El concepto de la cosificación u objetivación de las mujeres surgió con el feminismo de segunda ola, por lo que lleva rondándonos desde los años 70. Sin embargo, pese a lo relativamente reciente del término, la cosificación de la mujer no es un fenómeno nuevo. Durante la Ilustración Francesa en los siglos XVII y XVIII se genero un intenso debate sobre la función de los pechos femeninos. En la obra de teatro de Alexandre Guillaume Mouslier de Moissy de 1771 “La Verdadera Madre”, el personaje principal femenino reprocha a su marido tratarla como un simple objeto de gratificación sexual: “¿Son tus sentidos tan burdos como para considerar estos pechos –respetables tesoros de la naturaleza – como simples adornos, destinados a ornamentar el pecho de las mujeres?”
Sin embargo, parece que es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, en una sociedad devorada por el consumismo y donde las mujeres han pasado a convertirse una mercancía dedicada al disfrute, generalmente, del hombre. Esta forma de violencia simbólica, que resulta casi imperceptible, somete a todas las mujeres a través de la publicidad, las revistas, las series de televisión, las películas, los videojuegos, los videos musicales, lasnoticias, la telerealidad, etc.
¿Pero en qué consiste realmente la cosificación? Se trata del acto de representar o tratar a una persona como a un objeto (una cosa no pensante que puede ser usada como uno desee). Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona.
¿Cómo podemos reconocer la cosificación sexual? En algunos casos, la cosificación es bastante obvia, pero en otros puede resultar menos evidente. La socióloga americana Caroline Heldman ha diseñado el Test del Objeto Sexual (TOS), que permite identificar la presencia de cosificación sexual en las imágenes ante una respuesta afirmativa a cualquiera de las siguientes 7 preguntas:
1) ¿La imagen muestra únicamente una parte o partes del cuerpo de la persona?
Una mujer sin cabeza, por ejemplo, facilita el verla como un simple cuerpo al borrar cualquier atisbo de individualidad transmitido por las caras, ojos y el contacto visual con la persona de la imagen.
En este anuncio se muestran los pechos de varias mujeres, que equivalen a los airbags del coche Audi:
Mostrando los efectos en la mujer de hacerle una felación a un hombre con un miembro tan grande que necesitará condones de talla XXL:
En esta cartelería de calle de Media Markt en Polonia, se muestran las piernas abiertas de una mujer con una minifalda y una flecha indicando: “30 minutos hacia lo que te gusta”, en alusión indirecta de la distancia al establecimiento más próximo:
Una campaña de la PlayStation en Francia compara las dos pantallas táctiles con una mujer con 4 pechos capaz de proporcionar el doble de sensaciones:
Se consigue el mismo efecto despersonificador cuando se muestra a las mujeres desde atrás, con una connotación adicional de “violabilidad”:
Más explícitamente, un anuncio de una academia para fontaneros, electricistas, etc., conmina al hombre a demostrar si es realmente bueno con las manos:
Tapar la cara de la mujer consigue el mismo efecto despersonificador que mostrar sólo una parte de su cuerpo:
2) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que actúa como soporte para un objeto?
3) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que puede ser intercambiada o renovada en cualquier momento?
La “intercambiabilidad” es un elemento común en la publicidad y refuerza el concepto de que las mujeres, al igual que los objetos, son fungibles (se usan y se descartan). Al igual que los objetos, “cuantas más mejor”, idea que borra el valor individual de cada mujer.
En estas imágenes de Victoria’s Secret se muestra a un grupo de mujeres, alineadas y a menudo tocándose las unas a las otras. Todas son casi idénticas, a pesar de tener tonos de piel y pelo ligeramente diferentes, y visten de la misma manera.
Mostrarlas en grupo borra su individualidad y multiplica el impacto de la imagen. No vemos 6 o 7 mujeres, sino mujeres despersonificadas. Es algo así como mirar un buffet de comida desde lejos: ves comida en general, pero no necesariamente pasta, sándwiches, ensalada y fruta.
En ocasiones la intercambiabilidad es explícita, como en este anuncio de Post-It, que pueden resultarles útiles al hombre para saber a quién tiene en su cama esa noche:
O en este anuncio del Fiat 500 Abarth:
Sin embargo, parece que es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, en una sociedad devorada por el consumismo y donde las mujeres han pasado a convertirse una mercancía dedicada al disfrute, generalmente, del hombre. Esta forma de violencia simbólica, que resulta casi imperceptible, somete a todas las mujeres a través de la publicidad, las revistas, las series de televisión, las películas, los videojuegos, los videos musicales, lasnoticias, la telerealidad, etc.
¿Pero en qué consiste realmente la cosificación? Se trata del acto de representar o tratar a una persona como a un objeto (una cosa no pensante que puede ser usada como uno desee). Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona.
¿Cómo podemos reconocer la cosificación sexual? En algunos casos, la cosificación es bastante obvia, pero en otros puede resultar menos evidente. La socióloga americana Caroline Heldman ha diseñado el Test del Objeto Sexual (TOS), que permite identificar la presencia de cosificación sexual en las imágenes ante una respuesta afirmativa a cualquiera de las siguientes 7 preguntas:
1) ¿La imagen muestra únicamente una parte o partes del cuerpo de la persona?
Una mujer sin cabeza, por ejemplo, facilita el verla como un simple cuerpo al borrar cualquier atisbo de individualidad transmitido por las caras, ojos y el contacto visual con la persona de la imagen.
En este anuncio se muestran los pechos de varias mujeres, que equivalen a los airbags del coche Audi:
Mostrando los efectos en la mujer de hacerle una felación a un hombre con un miembro tan grande que necesitará condones de talla XXL:
En esta cartelería de calle de Media Markt en Polonia, se muestran las piernas abiertas de una mujer con una minifalda y una flecha indicando: “30 minutos hacia lo que te gusta”, en alusión indirecta de la distancia al establecimiento más próximo:
Una campaña de la PlayStation en Francia compara las dos pantallas táctiles con una mujer con 4 pechos capaz de proporcionar el doble de sensaciones:
Se consigue el mismo efecto despersonificador cuando se muestra a las mujeres desde atrás, con una connotación adicional de “violabilidad”:
Más explícitamente, un anuncio de una academia para fontaneros, electricistas, etc., conmina al hombre a demostrar si es realmente bueno con las manos:
Tapar la cara de la mujer consigue el mismo efecto despersonificador que mostrar sólo una parte de su cuerpo:
2) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que actúa como soporte para un objeto?
3) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que puede ser intercambiada o renovada en cualquier momento?
La “intercambiabilidad” es un elemento común en la publicidad y refuerza el concepto de que las mujeres, al igual que los objetos, son fungibles (se usan y se descartan). Al igual que los objetos, “cuantas más mejor”, idea que borra el valor individual de cada mujer.
En estas imágenes de Victoria’s Secret se muestra a un grupo de mujeres, alineadas y a menudo tocándose las unas a las otras. Todas son casi idénticas, a pesar de tener tonos de piel y pelo ligeramente diferentes, y visten de la misma manera.
Mostrarlas en grupo borra su individualidad y multiplica el impacto de la imagen. No vemos 6 o 7 mujeres, sino mujeres despersonificadas. Es algo así como mirar un buffet de comida desde lejos: ves comida en general, pero no necesariamente pasta, sándwiches, ensalada y fruta.
En ocasiones la intercambiabilidad es explícita, como en este anuncio de Post-It, que pueden resultarles útiles al hombre para saber a quién tiene en su cama esa noche:
O en este anuncio del Fiat 500 Abarth:
En él un hombre tiene un apasionado encuentro con una seductora mujer italiana, que al final resulta ser un coche. Literalmente. Así, el coche y la mujer son intercambiables. No os perdáis los múltiples y sutiles detalles: la mujer sólo habla un idioma incomprensible para el hombre, la imaginería eyaculatoria, al igual que el ganado, la mujer va marcada con el logo del coche, etc.
4) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que está siendo vejada o humillada sin su consentimiento?
Este anuncio muestra por ejemplo a un hombre sujetando por el cuello con su corbata a una mujer semidesnuda. Da glamour a la idea de que él haya podido atacarla y subyugarla:
En esta otra imagen en Vogue, las fuerzas del poder, hombres, someten a una mujer elegantemente vestida:
En este anuncio de Dolce & Gabbana una mujer vulnerable y desvalida se convierte en un simple objeto del que están a punto de disfrutar 5 hombres:
Y Peta, la organización que defiende los derechos de los animales, parece no ver la necesidad de no hacerlo con un ser humano:
En este anuncio de Pepsi, un guardacostas da permiso a un niño para “salvar” a una mujer inconsciente:
La gracia de este anuncio de (una vez más) Peta es que los machotes veganos son taaaan buenos en la cama que sus parejas resultan gravemente heridas (pero les encanta).
En este curioso caso aparecido en una revista belga, se sugiere que la unica manera de que esta atractiva mujer consienta que le metas algo dentro será si le donas un órgano, lo que a la vez plantea interesantes implicaciones sobre los motivos altruistas del donante y quién es merecedor de semejante regalo.
5) ¿Sugiere la imagen que la característica definitoria de la persona es su disponibilidad sexual?
Esta imagen de una mujer abierta de piernas y con el letrero, “Ahora abierta” envía el mensaje de que la mujer está sexualmente receptiva para cualquiera que esté interesado.
Y esta otra también se ofrece a cualquiera que la llame:
En ocasiones, los objetos, con forma de mujer, están hecho para usarlos sexualmente.
En este caso, la única manera de conseguir jabón en este baño público es hacerle un dedo a la explosiva mujer de la jabonera:
6) ¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que puede ser usada como una mercancía o alimento?
Por definición, los objetos pueden ser comprados y vendidos y algunos anuncios muestran a las mujeres como mercancía de uso diario. En este anuncio de 1936 de la Exposición sobre la Electricidad en Los Ángeles, las mujeres son electrodomésticos:
En este anuncio de Renault Usados, se compara a una mujer de 40 años y divorciada con un coche de segunda mano:
Las representaciones de mujeres como lavabos y inodoros son múltiples:
Las mujeres también pueden ser representadas como alimentos:
En esta otra imagen, las mujeres pueden ser adquiridas en una máquina dispensadora:
Y otros ejemplos menos sutiles muestran mujeres muertas listas para ser cocinadas e ingeridas:
7) ¿Trata la imagen el cuerpo de una persona sexualizada como si fuese un lienzo?
En este particular tipo de cosificación, los cuerpos de las mujeres tienen el único fin de servir como lienzo sobre el que escribir un mensaje:
En este anuncio que fue censurado de Durex, las personas se convierten en lienzos que trasmiten lo que la persona está pensando. En el caso de la mujer, el sabor delicioso de lo que tiene en la boca y lo feliz, satisfecha y contenta que está mientras le hace una felación al hombre:
En conjunto, el daño causado por la ampliamente usada cosificación de la mujer en la cultura popular no es puramente teórico. Más de diez años de estudios muestran los efectos nocivos para las niñas y mujeres de crecer y vivir en una sociedad cosificadora. De estos efectos, hablaremos en otra ocasión.
Visto en Orbita Diversa, de Bollo sapiens.
Fuente: Caroline Heldman’s Blog
Fotos: Google, Sociological Images
FUENTE: SOCIOLOGOSPLEBEYOS