
ESTE ES UN BLOG PARA COMPARTIR IDEAS Y EXPRESARSE LIBREMENTE, ESPERO LES GUSTE....
Seguidores
domingo, 20 de enero de 2013
LOS MOKEN LEYERON LAS SEÑALES Y HUYERON A LAS MONTAÑAS
Educados en la cultura de ver más allá
Dos horas antes, toda una tribu del mar de Andamán huyó. Los moken, llamados gitanos del mar, habían visto las señales: La huida de ciertas especies de aves, la aparición de algunos peces en la orilla y la retracción del mar.
Se descubrió que los niños moken, eran educados en la cultura de ver más allá. Se descubrió que tenía en doble de agudeza visual que un niño occidental.
La tribu Jaraba hizo algo muy parecido. Los jefes habían soñado al mismo tiempo con una mujer rubia sacando la mano en medio del mar, entonces sacaron sus cosas y se marcharon. El tsunami de 2004 dejó al descubierto el poder de algunos seres humanos.
Dos horas antes, toda una tribu del mar de Andamán huyó. Los moken, llamados gitanos del mar, habían visto las señales: La huida de ciertas especies de aves, la aparición de algunos peces en la orilla y la retracción del mar.
Se descubrió que los niños moken, eran educados en la cultura de ver más allá. Se descubrió que tenía en doble de agudeza visual que un niño occidental.
La tribu Jaraba hizo algo muy parecido. Los jefes habían soñado al mismo tiempo con una mujer rubia sacando la mano en medio del mar, entonces sacaron sus cosas y se marcharon. El tsunami de 2004 dejó al descubierto el poder de algunos seres humanos.


FUENTE: CUARTOMILENIO
NIÑOS DEL DESIERTO, NIÑOS DE CIUDAD: LA EDUCACIÓN TUAREG (2)

El lujo del chantaje.
Me hizo mucha gracia un día oír a un niño decir a su madre:
-Si no me das caramelos, no ceno.
La madre no mordió el cebo. Sin embargo, este tipo de método para obtener algo jamás se me había pasado por la cabeza. Si un niño no cena en Francia, no tiene nada de grave. Ya cenará mañana. En el desierto, nunca se sabe de qué estará hecho el mañana y por ello no se juega con lo que se da vida. Un tuareg en huelga de hambre es algo grave. Todo cuenta cuando se vive al filo de la navaja.
El frigorífico materno.
El frigorífico es el alma de muchos hogares franceses. Una de las primeras cosas que hace un niño al volver a la escuela es abrirlo, no solo para comer, sino para sentirse seguro. Es en Francia donde he descubierto hasta qué punto la comida puede tener un valor afectivo. Un niño nómada jamás comprueba si el saco de provisiones está lleno. Lo importante es que haya comido. Un occidental teme saltarse una comida porque desconoce lo que es el hambre, y vivirá esa comida como si hubiese sido un abandono. Los tuaregs no nos sentimos conectados con el saco de provisiones sino con el destino que nos empuja. Nuestro alimento es interior y, cuando no basta, nos entregamos al mektoub, el destino.
Padres amedrentados.

Los niños desbordados.
En París, los niños se ven saturados por una enorme cantidad de actividades impuestas por sus propios padres. Afectados estos por la angustia del vacío, se la transmiten a sus hijos. Hay que rellenar el tiempo a toda prisa. He conocido a niños que llevaban a cabo tres actividades diferentes cada día. Se divierten en cadena. No les queda tiempo para el ocio, la imaginación ni la lectura. Los niños no entran en el ritmo del tiempo, sino que son ellos los que se lo marcan. Al margen de la escuela, los niños del desierto eligen lo que hacen sin dar cuenta a los padres. Nunca se ve obligado a descubrir otras dimensiones ajenas a su naturaleza. Entre nosotros, es esencial que el niño viva su propio tiempo.

El valor de las cosas.
Para un niño del desierto, todos los objetos son preciosos y únicos. Recuerdo aquella cuchara de madera de mi madre que guardaba como si fuese un tesoro: no tenía valor alguno, pero sólo teníamos una y sin ella no podíamos cocinar. En Francia, el objeto carece de valor, los niños no necesitan hacer ningún esfuerzo para merecer lo que poseen. Cada vez que veo algún niño tirar sin escrúpulos su plato al cubo de basura, mi corazón sufre un vuelco. ¿Cómo explicarle que todo cuenta, que todo lo que nos trae la vida merece cierta consideración?
Hijos del silencio.
Un niño puede, en el desierto, pasarse las horas sin decir nada.Vive lo imaginario sin la ayuda de imágenes y no cuenta con muchas ocasiones de salir de sí mismo ni de su universo cotidiano. Su televisión es el horizonte. La lejanía es el único refugio de sus sueños, y el silencio, su vehículo. No se le oye jugar. En Francia, los niños nacen y crecen en el ruido, que les proporciona seguridad. Para ellos, el silencio es como esa noche tan negra que aterroriza a los niños. El vacío les inquieta. ¿Cómo enseñarles que el silencio es presencia?
Un mundo a su imagen.
En Francia, el universo del niño está moldeado a su imagen. Los juguetes, el entorno está moldeado a su imaginación. Las aulas están llenas de adornos, dibujos y colores. Más me extrañó la riqueza de los parques de atracciones. No tenía ni la menor idea de que se pudiese gastar tanta energía en crear un mundo ideal para los niños. El niño del desierto se construye él solo su mundo ideal. Nadie crea ni construye nada para él y tiene que evolucionar en un mundo hostil. Él mismo tiene que crear sus sueños. Como contrapartida, tiene dificultades para salir de su propio mundo. La sencillez es el apoyo más grande con que cuenta la inventiva.

La droga del escape.
La facilidad mata la vista; eso sí, la educa. Durante un largo viaje por el sur de Francia, vi a unos niños extremadamente tranquilos porque se pasaron todo el viaje jugando con su Game Boy. Cruzamos maravillosos paisajes y ni miraban de reojo la ventanilla. Y es que es más fácil zambullirnos en un universo que se parece a nosotros que permitir que nuestro espíritu sueñe por sí mismo. En Occidente, hay que escapar todo el tiempo y al precio que sea.
Nosotros no tenemos elección; la naturaleza nos envuelve. No podemos escapar de su mensaje, nos pone a prueba física y mentalmente. Vivimos en un mundo cerrado, pero no nos cerramos al mundo que tenemos dentro de nosotros mismos. Mientras, los occidentales habitan un mundo abierto al exterior, pero se cierran a sí mismos.
Hay que lanzarse de cabeza a la vida.
Lo virtual jamás tendrá la potencia de lo imaginario ni de la realidad.
En el desierto no hay atascos,
¿y sabes por qué?
¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
Poesía de una madre a sus dos hijos:
A mis amores,
Mis ojos os ven cuando todo enmudece y duerme.
Vuestras palabras suenan como melodías en el fondo de mi corazón.
Vuestro olor permanece siempre en las ventanas de mi nariz porque nada ha podido borrarlo.
Vuestro recuerdos son las dunas y montañas del valle de mi memoria.
Os habéis ido en busca del saber. Volved con él a mí.
Que el tiempo que hace avanzar la caravana del destino nos conceda una pausa. Será cuando cantemos al crepúsculo y dancemos toda la noche.
Douya.
Poema de un alumno a su madre:
Viento, tú que transportas la arena, lleva estas palabras a mi madre. Dile que me acuerdo de ella, de mi hermana, de mi cabra, de mi acacia y de mi duna. Me ocupo de cabras nuevas: las letras; de otros dromedarios: los números; de otras canciones: recitar lo aprendido en mis lecciones.
¿Sabes? Entre nosotros, es el abuelo quien cuenta el pasado, y tú el presente, pero nadie conoce el futuro. En la escuela, tengo que describir el pasado, el presente y el futuro. Se llama conjugación.
Hay tantas otras cosas que no puedo describirte...
Incluso si el saber se convierte en una carga, lo cogeré e iré a verte.
Pero mira, aprendo un poco e iré a verte, porque cuento con tener un puesto en el futuro.
Aunque sea pequeño.
Targaïda.
Fuentes:
"Los niños del desierto" Moussa Ag Assarid, Ibrahim Ag Assarid.
http://www.elblogalternativo.com/2009/08/26/tu-tienes-reloj-yo-tengo-tiempo-entrevista-al-tuareg-moussa-ag-assarid/
FUENTE: UNAANTROPOLOGAENLALUNA
NIÑOS DEL DESIERTO, NIÑOS DE CIUDAD: LA EDUCACIÓN TUAREG (1)

"Los tuareg solemos decir que la vejez ha conocido la juventud, pero que ésta no sabe nada de la vejez." Moussa Ag Assarid.
Moussa preside la asociación ENNOR France para la escolarización de los nómadas, promotora de la Escuela del Desierto, que acoge a unos cincuenta niños tuareg en la orilla del río Níger.
Entrar en su vida por la escuela.
Asistir a un comienzo de año escolar en Francia constituye un momento difícil. Los niños lloran, sus padres gritan. Sin embargo, esos niños tienen una suerte increíble, pero ¿cómo hacer que un niño que no ha conocido el hambre comprenda que es mucho mejor para él entrar en clase que dar brincos en un parque? Se cuentan por centenares los niños del desierto que todavía sueñan con la oportunidad de aprender un día a leer y escribir. Había uno que no paraba de dar la lata a sus padres para asistir a una clase porque soñaba con subirse a una moto, a la que llamaba "camello que vomita humo". Otro asociaba la escuela de Taboye con un puñado de dátiles porque sus padres volvían siempre con dátiles del mercado de Taboye. Esta es la magia del desierto: una moto y un puñado de dátiles pueden decidir una vida.
Libres para ser responsables.
Entre los nómadas, desde que cumplen siete años, los niños son considerados seres responsables. El chico se va sólo con las cabras; la chica, a buscar agua. También nos permiten hacer algunas tonterías porque saben que la única manera de no repetirlas es sentir en nuestra propia carne lo que no nos conviene. Esta es la razón por la que todos los niños nómadas han tocado alguna vez el fuego con sus manos y han dormido sin mantas una noche de invierno. En Occidente, jamás un padre hubiese permitido que un niño pusiese la mano en el fuego. Y es que hay veces que conviene quemarse para ser responsable. Si se protege demasiado a los niños, tienen miedo de todo. En Occidente, es el temor del adulto el que crea la limitaciones. Entre nosotros, son las estructuras nacidas de la experiencia las que sirven de base a nuestro equilibrio.
Amar al maestro.
En la escuela del desierto, el papel de maestro no es sólo de enseñar a los niños a leer y escribir, sino también el de abrirles los ojos al mundo y de proporcionarles una ética de la vida. Prolonga los papeles del padre y de la madre. En Francia, al haber los padres recibido una educación, es forzoso que miren con ojos más críticos la escolarización de los hijos. En una sociedad en la que el niño es rey, desde sus primeras lágrimas, el padre suele tomar partido contra el profesor, lo que también hace que sea normal que el niño se enfrente a la autoridad. Pero también son innumerables las veces en que los estudiantes me han dicho que habían tomado un camino gracias a la aptitud de un profesor. Más que maestros, también pueden constituirse guías para aquellos que puedan verlos como sus aliados.
Aprender a defenderse.
Cuando en la escuela del desierto un niño va a ver al maestro para quejarse de un compañero que le ha hecho daño, es, para empezar, reprendido severamente. Los problemas de los niños nunca tienen nada que ver con los mayores. En Francia, y a veces en el desierto, existen padres que no se atreven a enseñar a sus hijos a defenderse solos. He visto en París a un padre que fue a ver a la salida del colegio a un niño que se había pegado con su hijo. También en el desierto he visto a un padre quejarse por una trifulca en un partido de fútbol. Cuando su hijo vio que su padre llegaba a la escuela, hizo todo lo que pudo para impedirle hablar. Nosotros intentamos enseñar a nuestros hijos a forjarse sus propias armas. Sabemos que es la única forma de hacerles sentirse libres.
Responsables.

Los niños del desierto deben cortar muy temprano su cordón umbilical para aprender a apañárselas por sí mismos. Por ello, no es difícil ver a los niños cuidarse entre sí cuando uno de ellos resulta herido. Si, en Francia, el primer gesto de un niño que se ha herido es ir a ver a su profesor y no a su compañero, es porque no se encuentra en situación de supervivencia. Sabe que siempre tendrá un adulto para vigilarlo y protegerlo. Es esa la razón por la que el paso de los occidentales a la niñez es con tanta frecuencia doloroso. Se pegan un buen trompazo hasta que se dan cuenta que no pueden contar más que consigo mismos.
Soñar.
En el desierto no podemos soñar más que con lo que conocemos. Soñamos con dromedarios, cabras, mujeres, oasis. Pero si un elemento nuevo viene a confundir al niño, descubre, maravillado, nuevas posibilidades. Tiene la impresión de que la vida no es sino un sueño a explorar. Incluso al envejecer, conservará la facultad de sorprenderse sin cesar. Nada es debido cuando se crece sin nada. Los niños occidentales crecen en medio de una abundancia tal de vidas posibles que sus sueños son más abstractos y poseen más riqueza. La televisión, el cine, los libros, las amistades atropellan y alimentan sin cesar su imaginación. Es maravilloso y peligrosos a la vez porque corre el peligro de no maravillarse más. Por eso, se pasará el resto de su vida buscando nuevas posibilidades para volver a gozar la felicidad de sentirse maravillado.
Abrir los ojos.
En Francia, desde que son muy jóvenes, los niños son informados de lo que pasa en el mundo y se dan cuenta del universo en el que viven, evolucionan y se comprometen. ¡Cuando a los ocho años me dedicaba a contar cabras, éstos niños ya hablaban con sus padres del calentamiento del planeta! En el desierto, los niños tardan mucho en darse cuenta de la época en la que viven. A los padres les importa un bledo si los americanos han llegado o no a la Luna. No les preocupa sino el transmitir los valores a ras de suelo necesarios para su supervivencia. La infancia se siente ausente de las torpezas del mundo, y mantenemos esa burbujita de la infancia que nos protege. Nos cuesta mucho sentirnos afectados por el mundo exterior al desierto. Es una vida autosuficiente porque se contenta con poco.
Trozo de cordel.

La abundancia no enriquece la imaginación. El hecho de contar con escasos medios nos hace estar inventando todo el tiempo. En el desierto, todos los objetos tienen diferentes funciones. Todo sirve cuando no se tiene nada. Por esta razón, los niños pueden pasarse horas jugando con un trozo de cuerda y un palo. Se cansarían enseguida con las muñecas y sofisticados automóviles que se ven en Occidente, donde no hay nada que inventar porque el objeto constituye un fin en si mismo. La verdad es que a los niños occidentales les ocurre lo mismo. He visto a niños en el recreo jugando con un trozo de goma, dejando de lado los formidables regalos que habían recibido por Navidad. En esto, las enseñanzas que da el desierto son universales: el niño necesita simplicidad para que su imaginación cobre vida y se cansará enseguida del robot para volver al trozo de madera.
Aprender a sufrir.
El sufrimiento, en el desierto, forma parte de nuestra vida cotidiana. Cada vez que una madre da a luz, se está jugando la vida. Y ese niño conocerá en seguida el sufrimiento: el frío, el calor, la enfermedad, la sed.
La regla en Occidente es, sobre todo, no sufrir. Es maravilloso poder calmar el dolor, pero es también necesario. Nos refuerza y, al ponernos a prueba, nos hace crecer. No preconizo una vuelta al pasado, pero me da pena ver hasta qué punto los niños tienen miedo al dolor. La menor pupita se convierte en drama cuando debería constituirse en enseñanza.
La fuerza de afirmarse.
En Francia, el niño es rey y la vida en la familia gira alrededor suyo. Me quedé extrañadísimo cuando vi a unos padres discutir con su hijo sobre si era o no razonable que fuese a jugar al fútbol a pesar de sus pésimas notas. Entre nosotros es algo imposible. Solemos decir que la vejez ha conocido la juventud, pero que esta no sabe nada de la vejez. Por esta razón, el niño jamás se atreverá a llevar la contraria al hermano mayor o a su padre y madre. Es importante el respeto, aunque, si es demasiado abrumador, impide que afirmemos nuestra personalidad. Los jóvenes del desierto no suelen expresarse por no estar seguros de sí mismo, ni jamás hablan de sí mismos porque no han aprendido a afirmarse ni descubrir sus necesidades. Los niños pueden imponerse, pero sin faltar al respeto. Francia me lo repite todos los días.

Bebé en la arena.
Asistí un día en Montpellier a un espectáculo sorprendente: pasé el día con una madre y su bebé. Jamás había presenciado tanto ceremonial por un niño pequeño. Pañales perfumados, comidas a horas exactas, puntillosísimo equilibrio alimentario. Al menor gemido, su madre lo tomaba en brazos. Todo el santo día en un estado de febrilidad, inquietud y tensiones casi expansivas. Al final del día la madre no podía con su alma. ¿Cómo un ser tan pequeño puede desparramarse hasta convertirse en objeto de tantas preocupaciones? Cuando volví al campamento y vi a mi sobrina de dos años correr desnuda por la arena y revolcarse en ella, en las boñigas de las cabras y en las sucias aguas de la cocina, no la sentí segura. Medía la cantidad de progresos que teníamos que llevar a cabo sin sumirnos en una psicosis de salud y limpieza. Aunque sigo convencido que si vivimos demasiado protegidos, nos volvemos más frágiles.
Aprender el tiempo.
Desde su más tierna infancia, el niño encuentra los despertares matinales momentos difíciles. Sin embargo, no lo es para un tuareg. Este se levanta al amanecer y su día comienza con el sol. Al vivir el ritmo que le marca el día y la noche, ignora el sufrimiento del despertar. Vive dentro del tiempo, al ritmo de las estaciones. No existen horas, solo el alba y el crepúsculo. No llevamos inscrito en nuestro interior que la vida debe seguir rigurosamente las agujas de una esfera. En la escuela, nadie lleva reloj, los niños tienen la intuición del momento. Lo sienten. Además, el maestro no castiga por llegar tarde. El tiempo hay que tomárselo...

Fuente: "Los niños del desierto" Moussa Ag Assarid, Ibrahim Ag Assarid.
FUENTE: UNAANTROPOLOGAENLALUNA
sábado, 19 de enero de 2013
LAS TELAS AFRICANAS

Las telas africanas son muy bonitas.
Con mil colores visten a quien las lleva y son muy suntuosas. Armonía de colores y alegría de motivos, hay una gran variedad de telas, un sinfín de opciones que crea un dilema monumental a la hora de elegir una. Quien ha estado en un mercado de telas africanas, sabe de lo que hablo…
Pero lo que mucha gente no sabe aquí en Europa es que las telas africanas, más allá de su función principal que es vestir, tienen un papel fundamental en las relaciones sociales.
“La vestimenta es el alfabeto del cuerpo.” dicen.
Por lo que en las sociedades del África Occidental, escoger bien una tela es primordial. De ello dependen muchas cosas. Cada tela tiene un nombre. Un nombre acorde con unas sociedades en las que predominan el “¿Qué dirán?” y la ostentosidad. Unas sociedades en la que existen rivalidades y curiosidades ajenas. Las telas africanas tienen unos mensajes subliminales y un lenguaje simbólico que sabe y entiende todo el mundo. Unos mensajes metafóricos en los que se mezclan poder, amor, enfado y orgullo.
Las telas africanas definen una situación, definen una persona y dan una imagen de esa persona. Dicen si la persona es pobre o si es rica y si tiene algún conflicto con alguien. Dicen si esta persona quiere la paz o si quiere una guerra encarnizada y a veces incluso revelan con quien… Telas a veces reivindicativas de la situación de las mujeres en las sociedades africanas, que anhelan su propia libertad. Las telas africanas hablan de la igualdad de sexo y de la lucha de esas mujeres. También hablan de rivalidades sexuales y sentimentales, de la poligamia… Las telas hablan de proverbios, de filosofía y de maneras de ver y de vivir la vida… Las telas en general, pancartas mudas, ayudan a aliviar o a reavivar conflictos sociales o personales.
Un simple error de alfabeto corporal y uno puede arruinar un negocio o caer mal a todo un grupo de personas. Y de la misma manera, con una tela, se puede caer bien o dar a entender una situación personal.
EJEMPLOS DE TELAS AFRICANAS:

CORAZONES ENCADENADOS
La persona que lo lleva quiere decir a sus pretendientes que ya tiene elegido para su corazón, que ya tiene el corazón encadenado y que ya no está disponible para nadie.

CARIÑO NO ME DEJES
Esta tela, lo llevan los que quieren dar un mensaje a su pareja o a la persona que aman. Muchas veces simboliza el no-entendimiento en la pareja. Y otras veces, una disculpa y una petición de amor después de conflictos matrimoniales.

MI MARIDO ES CAPAZ
Para mujeres que alardean lo bueno, rico y estupendo que es su marido. Porque sólo los hombres ricos podrían permitirse comprar esta tela a sus mujeres. Y las mujeres lo llevaban para dar a entender que su marido NO es un "don Nadie".

CORRO MÁS RÁPIDO QUE MI RIVAL.
Cuando una mujer se pone esto, quiere decir que tiene una guerra abierta con otra mujer. Da a entender que la que lo lleva tiene mucho más capacidades que la otra y que cuando la otra va, que ella ya viene de allí...

SI TU SALES, YO TAMBIÉN SALGO.
Tela de reivindicación de las mujeres que ya no quieren ser sólo amas de casa. Quieren ser independientes y libres, igual que los hombres. En una sociedad machista, la mujer que lleva esta tela se atrae el odio de su familia política porque da a entender que ella tiene el mismo derecho que su hombre.

GENITO
Esta tela simboliza la figura de una mujer madura que sale con un hombre mucho más joven que ella y del que ella se hace cargo. La mujer que lo lleva da a entender que sale con un chico joven y el hombre que lo lleva quiere decir que se lo ha regalado su mujer que es más mayor que él.

HIBISCUS
Antiguamente en las bodas, las amigas solteras de la novia llevaban telas con motivos de esta flor para mostrar que estaban abiertas a aventuras y a proyectos amorosos. Por lo que una mujer casada que lo lleva muestra claramente ganas de adulterio y es reprendida por su circulo más próximo.

PULVERIZO LOS OJOS DE MIS RIVALES.
Tela de chulería y de prepotencia, que es para da a entender que quien lo lleva no tiene miedo a nada, ni a nadie.

EL GROTTO O LA MANZANA DE LA DISCORDIA.
Un "Grotto" es una persona que tiene un gran poder económico. Es la tela de la ostentación. Pero también quiere decir que la mujer que lo lleva tiene un amante rico, un hombre de su circulo que le paga todos sus caprichos por lo que las mujeres casadas se empiezan a hacer preguntas...

LOS OJOS VEN, LA BOCA NO DICE NADA...
La boca no tiene que decir todo lo que ven los ojos… valores primordiales de cualquier sociedad: Discreción y sabiduría.

LAS UÑAS DE LA SEÑORA TERESA
Como representación de la mujer non sumisa a su marido. Esta tela nació de un rumor que decía que la primera dama de Costa de marfil, al descubrir que su marido tenía una amante dijo que les desfiguraría con sus propias uñas.

A LAS CINCO DE LA TARDE.
A las cinco de la tarde, los hombres se reunían en un sitio para hablar de todo en general . A esa misma hora, las mujeres se vestían con sus mejores prendas para ir a pasear por allí…

HOJAS DE GOMBO.
La mujer que lo lleva quiere mostrar que es capaz de asumir su propia solvencia e independencia económica. Es la tela de las viudas, de las divorciadas, de las solteronas y de las mujeres emancipadas.

LA COYUNTURA.
El nombre de esta tela hace referencia a la crisis económica que pasaron varios países del África occidental en los años 80. Los motivos son unas hojas de mandioca. Y la mandioca se utiliza mucho para la cocina, en épocas de hambruna.

LA RECONCILIACIÓN.
Color verde y blanco y unos pájaros volando en la misma dirección. Es la esperanza, la solidaridad y la paz para un mismo objetivo. Es la tela del perdón.

LA TORRE DE BABEL.
Esta tela nació a raíz de una telenovela brasileña con el mismo nombre.

LAS MUJERES FUERTES.
Es el símbolo de la mujer polivalente y capaz de todo. Mujeres fuertes e iguales a los hombres.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA.
Un solo dedo no puede hacer nada. Pero con los dedos unidos se puede hacer de todo.

TELA DE LUTO.
Cada día de nuestra vida, estamos expuestos a miles de peligros. Lo representa esta tela que muestra como la serpiente que se acerca al nido…

TU PIE, MI PIE.
Otra tela que reivindica la igualdad de sexo, la igualdad entre el hombre y la mujer. Tu pie, mi pie quiere decir : "Donde tu vayas, yo también iré."

TELA DE SÍMBOLOS.
Tiene simbolizado el cazador (el misterio de la selva) la gallina (la maternidad) el pez (la vida y el agua) y la cabra (el hombre)

LOS OJO DE MI RIVAL:
Esta tela ha hecho furor en los matrimonios polígamos. Simboliza el esplendor femenino con el color amarillo y el ojo de la rival que lo tiene rojo de llorar al ver lo estupenda que estoy. El ojo negro representa la rabia...
Y muchos más… Porque existe una tela para cada situación. Las despechadas llevan una tela que se llama “Qué pena... No sabes lo que te pierdes” o “Si me dejas, no comeré piedras” e incluso la que se llama “Libertad total” La chica que no quiere que se le acerque nadie, llevará “Vete a jugar a otra parte”...
“Cuando te encuentras desnudo, te quedas sin palabras"...
Verdaderamente, la vestimenta es el alfabeto del cuerpo.

FUENTE: YAIVI
PRUEBAS DE FALSIFICACIÓN
Evidence of Revision ("Pruebas de falsificación") es un documental que consta de seis partes y contiene material periodístico original que revela cómo los mayores acontecimientos en la Historia estadounidense (y mundial) han sido profunda e intencionalmente distorsionados para mentir al público.

Una serie de videos y entrevistas inéditas nos ofrecen una exploración profunda de los sucesos, incluyendo el asesinato de John F. Kennedy, su hermano, Robert Kennedy y Martin Luther King, así como descripciones de lo que realmente ocurrió en la masacre de Jonestown, en la Guayana Británica, y todas las mentiras promovidas entre cada uno de esos eventos.
Las pruebas expuestas en estos archivos dejan al descubierto la manera en que se diseñó y coordinó clandestinamente el proyecto de los Estados Unidos en su estado actual. Pruebas de falsificación deja demostrado en forma definitiva que la Historia fue falsificada, ¡incluso mientras se la escribía! Y las consecuencias de estas mentiras son infinitas, en todo el mundo.
FUENTE: LADAGADEAQUILES
viernes, 18 de enero de 2013
EL HEXAGRAMA, ESTRELLA DE DAVID O SELLO DE SALOMÓN

En la actualidad lo identificamos irremediablemente con el pueblo judío, pero el símbolo de la estrella de seis puntas o hexagrama es en realidad un emblema universal que posee unos orígenes remotos y ha sido utilizado con fines diversos por numerosas culturas: de talismán protector hasta símbolo alquímico o mero elemento decorativo, ha sido utilizado por el judaísmo, el islam, el cristianismo e incluso el hinduismo.
Durante siglos, antes de que se popularizara como "Estrella de David" o Magen David (Escudo de David), este emblema era conocido como Sello de Salomón (Khatam Suleiman para los musulmanes y Jatam Sholomo para los judíos).
Distintos textos –en especial el Talmud de Babilonia y algunos relatos musulmanes– difundieron la leyenda de que el bíblico rey Salomón poseía un anillo de propiedades mágicas mediante el cual podía controlar a los demonios o hablar con los animales.
Talismán hebreo con Sello de Salomón y oraciones
Según los estudiosos, el signo del hexagrama posee un significado similar al del ying y el yang, como representación de los opuestos, así como de nexo entre el cielo y la tierra o plasmación ideográfica de la sabiduría sobrehumana.
También era frecuente grabar el Sello en los marcos o dinteles de la puerta de entrada a las viviendas o en los escalones de las escaleras, con ese mismo carácter protector frente a los espíritus o ante posibles incendios.
El prestigioso experto en cábala Gershom Scholem estudió a fondo la simbología del Sello de Salomón y su función mágico-protectora en el islam y el judaísmo, además de rastrear sus orígenes.
La identificación más antigua que se conoce de este símbolo con el publo judío data del siglo XIV, cuando los judíos de la ciudad de Praga lo usaron como siglo de identidad. Sin embargo, no sería hasta finales del siglo XIX, con los movimientos nacionalistas judíos, cuando adquiriría el sentido actual. A pesar de este detalle, sí se conocen representaciones del Sello de carácter judío en épocas más antiguas, como algunos libros hebreos realizados en España en el siglo XIII.
Pero el uso mágico o esotérico de este símbolo no termina aquí. Tuvo también una gran importancia en la práctica y la iconografía alquímica, siendo representado en numerosos trabajos sobre la Gran Obra como emblema del fuego y el agua. La masonería también cuenta entre sus símbolos con el hexagrama, que aparece plasmado en motivos decorativos de las logias, así como en objetos y obras de arte de cariz masónico.

Además, es frecuente encontrar también el Sello de Salomón en numerosas construcciones cristianas medievales, como elemento decorativo o como símbolo de la sabiduría divina.
Un magnífico ejemplo lo encontramos en la fachada de la catedral de Burgos, en la que se ven varias representaciones del símbolo, tanto en el rosetón principal como en relieves escultóricos.
Otro ejemplo lo encontramos también en una de las fachadas de la catedral de Valencia. Y, de forma paralela, fue también un motivo ornamental y sagrado representado de forma recurrente en el arte islámico, donde encontramos obras bellísimas de gran refinamiento.

Sello de Salomón en la fachada principal de la catedral de Burgos.

Balcón en Salamanca, con decoraciones realizadas a base de estrellas de David.

Dos representaciones del Sello de Salomón en la puerta de una mezquita en Túnez
Sello de Salomón acompañado de símbolos, en la fachada de un templo masónico en Edimburgo (Escocia).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)