Los llamados "hombres leopardo" eran miembros de una sociedad secreta africana basada en una religión animista, es decir, que considera que todos los objetos del mundo están provistos de un espíritu propio.
Estas organizaciones las conformaban brujos de diversas tribus y regiones y surgieron en los tiempos coloniales del Congo Belga, en el siglo XIX.
La iniciación de los reclutas consistía en asesinar a un familiar próximo simulando el ataque brutal de un leopardo, con garfios que producían heridas semejantes a las ocasionadas por las garras.
Después debían mantenerse aislados en algún pasaje solitario y enfrentar diversas pruebas que ponían en peligro su vida; en caso de salir heridos quedaban descalificados por no contar con las aptitudes necesarias para ser leopardos. Se decía que practicaban la antropofagia.
Desconocidos para los europeos, salieron a la luz a inicios del siglo XX, lo que permitió entender a las autoridades algunos de los cientos de ataques atribuidos a animales.
La mayor época de sus crímenes fue de 1933 a 1936, cuando los casos aumentaron de forma alarmante quizá por las disputas entre dos clanes rivales, los wanande y los bakapombe.
También sobresalieron los asesinatos de diversos lideres políticos en los años que precedieron a la independencia de la colonia belga, consumada en 1960.
Se considera que sus víctimas eran personajes hostiles a la tradición o, posteriormente, a la lucha por la independencia.
La fusión simbólica de hombres con criaturas del reino animal es muy común en África, donde aparte de los aniotas se tiene noticia de sociedades de hombres-lobo (Tanganyika), hombres-hiena (Costa de Marfil), asi como hombres-chimpancé, hombres-cocodrilo, hombres- pantera, hombres-gorila y hombres-babuino.
El antropólogo africano Patrick Nguema Ndong reconoce que la transformación es imposible, pero afirma que él ha atestiguado la forma en que un aniota se posesiona del cuerpo y los atributos de un leopardo.
FUENTE: FROGGERENELMUNDO
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