Seguidores

domingo, 5 de mayo de 2013

ARQUEOLOGÍA BIBLICA CON AUDIO EN ESPAÑOL 4 DE 4

EL ARCA DEL PACTO - EL CRUCE DEL MAR ROJO - EL MONTE SINAI - EL ARCA DE NOE - SODOMA Y GOMORRA - EGIPTO - EL EXODO

EL LIBRO DIVINO 8VA PARTE SUPERANDO LA PRUEBA DEL TIEMPO


EL TESTAMENTO FALSO CASO REAL IMPACTANTE - LEYENDA URBANA (VOCES ANÓNIMAS)

Caso real impactante ocurrido en Uruguay. El testamento fue uno de los capítulos más sorprendentes e impactantes de la tercera temporada.

CARTA A WASHINGTON

ORIGEN DE LA ESCRITURA. MISTERIO DE VINCA



Según un importante descubrimiento realizado en Transilvania (Rumanía) en 1961, el nacimiento de la escritura podría remontarse a más de 6.000 años de antigüedad. El carbono 14 permitió fechar las tablillas descubiertas que contienen una escritura que presenta asombrosas analogías con la escritura sumeria de 3.000 a. C., y por otra, con ciertos signos de la escritura cretense, mil años más joven que la sumeria. Pero al comprobar la fecha de las tablillas procedentes de Tartaria, se encontró que tenían 1.000 años más que las de Sumeria.





El origen de la escritura, datación y significado





Símbolos similares se han hallado en utensilios localizados en lasexcavaciones de Vinča en Serbia y otros lugares del sur de los Balcanes, por lo que podrían estar relacionados.
La escritura Vinča, también llamada alfabeto Vinča o Escritura europea antigua, es el nombre dado a un tipo de marcas encontradas en una serie de prehistóricos artefactos hallados en el sureste de Europa. Algunos consideran las marcas como un sistema deescritura, atribuible a la Cultura Vinča, que habitó la región hacia 6000-4000 a. C.

El descubrimiento de las tablas Tartaria en Rumanía impulsó el debate. La datación por carbono de los objetos hacia el 4000 a. C. lo convertía en el primer sistema de escritura.

Han aparecido muchos más fragmentos con inscripciones similares en varias excavaciones arqueológicas, principalmente en Grecia, Bulgaria, República de Macedonia, Rumanía, este de Hungría, Moldova, sur de Ucrania y otros lugares de la antigua Yugoslavia.


¿Significa esto que la escritura se habría inventado no en una civilización urbana y desarrollada, sino en una civilización rural apenas salida de la Edad de Piedra?

Una explicación podría ser que los comerciantes sirios difundieron las técnicas de fabricación de útiles y piezas de cerámica y ciertas expresiones culturales. Como intermediarios entre Sumeria y Creta pudieron penetrar profundamente en el continente europeo hasta Rumanía siguiendo el curso del Danuvio. Quizás hayan sido ellos los que transmitieron a las poblaciones de Transilvania esta forma de escritura, de la que es dificil saber si tenía valor de marca de propiedad, de signo mágico o religioso, o vehículo de mensajes bien definidos.


Coincidencias en los signos de distintas regionesLos signos de las tablillas coinciden con otros situados en otras áreas geográficas como se puede comprobar en el cuadro comparativo siguiente:







Periodo Yemdet Nasr: Es uno de los períodos arqueológicos de la historia de Mesopotamia, comprendido entre el 3200 a. C. y el 3000 a. C. aproximadamente. La cultura Halaf es un período arqueológico de la historia de Mesopotamia. Gran parte de sus características se han observado en el yacimiento de tell-Halaf (en el noreste de la actual Siria).




A partir del año 6100 a. C. se desarrolló la cultura de Tell Halaf, que se extiende desde los montes Zagros al Mediterráneo, con sus centros principales en la llanura del alto Tigris (Arpachiya), y el triángulo del Habur (Tell Halaf, Tell Brak, Tell Chagar Bazar).



Cnosos fue la ciudad más importante de la civilización minoica, cultura prehelénica , que alcanzó su máximo esplendor en el segundo milenio a.C,de la edad del cobre y del bronce, aparecida en la isla de Creta entre los años 3000 y 1400 a. C.. siendo el complejo palacial más antiguo de Europa.



VIDEO SOBRE LA ESCRITURA VINCA


FUENTE: ELGRANCIELO

EL REINO PERDIDO DE TARTESSOS




Tartessos o Tartéside fue el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico (1250-1100 a. C.), se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que los romanos llamaron luego Betis y los árabes Guadalquivir. Los tartesios desarrollaron una lengua y escritura distintaa la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.




La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Heródoto, del siglo V a. C., que habla del reyArgantonio (significa Hombre de plata y se dice que gobernó cien años) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad.


En el siglo IV, escritor romano Rufo Festo escribió una obra titulada Ora maritima; utilizó fuentes muy antiguas que datan del siglo IV a. C., como el viaje de Avieno en el que se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la
Península Ibérica.

TARTESO EL REINO LEGENDARIO DE ARGANTONIO




Los tartesios ¿eran fenicios?

Por Daniel Casado Rigalt. Universidad a Distancia de Madrid, Historia NG nº 102

Según cuenta el Antiguo Testamento, en el siglo X a. C. las naves de Salomón, el rey de Israel, volvían cada tres años cargadas de oro de un lejano y misterioso lugar llamado Tarsis: «El rey Salomón tenía en el mar naves de Tarsis con las de Hiram [rey de Tiro], y cada tres años llegaban las naves de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavones». La cita procede del Libro de los Reyes, escrito allá por el siglo VII a.C., pero nos remite tres siglos atrás, cuando la opulencia mineral del sur de la península Ibérica atraía hasta el otro extremo del Mediterráneo a los primeros navegantes semitas. La mayoría de historiadores lo tiene claro: el primer autor que mencionó a Tarsis se estaba refiriendo a las relaciones comerciales que los israelitas mantenían con Tartessos, el reino situado más allá de las columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar), en el Bajo Guadalquivir, que rigió el mítico rey Argantonio. Desde esta primera mención, el aura enigmática en torno a Tartessos no se ha desvanecido. Viajeros, filólogos y arqueólogos se han lanzado durante decenios a la búsqueda de los restos de aquella civilización que floreció entre los años 1000 y 500 a.C., para desaparecer luego y caer en un olvido silencioso que ha durado hasta hace poco, inmersa en una nebulosa de incertidumbres y conjeturas.


Tartessos y la Atlántida

El interés por la misteriosa Tartessos se remonta a la Antigüedad. Diversos historiadores y viajeros griegos de los siglos VI al IV a.C. dejaron constancia de lo que se sabía, o creía saberse, sobre aquella civilización. Tal fue el caso de Hecateo de Mileto, de Heródoto y, sobre todo, de Avieno, que en su Ora marítima hablaba de un río llamado Tartessos que ceñía la isla en la que se encontraba la ciudad, también denominada Tartessos. Otro autor del siglo IV a.C., Eforo, se refería igualmente a «un mercado muy próspero, la llamada Tartessos, ciudad ilustre, regada por un río que lleva gran cantidad de estaño, oro y cobre de Céltica». A todos ellos se sumó una referencia aún más intrigante, la de la Atlántida cantada por Platón en sus Diálogos, particularmente en el Timeo, y que muchos no dudaron en identificar con Tartessos. ¿A qué, si no, podría aludir Platón cuando describe la Atlántida como «una gran isla, más allá de las columnas de Heracles, rica en recursos mineros y fauna animal»? Incluso arqueólogos contemporáneos han creído hallar los restos de la Atlántida en la región tartesia. Pero, de momento, se trata de una conexión imposible, basada más en las fabulaciones que en las certezas. Tal es caso de la tesis del francés Jacques Collina-Girard, que ubicó en 2001 la Atlántida en la isla Espartel, a medio camino entre Cádiz y Tánger; y de los avistamientos de Rainer Kuehne, quien en 2004 dijo haber localizado con imágenes aéreas los vestigios del templo de «plata» consagrado a Poseidón y el templo «dorado» levantado en honor a Cleito en la Marisma de Hinojos, cerca de Cádiz.

Al margen de la cuestión de la Atlántida, el primer autor que intentó localizar con exactitud Tartessos fue un filólogo, Antonio de Nebrija, responsable de la primera gramática castellana. En 1492, Nebrija identificó Tartessos con el río Betis (Guadalquivir) y con el paisaje de brazos marinos que formaba el río en su desembocadura. Pero las conjeturas de Nebrija, emitidas desde la intuición, no contaban con ningún tipo de respaldo arqueológico.


Tras las riquezas de Argantonio



La investigación arqueológica se hizo esperar hasta el siglo XIX. El primero que removió las entrañas andaluzas en busca de Tartessos fue George Bonsor, un pintor anglofrancés que quedó fascinado por los paisajes de Andalucía y que, desde la década de 1880, cambió lienzo y acuarela por pico y pala en cuanto comprobó el potencial arqueológico que se extendía bajo sus pies. Nadie le había enseñado a excavar, pero su ilusión pudo más que su bisoñez. Bonsor recuperó un alijo de piezas tartésicas en diversas necrópolis sevillanas como las de Cruz del Negro, Carmona, Setefilla y Cerro del Trigo.

A Bonsor lo siguió el alemán Adolf Schulten, gran impulsor de la investigación en el yacimiento de Numancia, de donde salió enemistado con las autoridades culturales españolas. Schulten quería seguir el ejemplo de su compatriota Schliemann, que había desenterrado Troya gracias a su fe en las fuentes clásicas. La Ora marítima de Avieno sería para Schulten lo que la Ilíada había sido para Schliemann; y el Coto de Doñana haría las veces de colina de Hissarlik, en Turquía, donde Schliemann encontró, en 1873, la Troya cantada por Homero.

Schulten pretendía demostrar que Tartessos yacía en las Marismas de Doñana y pasó a la acción con la ayuda de Bonsor. Se hizo con las herramientas necesarias y dirigió la ambiciosa aventura de localizar allí Tartessos. Pero al final lo único que encontró fueron unas ruinas de época romana en el llamado Cerro del Trigo. Schulten fracasó, pero su contribución no dejó por ello de ser importante. Su obra Tartessos, publicada en 1924, sirvió para ordenar todos los conocimientos que se tenían sobre la antigua civilización del Guadalquivir y constituyó el punto de partida de investigaciones posteriores.

Todos los testimonios legados por las fuentes se refieren a Tarsis o Tartessos como una civilización de alma metalúrgica: «El más elegante de los mercados, la ciudad del oro y la plata...». Tanto es así que Argantonio, el rey tartesio por antonomasia, lleva la plata (Arg-) incorporada a su nombre. Pero la literatura se elevó a certeza arqueológica el 30 de septiembre de 1958, el día en que una cuadrilla de obreros que trabajaban en un terreno de un club de cazadores de Sevilla –la Real Sociedad de Tiro al Pichón–, en la localidad de Camas, cuatro kilómetros al oeste de Sevilla, hizo un sensacional descubrimiento: un recipiente de barro en cuyo interior aparecieron 16 placas, dos brazaletes, dos pectorales y un collar. Todas las piezas eran de oro macizo y pesaban casi tres kilos. Después de analizarlas, el arqueólogo Juan de Mata Carriazo concluyó que era «un tesoro digno de Argantonio».

El hallazgo del tesoro de El Carambolo (se lo llamó así por el cerro de 91 metros de altura, de este nombre, en el que se encontró) alborotó los foros científicos cuando muchos se resignaban ya a una Tartessos virtual. El Carambolo se convirtió en la imagen de cabecera de la cultura tartesia y Juan de Mata Carriazo, en el padrino del descubrimiento. Durante tres años, Mata Carriazo excavó el yacimiento que representaba a la Tartessos tangible. Desenterró muros, estudió cerámicas, cotejó niveles estratigráficos y demostró, por fin, que Tartessos no era una alucinación de los autores de la Antigüedad.

De este modo, los estudiosos pudieron definir un mapa de la civilización tartesia, que se extendía por la mitad sur de la Península. Diversos yacimientos quedaban, así, asociados con Tartessos: en la provincia de Huelva, los de La Joya y el Cabezo de San Pedro; en la de Sevilla, El Gandul y Carmona; en Córdoba, La Colina de los Quemados; en Bajadoz, Medellín y Cancho Roano, e incluso en Portugal se considera tartesio el yacimiento de Alcácer do Sal. También cabe incluir en el área tartesia la localidad gaditana de Mesas de Asta, la Asta Regia romana. El término Regia es una interesante pista sobre el tipo de organización política del mundo tartésico; investigadores como Manuel Bendala sospechan que alguna élite tartésica gobernó estas tierras antes de que Roma le pusiera nombre.

En años recientes, la cuestión que más debate ha suscitado en torno a la cultura de Tartessos es la de su relación con el mundo fenicio. A partir del siglo VIII a.C., navegantes y comerciantes fenicios fundaron ciudades y factorías en el sur peninsular, especialmente en las provincias de Málaga, Granada, Cádiz, Almería y Alicante; un territorio, pues, muy próximo al de los tartesios, con quienes sin duda los fenicios mantuvieron contactos de todo tipo, tanto económicos como culturales y artísticos.



¿Tartesios o fenicios?

Tradicionalmente, se ha pensado que ambas áreas, pese a la cercanía geográfica y a las relaciones que se establecieron entre ellas, permanecieron sustancialmente independientes una de otra. El territorio nuclear tartesio se ha ubicado tradicionalmente lejos de la costa, mientras que lo fenicio se asocia al litoral andaluz y alicantino. Sin embargo, algunos estudiosos plantean hoy en día que entre tartesios y fenicios se dio una auténtica fusión cultural, hasta el punto de que en términos arqueológicos se hace muy difícil distinguir en muchas ocasiones qué elementos son tartesios y cuáles fenicios.

Ésta es justamente la teoría que mantienen dos arqueólogos sevillanos, Álvaro Fernández Flores y Araceli Rodríguez Azogue, que entre 2002 y 2005 excavaron en el yacimiento de El Carambolo, ampliando la investigación que había llevado a cabo Mata Carriazo décadas atrás. En su opinión, El Carambolo no sería un asentamiento indígena, producto de la civilización tartesia, sino un santuario fenicio, dedicado a la diosa Astarté, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo VII a.C. y se abandonó en el siguiente. Una sentencia que reduce Tartessos a atrezzo imaginario y cuya onda expansiva ha sacudido a la comunidad científica.

Ambos autores mantienen que el área de expansión colonial de los fenicios se extendió incluso a Extremadura. Creen que los objetos bautizados como tartésicos (entre ellos, el propio tesoro de El Carambolo) son la expresión colonial de un pueblo semita que se asentó en Cádiz allá por el siglo X a.C. para luego expandirse por la costa y el interior peninsular. De esta forma, El Carambolo sería un santuario fenicio, resultado de un cierto «mestizaje» entre lo semita y lo local. Se podría comparar con la colonización española de América tras la llegada de Cristóbal Colón. Si uno contempla la huella dejada por los españoles en catedrales o iglesias de América Latina, ¿las catalogaría como obras españolas o locales?

Un reciente congreso, celebrado en Huelva en diciembre del año 2011, ha dado resonancia a las posiciones de los «tartesoescépticos», aquellos que dudan de que Tartessos pueda ser considerada como una cultura diferenciada. El debate se ha trasladado incluso a las vitrinas del Museo Arqueológico de Sevilla. Allí se exponen, también desde diciembre de 2011, las piezas del tesoro de El Carambolo, que durante décadas habían permanecido a buen recaudo en la caja fuerte de un banco. Pero ahora los visitantes leen una nueva denominación de origen: fenicia.

Sin embargo, para la mayoría de especialistas el dictamen de Fernández Flores y Rodríguez Azogue peca de atrevido. Creen, por el contrario, que en El Carambolo sí se advierten rasgos específicamente tartesios. Una evidencia de ello se encontraría en el altar con forma de piel de toro que ha aparecido en el epicentro del recinto sagrado, la misma forma de los pectorales del tesoro de El Carambolo. En ningún santuario fenicio se encuentran altares con este perfil; únicamente en territorio hispano. Otros altares del área tartesia tienen la misma forma que el hallado en el Carambolo, como los de Cancho Roano (Zalamea de la Serena, Badajoz) y Cerro de San Juan (Coria del Río, Sevilla). Cuenta el mito griego que Hércules, después de matar al gigante Gerión –el primer rey de Tartessos, según la leyenda–, se apropió de su rebaño de toros rojos, en el que fue el décimo de los doce trabajos atribuidos al héroe griego. Así, pues, el toro es el salvoconducto de Tartessos para no arder en la pira de las invenciones históricas.





Galería de fotos


El influjo oriental

En orfebrería, con la presencia fenicia se introdujeron motivos y técnicas orientales. Pendiente de oro del tesoro de La Aliseda. Siglo VII a.C. MAN, Madrid.

Crédito: Photoaisa





La metrópoli fenicia

Desde el siglo IX a.C., la poderosa ciudad fenicia de Tiro estableció contactos comerciales con el mundo tartésico. En la imagen, ruinas de la Tiro romana.

Crédito: Egmont Strigl / Age Fotostock




La gran divinidad fenicia

La diosa Astarté en un trono flanqueado por esfinges. Estatuilla descubierta en Tutugi (Granada). Siglo VII a.C. Museo Arqueológico Nacional, Madrid.

Crédito: Oronoz / Album






Guerrero con escudo y carro

En las estelas funerarias de guerreros halladas en Extremadura y Andalucía se ha visto una manifestación de la cultura tartésica. Estela de Solana de Cabañas. Siglos VIII-VI a.C. MAN, Madrid.

Crédito: Photoaisa




El rey del fin del mundo

Esta ánfora muestra la lucha entre Hércules y Gerión, mítico soberano de tres cabezas

que gobernaba Tartessos, país situado en los confines del mundo conocido. Siglo VI a.C.

Crédito: Oronoz / Album




Tesoro de La Aliseda

El conjunto de piezas de oro hallado en La Aliseda (Cáceres), que tal vez fue el ajuar funerario de una dama de alcurnia, permite apreciar con claridad el influjo fenicio en el ámbito de Tartessos. Así sucede con el cinturón, que consta de más de sesenta piezas en las que se han representado temas orientales como grifos alados, palmetas y un hombre luchando con un león.

Crédito: Prisma




En tiempos de Salomón

Salomón y la reina de Saba. Relieve en bronce dorado por Lorenzo Ghiberti. 1438-1440. Puerta del Paraíso, en el baptisterio de Florencia. Salomón, monarca de Israel, vivió hacia 970-931 a.C. El libro bíblico de los Reyes hace referencia a las naves que el soberano enviaba junto con Hiram I de Tiro a Tarsis, identificada con Tartessos por muchos autores, y que volvían cargadas de metales preciosos y productos exóticos. El emporio fenicio de Tiro tendió una amplia red comercial sobre el Mediterráneo occidental, y fueron precisamente navegantes tirios quienes fundaron Gadir (Cádiz), considerada la primera ciudad de Occidente.

Crédito: Scala




Los relatos griegos

Casco griego de tipo corintio hallado en la ría de Huelva en 1930. Siglo VI a.C. Real Academia de la Historia, Madrid. Narrado por Heródoto, el viaje de Coleo de Samos a Tartessos, hacia 640-630 a.C., es el primer testimonio de la presencia griega en Occidente. La historiadora M. E. Aubet observó que los autores griegos transmitieron una imagen idealizada de Tartessos, en la que los dioses y los personajes mitológicos (como Heracles o Gerión) se mezclan con personajes en apariencia históricos, como Argantonio, en un mundo de leyendas que giran en torno a las principales riquezas del país: la plata, la agricultura y la ganadería.

Crédito: Oronoz / Album


Piel de toro

Pectoral de oro en forma de piel de toro, procedente de El Carambolo. Los casi tres kilogramos de oro que en 1958 se hallaron en el cerro de El Carambolo, próximo a Sevilla, precedieron la excavación, entre los años 2002 y 2005, de un recinto sagrado edificado allí en el siglo VIII a.C., que fue remodelado y ampliado en el siglo siguiente. Aunque este santuario es de tipo fenicio, su altar en forma de piel de toro extendida, que se corresponde con los pectorales del tesoro que tienen igual forma, constituiría un rasgo original del mundo tartesio. Puede que las joyas que forman el tesoro de El Carambolo fuesen ornamentos de una imagen de culto (quizás adornaron toros sagrados) o atributos sacerdotales.

Crédito: Oronoz / Album






La llegada de los fenicios

Barco fenicio de guerra, dotado de un espolón para embestir las naves enemigas. Pendiente de oro fechado hacia 404-399 a.C. La tradición que sitúa la fundación de Cádiz hacia 1100 a.C. quizá recoge los primeros contactos comerciales de los fenicios con Tartessos, pues las excavaciones realizadas entre 2008 y 2010 en el solar del Teatro Cómico de esta ciudad sitúan su nacimiento más tarde, entre finales del siglo IX y comienzos del siglo VIII a.C. En el período previo se habrían consolidado los intercambios entre tartesios y fenicios, cuyas demandas de metales y otros bienes habrían transformado las sociedades indígenas.

Crédito: Dagli Orti / Corbis




Búsqueda en Doñana

Adolf Schulten (1879-1960). Además de su actividad como arqueólogo, Schulten estudió profundamente la etnología y la geografía de Iberia. Tras excavar en el área de Numancia entre 1905 y 1914, este arqueólogo alemán volvió a España una vez concluida la primera guerra mundial, y se enfrascó en la búsqueda de la capital de la legendaria Tartessos de la que hablaban los autores griegos, que él situaba en Doñana. Aunque no tuvo éxito en esta empresa, su Tartessos. Contribución a la historia más antigua de Occidente (1924) constituyó un hito en el estudio de la cultura tartésica.

Crédito: Oronoz / Album




En tierras de Extremadura

Arreo de caballo procedente de Cancho Roano, con la forma de «señor de los caballos» (despotes hippon). A principios del siglo VI a.C., en el valle de la Serena (Badajoz) se levantaba un palacio-santuario que fue reedificado en dos ocasiones, la última a principios del siglo V a.C.; su arquitectura y los altares en forma de piel de toro extendida recuerdan los de El Carambolo. El santuario de Cancho Roano, excavado desde 1978, se ha relacionado con las élites tartesias, y su ubicación en Extremadura atestigua la amplia difusión de la cultura tartésica y de la influencia oriental que la caracterizaba.

Crédito: Sebastián Celestino



Para saber más


Tartessos desvelado. La colonización fenicia del suroeste peninsular y el origen y ocaso de Tartessos. Álvaro Fernández Flores y Araceli Rodríguez Azogue. Almuzara, Córdoba, 2007.

Tartessos. Contribución a la historiamás antigua de Occidente. Adolf Schulten. Almuzara, Córdoba, 2006.

Tartessos. Jesús Maeso de la Torre. Edhasa, Barcelona, 2003 (novela).

FUENTE: ELGRANCIELO; NATIONALGEOGRAPHIC

EL ARTE DE JOAN MIRÓ


(Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, España, 1983) Pintor, escultor, grabador y ceramista español. Estudió comercio y trabajó durante dos años como dependiente en una droguería, hasta que una enfermedad le obligó a retirarse durante un largo periodo en una casa familiar en el pequeño pueblo de Mont-roig del Camp.

De regreso a Barcelona, ingresó en la Academia de Arte dirigida por Francisco Galí, en la que conoció las últimas tendencias artísticas europeas. Hasta 1919, su pintura estuvo dominada por un expresionismo formal con influencias fauvistas y cubistas, centrada en los paisajes, retratos y desnudos.

Ese mismo año viajó a París y conoció a Picasso, Jacob y algunos miembros de la corriente dadaísta, como Tristan Tzara. Alternó nuevas estancias en la capital francesa con veranos en Mont-roig y su pintura empezó a evolucionar hacia una mayor definición de la forma, ahora cincelada por una fuerte luz que elimina los contrastes. En lo temático destacan los primeros atisbos de un lenguaje entre onírico y fantasmagórico, muy personal aunque de raíces populares, que marcaría toda su trayectoria posterior.

Afín a los principios del surrealismo, firmó el Manifiesto (1924) e incorporó a su obra inquietudes propias de dicho movimiento, como el jeroglífico y el signo caligráfico (El carnaval del arlequín). La otra gran influencia de la época vendría de la mano de P. Klee, del que recogería el gusto por la configuración lineal y la recreación de atmósferas etéreas y matizados campos cromáticos.

En 1928, el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquirió dos de sus telas, lo que supuso un primer reconocimiento internacional de su obra; un año después, contrajo matrimonio con Pilar Juncosa. Durante estos años el artista se cuestionó el sentido de la pintura, conflicto que se refleja claramente en su obra. Por un lado, inició la serie de Interiores holandeses, abigarradas recreaciones de pinturas del siglo XVII caracterizadas por un retorno parcial a la figuración y una marcada tendencia hacia el preciosismo, que se mantendría en sus coloristas, juguetones y poéticos maniquíes para el Romeo y Julieta de los Ballets Rusos de Diaghilev (1929). Su pintura posterior, en cambio, huye hacia una mayor aridez, esquematismo y abstracción conceptual. Por otro lado, en sus obras escultóricas optó por el uso de material reciclado y de desecho.

La guerra civil española no hizo sino acentuar esta dicotomía entre desgarro violento (Cabeza de mujer) y evasión ensoñadora (Constelaciones), que poco a poco se fue resolviendo en favor de una renovada serenidad, animada por un retorno a la ingenuidad de la simbología mironiana tradicional (el pájaro, las estrellas, la figura femenina) que parece reflejar a su vez el retorno a una visión ingenua, feliz e impetuosa del mundo. No resultaron ajenos a esta especie de renovación espiritual sus ocasionales retiros a la isla de Mallorca, donde en 1956 construyó un estudio, en la localidad de Son Abrines.



Entretanto, Miró amplió el horizonte de su obra con los grabados de la serie Barcelona (1944) y, un año después, con sus primeros trabajos en cerámica, realizados en colaboración con Llorens Artigas. En las décadas de 1950 y 1960 realizó varios murales de gran tamaño para localizaciones tan diversas como la sede de la Unesco en París, la Universidad de Harvard o el aeropuerto de Barcelona; a partir de ese momento y hasta el final de su carrera alternaría la obra pública de gran tamaño (Dona i ocell, escultura), con el intimismo de sus bronces, collages y tapices. En 1975 se inauguró en Barcelona la Fundación Miró, cuyo edificio diseñó su gran amigo Josep Lluís Sert.




Pintura (El guante blanco), 1925

Óleo sobre tela 
113 x 89,5 cm
Fundació Joan Miró





La estrella matutina, 1940
Témpera, gouache, huevo, óleo y pastel sobre papel 
38 x 46 cm 
Donación Pilar Juncosa de Miró


Mujer soñando con la evasión, 1945
Óleo sobre tela 
130 x 162 cm
Fundació Joan Miró


Retrato de una niña, 1919

Óleo sobre papel, sobre tela
34,8 x 27 cm 
Donación Joan Prats





El acomodador del music-hall, 1925
Óleo sobre tela 
100 x 78 cm 
Depósito de la Generalitat de Catalunya





Hombre y mujer ante un montón de excrementos, 1935
Óleo sobre cobre 
23 x 32 cm 
Donación Pilar Juncosa de Miró







Autorretrato, 1937/38-1960
Óleo y lápiz sobre tela 
146,5 x 97 cm 
Depósito Emili Fernández Miró


Mujer, pájaro, estrellas, 1942
Pastel y lápiz sobre papel
106,6 x 71,1 cm
Depósito Gallery K. AG





El cielo entreabierto nos devuelve la esperanza, 1954

Óleo sobre tela
130 x 195 cm
Depósito Gallery K. AG







El oro del azur, 1967
Acrílico sobre tela 
205 x 173 cm 
Fundació Joan Miró


Cabello perseguido por dos planetas, 1968
Óleo sobre tela
195 x 130 cm
Depósito Gallery K. AG


La sonrisa de una lágrima, 1973
Acrílico sobre tela
200 x 200 cm
Depósito Gallery K. AG


Naturaleza muerta con zapatos viejos - 1937


El jardín



Tierra labrada (1923 óleo)


Carnaval de Arlequín, 1924 óleo


Chiffres et constellations amoureux d'une femme (1941)





Femme, escultura de Joan Miró en la Casa de la Ciudad de Barcelona - 1981




Dona i ocell (1983) en Barcelona.


'Personnage


Luna de Aves (1966)



VÍDEOS:







VENUS, HERAS, MEAVE Y LA VIOLENCIA DOMÉSTICA: LA SOLEDAD DE MAE


Venus, Heras, Meave y la violencia doméstica: la soledad de Mae.


 

"La mujer es igual al hombre. ¿Qué significa la igualdad en una comunidad dominada por valores masculinos? La respuesta es inmediata: ser como un hombre."
"En los últimos cinco años en los que investigué la violencia doméstica, he podido concluir que las víctimas son un precio que hay que pagar por sostener un modelo de vida, y por eso no hay una intención real por parte de las instituciones para afrontar y solucionarlo"
Javier Ortega Cañavate, autor de "La soledad de Mae: una investigación antropológica sobre la violencia doméstica",del que extraigo algunos párrafos:


El Viejo Chamán y la mujer.

“Un día (Viejo ) decidió que haría una mujer y un niño, y los hizo a ambos de barro. Una vez que hubo moldeado el barro en forma humana, le dijo:

-’Tú serás gente’.

Entonces lo cubrió y se fue. Al volver a la mañana siguiente, retiró la cubierta y vio que las formas de barro habían cambiado un poco. A la segunda mañana habían cambiado más y a la tercera aún más. A la cuarta mañana retiró la cubierta, miró las imágenes y les dijo que se levantaran y anduvieran, y éstas lo hicieron. Fueron hasta el río con su hacedor y él les dijo que su nombre era Viejo.

Mientras permanecían de pie a la orilla del río, la mujer le preguntó a Viejo:
-‘¿Cómo es esto? ¿Viviremos siempre y no habrá final?’
Y él contestó:
-‘Nunca lo he pensado, debemos decidirlo. Cogeré este pedacito de excremento seco de búfalo y lo arrojaré al río. Si flota, la gente morirá, pero a los cuatro días volverán a vivir de nuevo; morirán sólo cuatro días. Pero si se hunde, tendrán fin’.
Arrojó el pedacito al río y flotó. La mujer se volvió, cogió una piedra y dijo:
-‘No, no va a ser así. Tiraré esta piedra al río y si flota viviremos siempre, pero si se hunde, la gente debe morir, de forma que tengan piedad unos de otros y sientan lástima unos de otros’.
La mujer arrojó la piedra al agua y se hundió.
-‘Así sea’, dijo Viejo. ‘Habéis elegido. Y así es como ocurrirá’.”


 

"Es el mundo de las Venus, un mundo real en donde mujeres y hombres tienen el mismo valor desde su autonomía, y lo mismo sucede, pues, con la madre y el padre; la recolectora y el cazador; con lo femenino y lo masculino."

"El grupo es la unidad vital mínima: sólo si sobrevive el grupo, sobreviven los individuos. Y un grupo más fuerte es aquel cuya cohesión entre los individuos es fuerte y flexible. La familia es el primer sistema de creación de la identidad de los individuos, pero no tiene significado si no es en el seno de la comunidad."

"No hay dependencia: las venus no son amuletos de fertilidad, "ni tampoco estímulos de la sexualidad femenina". Su significado era más importante: la donación y protección de la vida, así como la muerte y la regeneración del devenir del grupo (no del individuo) La mujer está en el centro de lasrelaciones domésticas públicas, y se articula como garantía de la supervivencia de la comunidad, más que como esposa y madre. La diosa serpiente significa la constante regeneración de la vida del grupo. Por eso, la visión de la mujer de este cuento Sioux está puesta no en la muerte de los individuos, sino en aquellas condiciones (piedad, lástima) que posibilitan la superviviencia del grupo."



 

"Pero la Venus deja paso al Chamán: es asesinada (lo dicen los Ona de Tierra del Fuego). La mujer se vuelve esposa y madre, y su mera condición de persona queda reducida a la de su marido y sus hijos. A partir de ahora ya no es autónoma, sino que sólo puede interpretarse a sí misma, emocional y racionalmente, desde la masculinidad. Las bandas se transforman en aldeas. Las condiciones ecológicas cambian. Las comunidades humanas aumentan de tamaño. ¡El individuo debe ser controlado! Se necesita un segundo nacimiento que aleje a los hombres de sus madres y los introduzca en un mundo de exclusividad masculina. ¡Nacen los Club! (Y los puti-club, la trata de blancas,…)."

"El chamán se hace sacerdote y la aldea se hace Estado.
La distancia entre los individuos y el grupo se hace mayor, y la comunidad ya no es efectiva para ejercer control sobre los individuos que puedan poner en peligro, y lo ponen, el propio sistema social. En este momento, deja en manos de la familia este control emocional. Pero la familia es a la vez la mujer, la que permanece en contacto emocional con los hijos, con lo que debe ser controlada a su vez por el varón.
La mujer introduce el pecado, que es fundacional de una realidad en la que el dominio exige sumisión. La mujer es Eva, Eloísa, Meave, Nisa, Abuk, Izanami, Pandora, Isolda, Amanda,…"



¿Conoces la historia de Tiresias?

Tiresias fue aquel individuo que tuvo la experiencia de ser mujer y hombre por un asunto de sexo y serpientes que ahora no vienen al caso. Lo importante es que pudo experimentar los dos modos de ser. El significado esencial de la figura de Tiresias reside en su papel de mediador: gracias a sus dotes proféticas, media entre los dioses y los hombres; por su condición andrógina, lo hace entre hombres y mujeres; y por la excepcional duración de su vida, entre los vivos y los muertos.

Pues bien....Estaban Zeus y su mujer "discutiendo sobre quién disfrutaba más del coito, si el hombre o la mujer. Y por supuesto nadie podía decidirlo porque sólo conocían un lado de la cuestión. Hasta que alguien dijo: "Preguntémosle a Tiresias.
Así que van a ver a Tiresias:
“Ilustre sabio, perspicaz profeta,
para quien el futuro es transparente,
y tan claro el ayer como el presente;
hombre y mujer en única silueta.
Tú, que lograste la visión completa
de cuanto cada sexo juzga y siente,
dime cúyo placer es más ardiente,
cúya satisfacción es más completa.”

Y el oráculo de hombres y deidades,
portador de las dos sensualidades,
respondió en forma contundente y breve:

-“En medida o escala de uno a diez,
quizá exceptuando la primera vez,
uno se lleva el hombre, y la hembra nueve”.

Por alguna razón que no consigo explicar y espero que tú me ayudes, Hera, la esposa de Zeus, se enfadó y lo dejó ciego.... «... ofendida que no es conveniente para un sujeto ser tan ligero, y condena los ojos de su juzgado a las tinieblas eternas»


"Y la historia, si se quiere con mayúscula para mayor vergüenza, sigue su curso. La mujer como matrona cuya identidad comienza y acaba en la familia (la suya propia, por supuesto) dejando al paterfamilia el camino libre para la constitución de la res pública. Ya sea como síntesis de la madre Eva, la Virgen Madre y la mujer Magdala, el trilema cristiano que silencia lo femenino. Ya sea agarrada al arado o al hilado, a la taberna o al comercio, a la enseñanza o al parto, la mujer sólo es como hija, como madre y como esposa."

"Y en esta constante cosmológica (buen orden), más allá de sociedades y culturas concretas, encontramos el mismo patrón, la misma estructura: el velo, que todo lo cubre, asirio, judío, islámico y cristiano."





Historia de la reina Meave y su esposo Ailill.

“... La pareja estaba en paz en su fortaleza de Cruachan, acababan de extender el lecho real, cuando dijo Ailill:
-“Mujer, ciertamente es verdad el dicho de que la esposa de un buen hombre es buena”.
Ella respondió:
-“Sí, pero ¿en qué te afecta eso a ti?”
El respondió:
-“Porque ahora eres mejor que el día que me casé contigo”.
Ella dijo:
-“Era buena incluso antes de verte”.
-“Entonces resulta curioso”, respondió él, “que nunca oyéramos nado de tus bondades, sino sólo que confiabas en tus ardides femeninos mientras que en las fronteras los enemigos te desvalijaban de tu botín y de tu presa con facilidad”.

Meave lo miró detenidamente y contestó:

-“Yo no era como tú dices, sino que vivía con mi padre Eochaid, rey de Irlanda, que tenía seis hijas, y yoera la más noble y querida de todas. Porque ninguna me aventajaba en generosidad, y con respecto a la batalla, lucha y combate también era la mejor. Tenía ante mí y mi alrededor dos veces mil quinientos mercenarios reales, todos hijos de caciques, con diez hombres por cada uno, y por cada uno de estos, ocho hombres; y por cada uno de estos, seis hombres; y por cada uno de estos, cinco hombres,.....
(Muchos reyes llegaron pretendiéndome), pero les rechacé, porque yo fui la que exigió un extraño regalo de novia, uno que ninguna mujer había pedido nunca a ninguno de los hombres de Erin; que mi marido no fuera tacaño ni celoso ni miedoso.
El motivo es que si el marido que yo tuviera fuera avaro, no estaría bien porque yo le ganaría en generosidad. Y si fuera miedoso, no estaría bien, porque yo sola obtendría la victoria en las batallas, torneos y luchas. Y si fuera celoso, tampoco estaría bien, porque nunca me ha faltado un hombre a la sombra de otro. Y de hecho he conseguido un marido así, tú: Ailill mac Rosa Rua de Leinster (...). Así que si alguien te menosprecia, te mutila o te engaña, no hay seguro o compensación por tu honor dañado, sino lo que es mío: porque eres un perrito faldero”.

"El mundo se hace moderno, diríamos: contemporáneo. La distancia entre cada individuo y la comunidadse ha vuelto a reducir por la ciencia, la técnica, la política...


Los carteles están dirigidos únicamente a las víctimas.
Pero los cambios éticos y políticos afectan sólo a los individuos (especialmente a las víctimas), no a los sistemas de relaciones comunitarias ni al complejo sistema emocional que determinan la manera de sentirnos y pensarnos en su interior."

"La mujer es igual al hombre. Todo una cuestión de@s y tantos por cientos… pero el hombre, esposo y padre, emerge de nuevo como mecanismo de control y no para equilibrar la balanza. ¿Qué significa la igualdad en una comunidad dominada por valores masculinos? La respuesta es inmediata: ser como un hombre. Como Meave."

"La liberación de la mujer no tiene que ver con la igualdad, sino con su autonomía, respecto al Síndrome del Clan (madre-hija-esposa) y respecto al ideal de amor cortés (la entrega total al amado como sacrificio).
El refuerzo de su propia identidad femenina."



Extraído de:
Javier Ortega Cañavate. La soledad de Mae. Una investigación antropológica sobre la violencia doméstica.
http://lasoledaddemae.blogspot.com.es/2008/12/pensar-con-el-martillo-un-comentario.html