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jueves, 14 de febrero de 2013

LA MICROBIOLOGÍA OCULTA (III). GÜNTER ENDERLEIN

Günther Enderlein (1872-1968) fue un zoólogo, entomólogo, algólogo alemán. También fabricante de productos farmacéuticos. Durante la primera guerra mundial trabajó como cirujano mayor militar. Fue conocido en Alemania por su concepto de pleomorfismo del microorganismo y sus hipótesis sobre los orígenes del cáncer.

Como decíamos en otro artículo varios científicos han mostrado la existencia de sus microzimas con posterioridad a Béchamp, y los denominaron de diferentes maneras: Royal Raymond Rife (partículas polimórficas, 1920), Günther Enderlein (protitas, 1925), Wilhelm Reich (biones, 1930), y Gaston Naessens (somátidas, 1959).

Traducimos lo siguiente del artículo “Prof. Enderlein’s Research in Today’s View. Can his research results be confirmed with modern techniques? Dr. Peter Schneider, Germany” con nuestros comentarios.

Teoría de los Endobiontes.

Enderlein encontró que en los animales hay una simbiosis de microorganismos a los que denominó en general endobiontes . La teoría se confirmó sin conocer sus estudios por otros investigadores. El término acuñado por el Prof. Max Taylor de la University of British Columbia, Vancouver, Canada, es “Serial endosymbiont theory” (SET). Puede encontrarse más información en la obra “Symbiotic Planet – A New Look at Evolution”, de la Prof. Lynn Margulis

(Perseus Books, 2000).

Nuestras células se componen de la cooperación o endosimbiosis de microorganismos primitivos que uniéndose han conseguido seres más evolucionados, y energéticamente más eficientes. El nucleocitoplasma de las células se deriva de una ARQUIBACTERIA, la mayoría del anabolismo proteico de bacterias TERMOACIDÓFILAS, las mitocondrias son bacterias simbióticas llamadas “purple bacteria” o PROTEOBACTERIAS y los cloroplastos son o provienen de CIANOBACERIAS.

En 1950 Hugo Schanderl cultivó en laboratorio a partir de las mitocondrias la bacteria simbiótica original (“retrocultivo”).

Los endosimbiontes que no se pueden ver por métodos microbiológicos de rutina se denominan “cell wall deficient forms” (CWD) En cerca del 30% de las personas sanas hay bacilos endobiónticos en los eritrocitos. Enderlein vio los CWDs en la sangre usando el microscopio de campo oscuro 40 años antes.

El ciclo bacteriano del polimorfismo se ha descrito con detalle en trabajos de Enderlein: “Bakterienzyklogenie” (“bacterial cyclogeny”) y “Akmon”.

Se dispone de una revisión de los CWDs patógenos y simbi

ontes publicada en el libro “Cell Wall Deficient Forms –Stealth Pathogens” by Lida Holmes Mattman (CRC Press, 3rd edition, 2001).

La endosimbiosis es un proceso dinámico con intercambio genético entre microorganismos y células que dependerá en cada momento de la situación del huésped y de la cantidad de microorganismos, y que se regula por resonancia de campos electromagnéticos.

Enderlein comenzó a investigar tras conocer el descubrimiento de los microzymas deAntoine Béchamp y los renombró como “protitas”. Se sabe que estos protitas aparecen en sangre cuando se come carne. En el artículo que estamos revisando definen estos corpúsculos como “proteicos”.

Ello nos recuerda lo que descubriera Fernando Chacón, los Pribios o Enzimas Vivientes: Entidad constituida por una cadena proteica que contiene aminoácidos dextrógiros y es termorresistente; estructuras autónomas por su capacidad catalítica sustrato-específica y “replicativa”; y que sólo pueden ser cultivables en el seno de la célula a la que pertenecen por naturaleza: los unicelulares termorresistentes del género Bacillus, Actinomyces y Clostridium. El postuló que para preservarse, estas estructuras complejas tuvieron que crear un molde: los ácidos Nucleínicos, y así aparecerían las primeras células procariotas sin genes ni mitosis, termorresistentes autótrofas y esporuladas: el aerobio Bacillus y el anaerobio Clostridium. Dentro de los cuales y adoptando de nuevo un régimen cooperativista, los Enzimas Vivientes (Pribios) no han perdido a través de la evolución su autonomía vital.

Con el término ciclogenia describe Enderlein los cambios entre gérmenes patógenos y apatógenos: virus, cocos, bacilos, y su culminación en la fase de hongos. Según su “Anatartic Fundamental Law”, los cambios de valencia o forma de estos microorganismos están muy influidos por el pH. Enderlein está hablando de una “ley”.

Según Wikipedia una ley científica en ciencias naturales es una regla en la que se relacionan eventos de ocurrencia conjunta, y que se ha manifestado siguiendo el “método científico”. Se acepta que tras una ley científica natural existe cierto mecanismo necesario para que “regularmente” los hechos sucedan de cierto modo.

Recientemente Christopher Gerner, asistente del Tumor Research Center Vienna, ha intentado caracterizar bioquímicamente las protitas. Sus resultados fueron publicados en “Curriculum oncologicum” 01 and 03, year 7, 1997”. No obstante el autor no presentó pruebas de la transformación de estos “cuerpos de campo oscuro” en microbios.

La microbiología actual clasifica los protitas de Enderlein como probables nanobacterias: descritas hace pocos años por Fin Olavi Kajander, University of Kuopio. Genéticamente parecen proteobacterias, pueden crecer dentro o fuera de células mamíferas, tienen un diámetro de 0.2 a 0.3 “ìm”, tan pequeños como virus, y son termorresistentes: capaces de resistir temperaturas de 90ºC durante una hora. También, dice el artículo que producen la apatita de los huesos.

Enderlein llamó a la célula primordial mychyt, porque contiene nucleo (mych). Según la nueva nomenclatura de la microbiología estas estructuras pertenecerían a las CWD, extensamente investigadas en los últimos años en concreto en relación a la borreliosis.

Según Enderlein los endobiontes atraviesan tres fases: coloide, bacteria y hongo. El ciclo se inicia con proteínas de dentro de las células que están en el rango de tamaño de los bacteriófagos y virus: aprox. 0.01 ìm. En determinadas condiciones estos glomérulos se pueden hacer patógenos. Igual que dice Chacón se auto-replican, y pueden dar estados y formas muy variados. Cuando el entorno cambia (en humanos por ejemplo si se nutren con muchas proteínas y grasas) crecen de tamaño y se convierten en bacterias. Pero las formas evolucionadas pueden involucionar con las condiciones adecuadas, degradándose en productos que se excretan. Esta excreción debe ser suficiente para no entrar en enfermedad.

Le dio mucha importancia a los hongos Mucor racemosus y Aspergillus niger. Los hongos en el humano funcionan, más que como simbiontes, como parásitos y también se pueden presentar como formas celulares de pared deficiente. Parecen más bien debidos a una deficiencia del entorno tipo debilidad inmune, como en el sarcoma de Kaposi. Según la descripción de los hongos de Tom Volks, University of Wisconsin- La Crosse, USA: los hongos aunque tienen células con núcleo y organelas similares a las mitocondrias, se replican como las esporas y las crean, tienen características de plantas, y digieren mediante exoenzimas. Los estudios recientes los acercan más a los animales que a las plantas. Según Enderlein y datos de nuevos estudios (Franz Gerlach and Hans Harmsen) bacterias y hongos pueden simplemente ser diferentes estadios de especies específicas.

NdA: los hongos parecen formas de vida intermedia entre animales y plantas, luego si se producen en un animal es que algo le está haciendo involucionar. La endosimbiosis retrocedería cuando el ambiente no es adecuado, o también muy posiblemente cuando hay disminución de energía. En el cáncer es frecuente la aparición de colonizaciones fúngicas según Simoncini . Tenemos que salir de la idea reduccionista de que el microorganismo causa la enfermedad, y recuperar la idea de que cuando estamos enfermos, cuando baja la energía, cuando el metabolismo se altera, aparecen microorganismos y hay un retroceso en la simbiosis. Ryke Heerd Hamer también habla de estas “apariciones” de microorganismos, como Beechamp, Rife y ahora Enderlein, el cual además estudió su posible procedencia. La endosimbiosis y el pleomorfismo son coherentes con estas “apariciones”.

Gerlach fue capaz de demostrar la regular presencia de un microorganismo en todos los crecimientos malignos espontáneos en humanos y animales, tanto en el tumor primario como en las metástasis o recidivas. Estos organismos mostraban un gran pleomorfismo: las grandes se transformaban en pequeños gránulos, y también existen en el citoplasma dentro de las células. Además describió grandes entidades esféricas o “blebs” con brotes o germinaciones (sprouted) en diferentes localizaciones periféricas. Según Gerlach todas estas formas se originan desde una en el mismo hongo que se denominó micromycete. Infectando animales, con cultivos “puros” de estos hongos generalmente se reproducía la misma enfermedad que tenía el cadáver portador del tumor espontáneo. La enfermedad transferida no era detectable clínicamente (NdA: ¿porque el medio del animal receptor estaba sano?) pero si patológica y anatómicamente.

En nuestro artículo anterior comentamos que en 1932 Royal Raymond Rife, en América, aislaba el “virus filtrable de carcinoma”, no debemos descartar la posibilidad de que estuviera hablando de los mismos microorganismos. En ese artículo también hablamos de que La Dra. Irene Corey Diller del Instituto para la investigación del cáncer en Filadelfia obtiene aislamientos de hongos en crecimientos cancerosos, y que en 1953 la Dra. Diller publica su descubrimiento: “Estudios de forma fungoide en los tumores malignos”.

NdA.: Y volvemos a decir que pensamos que el cáncer no lo produce un microorganismo sino que ello lo creemos una expresión de un proceso de des-diferenciación por cambios del terreno, la energía o del metabolismo.


FUENTE: MUNDODESPIERTA

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