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jueves, 28 de septiembre de 2017

ÀFRICA MÌA - EDUARDO GALEANO

¿CÓMO LIDIAR CON LAS PERSONAS TÓXICAS Y VAMPIROS ENERGÉTICOS?

LAS PERSONAS TÓXICAS QUE CREAN DE MANERA INNECESARIA ENFADO, AMARGURA, CONFLICTO Y SOBRE TODO, ESTRÉS, SON CAPACES DE PROVOCAR ENFERMEDADES FÍSICAS Y EMOCIONALES EN LAS PERSONAS DE SU ALREDEDOR.



Los suegros, compañeros de trabajo o de escuela, amigos cercanos e incluso la pareja, son personas muy cercanas que, sin deberla ni temerla, pueden ser tóxicas. Sus conductas pueden retar la lógica humana pues no sólo encuentran placer en crear caos e impactar negativamente en nuestras emociones, también llevarnos hasta al borde de una crisis existencial.

Las personas tóxicas que crean de manera innecesaria enfado, amargura, conflicto y sobre todo, estrés, son capaces de provocar enfermedades físicas y emocionales en las personas de su alrededor. De acuerdo con varios estudios enfocados en el campo de la neurociencia, el estrés tiene un impacto realmente negativo sobre el cerebro: la exposición al estrés durante pocos días puede comprometer la efectividad de las neuronas en el hipocampo –un área importante en el cerebro que es responsable del razonamiento y la memoria–. De modo que una semana de estrés puede provocar un daño reversible en las dendritas neuronales; un mes, puede destruir las neuronas y afectar tanto el funcionamiento corporal como el desempeño laboral y emocional.

El contacto con personas tóxicas puede generar niveles exorbitantes de estrés a lo largo del tiempo, lo cual puede producir un bajo desempeño a nivel académico, laboral, emocional y espiritual. Y según el Departamento de Biological and Clinical Psychology en Friedrich Schiller University en Alemania, la exposición a este estímulo causa fuertes emociones negativas, elevando la irritabilidad, crueldad, negatividad, síndrome de víctima, entre otras.

Para regular el estrés generado por la interacción con personas tóxicas es indispensable identificar las conductas de la otra persona que están lastimando, tratar de comunicarle de manera asertiva –como por ejemplo, “comprendo que estás estresado, pero no me gusta cuando me tratas de esta manera porque….”, y en caso de ser necesario, poner límites o alejarse de esa persona. La idea es colocarse en un lugar seguro logrando regular las emociones negativas con el objetivo de permanecer en la calma mientras dura la tensión o presión. Paralelamente es indispensable comenzar un proceso de autocuidado; es decir, dormir de manera adecuada, recurrir a una red de apoyo –amistades, familiares…– que permitan una perspectiva más neutral, mantener una dieta balanceada y saludable, limitar el consumo de cafeína, ejercitarse diariamente, respirar profundamente –similar al método de meditación– y liberar la creencia de que el amor duele.

FUENTE: PIJAMASURF

TEMPLO DE SALOMÒN - SERIE

TEASER TRAILER:





TRAILER:






PRIMERA PARTE:



SEGUNDA PARTE:





TERCERA PARTE:



CUARTA PARTE:

HUMO Y ESPEJOS: LA VENTANA DE OVERTON

PRIMERA PARTE:

Informe realizado para el programa HUMO&ESPEJOS, una coproducción con TV Universidad de la UNLP. Con la participación del Dr. Abudara Bini y Galeb Moussa. I parte




SEGUNDA PARTE:

Informe realizado para el programa HUMO&ESPEJOS, una coproducción con TV Universidad de la UNLP. Con la participación del Dr. Abudara Bini y Galeb Moussa. II parte


ALAN WATTS - TRIBUTO A CARL GUSTAV JUNG [SUBTÌTULOS ESPAÑOL]

n homenaje-análisis de la persona, psicología, ideas y pensamientos del célebre psicoanalista Carl Gustav Jung, hecho por el, también célebre, Alan Watts, profesor de Teología y experto en religiones y tradiciones orientales.

CARL JUNG SOBRE ACEPTAR NUESTRA PROPIA OSCURIDAD Y LA DE LOS DEMÁS

ESTAS PALABRAS DE JUNG SON UNA JOYA PARA CUALQUIERA QUE BUSCA EXPLORAR SU PROPIA PSIQUE Y SANAR (E INCLUSO AYUDAR A SANAR A LOS DEMÁS)


 

Entre otras cosas, Carl Jung es famoso por su concepto de la sombra o la importancia que tiene integrar nuestro lado oscuro para lograr un sí mismo individuado. El ser humano tiene una tendencia casi inconquistable a ocultar los rasgos de su personalidad que no le gustan o que no son socialmente aceptables. Al hacer esto va por el mundo fragmentado, con una psique dislocada, y proyecta esta sombra -que no es capaz de aceptar en sí mismo- al mundo. Esto hace que uno nunca reconozca y sea de manera integral la totalidad de lo que es -el alma individuada, que para Jung es inseparable de la divinidad.

En el video que presentamos al final el popular filósofo Alan Watts hace una buena introducción a la psicología jungiana, tomando de la misma personalidad de Jung, quien, según él, era una prueba viviente de su propia doctrina psicológica. Watts cuenta que al mirar los ojos de Jung notó que había un cierto centelleo que revelaba que se conocía a sí mismo muy bien y:

sabía que, como todo los otros seres humanos, tenía algo de villano. Jung tenía un hintergedanken, una palabra alemana que significa un pensamiento en el fondo de la mente, que mostraba que reconocía lo que yo a veces llamó un elemento irreductible de bribonería en sí mismo. Y lo sabía de manera tan clara y contundente, y en una forma tan amorosa, que no condenaba lo mismo en los demás y por lo tanto no se dejaba llevar hacia pensamientos, sentimientos y actos de violencia contra otros, lo cual es la característica de personas que proyectan su propia maldad en los demás, en el chivo expiatorio.


Watts continúa:

Esto hacía de Jung una persona muy integrada... Habiendo visto y aceptado profundamente su propia naturaleza tenía una especie de unidad y ausencia de conflicto en su propia naturaleza, que lo hacía un tipo de hombre que podía sentir ansiedad, miedo o culpa, sin sentirse avergonzado de sentirse así. En otras palabras, entendió que una persona integrada no es una persona que simplemente ha eliminado la sensación de ansiedad y culpa de su vida... es un hombre que siente todas estas cosas, pero no se recrimina a sí mismo por esto. Esto para mí es un tipo muy profundo de humor.
Luego Watts cita una conferencia que dio Jung en Suiza, una verdadera joya del autoconocimiento terapéutico:

Las personas se olvidan de que incluso los doctores tienen escrúpulos morales y que algunas confesiones de los pacientes son difíciles de asimilar incluso para un doctor. Sin embargo, el paciente no se siente aceptado a menos de que lo peor de él mismo sea aceptado también. Nadie puede hacer esto con meras palabras. Viene solamente de la reflexión y a través de la actitud del doctor para consigo mismo y su propio lado oscuro. Si el doctor quiere guiar a otro o incluso acompañarlo a dar un paso en el camino, debe sentir con la psique de la otra persona. No puede sentirla cuando la juzga. Ya sea que ponga palabras a su juicio o se lo quede él mismo, esto no hace ninguna diferencia. Tomar la posición opuesta y acordar con el paciente de antemano tampoco sirve y lo enajena de la misma manera que la condenación. El sentimiento viene solamente de una objetividad sin prejuicios.

Esto parece similar a un precepto científico. Y podría confundirse con una actitud mental puramente intelectual. Pero lo que quiero decir es muy distinto. Es una cualidad humana. Una especie de profundo respeto a los hechos -por el hombre que sufre por ellos y por el predicamento de la vida de ese hombre. La persona verdaderamente religiosa tiene esta actitud. Sabe que Dios ha hecho que suceden todo tipo de cosas extrañas e inconcebibles y busca de las formas más curiosas entrar en el corazón de un hombre. Así entonces, siente en todas las cosas la presencia de la voluntad divina. Esto es de lo que hablo con objetividad sin prejuicios. Es un logro moral de parte del doctor que no se ve repelido por la enfermedad y la corrupción. No podemos cambiar nada si no lo aceptamos. La condenación no libera. Oprime. Y yo soy el opresor de la persona que condeno -no su amigo o par en su sufrimiento.

No quiero decir que no debamos nunca de formar juicios cuando deseamos ayudar y mejorar. Pero, si el doctor desea ayudar al ser humano, debe aceptarlo tal como es. Y sólo puede hacer esto realmente si antes ya se ha visto y aceptado tal como es él mismo. Tal vez esto suene simple, pero lo simple siempre es lo más difícil. En la vida real, se requiere del más grande arte para ser simple. Y así, la aceptación propia es la esencia del problema moral, y el examen crucial de la perspectiva que uno tiene de la vida. Que yo alimente al mendicante, que perdone un insulto, que ame al prójimo en el nombre de Cristo -todas estas cosas son sin duda grandes virtudes. Lo que hago en contra del menor de mis prójimos lo hago también a Cristo. ¿Pero qué si descubro que el menor entre todos ellos -el más pobre de los mendigos, el más imprudente de todos los agresores, el Demonio mismo- todos están dentro de mí? Y que yo mismo estoy en un estado de necesidad de mi propia generosidad. Que yo mismo soy el enemigo que debe ser amado. ¿Qué entonces?

Entonces, como regla, toda la verdad del cristianismo se revierte. No se habla más de amor y largo sufrimiento. Decimos al hermano dentro de nosotros: Rocca, y condenamos y nos enfurecemos con nosotros mismos. Lo escondemos del mundo. Negamos haber conocido a este que es menos entre lo más bajo de nosotros. Y si hubiera sido Dios mismo quien se acercó a nosotros en una forma vil, también lo habríamos negado mil veces antes de que un solo gallo cantara.


El último pasaje podría parecer extraño, pero se refiere con claras analogías bíblicas a que justamente el hombre integrado, que se acepta a sí mismo, también acepta todos los aspectos negativos, diabólicos incluso, y siendo una imagen de la totalidad, acepta también todos los crímenes y pecados de la humanidad. En alguna otra ocasión Jung habló de cómo lo más preocupante no era que se hubiera producido una persona como Hitler, sino que no fuéramos capaces de aceptar que nosotros también tenemos esa parte maligna en nuestro interior -es esta fragmentación, esta represión de la sombra, lo que genera violencia en el mundo.




FUENTE: PIJAMASURF

MUJER PIDIÓ A TINDER LA INFORMACIÓN PERSONAL RECABADA POR LA APP Y RECIBIÓ UN EXPEDIENTE DE 800 PÁGINAS

LOS DATOS QUE LAS APPS Y OTRAS PLATAFORMAS DIGITALES RECABAN DE SUS USUARIOS SON MUCHO MÁS PRECISOS DE LO QUE IMAGINAMOS




Si es posible decir que Internet ha revolucionado nuestras vidas, no menos cierto es que Internet mismo ha cambiado notablemente su forma y su funcionamiento en los últimos años, sobre todo en comparación con los propósitos con los cuales se originó.

Quien haya vivido aquella época de la red quizá recuerde las intenciones humanistas y enciclopédicas que acompañaban al proyecto. De Wikipedia al papel de las redes sociales en la Primavera Árabe (que ahora parece tan lejana y tan irrepetible), Internet estaba alentado en aquellos días por los principios del libre flujo de información, el código abierto, el contenido generado por el usuario e incluso otros un tanto más utópicos como la solidaridad, la difusión del conocimiento, la transformación de las sociedades y más.

Algo pasó, sin embargo, que puso fin a ese sueño. Con los años Internet parece ocupar cada vez más el lugar en donde antes reinaba soberana la televisión, un medio que se creía distinto porque estaba sostenido sobre todo en el consumo pasivo de los contenidos pero que, ahora, comparte con mucho de lo que sucede en Internet la misma característica. Adormecidos por el entretenimiento, millones de internautas han sido encaminados poco a poco a únicamente consumir lo que aparece en sus pantallas.

Este cambio sustancial en la estructura de la red no puede explicarse sin tomar en cuenta un elemento fundamental: la información que, gracias a la tecnología por la cual accedemos a la red, es posible recabar de cada usuario. Basta tener un perfil de Facebook y pasar unos cuantos minutos navegando para que dicha empresa tenga un perfil más o menos preciso de su usuario, desde el nombre y el lugar donde vive hasta los amigos con quienes más se relaciona o los productos de consumo en los que está interesado. Y claro, conforme más tiempo transcurra, más exacta se vuelve esa información.

De ahí el interés de empresas como Facebook porque estemos en su plataforma el mayor tiempo posible. De ahí también las formas --que intentan ser cada vez más novedosas-- de mantenernos conectados a la red, sea con juegos, con música o, como sucede con Tinder, con la promesa de “hacer match” con otra persona.


En el periódico inglés The Guardian, Judith Duportail publicó los resultados de un ejercicio interesantísimo que revela la magnitud que, en nuestra época, ha alcanzado dicha recopilación de datos personales que realizan las plataformas digitales de acceso masivo.

Duportail escribió a Tinder para solicitar toda la información que sobre ella había recabado la app. La periodista pudo hacer esto porque en la Unión Europea existe una ley que permite a los ciudadanos hacer una petición de ese tipo, una vez al año, a determinadas empresas. Cabe mencionar asimismo que Duportail contó con la asesoría de la organización personaldata.io y Ravi Naik, abogado especializado en derechos humanos.

Para su sorpresa, Duportail recibió un documento de 800 páginas. Según escribe, la periodista comenzó a usar Tinder en 2013, la ha utilizado en 920 ocasiones, de las cuales resultaron 870 encuentros con igual número de personas.

De esos años y esa actividad se derivó un expediente en donde la periodista encontró los likesque había dado en Facebook, fotografías tomadas de su perfil de Instagram, detalles sobre su formación escolar, el rango de edad de los hombres en los que se interesó, cuántas veces se conectó a la app, cuándo y dónde sostuvo conversaciones en línea a través de la app con otras personas, lugares en donde había estado, sus gustos e intereses, los trabajos que había tenido, la música que había escuchado, los restaurantes adonde había acudido a comer, su historial de mensajes (y con ellos sus “miedos, preferencias sexuales y secretos más profundos”, según escribe) y más, mucho más.


¿Cuál es el fin de semejante operación? Paradójicamente, no es nada secreto. De hecho, está expuesto en el mejor lugar para que nadie nunca lo vea ni se pregunte por él: los términos y condiciones de uso de la app. En el caso de Tinder es claro: utilizar la información personal para dirigir publicidad especifica al usuario.

De acuerdo con Alessandro Acquisti, profesor de información y tecnología en la Universidad Carnegie Mellon, el algoritmo de la app está diseñado para conocer el comportamiento del usuario: los momentos en que se conecta, los individuos con los que hace “match” (y viceversa), el origen racial de éstos, las palabras que más se emplean en las conversaciones, cuánto tiempo transcurre una persona mirando la fotografía de otra antes de descartarla, etc. Al respecto, Acquisti hace una afirmación un tanto perturbadora: “la información personal es el combustible de la economía”.

El ejercicio de Duportail es una prueba de ello. Si Internet cambió radicalmente su manera de operar se explica, en buena medida, por la ambición que se impuso sobre un ambiente que consideró virgen, carente de explotación. En el modelo económico en que vivimos, sin embargo, ese estado es inadmisible, y como si se tratase de una selva o un bosque, no pasó mucho tiempo antes de que unas cuantas personas se preguntaran cómo capitalizar la actividad incesante que millones de personas sostenemos cotidianamente en la red. Y la respuesta está expresada parcialmente en ese expediente de 800 páginas.

Quizá, para tener la respuesta completa, sería necesario conocer el camino que ha seguido esa información en todos estos años.

FUENTE: PIJAMASURF