Foto vertido petróleo en Galicia [Prestige]
En su ‘Geografía’, Estrabón dice:
«Esta región está abrasada por el fuego. De ello dan testimonio, entre otros objetos, algunas calcinadas rocas que se ven cerca de Masada; las hendiduras del terreno; los peñascos que destilan pez; los arroyuelos que hierven, y cuyo olor desagradable se percibe de lejos; los montones de ruinas de edificios, esparcidos aquí y allá; de suerte que bien puede darse fe a la tradición, que repiten todos los indígenas, según la cual, hubo trece ciudades en aquella región, en la que aún se veía el perímetro de la metrópoli Sodoma, que tenía sesenta estadios de circuito. A consecuencia de terremotos, de erupciones de llamas y de aguas bituminosas y sulfurosas, debió haber desbordado el lago; inflamáronse las rocas, y por lo que hace a las ciudades, fueron sepultadas unas y abandonadas otras por los habitantes que pudieron huir.»(libro XVI, cap.II)
[Many other evidences are produced to show that the country is fiery; for near Moasada are to be seen rugged rocks that have been scorched, as also, in many places, fissures and ashy soil, and drops of pitch that emit foul odours to a great distance, and ruined settlements here and there; and therefore people believe the oft-repeated assertions of the local inhabitants, that there were once thirteen inhabited cities in that region of which Sodom was the metropolis, but that a circuit of about sixty stadia of that city escaped unharmed; and that by reason of earthquakes and of eruptions of fire and of hot waters containing asphalt and sulphur, the lake burst its bounds, and rocks were enveloped with fire; and, as for the cities, some were swallowed up and others were abandoned by such as were able to escape. But Eratosthenes says, on the contrary, that the country was a lake, and that most of it was uncovered by outbreaks, as was the case with the sea.
En su ‘Geografía’, Estrabón dice:
«Esta región está abrasada por el fuego. De ello dan testimonio, entre otros objetos, algunas calcinadas rocas que se ven cerca de Masada; las hendiduras del terreno; los peñascos que destilan pez; los arroyuelos que hierven, y cuyo olor desagradable se percibe de lejos; los montones de ruinas de edificios, esparcidos aquí y allá; de suerte que bien puede darse fe a la tradición, que repiten todos los indígenas, según la cual, hubo trece ciudades en aquella región, en la que aún se veía el perímetro de la metrópoli Sodoma, que tenía sesenta estadios de circuito. A consecuencia de terremotos, de erupciones de llamas y de aguas bituminosas y sulfurosas, debió haber desbordado el lago; inflamáronse las rocas, y por lo que hace a las ciudades, fueron sepultadas unas y abandonadas otras por los habitantes que pudieron huir.»(libro XVI, cap.II)
[Many other evidences are produced to show that the country is fiery; for near Moasada are to be seen rugged rocks that have been scorched, as also, in many places, fissures and ashy soil, and drops of pitch that emit foul odours to a great distance, and ruined settlements here and there; and therefore people believe the oft-repeated assertions of the local inhabitants, that there were once thirteen inhabited cities in that region of which Sodom was the metropolis, but that a circuit of about sixty stadia of that city escaped unharmed; and that by reason of earthquakes and of eruptions of fire and of hot waters containing asphalt and sulphur, the lake burst its bounds, and rocks were enveloped with fire; and, as for the cities, some were swallowed up and others were abandoned by such as were able to escape. But Eratosthenes says, on the contrary, that the country was a lake, and that most of it was uncovered by outbreaks, as was the case with the sea.
In Gadaris, also, there is noxious lake water; and when animals taste it they lose hair and hoofs and horns. At the place called Taricheae the lake supplies excellent fish for pickling; and on its banks grow fruit-bearing trees resembling apple trees. The Aegyptians use the asphalt for embalming the bodies of the dead.] Tomado de párrafo 44-45, Capítulo 2, Libro XVI, Geografía de Estrabón
Massada
Tácito (Historias lib. V, cap. VI) cuenta:
«Los campos inmediatos al Mar Muerto, en otro tiempo fértiles y cubiertos de ciudades populosas, fueron abrasados por fuego del cielo; que aún subsisten las huellas de aquel azote; que la tierra misma, cuya superficie parece calcinada, ha perdido la fuerza de producir; que todos los vegetales, lo mismo los que se dan espontáneamente que los que cultiva la mano del hombre, se agostan en hierba o en flor, y si por ventura llegan a su término ordinario, el fruto que producen, negro y vacío, se convierte en polvo.»
[El fruto negro y vacío es “El Manzano de Sodoma”( Solanum Sodomeum), un arbusto espinoso que crece hasta los dos metros y que da unos frutos que a simple vista parecen comestibles, pero cuando los abren sacan una especie de ceniza.]
Qué tipo de economía les permitió vivir en un lugar tan inhóspito como describe Estrabón. Si la zona del Mar Muerto siempre ha sido un yermo, ¿ cómo habrían sobrevivido dos importantes ciudades a las orillas del lago?…continuar leyendo
Y la explicación parece ser la misma que hoy damos para entender la opulencia económica de los pueblos que dependen del petróleo…El betún de Judea o asfalto natural que hay en esta zona desde tiempos remotos fue muy apreciado ya en la antigüedad. Era un aislante del agua, ideal para la cementación de las casas y parte esencial en la construcción de embarcaciones. Fue utilizado para embalsamar las momias egipcias, y Egipto fue un gran importador de este material. Precisamente, en tiempos de Roma, el Mar Muerto fue llamado “ Lagus Asfálticus”, y posteriormente se le ha denominado: lago Asfaltites, mar de Sodoma, de Gomorra y de Segor y los beduinos lo llamaban Bahr-el-Luth o Mar de Lot.
El químico orgánico Arie Niessenbaum, tiene pruebas de que en tiempos de la Edad del Bronce, el asfalto natural del Mar Muerto era exportado a Egipto. Se ha hallado este material en Egipto y se ha comparado su huella química con el del Mar Muerto. Ambos ejemplares coinciden en su análisis químico por lo que proceden del mismo lugar; proceden del Mar Muerto.
Diodoro de Sicilia en su obra ‘Biblioteca Histórica’, Libro XIX, cap. XXV dice:
«Aquellos bárbaros, que no conocen otra clase de comercio, llevan asfalto a Egipto, y le venden a los embalsamadores de cadáveres, que sin la mezcla de esta materia con otros aromas, sería difícil preservar largo tiempo de la corrupción».
Tácito (Historias lib. V, cap. VI) cuenta:
«Los campos inmediatos al Mar Muerto, en otro tiempo fértiles y cubiertos de ciudades populosas, fueron abrasados por fuego del cielo; que aún subsisten las huellas de aquel azote; que la tierra misma, cuya superficie parece calcinada, ha perdido la fuerza de producir; que todos los vegetales, lo mismo los que se dan espontáneamente que los que cultiva la mano del hombre, se agostan en hierba o en flor, y si por ventura llegan a su término ordinario, el fruto que producen, negro y vacío, se convierte en polvo.»
[El fruto negro y vacío es “El Manzano de Sodoma”( Solanum Sodomeum), un arbusto espinoso que crece hasta los dos metros y que da unos frutos que a simple vista parecen comestibles, pero cuando los abren sacan una especie de ceniza.]
Y la explicación parece ser la misma que hoy damos para entender la opulencia económica de los pueblos que dependen del petróleo…El betún de Judea o asfalto natural que hay en esta zona desde tiempos remotos fue muy apreciado ya en la antigüedad. Era un aislante del agua, ideal para la cementación de las casas y parte esencial en la construcción de embarcaciones. Fue utilizado para embalsamar las momias egipcias, y Egipto fue un gran importador de este material. Precisamente, en tiempos de Roma, el Mar Muerto fue llamado “ Lagus Asfálticus”, y posteriormente se le ha denominado: lago Asfaltites, mar de Sodoma, de Gomorra y de Segor y los beduinos lo llamaban Bahr-el-Luth o Mar de Lot.
El químico orgánico Arie Niessenbaum, tiene pruebas de que en tiempos de la Edad del Bronce, el asfalto natural del Mar Muerto era exportado a Egipto. Se ha hallado este material en Egipto y se ha comparado su huella química con el del Mar Muerto. Ambos ejemplares coinciden en su análisis químico por lo que proceden del mismo lugar; proceden del Mar Muerto.
Diodoro de Sicilia en su obra ‘Biblioteca Histórica’, Libro XIX, cap. XXV dice:
«Aquellos bárbaros, que no conocen otra clase de comercio, llevan asfalto a Egipto, y le venden a los embalsamadores de cadáveres, que sin la mezcla de esta materia con otros aromas, sería difícil preservar largo tiempo de la corrupción».
“Betún de Judea” vertido por el petrolero ‘Prestige’, es recogido por los marineros gallegos
Estrabón en su ‘Geografía’ (Libro XVI, cap. II, párrafo 42), dice:
«Sube del fondo en épocas indeterminadas, produciendo burbujas, como el agua hirviendo. En la superficie se encorva y parece una pequeña colina. Al propio tiempo se producen vapores, que aunque, imperceptibles a la vista, empañan el cobre, la plata y cualquiera otro metal pulimentado y brillante, incluso el oro. Creen los habitantes de aquellos contornos que está el asfalto a punto de aparecer en la superficie cuando empiezan a empañarse los metales; y entonces se aprestan a recogerle, valiéndose de balsas, hechas de juncos. El asfalto es una especie de terrón, que derretido por el calor se hincha y mana.
En contacto con agua fría, como es la del lago, se transforma de nuevo en una masa tan compacta, que necesitan instrumentos cortantes para despedazarlas. Los habitantes, pues, se acercan al asfalto en sus balsas, le cortan y llevan cuanto pueden».
Estrabón en su ‘Geografía’ (Libro XVI, cap. II, párrafo 42), dice:
«Sube del fondo en épocas indeterminadas, produciendo burbujas, como el agua hirviendo. En la superficie se encorva y parece una pequeña colina. Al propio tiempo se producen vapores, que aunque, imperceptibles a la vista, empañan el cobre, la plata y cualquiera otro metal pulimentado y brillante, incluso el oro. Creen los habitantes de aquellos contornos que está el asfalto a punto de aparecer en la superficie cuando empiezan a empañarse los metales; y entonces se aprestan a recogerle, valiéndose de balsas, hechas de juncos. El asfalto es una especie de terrón, que derretido por el calor se hincha y mana.
En contacto con agua fría, como es la del lago, se transforma de nuevo en una masa tan compacta, que necesitan instrumentos cortantes para despedazarlas. Los habitantes, pues, se acercan al asfalto en sus balsas, le cortan y llevan cuanto pueden».
Las primeras interpretaciones sobre la catástrofe de Sodoma y Gomorra apuntaron, durante el siglo XIX, a una actividad volcánica. La hipótesis de que un volcán hubiera arrasado las ciudades de Sodoma y Gomorra fue refutada por Dr.von Schuberts en su obra ‘Reise in das Morgenland’ (tomo III, pág.94): «es imposible creer en la existencia, en aquella región, de antiguos volcanes. Más bien se descubren las huellas de un incendio que consumió todo el azufre y asfalto».
En la Biblia podemos leer sobre Sodoma y Gomorra:
Entonces llovió Jehová sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;Génesis 19,24.
Y miró hacia sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno; Génesis 19,28
Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó á todos; Lucas 17,29
Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo á los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios; Pedro 2,6
[ Podéis leer(48) versículos que hablan de Sodoma y Gomorra (Biblia online.org)]
Después de cien años, surge ‘una nueva teoría’ que intenta dar una explicación racional a la catástrofe: La teoría de la ‘licuefacción’ o del corrimiento de tierras, del geólogo Grahan Harris.
G.Harris lleva una década trabajando como geólogo en el Mar Muerto, reuniendo datos sobre el entorno natural. Para este geólogo Sodoma y Gomorra existieron y desaparecieron hace 4.000 años.
Jonathan H.Tubb, arqueólogo del Museo Británico, lleva treinta años realizando excavaciones en Tierra Santa, fue director asistente de las excavaciones en Tell es-Sa’idiyeh (Kadesh, Siria) durante los años 1976- 1982. Tubb está convencido de que muchas de las ‘historias’ del Antiguo Testamento están inspiradas en acontecimientos reales. Para este arqueólogo “el Génesis, como otros libros de la Biblia, se escribieron miles de años después de los acontecimientos descritos. En muchos casos usaron historias del folklore, tradiciones basadas en acontecimientos reales”.
El Mar Muerto se encuentra a casi 500 metros bajo el nivel del mar y se asienta sobre una gran grieta. La tierra se desgarró y el fondo se hundió en esta zona. El hundimiento provocó la formación de una cuenca, que no es un Mar, sino el lago más salado del mundo.
El Mar Muerto separa dos continentes: en el lado jordano la placa tectónica arábiga y en el lado israelí la placa africana; ambas están unidas, pero en constante movimiento, de forma que eventualmente resbalan, produciendo terremotos.
Cada año se producen pequeños temblores, pero podría haber tenido lugar en la antigüedad un gran terremoto que hubiera afectado a Sodoma y Gomorra. Un terreno inestable y un posible corrimiento de tierras explicaría la destrucción total de ambas ciudades.
La Biblia no menciona la palabra terremoto, únicamente describe una lluvia de azufre, fuego, una humareda que salía de la tierra como una fogata, una ciudad arrasada con todos sus habitantes y la vegetación del suelo, cuya única salvación es subir a una zona más elevada.
¿De dónde procede el fuego bíblico? Un terremoto de gran magnitud habría agrietado el suelo hasta gran profundidad, expulsando gas metano hacia la superficie. Cualquier lámpara de aceite, una fogata, o incluso magma terrestre que hubiese conectado con una bolsa de gas, habría provocado una salida de fuego hacía la superficie de forma descontrolada.
El geólogo israelí Shmuel Marco ha hallado en la orilla israelí del Mar Muerto pruebas de antiguos terremotos en la zona del lago. Algunas rocas blancas que en su día estuvieron sumergidas, hoy presentan distintas capas geológicas.
Cuando un terremoto de gran magnitud sacude un terreno inestable se puede producir un fenómeno geológico denominado licuefacción (o licuación del suelo), el terreno se licua debido a que hay un material poroso que se ha llenado de agua y el terremoto provoca que el agua salga a la superficie.
[Un ejemplo de licuefacción se produjo en Niigata (Japón), en el terremoto del año 1964.]
Las capas de gravilla del mar muerto son idóneas para una licuefacción y la geóloga Lynn Frostick, profesora de la Universidad de Hull, ha localizado rocas del lago donde aparecen signos de una licuefacción. Cuando el suelo se licua, las viviendas literalmente desparecen. En el Mar Muerto las construcciones de las orillas habrían sido engullidas hacía dentro del lago.
En Tell Mardikh (Siria) están el montón de ruinas estratificadas de la antigua Ebla. Las excavaciones fueron iniciadas en 1964 por un equipo italiano de la Universidad La Sapienza de Roma, dirigido por Paolo Matthiae. La confirmación de las sospechas de que se podía tratar de Ebla llegó en 1968 con el hallazgo de unas inscripciones votivas, y en las que el rey Ibbit-Lim se identifica como rey de Ebla.
Pero en la campaña de 1974/75 vino el gran hallazgo: se descubrieron los archivos públicos y reales de la ciudad, recogiéndose alrededor de 15.000 tabletas de arcilla escritas en cuneiforme. Estos descubrimientos pusieron en evidencia que Ebla había sido una metrópolis imperial, que ejercía su control político sobre una extensa área, y que tenía tratos comerciales con lugares muy lejanos.
El gobierno sirio, alarmado ante las evidentes relaciones entre Ebla y el marco bíblico de Génesis, y temeroso de que ello pudiera constituir un adicional apoyo para las tesis sionistas sobre las que se basa el estado de Israel, presionó a los investigadores para que desmintieran las anteriores comunicaciones, e impuso una censura sobre las tabletas de Ebla. Como resultado, la postura actual es la de una extrema precaución en las declaraciones de los integrantes de estas excavaciones, que se desarrollan en suelo sirio y con patrocinio del gobierno de Damasco.
Quedaba claro desde entonces que las ciudades bíblicas eran reales. Tomado dewww.sedin.org/propesp/Mardikh-TELL.htm
¿ Ciudades de la llanura ?
En 1960 se descubrieron las ruinas de Bab edh-Dhra y se concluyó que esta ciudad estaba relacionada con Sodoma (según Van Hattem,1981). Entre 1965 y 1967 Bab edh-Dhra fue excavada bajo la dirección de Paul Lapp y tras su muerte en 1970, los trabajos arqueológicos pasaron a la dirección de R.Thomas Schaub y Walter E. Rast.El descubrimiento de los emplazamientos de Numeira, Khanazir y Feifa hicieron tomar cuerpo a la teoría de que éste fuera el enclave de las ciudades bíblicas.
Mapa de Canaán dibujado por Thomas Fuller (1650), donde aparecen las cuatro ciudades en el interior del Mar Muerto
Conclusión, que nos encontramos con dos versiones, cuando se trata de ubicar a Sodoma y Gomorra. Una primera tesis que situaría Sodoma y Gomorra bajo las aguas del Mar Muerto y por otra parte tenemos una segunda versión que localiza a Sodoma y Gomorra en tierra firme. Si bien ambas cuentan con unos hallazgos interesantes, ninguno es hasta hoy lo suficiente convincente para poder asegurar donde se hallan las ciudades del pecado.
Ampliar información :
http://www.arqueologos.org/article.php3?id_article=134
http://www.arqueologos.org/article.php3?id_article=131
The Destruction of Sodom and Gomorrah: www.bbc.co.uk/history/ancient/cultures/sodom_gomorrah_01.shtml
Expedition to the Dead Sea Plain: www.nd.edu/~edsp/index.html
Tell es-Sa‘idiyeh Excavations: www.britishmuseum.org/research/research_projects/tell_es-sa%E2%80%98idiyeh_excavations.aspx
East of the Jordan: The cities of the plain (cap. IV) www.bu.edu/asor/pubs/macdonald.pdf
FUENTE: ABELGALOIS
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