LAS PRESIONES Y EXPECTATIVAS SOCIALES QUE VIVE EL HOMBRE EN EL MUNDO MODERNO
Este artista británico señala que los hombres modernos siguen creyendo que "rompen el contrato entre hombres si lloran mucho. Es por ello que los hombres se suicidan más --se lo guardan, se lo guardan, se lo guardan, hasta que se ven completamente abrumados".
Perry hace referencia al alarmante índice de suicidios en su país: los hombres de entre 20 y 49 años de edad tienen mayor tendencia a morir suicidándose que por cualquier otra causa de muerte. Y explica que, en un mundo en el que la labor manual está en declive --siendo reemplazada por máquinas, las características asociadas con la agresividad son cada vez más redundantes.
Siguiendo la investigación de Perry, The Guardian preguntó a sus lectores en diferentes partes del mundo qué se siente ser hombre en sus diferentes países o ciudades y con qué expectativas de la masculinidad conviven.
Un joven gay londinense dijo que en esta ciudad aparentemente progresiva suele encontrase con personas que "le exigen ser un hombre de verdad" e incluso entre los hombres gays existe un fuerte sector que sólo sale con hombres que no muestran signos de feminidad, lo que se llama "masc 4 masc".
Un lector chileno escribe: "Desafortunadamente, ser un hombre en el mundo moderno significa ganar mucho dinero y verse bien. Cada día nos bombardean con anuncios de imágenes del 'hombre perfecto', quien puede hacer lo que quiera porque tiene dinero y músculos". El joven agrega que hoy en día ya se espera que el hombre también se arregle y produzca una imagen conforme a los estándares que se ven en los medios. En esto las mujeres llevan ventaja --habiendo sufrido la presión mediática de conformarse a un ideal de belleza y "deseabilidad", algo que cada vez más está ocurriendo también para los hombres (la imagen del ideal que se maneja en los medios se interioriza). En el caso de los hombres la presión extra viene del lado de tener dinero: en nuestra sociedad materialista, se asume que un hombre atractivo es capaz de mantener a una mujer.
Un hombre de Cambridgeshire añade que hay una crisis de identidad ya que por una parte muchas mujeres esperan lo que se llama "un hombre verdadero", un hombre fuerte capaz de resolver tareas físicas al tiempo que se busca una sensibilidad emocional. A la par, los hombres siguen glorificado el prototipo de "macho alfa", lo cual da lugar a la "lad culture", la cultura machista de deportes, cervezas y aparente rudeza emocional. ¿Un hombre con un rifle, una sexy mujer y un gatito?
Ahora bien, hay que señalar que el tema es complejo. Si bien la apertura a diferentes formas de percibir y ejercer la masculinidad debe ser bienvenida y fomentada, también es cierto que existe un factor biológico e incluso arquetípico que hace que las mujeres (y al parecer algunos homosexuales también) se sientan atraídas por hombres que muestran caracteres esencialmente masculinos, ya sea en la forma de sus cuerpos, en ciertos gestos o en actitudes que comunican esta masculinidad. Claro que estos factores de afirmación de la masculinidad, ligados a la expansión, la acción, la toma de iniciativa, la fuerza física y emocional, no tienen que estar peleados con la sensibilidad, la apertura emocional e incluso la dulzura. Un famoso escritor alguna vez dijo que "todo hombre sabio está en contacto con su lado femenino", y de hecho este es uno de los rasgos distintivos de un hombre maduro. Al final de cuentas todos somos hombres y mujeres, andróginos que se inclinan a un lado del espectro. Dicho eso, tampoco es necesario que los hombres dejen de expresar ciertos rasgos de masculinidad arquetípica, lo cual sería lo mismo que decirle a una mujer que no exprese su feminidad con su sensualidad, con su tendencia a lo maternal o alguna otra característica.
Al lector (o a la lectora) le podrá interesar un popular artículo en el que Carl Safina describe las verdaderas características de los machos alfa, basadas en su estudio de los lobos. Escribe:
En mis observaciones de los lobos que viven en manadas en el parque nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, he visto que los machos que mandan no lo hacen de forma forzada, ni dominante, ni agresiva para con los que les rodean. Los lobos auténticos no son así.
Sí son, en cambio, de otra forma: el macho alfa puede intervenir de forma decisiva en una cacería pero, inmediatamente después de la captura, irse a dormir hasta que todo el mundo está saciado. “La principal característica de un lobo macho alfa”, dice el guardabosques y veterano estudioso de esta especie Rick McIntyre mientras los observamos, “es una discreta confianza y seguridad en sí mismo. Sabe lo que tiene que hacer; sabe lo que más conviene a su manada. Da ejemplo. Se siente a gusto. Ejerce un efecto tranquilizador”. En definitiva, el macho alfa no es agresivo, porque no necesita serlo.
FUENTE: PIJAMASURF
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