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viernes, 16 de octubre de 2015

PEQUEÑO ÁNGEL OSCURO - RATA BLANCA


LA VENTANA DEL HOSPITAL - CUENTO

Cuento corto de origen y autor desconocido

La ventana daba a un gran parque con un lago hermoso.

Dos hombres enfermos de gravedad compartían el mismo cuarto de un hospital. Uno de ellos tenía permitido sentarse durante una hora de la tarde para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que permanecer acostado de espaldas sin moverse.

Conversaban incesantemente, un día tras otro, de los temas más variados y, sobre todo, de sus experiencias. Cada tarde, cuando el hombre del lado de la ventana se sentaba, le describía a su compañero de cuarto todo lo que veía en el exterior. Con el tiempo, el hombre acostado de espaldas, que no podía asomarse por la ventana, esperaba ansioso que llegara esa hora durante la cual disfrutaba con los relatos de su compañero.

La ventana daba a un gran parque con un lago hermoso. Los patos y los cisnes se deslizaban por el agua, mientras los niños jugaban en la orilla. Los enamorados se paseaban de la mano entre jardines con flores de todos los colores y árboles majestuosos. Al fondo de este paisaje, en la distancia, se distinguía recortada sobre el cielo una bella vista de la ciudad con sus monumentos. Cuando el señor de la ventana describía todo esto con detalle, su compañero cerraba los ojos y lo imaginaba con una gran sonrisa en su boca. Una tarde, le describió un desfile que pasaba por la puerta del hospital y, aunque no pudo escuchar la banda, era casi como si lo hubiera visto. Otra tarde le retransmitió un partido que jugaban unos niños enfrente, con sus goles y todo.

En otra ocasión le contó con precisión cómo iba vestida la gente y lo que hacían cuando pasaban por allí en su ir y venir. Prácticamente cada vez le contaba una cosa distinta.

Así se sucedían las tardes, los días y las semanas. Una mañana, la enfermera, al entrar en la habitación para el aseo diario, se encontró con el cuerpo sin vida del señor de la ventana, que al parecer había muerto tranquilamente durante el sueño. Al día siguiente, el otro señor pidió que lo trasladaran cerca de la ventana. La enfermera realizó el cambio y después de asegurarse de que estaba cómodo, le dejó solo. El señor, con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó en un codo para poder mirar el mundo exterior por primera vez desde su llegada al hospital, ¡por fin podría verlo todo por sí mismo!

Una vez que consiguió incorporarse, miró por la ventana y lo único que vio fue la pared gris de un edificio. Confundido y triste a la vez, llamó a la enfermera y le preguntó si sabía por qué su compañero muerto le había engañado describiendo tantas cosas maravillosas y distintas de lo que se veía por la ventana. La enfermera le respondió: "Tu compañero era ciego. Ni siquiera podía ver la pared de enfrente. Un día me comentó que lo hacía para animarte".


Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación.

El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quieres sentirte rico, solo cuenta todas las cosas que tienes y que el dinero no puede comprar.

FUENTE: WEBISLAM

TAN LEJOS DE AQUEL SUEÑO - RATA BLANCA


LOS INCREÍBLEMENTE CLARIVIDENTES SABIOS DE LA ANTIGÜEDAD: APOLONIO DE PERGA

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Un lúcido hombre de ciencias que creó algunos de los nombres más famosos de la geometría y además fue tesorero de un célebre faraón egipcio. Te presentamos los hechos fundamentales en la vida del inteligente y hábil Apolonio de Perga, un científico que vivió entre los siglos III y II a. e. c.
La teoría de los epiciclos


Por fortuna, los sabios de la antigüedad no se conformaron con endosar a los dioses la responsabilidad por explicar el funcionamiento del universo. Indagaron, imaginaron, se hicieron preguntas y formularon respuestas. Se equivocaron en muchas ocasiones, lo que no impidió que varias teorías se convirtieran en paradigmas hasta ser reemplazadas por otras.

Casi dos mil años antes del invento del telescopio, Apolonio de Perga formuló la teoría de los epiciclos para explicar las variaciones de posición, en movimientos que se suponían circulares, de los cuerpos celestes conocidos (el Sol, la Luna y algunos planetas).

Hubo que esperar hasta la fundación de la moderna Astronomía, por parte de Nicolás Copérnico, con su teoría heliocéntrica, 1800 años después de Apolonio, para que el modelo del científico griego fuera desechado.
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Un buen calculista para llevar las cuentas del tesoro nacional



Ptolomeo II Filadelfo fue un faraón egipcio débil como militar, lo cual compensó con el fortalecimiento económico de su imperio. La abundante mano de obra esclava (en el antiguo Egipto, prácticamente todos los extranjeros estaban sometidos a la esclavitud) cultivaba los fértiles campos en las riberas del Nilo y Alejandría era el principal centro de comercio, lo que enriqueció al Estado y a su monarca.

El auge económico requería de un tesorero capaz y Ptolomeo II Filadelfo tenía a mano a un matemático muy competente, Apolonio de Perga, a quien convirtió en su «Ministro de Finanzas».
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El hombre que nombró a las principales secciones cónicas


Las secciones cónicas, es decir, las curvas geométricas que surgen al cortar un cono con un plano en diferentes direcciones, son cuatro: circunferencia, elipse, parábola e hipérbola. Fue Apolonio el que dio a la tres últimas los nombres que seguimos utilizando actualmente.

Apolonio expuso su obra científica en 8 libros en los que analizó las cónicas, de los cuales solo se conservan dos, aunque los aportes contenidos en los originales desaparecidos fueron dados a conocer por sabios posteriores. Formuló y resolvió el problema matemático que ahora lleva su nombre, consistente en encontrar la circunferencia que es tangente a tres circunferencias iniciales dadas.

Razones más que suficientes para que Apolonio de Perga fuera llamado «El Gran Geómetra».

FUENTE: OJOCURIOSO

5 MITOS SOBRE CRISTÓBAL COLÓN EN LOS QUE DEBERÍAS DEJAR DE CREER

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Cada 12 de octubre, en gran parte del continente americano, se celebra el «Día de la Raza», también conocido como «Día de la Hispanidad» o hasta «Día de Colón». Un día muy peculiar, puesto que en diversas regiones del continente se desarrollan distintos eventos, se habla del «descubrimiento de América» y: o se vive como un simple día más del año o se habla todo el día sobre la gran mentira de Cristóbal Colón.

Lo cierto es que mucho, pero realmente mucho de lo que se habla sobre Colón, es una exagerada patraña, un pintoresco mito que ha perdurado a lo largo de los años. Conozcamos algunos de los más grandes mitos sobre Cristóbal Colónque, increíblemente, se sostienen aún en nuestros días. Presta mucha atención... quizá en los próximos días tengas que corregir a tus profesores.

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5. Colón no intentó demostrar que la Tierra era redonda

El mito de que Colón quería demostrar que la Tierra era redonda (y no plana como sostenían las autoridades eclesiásticas que defendían el creacionismo) es de los más comunes y frecuentes al hablar de esta personalidad, pero lo cierto es que profundas investigaciones históricas han demostrado que esto es falso. El hecho de que la Tierra no era plana, sino redonda, se supo miles de años antes, cuando varias personalidades de la antigua Grecia (Pitágoras, Aristóteles y Eratóstenes, entre otros) así lo sugirieron en sus escritos.

En realidad
Colón solo subestimó la circunferencia del planeta, el creía que Europa era mucho más grande de lo que realmente era y que Japón estaba mucho más lejos de China de lo que en verdad estaba, pensando que si navegaba en dirección oeste, llegaría a Asia. Colón simplemente tuvo mucha suerte...

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4. Colón no fue el primer europeo en llegar a América

Como lo vimos cuando hablamos acerca de los tantos mitos sobre los vikingos, uno de los grupos culturales más espléndidos e interesantes sobre los cuales uno puede leer, estos verdaderos expertos de la navegación fueron los primeros en llegar desde Europa a América. Lo hicieron mucho antes que Colón y volvieron a Europa —sin apropiarse de nada—. Numerosas investigaciones sugieren que (también antes que Colón) incluso también hubo contacto previo con civilizaciones orientales.



3. «La Niña» y «La Pinta» no eran los verdaderos nombres de las carabelas de Colón

Las mentiras y errores sobre los viajes de Colón llegan a punto tal que hasta existen equivocaciones respecto a los nombres de las navegaciones. Lo que siempre se dijo es que estas eran: Niña, Pinta y Santa María. Sin embargo, lo cierto es que en la España del siglo XV, las embarcaciones tradicionalmente recibían el nombre de santos y solo la Santa María mantuvo su nombre oficial.«La Niña» y «La Pinta» fue el apodo que los marineros le dieron a Santa Clara, mientras que el verdadero nombre de «La Pinta» se perdió.



2. Colón descubrió América

Alguien simplemente tiene que tener muy pocas luces como para creer que una persona puede descubrir un continente en el que millones de personas vivieron durante miles de años, formaron enormes civilizaciones y culturas realmente espectaculares. Como ya lo mencionábamos, existe amplia evidencia científica de que los vikingos ya habían llegado a este continente mucho antes y al único lugar al que Colón llegó (creyendo que había llegado a Asia), fue al archipiélago de las Bahamas.





1. Colón no hizo nada verdaderamente significante, murió pobre y desconocido

Ahora bien, entonces ¿qué hizo Colón? ¿Qué es lo interesante de Cristóbal Colón? ¿Qué tiene de ejemplar o maravilloso? Nada.

Cristóbal Colón fue un tipo terco que tuvo suerte, aunque tampoco le duró mucho. Murió a los 54 años en España, pobre y desconocido, en una pocilga de Valladolid, después de haber sido detenido durante semanas por la Corona Española por acusaciones de tiranía y brutalidad hacia los pueblos indígenas. En forma posterior, se le negaron las ganancias que reclamó por «sus descubrimientos» y que ya le había prometido el Rey Fernando e Isabel.

Años más tarde, sus herederos reclamaron indemnizaciones a la corona real y hasta hubo varias demandas, conocidas como los pleitos colombinos. En fin, ¿qué opinas al respecto? ¿Qué otros
mitos y errores sobre las historias de Colón conoces tú?

FUENTE: OJOCURIOSO

jueves, 15 de octubre de 2015

LA BELLA ANACAONA (PRINCESA INDÍGENA TAÍNA)

Anacaona. Noble princesa indígena, primera heroína de Haití y esposa del Cacique Canoabo que fue sentenciada a muerte y ejecutada en la horca por orden del gobernador Nicolás de Ovando.

Primeros años

Anacaona nació en la isla La Española, en la actualidad, Haití. Era hermana de Bahechio, cacique de Jaragua y su nombre significaba en la lengua de los indígenas “Flor de oro”. Era una mujer de singular belleza y generoso carácter, lo prueba el que no trató de vengar la muerte de su esposo Canoabo, persona según Cristóbal Colón de no escaso entendimiento y con quien esta reina se había casado, seducida por su renombrado valor.

Los escritores contemporáneos alaban su dignidad, carácter e incomparables gracias. Cultivó con acierto la poesía y fue autora de muchos de los romances históricos conocidos con el nombre de areitos, que los indígenas cantaban en sus danzas populares. La fama de su belleza llenaba toda la isla, y por igual la celebraban indígenas y españoles.

Sus compatriotas la adoraban y ejercía sobre ellos un extraño dominio, aun estando su hermano en vida. Se necesitaron graves y repetidas ofensas para que Anacaona cambiase sus sentimientos hacia los españoles.

Su esposo Canoabo Gobernó la provincia de Managua, situada en el interior de la isla; mas después de haber luchado repetidas veces contra el enemigo invasor, cayó prisionero y murió lejos de su país, en el año 1496, camino a España.
Encuentro con los españoles
Anacaona y Canoabo

Tras la muerte de su esposo, Anacaona se halló acogida en los estados de su hermano Behechio, a donde se retiró ya que pensaba consolidar el poder, pues muchísimos indígenas empezaron a morir víctimas de las largas jornadas o sencillamente de desnutrición. Ella consideraba a los españoles como seres sobrenaturales, y no dejaba de comprender cuan absurdo e impolítico era pretender resistirles. Cuando en 1496, Bartolomé Colón hermano de Cristóbal penetró en los estados de Behechio, salió al encuentro de los españoles la célebre Anacaona, en una litera que llevaban seis indios. No cubría su desnudez más que un delantal de algodón de varios colores, que bajaba hasta la mitad del muslo. Ceñía sus sienes una guirnalda de flores encarnadas blancas, muy olorosas y lucia brazaletes y collar de las mismas flores naturales.

Los españoles dejaron transcurrir dos días en medio de los festejos con que se les obsequiaba, al cabo de este tiempo, cuando había nacido alguna confianza entre Bartolomé Colón y el cacique, manifestó el primero a Behechio y a su hermana Anacaona, que el verdadero objeto de su visita era establecer el protectorado deEspaña sobre aquella región, y logró que le caique aceptase después de una breve discusión. Al año siguiente volvió Bartolomé a la provincia de Jaragua para cobrar el tributo acordado desde el año anterior, y fue tan bien acogido como en la primera visita, tanto por Behechio como por Anacaona.


Hacia el año 1500, llegó a la isla y después a Jaragua un español de distinguida familia llamado Hernando de Guevara, quien se sintió al poco tiempo enamorado de Higuamota, hija de Anacaona y Cabonao, la joven respondió muy pronto a la pasión de aquel extranjero. Guevara pidió en matrimonio a la joven indígena mientras, la madre protegió estos amores, juzgando que un caballero de tan noble presencia y escogidos modales, no podría hacer feliz a su hija. Por desgracia para los amantes, Roldan que por ese tiempo se hallaba en Jaragua y que se había quedado prendado con la belleza de Higuamota, dispuso que Guevara saliese de provincia, éste resistió algún tiempo viviendo en casa de Anacaona, llegando hasta buscar un sacerdote para que bautizase a su amada, mas Roldan que lo supo le hizo venir a su presencia, le repitió las ordenes dadas y sin atender a las protestas del joven que alegaba la fuerza de su pasión y sus honradas intenciones hizo que este lo atacara, enviando a Hernando de Guevara tres días para Cahay.

Tras este breve plazo Hernando de Guevara volvió junto a su adorada, después de varias discusiones, irritado por los obstáculos puestos a su amor, conspiró en contra de Roldan, que descubrió la conjuración, y apresó a su rival en la casa de Anacaona, y a la vista de Higuamota. El prisionero fue conducido a Santo Domingo, reclamado por el almirante Cristóbal Colón.
Reinado

Por el año 1503 reinaba ya Anacaona en Jaragua, por el fallecimiento de su hermano Behechio. La princesa india no conservaba ya hacia los españoles las simpatías de otros tiempos, pues comprobó que los extranjeros habían causado la miseria del país y que se entregaban, sobre todo los compañeros de Roldán, a una culpable licencia. Los tristes amores de su hija Higuamota con Hernando de Guevara la habían afligido no poco, y el bárbaro gobierno de Bobadilla y Ovando, que habían tiranizado a los súbditos de Anacaona, convirtieron el afecto de los primeros tiempos en profundo odio hacia los invasores. Por otra parte, los europeos que habitaban en las inmediaciones y que eran antiguos partidarios de Roldán que en esta parte de la isla habían obtenido tierras, continuaban en la torpe conducta y relajadas costumbres de los días de los que Roldán les acaudillaba, y oprimían continuamente a los caciques inferiores. Como los indios de Jaragua eran los más cultos, inteligentes y pacíficos de la isla, sentían más que los otros las exigencia a que estaban sometidos, sin que obtuvieran nunca justicia en sus reclamaciones, por que sus mas ligeras disputas con los nuestros eran calificadas de peligrosos motines, y la negativa a cualquier injusta pretensión de los europeos interpretada como resistencia la autoridad del gobierno.

Alguien hizo ver a Nicolás de Ovando que los indios de Jaragua conspiraban para expulsar a los españoles. Nicolás de Ovando decide tomar acciones para "domesticar" a los indios y fraguó una de las peores matanzas que se hayan registrado en la historia del descubrimiento. Este marchó sin perdida de tiempo a la hermosa provincia occidental, llevando consigo 300 infantes con espadas, ballestas y arcabuces, 70 jinetes con lanza, escudos y corazas. Dijo que su viaje no tenía más objeto que visitar a su amiga la cacique Anacaona y arreglar el pago del tributo, la princesa india al recibir la noticia, reunió en la más importante de sus ciudades a todos sus caciques inferiores y súbditos principales, para disponer de un recibimiento suntuoso.

Al llegar Nicolás de Ovando con su reducido ejército, Anacaona vino a buscarlo con una numerosa comitiva de ambos sexos, y se entonaron en honor de los españoles los himnos patrióticos o Areitos, en tanto que las jóvenes con ramas de palma en la mano, bailaban en su presencia del mismo modo que en la primera visita, de la que dice Pedro Mártir que:
“…cuando los nuestros vieron salir de los bosques a aquellas jóvenes vírgenes de color moreno claro y agradable, de suave y delicado cutis, de bellísimas proporciones, con el cabello suelto, una redecilla en la cabeza y enteramente desnudas, casi sospecharon que estaban ante una aparición de las dríadas o de las hadas y ninfas que celebraban los poetas clásicos. [1]

La cacique no desmintió en esta ocasión la fama que la atribuía sin igual gracia y divinidad. Alojó a Ovando en la mejor casa de la ciudad, y a los soldados en las casa inmediatas, obsequió a todos sus huéspedes con los frutos que pródiga daba allí la naturaleza y se repitieron por orden suya muchas veces los bailes, juegos y cantos nacionales.

Nicolás de Ovando sin embargo creía que todos estos agasajos tenían un objeto alejar de los españoles la sospecha de una traición, para caer sobre ellos cuando estuvieran descuidados y sacrificarlos, se ignora que razones hubieron para ellos. Puede creerse que se debiera este recelo a las mentiras y calumnias de los miserables aventureros que había en la provincia, pero debieron haber reflexionado que los desnudos indios no de habrían de permitir lanzar el reto a unas tropas vestidas y armadas a la europea y tácticas muy superiores a las de los indígenas.
La traición

No era para que se olvidaran del carácter bondadoso de la princesa india, que no dio abrigo jamás en su alma a la perfidia. Pudo Nicolás de Ovando imitar, si acaso temía algo de los indios, el ejemplo de Cristóbal y Bartolomé Colón, reteniendo en su poder a los caciques, pues la experiencia demostraba que esta era la garantía suficiente de tranquilidad. Por desgracia, sus instintos pocos humanos le impulsaron a obrar en la sospecha como en la convicción hubiera obrado, y preparó un criminal recurso que hiciera abortar la supuesta conjuración de los indios. Fingió corresponder a los obsequios de los naturales, organizando un banquete con el fin de celebrar su posesión como gobernador y para esto invitó a Anacaona y a 80 jefes más. Los indígenas, que por naturaleza eran nobles, creyeron que esta celebración era para que ellos demostraran sus habilidades en los juegos diciendo que estos serian ejecutados por sus soldados. Uno de ellos sería el de las cañas. Los jinetes pasaban en aquellos tiempos por ser de los más hábiles, entre los soldados que componían la pequeña hueste de Nicolás de Ovando, había uno que tenía enseñado a su caballo a corvetear al compás de un violín.

La fiesta de los invasores se fijo para un domingo por la tarde, debiendo celebrarse en la plaza de la cuidad, frente a la casa de Nicolás de Ovando. El jefe español comunicó a infantes y jinetes las correspondientes instrucciones, para que estos asistieran al juego, no con picadas despuntadas ni cañas, sino bien armados. Llegado el día la hora anunciada, se juntaron numerosa cantidad de indios en la plaza atraídos por la novedad del espectáculo. El jefe europeo disimuló sus intenciones y después de comer se puso a jugar Herrón con varios de sus principales compañeros. Los caciques que vieron entrar a la caballería, rogaron al gobernador que diera inicio a la fiesta no siendo las últimas que le instaron Anacaona y su hermosa hija Higuamota.

Entonces Nicolás de Ovando suspendió el juego y se colocó en un sitio desde donde pudiera verle bien a sus soldados, hasta que, juzgando el momento oportuno, hizo la señal convenida. Se oyó en el acto el agudo sonido de la trompeta, las fuerzas que mandaban Diego Velázquez yRodrigo Mejiatrillo, cercaron la casa en la que se hallaba Anacaona y los otros caciques, de los que no escapó ni uno solo penetrando los soldados después en la casa, fueron atando a las vigas que sustentaban el techo a los desdichados prisioneros, llevándose a la ilustre Anacaona, se aplicaron crueles tormentos a los demás caciques, logrando por este medio bárbaro que el dolor se arranca a algunos la declaración, a todas luces falsas, de haber entrado con su reina en la soñada conspiración. Cuando los españoles creyeron haber conseguido bastantes declaraciones para dejar probada la conjura, sin entrar en nuevas investigaciones, incendiaron la casa con todos los caciques en su interior perecieron abrasados por el fuego.

Mientras esto ocurría en el cacicazgo, los jinetes que a la señal de su jefe habían acometido con lanzas y espadas a la indefensa muchedumbre, realizaban una horrible carnicería. No respetaron sexo ni edad. Si alguno movido por la avaricia o la misericordia estrechaba en sus brazos con ánimo de salvar a algún niño, pronto sus compañeros se le arrancaban y hacían pedazos, Fray Bartolomé de las Casas describe los detalles de esta sangrienta tragedia, y no cabe exageración a sus palabras, ya porque en ese entonces residía en la isla, y por que estuvo relacionado con los actores de esta matanza, y también por que su relato conviene entre otros, con el de Nicolás de Ovando, que visitó a los pocos años a esta comarca y repitió varias de las circunstancias de este crimen, tales como haber jugado el gobernador a Herrón minutos antes de la catástrofe y el haber los españoles quemado a los caciques que se dice que pasaban de los 40.
Resultado de la masacre

Diego Méndez, que vivía en Jaragua y que probablemente fuera testigo presencial de las ocurrencias, consigna en su última voluntad y testamento que 84 caciques murieron quemados o ahorcados, y Las Casas fija en 80 el número de los que entraron con Anacaona en la casa que luego fue pasto de las llamas. Las víctimas causadas en la multitud por las caballerías, debieron de ser muchas, entre los sobrevivientes de este atropello se encontraban la pequeña Princesa Taino Guarocuya, quién posteriormente fue entregada a Fray Bartolomé de las Casas para que velara por ella, Higuemota, la hija de Anacaona, Mencia la nieta de Anacaona y el líder Tribal Hatuey, quién posteriormente escapó a Cuba. Una vez en Cuba organizó la resistencia, pero fue capturado en batalla, torturado y posteriormente asesinado. Varios indios que pudieron huir a merced de sus canoas se refugiaron en la isla de Guanabo, a unas ocho leguas de distancia, fueron perseguidos, aprisionados y reducidos a la esclavitud. Anacanoa cargada de cadenas, fue llevada a Santo Domingo.
Muerte

Nicolás de Ovando quién no contento con la aniquilación, se percató que faltaba Anacaona por ser asesinada y sometiéndosele a un proceso, en el que no hubo mas pruebas que las declaraciones prestadas en el tormento por sus súbditos, ni otros testigos más que los españoles la condenó a muerte y fue ahorcada en 1504, a la vista de todo el pueblo a quien tanto había amado y protegido.

Así pagaron los españoles la deuda de gratitud que tenían con una princesa de la que solo habían recibido favores, y que les había perdonado la muerte de su esposo, que pudiendo no quiso tomar venganza durante muchos años, en los numerosos europeos que vivían tranquilos en su Estado. Los españoles continuaron la devastación, con el pretexto de acallar la tuberculosis, por espacio de seis meses. Al cacique Guaora, sobrino de Anacaona, le cazaron como una fiera en las montañas donde buscó refugio, se le llevó a la horca. Parecía que la matanza de los habitantes no iba a acabar nunca.

Buscaban a estos en los lugares más ocultos y retirados, en oscuras grutas o en lo más erizado de las montañas, y allí iban los españoles a buscarlos y los degollaban, diciendo que se habían reunido y armado para provocar la rebelión. Los que sobrevivieron quedaron en la mayor miseria; y cuando la sumisión fue rayana de la esclavitud, se declaró restablecido al orden. Nicolás de Ovando levantó para inmortalizar su figura una ciudad cerca del lago, a la que llamó Santa María de la Verdadera Paz.



Las sospechas de Nicolás y el recibimiento de Anacaona


Es posible que alguno de los hombres de Roldan que odiaban a Anacaona, le dijera falsamente a Nicolás de Ovando, que los indios Jaragua conspiraban para expulsar a los españoles de sus tierras y Ovando decidió tomar acciones para "domesticar" a este infeliz pueblo, fraguando una de las mayores matanzas que se registraron en la historia de la conquista. Ovando inmediatamente marchó a la hermosa provincia Jaragua, con trescientos infantes armados con espadas, ballestas y arcabuces, más setenta jinetes armados con lanzas, escudos y corazas. El conquistador alegaba que su viaje era para visitar a su amiga la cacica Anacaona y arreglar el pago del tributo. La cacica al recibir la noticia les hizo un gran recibimiento, donde reunió a todos sus caciques subalternos y a sus principales súbditos. Al llegar Ovando con su ejército, Anacaona lo recibió con una numerosa comitiva que entono areitos en honor de los visitantes, mientras muchas jóvenes aparecieron bailando totalmente desnudas, con ramas de palma en la mano, del mismo modo que en la primera visita española.
El cronista Pedro Mártir, describió este singular y erótico recibimiento con estas palabras: "…cuando los nuestros vieron salir de los bosques a aquellas jóvenes vírgenes de color moreno claro y agradable, de suave y delicado cutis, de bellísimas proporciones, con el cabello suelto, una redecilla en la cabeza y completamente desnudas, se imaginaron estar ante una aparición de las dríadas o de las hadas y ninfas que celebraban los poetas clásicos".
La cacica Anacaona con su acostumbrada cordialidad, alojó a Ovando en el mejor bohío de la tribu y a los soldados en las bohíos inmediatos, también les dio a sus huéspedes los mejores manjares y a petición de los visitantes se repitieron muchas veces los bailes, juegos y areitos.


La falsedad española


Si Nicolás de Ovando, temía algo de los indios, debió seguir el ejemplo de Cristóbal y Bartolomé Colón, que retuvieron en su poder a los caciques, como garantía de su vida. Pero por desgracia, los instintos inhumanos de Ovando, transformaron sus sospechas en convicción y su mente criminal solo pensó abortar la supuesta conjuración.
Ovando fingió corresponder al recibimiento y a los obsequios de Anacaona, organizando un banquete para celebrar su nombramiento de gobernador y con esta excusa invitó a Anacaona y a ochenta caciques. A nuestros aborígenes, que eran nobles por naturaleza, les dijeron que esta celebración era para los españoles demostrar sus habilidades en los juegos y que estos serian ejecutados por sus soldados, uno de ellos sería el de las cañas. Los Jaraguas muy emocionados veían a uno de los soldados de Ovando, que había enseñado a su caballo a corvetear al compás de un violín.
La celebración de la maldad
La celebración se realizo una tarde de domingo en la plaza, frente al bohío que ocupaba Ovando, quien le había ordenado a sus hombres que cuando asistiesen a los juegos, no llevasen picas despuntadas, ni cañas, sino que fuesen bien armados. Una gran cantidad de tainos esperaban impacientes en la plaza, atraídos por el espectáculo, mientras el despiadado Ovando disimulaba sus intenciones.
Después de comer, Ovando se puso a jugar herrón con sus principales capitanes, mientras los nobles e ingenuos caciques, impacientes por ver la destreza de los españoles en los juegos de la nación taina, le rogaban que diera inicio al tan esperado espectáculo ritual. La presencia de la caballería, siempre era algo muy impresionante para nuestros aborígenes en la época de conquista y allí estaban setenta jinetes, con sus corazas de metal y sus extrañas y mortíferas armas.
En medio de la conmoción emocional que en ese momento vivían los tainos, Ovando ordeno suspender los juegos y se colocó en un sitio donde podía ver el movimiento de sus soldados y cuando lo creyó oportuno, hizo la señal convenida entre ellos. En el acto se escucho el agudo sonido de la trompeta y los capitanes Diego Velázquez y Rodrigo Mejiatrillo, ordenaron a sus tropas rodear el caney donde estaban Anacaona y los demás caciques.

La falsas Confesiones


Los soldados españoles, penetraron al bohío y los hicieron prisioneros a todos. Sin escuchar las suplicas de los sorprendidos caciques, fueron atando a los desdichados en las vigas del techo y se llevaron a la hermosa Anacaona, mientras le aplicaban crueles torturas a los caciques tainos, logrando por este bárbaro martirio, que el dolor les arrancara a algunos la falsa confesión, de haber entrado con su reina en la imaginada conspiración, ya que los tainos nunca pensaron hacer mal a los conquistadores.

La gran masacre de los tainos


Cuando los españoles creyeron haber conseguido bastantes confesiones, sin entrar en nuevas investigaciones, incendiaron el bohío con todos los caciques en su interior, quemándolos vivos en medio de desgarradores lamentos. Mientras esto ocurría con el cacicazgo, a la señal de sus capitanes los jinetes acometieron con lanzas y espadas a la indefensa muchedumbre, estaban realizando una de las más horribles carnicerías de la bárbara historia de la conquista.
Los sanguinarios españoles no respetaron sexo ni edad. Si alguno de aquellos hombres, movido por la misericordia intentaba salvar a algún niño estrechándolo entre sus brazos, otro de sus compañeros se lo arrebataba y lo hacía pedazos.
En ese tiempo residía en la isla Fray Bartolomé de las Casas y describió con detalles esa sangrienta tragedia y no exagero, porque él estuvo relacionado con los actores de esta matanza y también porque su relato concuerda con muchos otros, incluyendo el de Nicolás de Ovando, que visitó algunos años después esta comarca y repitió varias de las circunstancias de este crimen, tales como haber jugado al herrón minutos antes de la catástrofe y el haber quemado a mas de cuarenta caciques.
Resultado de la masacre
Diego Méndez, que vivía en Jaragua y que probablemente fuera testigo presencial de la carnicería, consigno en su testamento que ochenta y cuatro caciques murieron quemados o ahorcados y Las Casas fijo en ochenta el número de los que entraron con Anacaona en la casa que incendiaron.
Las víctimas causadas en la multitud por el ataque de la caballería fueron muchísimas, entre los sobrevivientes de este atropello se encontraron la pequeña princesa Guarocuya, quién posteriormente fue entregada a Fray Bartolomé de las Casas, para que velara por ella. Higuemota, la hija de Anacaona, Mencia la nieta de Anacaona y el gran guapotori Hatuey, quién posteriormente escapó a Cuba. Una vez en Cuba Hatuey, organizó la resistencia, pero fue capturado en batalla, torturado y posteriormente asesinado. Varios indios que pudieron huir en sus canoas se refugiaron en la isla de Guanabo, a unas ocho leguas de distancia, pero fueron perseguidos, aprisionados y reducidos a la esclavitud. Mientras que la hermosa Anacaona cargada de cadenas, fue llevada a Santo Domingo.
Destrucción de una raza cautiva
Nicolás de Ovando, no contento con la aniquilación, se percató que faltaba Anacaona por ser asesinada y sometiéndola a un proceso, en el que no hubo más pruebas que las declaraciones prestadas en el tormento por sus súbditos, ni otros testigos más que los españoles, la condenó a muerte y fue ahorcada a la vista de todo su pueblo a quien tanto había amado y protegido. Así pagaron los españoles la deuda de gratitud que tenían con una princesa de la que solo habían recibido favores y que les había perdonado la muerte de su esposo, que no quiso tomar venganza durante muchos años, aun pudiendo hacerlo y donde numerosos europeos podían vivir tranquilos en su cacicazgo. Los españoles continuaron la devastación, con el pretexto de acallar la tuberculosis, por espacio de seis meses. Al cacique Guaora, sobrino de Anacaona, lo cazaron como una fiera en las montañas donde buscó refugio, para llevarlo a la horca. Era una constante la matanza de los habitantes de la isla.
Buscaban a los aborígenes en los lugares más ocultos y retirados en oscuras grutas o en lo más erizados de las montañas y allí los degollaban, diciendo que se habían reunido y armado para provocar la rebelión. Los que sobrevivieron quedaron en la mayor miseria y cuando la sumisión se convirtió en esclavitud, se declaró restablecido al orden. Nicolás de Ovando, fundó una ciudad a la que llamó "Santa María de la Verdadera Paz".

1492 O LA GÉNSIS DE LA GLOBALIZACIÓN IMPERIAL

La inmaculada concepción del capitalismo moderno

Cristóbal Colón

Al amanecer del 11 de octubre de 1492 desde el palo mayor de la carabela la Pinta el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito de tierra a la vista. Para unos fue el principio de una nueva era; para otros, la cruel sentencia de muerte.

La expedición de Cristóbal Colon abrió el camino a los más desquiciados depredadores, piratas y bucaneros que con sus patentes de corso firmadas por los reyes y príncipes se convirtieron en dioses de carne y hueso. Los esbirros y sicarios empuñando la espada y la cruz civilizadora dominaron los mares y las rutas interoceánicas decididos a capturar hasta al último palmo de tierra firme.

Estaba escrito en las capitulaciones de Santa Fe, cuando los Reyes Católicos le otorgaron a Cristóbal Colón el título de gobernador y virrey y almirante, además de concederle el 10% de las riquezas expoliadas.

De nada les importó inmolar en el altar de los sacrificios a millones de indígenas con tal de apoderarse del botín de guerra repleto de oro, joyas y las piedras preciosas. La globalización imperial es la metamorfosis lógica y matemática de la filosofía surgida el 12 de octubre de 1492.

La maldita peste globalizadora

Hoy la conquista gracias a los avances tecnológicos es aún más sofisticada y eficaz pues explota a destajo los recursos naturales y las materias primas. Una orgiástica gula imposible de saciar.

El capitalismo debe obligatoriamente elevar sus ganancias y los dividendos. Así lo exige un sistema que funciona las 24 horas del día, en sesión continua y en los cinco continentes. Esa globalización prostibularia predica el pensamiento único, el individualismo y la competencia. Principales leyes opresoras de la gran humanidad.

Porque ya no existen los seres humanos, sólo existen los consumidores, autómatas, clones, siervos y lacayos al servicio de los banqueros, mercaderes y especuladores.

La globalización imperial ha triunfado y el imperialismo ya no se conforma con dominar el planeta tierra cada día más estéril y agotado y en sus delirios de grandeza desea rendir el universo entero a sus pies.

Carlos de Urabá 2015

Mapa de las colonias españolas


FUENTE: WEBISLAM

lunes, 12 de octubre de 2015

ENTRE EL SUEÑO Y LA FANTASÍA: LAS MUJERES SUMERGIDAS DE LOLA MITCHELL (IMÁGENES)

Como los otros elementos, el agua es capaz de ejercer una fascinación mágica sobre la conciencia humana. Simbólica y aun científicamente es una suerte de fuente primigenia, la madre original de donde surgió la vida. En ese sentido se trata de un mundo aparte, otro mundo dentro de este, al cual podemos allegarnos solo mediante la conversión absoluta de nuestros medios: para sumergirnos en ella es necesario respirar de otro modo, realizar otros movimientos, incluso cambiar nuestra postura. Y una vez dentro es inevitable sentir ese cambio, el traspaso de una frontera que dejamos atrás y que por ello mismo nos permite ser de otra manera durante unos momentos, entregarnos quizá a la acogida suave y completa del agua.

Haciendo eco de esta condición, la artista visual Lola Mitchell (nacida en París pero residente en Los Ángeles) ha elaborado estas imágenes en donde sumerge personajes imposibles en las profundidades del agua. Imposibles porque, contrario a las reglas de la lógica elemental, los seres de Mitchell –mujeres, la mayoría– aparecen arropados suntuosamente, cayendo en el instante al mismo tiempo que las holandés de sus vestidos las envuelven o parecen amortiguar esa caída.

Las imágenes al final nos sitúan entre el sueño y la muerte, la leyenda y la realidad, la mujer que existe y acaso también esa mujer irreal que, como en la rima de Bécquer, nos atrae por ese mismo hechizo que ejerce sobre nuestra percepción:

Yo soy un sueño, un imposible, 
vano fantasma de niebla y luz; 
soy incorpórea, soy intangible; 
no puedo amarte. –¡Oh, ven; ven tú!
















FUENTE: PIJAMASURF

EL DESCUBRIMIENTO - EDUARDO GALEANO



domingo, 11 de octubre de 2015

LAS FUERZAS OCULTAS DE SATANÁS DETRÁS DE SU GENTE DE PODER

Un Viaje a lo Sobrenatural. TESTIMONIO PERSONAL DE ROGER MORNEAU sobre su vida durante 45 años dentro de un grupo secreto (SOCIEDAD SECRETA) de satanismo y su posterior CONOCIMIENTO de la Palabra del Eterno y su aceptación a Yahshua en su vida como su Salvador personal.

miércoles, 7 de octubre de 2015

lunes, 5 de octubre de 2015

RETORNO A AZTLÁN - ANTONIO ZEPEDA (DISCO COMPLETO)

"La música de Retorno a Aztlán se nutre del sonido original de las antiguas culturas mesoamericanas. Los instrumentos con que fue grabada reproducen las autenticas sonoridades del México antiguo, puesto que se trata de genuinos instrumentos del pasado maya, nahua, totonaco y zapoteca, cuya edad fluctúa entre 500 y 2500 años de antigüedad.
Los sonidos complementarios (básicamente percusiones) podemos aún escucharlos en las montañas, llanuras y playas de México. Los instrumentos yaquis, mayos, huicholes, nahuas. purépechas y tarahumaras se conjugan con los de las incontables etnias sureñas para dejarnos oír esa voz que ha vivido siempre entre nosotros: la voz de la tierra, la voz del horizonte, la voz del sol."
Antonio Zepeda




domingo, 4 de octubre de 2015

DEL CANTO NÁHUATL SOBRE LA VIDA EFÍMERA - EDUARDO GALEANO

De una sola vez se va nuestra vida.

En un día nos vamos, en una noche bajamos 

a la región del misterio.

Aquí hemos venido nomás a conocernos.

Sólo estamos de paso en la tierra.

En paz y placer pasemos la vida.

¡Venid y gocemos!

Que no lo hagan los que viven enojados:

ancha es la tierra.

¡Ojalá viviera siempre,

ojalá nunca tuviera que morir!

Mientras vivimos, con el alma rota,

aquí nos acechan, aquí nos espían.

Pero a pesar de las desdichas,

a pesar de las heridas del alma,

¡no hay que vivir en vano!

¡Ojalá viviera siempre,

ojalá nunca tuviera que morir!

MAMITA - KALAMARKA


VIDA RETIRADA - FRAY LUIS DE LEÓN (POEMA)


¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas y mortal cuidado?

¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno abritrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido.

Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían:
no es mío ver al lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada
me baste, y la vajilla
de fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
en sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

FUENTE: WEBISLAM

martes, 22 de septiembre de 2015

OTROS VARIOS DIAGNÓSTICOS - ERICH FROMM (PSICOANÁLISIS DE LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA - FRAGMENTO)



"Si un individuo emplea la mitad de cada día en pasear por


los bosques, porque le gustan, corre el peligro de que se le tome

por un holgazán; pero si emplea todo el día como especulador,

talando aquellos bosques y dejando calva la tierra antes de tiempo,

se le considera un ciudadano industrioso y emprendedor.

¡Como si a una población no le interesaran sus bosques más que

para talarlos!...

"Los caminos por los cuales puede usted ganar dinero son

cuesta abajo casi sin excepción. Haber hecho algo con que usted

ganó dinero simplemente es haber estado verdaderamente ocioso,

o peor. Si el trabajador no gana más que los salarios que le paga

su patrono, es engañado, se engaña a sí mismo. Si usted quiere

ganar dinero como escritor o conferenciante, tiene que ser popular,

lo cual es ir hacia abajo perpendicularmente...

"El objetivo del trabajador debiera ser, no ganarse la vida, no

tener 'una buena tarea', sino hacer bien determinado trabajo; y,

aun en sentido pecuniario, le resultaría económico a una población

pagar a sus trabajadores tan bien, que no tuvieran la sensación

de estar trabajando por fines bajos, como el de ganarse la

vida meramente, sino por fines científicos o hasta por fines morales.

No alquiléis un hombre que hace su trabajo por dinero,

sino uno que lo hace porque le gusta... El modo como la mayor

parte de los hombres se ganan el sustento, o sea la vida, es un

simple expediente y una huida del verdadero trabajo de la vida,

principalmente porque no saben, pero en parte porque no quieren,

otro mejor..."

PSICOANALISIS DE LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA (CAPÍTULO VI: OTROS VARIOS DIAGNÓSTICOS) - ERICH FROMM

lunes, 21 de septiembre de 2015

ÁNGEL DE LOS PERDEDORES - EL SOLDADO CON EL INDIO SOLARI


FRASE DE NOAM CHOMSKY

LA LEY DE LOS KOBDAS Y FRAGMENTO DE UNA CONVERSACIÓN DEL LIBRO "ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN ADÁMICA"



Bases

1. Kobda: eres habitante de una pequeña estrella que gira incesantemente en la anchurosa inmensidad, entre millones de millones de estrellas mayores y menores que la que tú habitas.


Tan inconmensurable universo ha ido surgiendo en diversas edades, ciclos o épocas, de la eterna energía divina que encierra en sí misma tres poderes: Creador, Conservador y Renovador. Estos tres poderes forman la Tríada Divina encerrada en el Alma Madre de todo cuanto existe y existirá.


Es en el Supremo Hacedor, el Altísimo, el Eterno, en el que comienzan todas las cosas y en el que se refunden y terminan. Adora esta Grandeza, Kobda, y no adores nada más.


2. Muchos seres habitan como tú esta estrella flotante que llamamos Tierra y todos estamos obligados a interesarnos por la habitación que en el concierto de los mundos y de las humanidades nos ha sido designada. Y todos estamos obligados a amarnos y ayudarnos los unos a los otros espiritual y materialmente, para conseguir la Felicidad, la Sabiduría y el Amor, que forman la perfección de todo ser.


3. Siendo la Felicidad, la Sabiduría y el Amor la Tríada que constituye la perfección de todo ser, debes consagrarte con sin igual esmero a conseguir la Felicidad, la Sabiduría y el Amor. La Felicidad se consigue mediante la armonía perfecta entre tú y todos los seres que de inmediato te rodean. Y la armonía es fruto de la delicadeza de pensamientos, de palabras y de acciones y de la benevolencia del corazón.


La Sabiduría se consigue con el estudio de las leyes eternas que ves rigiendo el vasto universo y con la meditación o concentración de tus facultades espirituales hacia tu interior, a fin de que llegando al conocimiento de ti mismo, aniquiles tus imperfecciones y puedas así conseguir la íntima unión con el Alma Madre de todo cuanto existe. Conseguido esto la sabiduría está dentro de ti.


Y conseguirás el Amor perfecto y divino cuando, ya purificado de tus malos hábitos, hayas aprendido a no desear, ni buscar, ni querer sino aquello que es felicidad, sabiduría y amor para todos los seres que te rodean.


Estos son, oh Kobda, los tres basamentos en que se sostiene el grandioso templo espiritual que quieres levantar.


Las columnas del Santuario


1. La perseverancia. Aurora tras aurora, luna tras luna, año tras año, has de ir levantando, ¡oh Kobda!, tu edificio sobre estas bases, sin apresuramiento, pero con firmeza y seguridad. Si te desalientas o te cansas por ser muy poco lo que consigues elevar tu construcción cada año, es señal de que aún eres demasiado nuevo para iniciar estos trabajos.


2. La obediencia a la Ley. Estúdiala y compréndela, que si la comprendes la amarás y, amándola, fácil te será abrazarte a ella como a una madre que te irá llevando en brazos por un camino oscuro y pedregoso.


3. El desinterés. Ningún móvil personal ha de impulsar tus acciones, sino sólo las elevadas razones de justicia y equidad tendientes al bien de tus hermanos, antes que al tuyo propio.


4. La conformidad con la voluntad del Altísimo manifestada por los acontecimientos que no fueron procurados por ti y que tú no puedes evitar ni cambiar. Esta conformidad la probarás en la serenidad con que aceptarás lo inevitable, en la carencia de deseos perturbadores de tu paz, en la dulce alegría mesurada y discreta que debes manifestar en la vida de relación con tus hermanos.


5. Dominio de sí mismo. Tus disgustos, tus dolores, tus desazones interiores, deben ser guardados en lo más profundo de ti mismo, y muy injusto serás si obligas a soportar a los demás las intemperancias o las violencias de tu carácter, o los dolores que sólo tu propia miseria te ha causado. Y si tu dolor es debido a extrañas contingencias, compártelo con tus hermanos y serás aliviado sin causarles pesar.


6. La benevolencia. Es la eflorescencia del amor verdadero que inunda el espíritu y que se desborda al exterior como el agua de un vaso demasiado lleno. Si tu trato para los demás es agrio y duro, es fruto de tus rebeldías interiores que aún no has dominado.


7. La sinceridad y la confianza mutua. Cuando has decidido unirte en la vida común a tus hermanos, debes alejar de ti, como un veneno destructor, toda simulación, todo engaño, toda desconfianza, todo recelo, toda mentira. Cuando te sientes culpable de un error o equivocación o descuido grande o pequeño, tú debes ser quien lo manifieste primero, antes de que seas por ello reprendido. Y llegado este caso guárdate de negarlo, porque sería errar doblemente. Y si en la vida de relación incurres en la bajeza y mezquindad de demostrar desconfianza en tus palabras o en tus acciones para con tus hermanos, convéncete de que aún estás muy lejos de merecer que tus hermanos depositen confianza en ti.


8. La abnegación. Seas, ¡oh Kobda!, el primero en buscar el sacrificio y el último en buscar el galardón. Y nunca recuestes tu cabeza en el lecho sin haber hecho algo en beneficio de tus hermanos. Que te sea igualmente dulce y suave recibir servicios que prestarlos.


9. Desprendimiento de honras y riquezas. Sabio serás si huyes estos dos grandes escollos de la vida espiritual. Al aceptar vida en común has eliminado el último, pero expuesto estás a caer en el primero si eres dado a procurar lugares sobresalientes o deseas con inquietud realizar obras que atraigan la atención de las gentes.


10. La fraternidad. Si no te sientes hermano verdadero de tus hermanos, por completo desnudo de celos, de envidias y de aversiones, nunca podrás formar con ellos en el concierto magnífico y divino de la conjunta aura de amor necesaria para sentir dentro y fuera de ti la grandeza del Alma Madre.


Estas son, ¡oh Kobda!, las diez columnas que sostienen el santuario que vas levantando.


Las Arcadas, las Ojivas, la Cúpula de Oro


Construidas sólidamente las columnas en este templo o castillo espiritual, surgen casi por sí solas las Arcadas, las Ojivas y la Cúpula de Oro que lo glorifica y lo corona.


Arcadas


1. Te estudiarás en detenido examen cada día, como estudia el naturalista una flor, un insecto, una raíz, una piedrecilla, una gota de agua. Y ese estudio será para averiguar y conocer a fondo las enfermedades de tu espíritu, sus debilidades, la causa de sus inquietudes, de sus abatimientos y sus caídas. Conocidas por el examen las enfermedades y sus causas, aplícate con perseverancia y tesón a curarte a ti mismo.


2. La vida armónica en común, es un ensayo en la tierra de lo que es la vida en los mundos de elevación. Procura no dejar nunca tu lugar vacío en los actos que se realizan en común, así sean ellos de orden espiritual, intelectual, social o recreativo, porque todos son eslabones de la cadena fluídica que debe unir un alma con otra alma, si quieres, ¡oh Kobda!, que no sean estériles tus esfuerzos por llegar a un alto desarrollo de tus facultades espirituales. No te dejes llevar de la falsa devoción o errado concepto de la vida interior, que a muchos hizo fracasar: la vida solitaria y apartada de todo contacto humano. Encerrado siempre en sí mismo, el espíritu se torna duro y egoísta porque sólo se ocupa de sí mismo y se aísla del aura conjunta de armonía, de paz y de amor en medio de la cual baja la Grandeza Divina a hablar a los hombres.


La perfecta armonía y unión espiritual del elemento masculino con el femenino, residentes en grado infinito en la Eterna Esencia del Alma Madre, debemos realizarla los Kobdas con tanta perfección como es posible en lo humano. Asunto este grandemente delicado cuando no se ha llegado a cierto grado de purificación del ser. Por esta razón en la Casa de Numú concurren siempre algunos sujetos de elevado desarrollo espiritual, y no menores de cuarenta años, representantes del elemento complementario, femenino o masculino según la Casa sea de hombres o de mujeres. Y estos sujetos deben concurrir siempre los mismos a todos los trabajos espirituales, ya sean realizados entre todos o simplemente entre los sensitivos y los instructores.


3. Procura educar tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad en forma que no discrepes jamás con el armónico conjunto de tus hermanos. Para esto necesitas un vencimiento continuo, pues debes saber callar discretamente cuando surge una oposición que pueda producir discordia, hasta que la Luz de la Verdad ilumine esas tinieblas. Vale más un largo esperar en la sombra, que las llamas de fuego que emanan del choque de dos voluntades o pensamientos contrarios. Es como si dos obreros que levantan un mismo edificio suprimieran la plomada y el nivel. Lejos de ti, ¡oh Kobda!, el mezquino deseo de hacer prevalecer tu opinión y tu voluntad. Desgraciadamente hay demasiado campo para el despotismo en la tierra, guárdate de traerlo también a la Casa de Numú, donde debe reinar la paz, la armonía y el amor en toda su amplitud.


4. En la vida espiritual, el pesimismo es como la oruga venenosa que lentamente destruye los jardines en flor. Casi siempre nace de una soberbia oculta y sutil con apariencias de celo apostólico o deseo del bien general. Estáte atento, ¡oh Kobda!, contra esa venenosa oruga, si ves que asoma por tu jardín. Si tienes conciencia de lo que es de verdad la vida interior, jamás podrá invadirle el pesimismo.


La Ley Eterna no te obliga a hacer más de lo que puedes para tu progreso y el de tus hermanos, cuando has conseguido el tuyo. Si cumples con tu deber, ¿qué más deseas?. Si has conseguido dominar a la perfección tus pasiones y en tu vida de relación estás justamente encuadrado en la armonía y la fraternidad, ¿qué más puedes desear?. ¿Dónde podrá arraigar el pesimismo si buscas sólo a Dios, que es infinito?. ¿Acaso su infinita perfección y excelsa grandeza puede dejar vacío ningún rincón del alma más anhelante?. Si el pesimismo anida en ti es señal ciertísima, jamás fallida, de que no buscas solamente a Dios en tu vida espiritual sino que, miras personales, hábilmente disimuladas por la vanidad y el amor propio, se han mezclado como venenosas orugas para destruir tu plantación.


El pesimismo es el vacío del alma. ¿Puede estar vacía el alma que busca a Dios y que lo tiene dentro de sí?


5. La paciencia que es necesaria para obtener éxito en los distintos aspectos del progreso humano, es aún más indispensable en la vida espiritual donde no se lucha con elementos tangibles y con fuerzas materiales, sino intangibles, invisibles e inmateriales.


Eres un viajero eterno, ¡oh Kobda!, y necesitas llenar abundantemente tu odre de aceite que te baste hasta el final del viaje. Este aceite es la paciencia que suaviza todas las asperezas, y que hace girar regularmente los secretos rodajes y resortes de tu vida interior. Esta paciencia te es necesaria contigo mismo y mucho más con los seres con quienes convives y con los acontecimientos que, sin buscarlos, te ocurren.


No debes irritarte contra ti mismo, cuando te ves vencido por tus pasiones y debilidades o caes en descuidos o faltas que quieres evitar, sino humillarte ante Dios y continuar de nuevo tu camino.


No debes irritarte contra los demás cuando en un orden o en otro no responden a lo que tú esperas de ellos, y tranquilamente debes pensar que su evolucion es escasa todavía, que son espíritus jóvenes y que si fueron puestos en tu camino será para que los ayudes y no para que, irritado, te apartes de ellos, con lo cual nada saldrías ganando, ni para tu progreso ni para el suyo.


6. En los caminos espirituales, colectivos o en común, es peligroso el deseo febril de palpar el éxito si este deseo produce inquietud y perturbación de la paz y serenidad interior, porque esta perturbación e inquietud nos aleja del éxito en vez de acercarnos, y estorba grandemente el desarrollo de las facultades psíquicas hasta la mayor perfección posible. Para llegar a las mayores alturas en el cultivo de las facultades más elevadas del ser, es indispensable que el espíritu llegue a una pasividad suave y serena en forma que esté pronto siempre a todo esfuerzo y sacrificio para conseguir el éxito, pero sin ansiedad y sin inquietud de ninguna especie, debiendo siempre hacerse el Kobda esta reflexión: “¿cumplo con el deber que me impone la vida espiritual y la vida de relación?”. Si la respuesta de tu conciencia es afirmativa, nada debe inquietarse. Y si es negativa, eres tú quien debe aplicar el remedio.


7. Si fueres destinado a obras materiales dentro o fuera de la Casa de Numú, aplícate a ellas con amor y desinterés, en forma que lo mismo encuentres la Grandeza del Alma Madre en labrar una madera, en tallar una piedra, en abrir un surco, en desbrozar un jardín, en condimentar los alimentos y en prestar los más humildes servicios, que en contemplar el giro armonioso de los astros, o la creación de imágenes que plasmas en el lienzo, o de imágenes impalpables que diseñas en los cantos más sublimes, o en las más divinas armonías arrancadas a las cuerdas de instrumentos músicos. Porque la grandeza no está en las cosas sino en el alma del que realiza las cosas. Las cosas son creación nuestra que muere y se aniquila. El alma es emanación del Eterno y eternamente perdura. Mira más a tu alma que a las cosas.


8. La generosidad espiritual es lo más elevado del desprendimiento. Lo que has obtenido o realizado tú, debe ser para todos los que lo desean y se colocan en condiciones de comprenderlo y practicarlo. Es una faz sutil del egoísmo el pretender derecho de propiedad por los trabajos realizados en medio del conjunto y para el conjunto, como también sobre los dones espirituales recibidos para enseñanza de todos los que lleguen a beber en nuestras fuentes.


9. Si eres sensitivo, ¡oh Kobda!, y recibes de lo alto las divinas vibraciones del Amor Eterno y las plasmas en la palabra o en la escritura, o en el grabado, nada es tuyo solamente, y todo cuanto obtienes y cuanto haces, sea en el orden que sea, es trabajo de todos y para todos. Las palabras tuyo y mío no existen en el vocabulario del Kobda consciente de que lo es. Si eres artista del pincel, tus obras son de todos y para todos. Si eres músico, tus melodías son de todos y para todos. Y si has adquirido grandes conocimientos en la ciencia divina o humana, grábalos en tus papiros y entrégalos al conjunto, porque tus hermanos son tú mismo desde que has entrado en la conjunta aura de amor y de armonía con ellos.


Estas son, ¡oh Kobda!, las nueve arcadas que corresponden a las diez columnas de tu edificio espiritual.


Las Ojivas


He aquí los ventanales por donde tu alma se asomará, oh Kobda, para conocer las perfecciones infinitas del Alma Madre, para recibir los resplandores del Eterno Amor, para aspirar la esencia de la Sabiduría Divina.


Mas, será inútil que ensayes asomarte a ellas si no estás seguro de las bases y de las columnas de tu Castillo Interior. Porque te asomarás y sólo encontrarás la niebla salpicada de luces fatuas y de engañosas fantasías, emanación de tus pasiones aún demasiado vivas y de tus deseos demasiado inquietos y febriles.


1. El Altísimo deja en oscuridad a los soberbios y derrama .su luz sobre los humildes. Reconócete débil y cargado de miserias y de enfermedades. Derrama tu alma en un heroico acto de amor para todos los seres que te rodean y cuando ni un eco de protesta se levante dentro de ti, dirige fija tu mente hacia el plano en que reside tu Yo Superior, tu Ego, tu Llama Viva. Oye su voz de reproche y de queja por los fracasos que vida tras vida has cosechado.


Y a través de tu Ego recibirás el pensamiento conjunto de los Guías de la Evolución humana que te harán sentir la grandeza de Dios y su Amor Eterno.


Conocerás que tu unión con ellos ha sido real, si al salir de tu concentración te sientes más fuerte para dominar tu mundo pasional y afectivo, más inundado de amor, de dulzura, de tolerancia y de bondad para tus hermanos y para aceptar pasivamente lo penoso e inevitable que se presente ante ti, ya en lo espiritual, como en lo material.


2. Cuando hayas llegado a la plena quietud del que sólo a Dios desea, del que sólo a Dios busca y del que ve a Dios en todos los seres y en todas las cosas grandes o pequeñas, perfectas o imperfectas, se abrirá para ti la segunda ojiva que te dará a conocer tu camino eterno desde el principio al fin y llegarás a verte en los comienzos de tu evolución y al final de ella, cuando seas un rayo de la Luz increada, una vibración de la Eterna Armonía, una potencia de las ilimitadas potencias de la energía divina.


3. Esta ojiva, más iluminada y perceptible que las dos anteriores, es la comunicación directa o por intermedio de buenos sujetos hipnóticos con las almas de igual o mayor evolución que la tuya y, sobre todo y más que todo, con el Espíritu de Luz, transmisor de la Ley Eterna, Verbo de Dios y Mesías de su Voluntad Soberana.


Si hasta aquí has llegado, ¡oh Kobda!, y aún no aniquilaste las pasiones dentro de ti, tiembla y pide a Dios piedad para esta jornada tuya, porque habrás demostrado ser piedra dura y fría, por donde ha resbalado sin penetrar el agua divina vertida a raudales sobre ti.


La Cúpula de Oro


Si en las Bases, en las Columnas y en las Ojivas te hallas plenamente seguro, entonces viene por sí sola la Cúpula de Oro que corona tu Santuario Interior.


Es la capacidad que habrás adquirido para irradiar de ti la Bondad, la Luz, la Paz y el Amor Divino en tal forma, que seas como un desbordamiento de agua clara en medio de tus hermanos.


Entonces es cuando habrás extraído del fondo de todas las cosas lo más hermoso que hay en ellas. Entonces es cuando descansarás a la sombra de tu Santuario ya coronado y, terminada tu labor de siglos, podrás exclamar al entrar en tu reposo: ¡Alma Madre!… ¡Todo fue consumado! ¡Abreme el camino de la inmolación en favor de tus hijos más pequeños!


Y el Alma Madre te sumergirá en su gozo inefable durante un lapso de tiempo llamado el Reposo en la Luz, premio, galardón y descanso merecido por tu esfuerzo en adquirir tu perfección.


Y de nuevo saldrás de entre sus brazos, vigorizado y confortado. Saldrás ungido para la inmolación, como guía de humanidades primitivas. Entonces estarás sobre lo humano. Serás el Pensamiento de Dios, la Energía de Dios, el Verbo de Dios, la inefable Felicidad de Dios. La Felicidad encerrada en el Amor, sólo la sentirás en toda su plenitud, cuando hayas muerto al egoísmo.


Esta es, ¡oh Kobda!, la Ley dictada por Numú a los diez Fundadores hace mil trescientos años.


Fragmento de libro “Orígenes de la Civilización Adámica” (pág. 316 y siguientes)


Fragmento de una conversacion entre los Kobdas Bohindra yAda.


Preguntabas en tus quejas, qué es la humanidad que todo lo enloda, lo pisotea y lo maltrata, que nada comprende, que de las cosas bellas y grandes hace surgir inmundicias y locuras y vértigo.


¡ Mi Reina!… Si tú entras en una leprosería ¿ qué ves ¿ ¿ qué sientes ¿ Llagas infectas, gritos horribles, olores insoportables. Estamos en un mundo de enfermos, de lisiados, de contrahechos morales y espirituales, con el agravante que se creen perfectamente sanos y gozando de la plenitud de todas sus facultades, juzgándonos a quienes vemos y palpamos su gravísimo estado moral, como desequilibrados, como seres anormales, que vivimos de la quimera y del ensueño.


Nosotros somos la minoría, ellos nos centuplican en número; su pesada irradicación, sus groseras emanaciones flúidicas, las horribles vibraciones de sus bajos y malignos pensamientos nos causan torturas, enfermedades y casi nos ahogan por asfixia. Pero si hemos querido sumarnos a la legión de los seguidores del Hombre-Luz, del Hombre-Amor, del Hombre-Maestro y Médico de almas, por fuerza de ley hemos de soportar las tinieblas, la ingratitud, la ignorancia y la enfermedad de los moradores de esta leprosería y casa correccional que no otra cosa es el planeta Tierra en su actual estado de evolución. Y así, como nunca es inútil la abnegación que se ponga en lavar las llagas de un leproso que se sabe incurable, ni en vendar heridas que se volverán a abrir, ni en encender antorchas que continuamente se apagan, de igual manera, jamás debemos considerar como perdido en el vacio el esfuerzo y el sacrificio de los Kobdas por elevar y cultivar a los hombres de esta hora; aún cuando les veamos estacionados en un mismo punto, como larvas en un viejo y carcomido tronco cuando tiene a la vista hermosas praderas de verdes y tiernas hierbecillas.


¡ Somos eternos, Ada buena y dulce de mis dias terrestres.. somos eternos como Dios de quien hemos surgido y a quien hemos de volver ¡


Y porque somos eternos debemos mirar al pasado y al futuro, tanto como el momento actual, para que nuestro espíritu engrandecido hasta lo infinito, sepa dar a cada cosa su justo valor. Quiero decir que así como no debemos esperar, ni desear, ni pedir que un espino nos brinde rosas blancas, ni un buitre dulces gorjeos, ni un escarabajo gotas de miel, tampoco debemos ni podemos pedir que seres venidos recién de las inferiores especies de las ínfimas moradas de inconsciencia de atraso por donde la eterna Ley va llevando paso a paso a cada chispa emanada de sí misma, escalen de un salto alturas a las que nosotros hemos llegado después de millares de años como soplos fugaces en la eternidad de Dios.


El Kobda que quiere extraer del fondo de todas las cosas lo más hermoso que hay en ellas, no debe encerrarse jamás en el reducido círculo de la hora presente, como hacen el común de los hombres, ignorantes de lo que han sido en su pasado y de lo que serán en su futuro, porque ésta equivocada forma de contemplar el grandioso y eterno panorama de la vida, engendra la intolerancia, la vanidad y el orgullo, para arrojarnos después a un caos, donde el desaliento, la desesperación y el pesimismo cortan los vuelos del espíritu, y ahogan sus himnos inmortales con gritos de odio y de furor.


¡ Oh, mi Reina entristecida por las miserias y desviaciones humanas ¡ Me decías hace un momento que cerremos la puertecita de nuestro castillo interior para no mirar más el enloquecido correr de los hombres hacia abismos que no tienen fondos. Y yo os digo, que desde lo alto de ese castillo bajemos de tanto en tanto al polvoriento camino por donde pasan en agitada turba los que no saben de dónde vienen ni a dónde van corriendo en pos de fantasmas de dicha, que huyen cada vez más veloces y que nunca se dejan alcanzar. Y bajemos con nuestras anforas de agua clara, con nuestro pan de flor de harina, con nuestra lamparilla bien provista de aceite, por si alguno de aquella turba febril y jadeante tiene hambre y sed y quiere encontrar a favor de nuestra lámpara el camino del Amor y de la Paz.


En el loco furor de aquella carrera humana sin rumbo, corremos es verdad, el riesgo de ser atropellados y arrastrados; y nuestra ánforas derramadas en la tierra y nuestro pan confundido con el lodo, y quien sabe… acaso con la luz de nuestra lámpara, la muchedumbre incendiará los campos para iluminar la espantosa tragedia de la noche tenebrosa que los envuelve.


Tal es la misión del ser consciente de sus destinos, que sabe lo que es, de dónde viene y a dónde va. Y recogiendo cada día agua clara de la fuente que nunca se agota, y flor de harina de trigales que jamás se secan, espera eternamente a que unas manos se tiendan hacia él para pedirle, como él las pidiera en remotas edades pasadas, a los que antes que él llegaron al santuario augusto de la Verdad y del Amor.


¿Veis mi Reina cómo debemos contemplar el grandioso y eterno panorama de la vida para que el desaliento y el pesimismo no sequen nuestros rosales ni apaguen nuestra lámpara?


Fragmento de una conversacion entre los Kobdas Bohindra yAda.


( Pág 177/179 ) Origenes de la Civilizacion Adamica. Tomo III
Nota: La Civ. Adamica data mas o menos de los tiempos despues de la atlantida (8.300 a.c.).
Publicado por: Jorge (Coordinador GHB)

FUENTE: DESPIERTAALFUTURO

domingo, 13 de septiembre de 2015

LA LEYENDA DE LA TRISTEZA DEL MAYA - CUENTO

Un día los animales se acercaron a un maya y le dijeron: No queremos verte triste, pídenos lo que quieras y lo tendrás.

El maya dijo: Quiero ser feliz.


La lechuza respondió: ¿Quién sabe lo que es la felicidad? Pídenos cosas más humanas.

Bueno añadió el hombre, quiero tener buena vista. El zopilote le dijo: Tendrás la mía.

Quiero ser fuerte. El jaguar le dijo: Serás fuerte como yo.

Quiero caminar sin cansarme. El venado le dijo: Te daré mis piernas.

Quiero adivinar la llegada de las lluvias. El ruiseñor le dijo: Te avisaré con mi canto.

Quiero ser astuto. El zorro le dijo: Te enseñaré a serlo.
Quiero trepar a los árboles. La ardilla le dijo: Te daré mis uñas.

Quiero conocer las plantas medicinales. La serpiente le dijo: ¡Ah, esa es cosa mía porque yo conozco todas las plantas! Te las marcaré en el campo.

Y al oír esto último, el maya se alejó.

Entonces la lechuza dijo a los animales: El hombre ahora sabe más cosas y puede hacer más cosas, pero siempre estará triste.

Y la chachalaca se puso a gritar: ¡Pobres animales! ¡Pobres animales!