, Tus Fotutos, tus hermanos.






Tu sucinta lengua magra y musical




fue extirpada, escarnecida en vivo.



Y en la pica de escarnio fue vergüenza



y se trocó en campana



que en blanco catafalco te obligaron a usar.






El sabio muisca, el auténtico vate,



“final de la labranza” –Bacatá– te llamó.



Y un arrogante aparecido de León y Castilla,



el estulto ignorante de tu nombre tan propio,



gentilicio de ultranza te acomodó: “La India”…




Te arrebató cultivos, se adueñó de tus heras.



Y en la avaricia doró su corazón…



Y vidrió de esmeraldas su mirada …



Y en hipócrita conciencia fementida



predicó el Bien y alimentó galeras.






Entre alaridos y llantos de tus niños



–tus quimeras –…



Que corrieron perseguidos por los perros



buscando a CHIA entre los cerros



mientras TÚ alimentabas los hijos de los fierros



y curabas las heridas del heridor perverso.



Amamantaste nietos, sus cachorros e incestos;



¡Adoptaste los hijos del intruso!



¡Acogiste su modo, lengua, uso!



Y cultivaste a Todos a niveles de Atenas…


y los amas sin veto…







¡Cómo eres noble!






Esos hijos que en justicia



desterraron a sus padres injustos,



Que Libertad y Orden



pregonaron gloriosos,



hoy en día se trenzan



en lucha de titanes y lobos



por ideas del norte,



por ideas de estepa,



por ideas prestadas,



por batallas ajenas…






¡Cómo eres noble!






Los perdonas, los acoges y los mimas;



entre harapos o tules, entre rojos y azules; 



entre guarapo o “donas”, entre improperios, rimas,



consideras como prole a la gleba,



al artesano, a las Figuras:



Ciclistas, raponeros, artistas, pregoneros,



científicos y sabios, prostitutas o curas.






Y tu cara tan limpia, por momentos tiznada



por bombas o por sangre; por oprobio signada.



Alegre en los destellos de diciembre;



Aterida en tus nieblas.



Lacrimosa en siniestros terremotos,



cantas fútbol, cuentas votos,



siempre con chistes cachacos o pastusos.




Periodistas gritones, estudiantes o “rusos”´



alegres y sufridos, ”Pilos”, inventores ilusos.



A todos los toleras, los amas. De la base a la cima.



Y con amor de Nana… atemperó hasta el clima.






Mas tus hijos –acaso– ¿cuidan andenes, parques?



¿luminarias, aseo, antejardín, letrinas?...



¿Cuándo se harán las filas? ¿Los turnos, los permisos?…



¿Se acatarán semáforos, señales…no romperán avisos?



¿El respeto al Anciano, al Infante, al Lisiado?…



¿a la Dama, al letrado?... ¿Al erario, al tesoro?



¿Esos serán –quizá– “los derechos humanos” ?...



Ni anarquía ni engaño:




“Con engaño ni pizca



con rectitud de Muisca,



Transparencia de gúipa”



como lo quizo el Zipa.



En fin:



Como al niño (“porque niños seguimos”…)



De Soacha a Suba,



a Chapinero…Sonriendo TÚ les dices:



“!Ah carachas!” …te quiero. 







Daniel José Morales Vargas 



Bogotá, septiembre de 2.005 

FUENTE: MUSICAS