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jueves, 14 de noviembre de 2013

LOS RITOS COMO TERAPIA DE GRUPO: EL ANIMAL RITUAL DE FREUD


"Nada se asemeja más al pensamiento mítico que la ideología política."
Claude Lévi-Strauss, antropólogo.

*Extractos del libro "Pureza y peligro. Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú", Mary Douglas.

En cierta ocasión, cuando una banda de bushmen kung (sudáfrica) hubo celebrado sus ritos de lluvia, apareció en el horizonte una pequeña nube, creció y se oscureció. Entonces cayó la lluvia. Pero los antropólogos que preguntaron si los bushmen consideraban que el rito había producido la lluvia, fueron objeto de irrisión general.

¿Hasta qué grado podemos ser ingenuos con respecto a las creencias de los demás? Los dinka celebran una ceremonia anual para curar el paludismo. La ceremonia se calcula para el mes en que se espera que el paludismo va a disminuir de intensidad. El oficiante terminaba apremiando a todos a que acudieran regularmente a la clínica si esperaban sanar.

Es evidente que esperan que los ritos de la lluvia van a producir lluvia, que los ritos de curación van a apartar la muerte, que los ritos de la cosecha van a rendir fruto. Pero la verdadera eficacia reside en la acción misma, en las aseveraciones que produce y en la experiencia que porta su sígno.



En cuanto animal social, el ser humano es un animal ritual. Si se suprime

el rito bajo cierta forma, no deja de surgir en otras. Sin las cartas de pésame, los mensajes de enhorabuena, y sin postales de vez en cuando, la realidad de un amigo distante no constituye una realidad social. Es imposible mantener relaciones sociales sin actos simbólicos. 

Los psicólogos han hecho correr mucha tinta acerca de las ideas de contaminación de los yurok. Estos indios del Norte de California, que vivían de la pesca del salmón en el río Klamath, parecían haber estado obsesionados por el comportamiento de los líquidos, si es que puede decirse que sus reglas de contaminación expresaran una obsesión. Tenían cuidado en no mezclar el agua buena con la mala, en no orinar en los ríos, en no mezclar el agua de mar con el agua dulce, y así sucesivamente.

Los bemba creen que la contaminación por adulterio se transmite mediante el fuego. Por lo tanto, el ama de casa cuidadosa parece vivir obsesionada por el problema de proteger el fuego de su hogar contra la profanación adúltera y menstrual y contra los homicidios. Es difícil exagerar la fuerza de estas creencias o el grado en el que afectan la vida cotidiana. En cualquier aldea, a la hora de cocinar, se envía a los niños acá y allá en busca de «fuego nuevo» que piden a las vecinas que se encuentran en estado de pureza ritual.
En Nysalandia, entre los yao y los cewa, existe un sistema similar de creencias con respecto a la contaminación de la sal.


Cuando meditamos honradamente acerca de nuestros afanosos fregados y limpieza, nos damos cuenta de que no estamos precisamente intentando evitar las enfermedades. Si mantenemos los objetos de limpieza del baño lejos de los objetos de limpieza de la cocina, esencialmente estamos haciendo lo mismo que la mujer bushman cuando acaba de llegar a un nuevo campamento. Ella escoge el lugar donde va a colocar su fuego y planta un palo en el suelo, que determina su lado izquierdo y derecho. Así, el hogar se divide entre alojamientos masculinos y femeninos. Tanto nosotros como el bushman justificamos nuestros actos paraevitar la contaminación por el miedo al peligro. La diferencia entre ellos y nosotros no estriba en que nuestro comportamiento se basa en la ciencia y el de ellos en el simbolismo. Nuestra conducta porta igualmente un significado simbólico. Entre nosotros, la contaminación guarda relación con la estética, la higiene o la etiqueta.

El pastor dinka que vuelve a casa apurado para la cena, anuda un haz de hierba a la vera del camino, símbolo de retraso. De este modo, expresa externamente su deseo de que se retrase la cena. El rito no supone una promesa mágica de que ahora llegará a tiempo. No se dedica a haraganear: redobla su prisa. Ha hecho que su atención se enfoque sobre su deseo de llegar a tiempo.
Nosotros, cuando hacemos nudos en un pañuelo (como señal para recordar algo), no estamos sometiendo nuestra memoria a la magia.



Los ritos ejercen poder en la vida social.

La metáfora del dinero resume admirablemente lo que queremos aseverar acerca del rito. El dinero mediatiza las transacciones; el rito mediatiza la experiencia. El dinero ofrece un canon para medir el valor; el rito clasifica las situaciones, y así ayuda a valorarlas. El dinero establece un vínculo entre el presente y el futuro, lo mismo hace el rito. El dinero es tan sólo un tipo extremo y especializado del rito. El dinero sólo puede cumplir su papel de intensificar la interacción económica si el público cree en él. Si la fe en el dinero se quebranta, la moneda es inútil. Lo mismo ocurre con el rito; sus símbolos sólo pueden tener efecto mientras inspiren confianza. Sabemos muy bien que los símbolos ejercen poder en la vida social; la analogía con el dinero ofrece un ejemplo: ¿Pero acaso el tipo de descuento de los bancos tiene algo que ver con las curaciones shamanísticas? Los psicoanalistas pretenden efectuar curaciones por medio de la manipulación de símbolos.



Debo ahora citar dos maravillosos trabajos que han de poner en crisis el escepticismo. Uno de ellos es el análisis que hace Turner de una curación shamanística ndembu. Los síntomas eran palpitaciones, fuertes dolores en la espalda y una debilidad que reducía a la impotencia. El paciente estaba igualmente convencido de que los demás habitantes de la aldea se habían vuelto contra él y se retiraba totalmente de la vida social. De este modo, se daba una mezcla de perturbaciones físicas y psicológicas. El médico procedía a investigar todo lo que podía acerca de la pasada historia de la aldea, dirigiendo sesiones durante las cuales todo el mundo era alentado a discutir sus malquerencias para con el paciente, mientras que él, por su lado, ventilaba las quejas del enfermo contra ellos. Finalmente, le extraían la muela al paciente que sangraba hasta el punto de desfallecer. Alegremente lo felicitaban por su restablecimiento y se felicitaban unos a otros por la participación que habían tenido en la curación. Razón tenían de alegrarse pues el largo tratamiento había puesto al descubierto las principales fuentes de tensión que había en la aldea. En el futuro, el paciente podía desempeñar un papel aceptable en los asuntos comunes.

Se nos muestra un caso de experta terapia de grupo. La maledicencia y la envidia de los aldeanos, simbolizados por la muela en el cuerpo del hombre, se disolvían en una ola de entusiasmo y solidaridad. En conclusión dice Turner: Despojada de su aspecto sobrenatural, la terapia ndembu bien puede dar lecciones a la práctica clínica occidental. Pues se podrían aliviar muchos casos de enfermedad neurótica si todos aquellos que se encuentran implicados en sus redes sociales pudieran juntarse y confesar públicamente su mala voluntad con respecto al paciente y aguantar a su vez la exposición de sus quejas contra ellos.


Lévi-Strauss ha analizado el canto de un shamán cuna, que suele cantarse para aliviar un parto difícil. El médico no toca al paciente. El efecto del sortilegio es su recitación. El shamán, sale de viaje (en el canto) hacia la casa de Muu, poder que es responsable del feto, que ha capturado el alma de la paciente. El canto describe la búsqueda, los obstáculos y peligros y victorias de la banda del shamán hasta que entablan finalmente batalla contra Muu y sus aliados. Ya conquistada Muu y liberada el alma cautiva, la madre parturienta da a luz a su criatura y el canto termina. El interés del canto está en que los hitos del viaje del shamán hacia la morada de Muu son literalmente la vagina y el útero de la mujer preñada, en cuyas honduras lucha él finalmente por ella y obtiene la victoria. Por medio de repeticiones y de detalles minuciosos, el canto obliga a la paciente a prestar atención a un relato elaborado de las dificultades en su alumbramiento.

La curación consistiría entonces en hacer inteligible una situación emotiva; y en hacer que la mente consienta en dolores que el cuerpo se niega a soportar. No tiene importancia el hecho de que la mitología del shamán no corresponda con la realidad objetiva: el paciente cree en ella. Los poderes protectores y los malignos, los monstruos sobrenaturales y los animales mágicos forman parte de un sistema coherente que da base a la concepción indígena del universo. La paciente los acepta, o más bien nunca ha dudado de ellos. Lo que no acepta es este dolor incoherente y arbitrario que es un elemento intruso en su sistema.

Estos ejemplos deberían bastar para quebrantar un menosprecio, demasiado complaciente, hacia las creencias religiosas de los primitivos. 

No es el absurdo Alí Babá, sino la figura magistral de Freud, el modelo para apreciar el rito primitivo.

Mary Douglas, antropóloga.


Pureza y peligro. Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú, Mary Douglas



REENCARNACIONES, ZOMBIES, TABÚS Y LA SOCIEDAD LETAL



"Paradojas de la mitología moderna: para el hombre primitivo, dice la leyenda, el tiempo no tiene sentido; para el hombre civilizado, en cambio, es la muerte la que no tiene sentido. Todo en cuanto no es moderno —lo antiguo, lo salvaje, lo bárbaro— le da algún sentido a la muerte." Roger Bartra, antropólogo.
 "En nuestra sociedad, tan amiga de la fotografía, la última escena del álbum familiar, el entierro, siempre falta." Nigel Barley, antropólogo.


PARA QUE EL MUERTO NO VUELVA...

La mayoría de los ritos y ceremonias funerarios tienen un origen común: el horror ante la eventualidad de que el espíritu del fallecido pudiera regresar para perturbar la paz de los vivos.

Y como al ser humano la imaginación no le falta, las triquiñuelas son variadas y, las más de las veces, muy curiosas.

Antiguamente, en los pueblos noreuropeos, se ataba el cuerpo después de decapitarlo y de amputarle los pies. Para que si volvía, no pudiese correr.


En los pueblos mediterráneos antiguos enterraban a los seres queridos lejos del poblado. En algunas comunidades, se sacaba el cadáver por la parte trasera de la casa, o se abría un boquete en la pared que después era tapado. Al volver, para asegurarse, daban varias vueltas por los alrededores, para desorientar al muerto.





En la antigua Roma, cuando llegaban al cementerio ya había anochecido del 

todo. Asociaban el fuego con la muerte, por lo que al llevar al muerte al lugar del entierro, llevaban antorchas. De hecho, la palabra "funeral" viene de la voz latina "funus", que significa "tea encendida".
Los habitantes de la aldea de Trunyan, en la isla de Bali, suelen dejar los cadáveres de sus seres queridos en unas jaulas de bambú, para que la putrefacción haga su laborioso cometido.
Para los tibetanos budistas, no hay ninguna necesidad de preservar el cuerpo, ya que navegará por la senda de los cielos como un “barco vacío”. Por eso, en algunas aldeas, siguen la práctica que se conoce como Jhator, que en tibetano significa “dar limosna a los pájaros”. La generosidad y la compasión para todos los seres son importantes virtudes en el budismo, así que desmenuzan el cadaver en trozos pequeños para posteriormente ofrecérselo a las aves. 




En nuestra sociedad, simplemente tomamos la precaución de encerrarlos en una caja de madera, y colocamos una tapa, cuanto más clavos mejor, en el ataúd. Los bos de China, por si acaso, colgaban sus ataúdes en precipicios. Nosotros en cambio, la cubrimos con una pesadísima losa, la lápida. Con el luto, evitamos que el alma del muerto penetre en el cuerpo de los vivos, en un intento de borrar la propia imagen para despistar al alma en pena. En otros pueblos, el luto se expresa mediante el color blanco, para disfrazarse de espíritus no vivos, desorientando así a los posibles intrusos del mundo del más allá.

El tabú de la muerte es bien conocido en nuestra sociedad. En nuestra cultura estamos acostumbrados a todo tipo de eufemismos para referirnos a la muerte: por ejemplo, preferimos decir ‘cuerpo’ para no hablar de ‘cadáver’. Pero no es el único. El antropólogo británico James Frazer, en su libro La rama dorada, cita muchas de las culturas en las que existen tabúes relacionados con la manera de expresar la muerte, e incluso de nombrar a los muertos. Así, pueblos tan alejados como los guajiros colombianos, los mongoles o los tuaregs del Sahara evitan pronunciar el nombre de las personas fallecidas para impedir que la muerte regrese a por más víctimas. 
Es singular el caso de los aborígenes australianos quienes, como muchas tribus indias, ponen a sus hijos nombres de objetos y animales. Así, con el muerto, cuyo nombre no se puede volver a pronunciar, desaparecen palabras de uso común -águila, fuego, árbol, nube- para las que inmediatamente hay que encontrar una nueva denominación, de manera que el idioma cambia constantemente y de forma caprichosa en cada pueblo, tribu, barrio o familia. 
Entre los indios navajos se considera una grave descortesía interesarse por la salud de los otros, porque piensan que el mero hecho de mencionarla puede acabar con ella. Así que mejor no preguntárles qué tal están o cómo se encuentran.


Quizás más complicado que desorientar al alma en pena para que no nos de un susto, es que las almas de los vivos tampoco nos las den. Afrontar la muerte es un acto difícil que ha dado frutos a muchas prácticas singulares en todo el mundo. 


La muerte en occidente se enfrenta, generalmente, con caras lánguidas, voces apesadumbradas y pausadas, comentarios comedidos, y quizás alguna que otra sonrisa de comprensión. 


"Nosotros bailamos y hablamos para confortar a los familiares. Si los demás estuviéramos sentados, tristes y abatidos, entonces el dolor de los familiares rebasaría con mucho al nuestro. Si nosotros nos limitásemos a estar afligidos, ¿a qué cotas de dolor llegarían ellos? Por tanto, nos sentamos a hablar, a reír, y a bailar hasta que los familiares también se ríen." 
A los Nyakyusa de Malawi, la sobriedad de un funeral occidental los llena de asombro.
  
Tienen compañeros de bromas funerarios a los que se les asigna la tarea de insultar y exasperar constantemente a los muertos y deudos, los cuales no pueden mostrarse ofendidos. El lanzamiento de excrementos e insultos, los intentos de copular con el muerto, la glotonería y la ebriedad... emplean la anomalía, lo repugnante, el insulto, y la ambigüedad para definir la naturaleza de un acontecimiento peligroso y marginal, la propia muerte. De este modo, se mantiene la muerte y el dolor a la distancia social apropiada. En palabras de los loDagaa de Ghana: "Una persona con la cara larga no puede lamerse su propia herida"



No es un caso aislado. Los betsileo de Madagascar se han ganado la desaprobación de los misioneros por lo mucho que disfrutan celebrando los funerales: realizan combates entre hombres y toros, beben hasta quedar inconscientes y se cubren el rostro con las telas empleadas como mortajas para entregarse ciegamente a actos sexuales orgiásticos e incestuosos. 
La etnia merina de Madagascar, los mismos betsileo y los bara, celebran un doble enterramiento. Cada 4-7 años, se celebra una exhumación o “famadihana” (literalmente “vuelta de los huesos”), siempre de carácter festivo que va acompañada de la ingesta de muy generosas cantidades de alcohol, música y bailes. Básicamente los celebrantes van en procesión cantando y bailando hasta la cripta donde están enterrados los cuerpos. Se les saca de allí, se les envuelve en un sudario nuevo y blanco y literalmente se les saca en procesión a hombros para que participen del festejo que puede durar varios días. Durante esta parte de la celebración, los vivos hablan con ellos directamente, es como un reencuentro con la persona cuya pérdida fue tan dolorosa unos años antes. Se les cuenta cuáles han sido las novedades en la familia y los cotilleos vecinales, se baila con ellos y se celebra que formalmente pasan a formar parte de los razana familiares. Los fragmentos de los sudarios son muy apreciados por los malgaches ya que se les supone unos potentes talismanes de la fertilidad. Las mujeres que quieren quedarse embarazadas toman trozos de sudario para colocarlos en sus almohadas. Acabada la celebración, se retornan los cuerpos a sus tumbas hasta el siguiente famadihana. Los participantes no deben mostrar tristeza en ningún momento del proceso.




REENCARNACIONES, VUDÚ Y CERTIFICADOS.


En pueblos como los dowayo la muerte es algo mucho menos preciso que entre nosotros. Cualquiera que se desmaya o cae en coma es descrito como "muerto", y abundan las historias de gente que ha resucitado después de que empezaran a envolver sus cuerpos.


La reencarnación es una creencia para nada excéntrica. “La irreversibilidad de la muerte biológica es un hecho científico moderno." advierte el filósofo y sociólogo Jean Baudrillard. "Es específico de nuestra cultura. Todas las otras afirman que la muerte comienza antes de la muerte, que la vida continúa después de la vida y que es imposible discriminar la vida de la muerte.”

A veces, no es necesario la eliminación total de la persona, sólo su alma, a través de lo que Levi Strauss llamó shock sociocultural, cuando "la integridad física no puede soportar la disolución del ser social". Es el ejemplo de la muerte vudú. El embrujado piensa firmemente que se muere sin remedio por estar sometido al conjuro, con su fé reforzada con las historias de horror que ha oído contar desde niño. Si a esto le añadimos el profundo rechazo social al que el embrujado está siendo sometido, los cuales evitan al condenado como si ya estuviese muerto (al igual que el ostracismo griego), el resultado es una muerte sin lesión, debida al miedo.
La sociedad secreta Bizango prefiere convertir a sus hechizados en zombies esclavizados. Conlleva la administración de la ortodoxina, el veneno del pez globo japonés, para simular la muerte de la víctima y condenarle a una vida de esclavitud.

Siempre ha asombrado el gran sentimiento de comunidad de los inuit que les hace repartirlo todo entre todos y a darlo todo por la supervivencia del pueblo, pero este hecho también tiene sus pegas. En el pasado, en épocas de penurias, los primeros en sacrificarse era la gente mayor, que simplemente, se suicidaba.  



En Occidente ninguna muerte se considera real sin un certificado que explique la "causa de defunción". La "muerte por envejecimiento" ha dejado de ser una causa aceptable para el certificado, tiene que añadirse una enfermedad concreta que nos haga ver que la muerte no tiene porqué ser algo inevitable. La falta de respiración o pulso, frialdad y rigos mortis, relajación de esfínteres, insensibilidad ante los estímulos eléctricos, pueden darse sin que se certifique la muerte. El único signo seguro y certero de la muerte es el comienzo de la putrefacción del cadáver.

Es una perspectiva nihilista ante la muerte. Edgar Morin, sociólogo y filósofo, explica que: 
“El hombre oculta su muerte como oculta su sexo y sus excrementos. Se presenta bien vestido [...] Se diría un ángel. Se comporta como un ángel para expulsar a la bestia. Se avergüenza de su especie: le parece obscena”.

Baudrillard y Louis-Vincent Thomas, sociólogo y antropólogo, parecen estar de acuerdo en que el tabú de la muerte está relacionada con el control social. Baudrillard sugiere que el hecho de que la muerte sea ocultada, significa más bien que es omnipresente: 

"Sabemos lo que significan esos lugares inencontrables: si la fábrica ya no existe es porque el trabajo está en todas partes [...], si el cementerio ya no existe es porque las ciudades modernas asumen por entero su función: son ciudades muertas y ciudades de muerte. Y si la gran metrópoli operacional es la forma lograda de toda una cultura, entonces, simplemente, la nuestra es una cultura de muerte."
Una sociedad letal: desde la industria bélica y la violencia por parte del Estado, hasta la cuota de cadáveres que consumimos en los medios todos los días. Por supuesto, si se trata del Primer mundo, se ocultan los muertos "por respeto" y se construye una tapadera de lo inevitable de la muerte a través de banderas, ostentaciones militares y tecnológicas, mensajes esperanzadores de los mandatarios... 
Sin embargo, si la catástrofe sucede en un país tercermundista, todo apunta a una especie de pornografía de la muerte: primeros planos de cadáveres, imágenes de dolor, zoom de miradas desesperadas, etc. Pero a nosotros no nos pasan estas cosas. Al igual que en nuestra ciencia, hay una separación entre sujeto y objeto, entre la muerte objetiva lejana y ajena a nosotros, y nuestra vida reluciente y perfecta. Como la distancia que construímos entre los cuerpos decrépitos, envejecidos, discapacitados, y nuestros cuerpos de anuncio. Como cuando arrojamos flores a cierta distancia a la fosa.







La impermanencia es a lo único a lo que nos podemos aferrar, aseguran los budistas. "Se creen que experimentar tales estados ha de ser algo así como ser arrojado por la escotilla de una nave espacial para flotar eternamente en un vacío oscuro y helado. Nada podría estar más lejos de la verdad. Pero en un mundo dedicado a la distracción, el silencio y la quietud nos aterrorizan, y nos protegemos de ellos por medio del ruido y las ocupaciones frenéticas." asegura el maestro Sogyal Rimpoché.
Nosotros, y nuestra sociedad letal, al igual que nos comemos a los caníbales, preferimos matar al muerto.






Fuentes:
"Bailando sobre la tumba" Nigel Barley.
"Historia de las cosas" de Pancracio Celdán.
“Libro tibetano de la vida y la muerte” Sogyal Rimpoché
http://pepoladas.over-blog.es/article-rituales-de-enterramiento-38204996.html
http://tejiendoelmundo.wordpress.com/category/catacumbas-y-cementerios/
http://elbauldejosete.wordpress.com/asombrosas-culturas/
"El salvaje artificial" Roger Bartra.
http://jorgealbertoaguiar.blogspot.com.es/2007/01/el-estado-como-fetiche-el-fetichismo.html
http://jdeanicite.typepad.com/i_cite/2005/02/already_zombies.html
http://emc.eserver.org/1-4/hawkes.html
http://www.scribd.com/doc/74211707/Comaroff-and-Comaroff-Alien-Nation-Zombies-Immigrants-And-Millennial-Capitalism.
Nigel Barley, "Bailando sobre la tumba"
Edwin Ardener, "Witchcraft, Economics, and the Continuity of Belief" in Douglas (1970), 141-160, quotation from 154.
Wim van Binsbergen, "Witchcraft in modern Africa as virtualised boundary conditions of the kinship order."
Peter Geschiere, The Modernity of Witchcraft: Politics and the Occult in Postcolonial Africa trans. 
A.R. Radcliffe-Brown, Prefacio a African Political Systems. 
Philip Abrams, “Notes on the Difficulty of Studying the State.
http://digital.csic.es/bitstream/10261/8225/1/Jornades12_Marti%C3%8C%C2%81.pdf
http://www.psikeba.com.ar/articulos03/10-01/el-terror-en-michael-taussig-y-jean-baudrillard-del-estado-de-emergencia-al-no-evento.html  
“La construcción mediática de la muerte. Un estudio desde la filosofía, la antropología y la semiótica” Juan Carlos Herranz, Mónica Lafon. http://biblioteca.itam.mx/estudios/60-89/87/JuanCarlosHerranzLaconstruccion.pdf
http://www.socargcancer.org.ar/actividades_cientificas/2006_hombre_ante_la_muerte.pdf
E. Morin, El hombre y la muerte.
L.V. Thomas, La muerte.
L.V. Thomas, Antropología de la Muerte.
L. V. Thomas, El cadáver: de la biología a la antropología.
J. Baudrillard, El intercambio simbólico y la muerte.

TODO TIPO DE MENTES: AUTISMO, ESQUIZOFRENIA, DEPRESIÓN, BIPOLAR Y PSICOPATÍA

 TEMPLE GRANDIN. AUTISMO.



Creo que comenzaré hablando un poco sobre lo que es exactamente el autismo. El autismo es un continuo muy grande que va desde algo muy severo, niños que no hablan, hasta científicos e ingenieros brillantes.

Y ahora quiero hablarles de distintas maneras de pensar. Yo pienso en imágenes. No pienso con palabras. Ahora, la quid de la mente autista es que se ocupa de los detalles.

Y la cosa es que el cerebro normal ignora los detalles. Bien, si uno está construyendo un puente, los detalles son importantes porque se caerá.

Así, ¿qué es pensar en imágenes? Como si digo "Piensen en un campanario de iglesia" mucha gente piensa en cierta forma muy generalizada. Yo veo sólo imágenes específicas que irrumpen en mi memoria, justo como Google con las imágenes.

La mente autista tiende a ser una mente especializada. Buena para una cosa, mala para otra cosa. 
El quid de la mente autista es que tiende a la fijación. Si a un niño le gustan las carreras de autos usemos autos de carrera en matemáticas. Imaginemos cuánto tarda una carrera de autos en ir a determinada distancia. En otras palabras, usar esa fijación para motivar a ese niño, esa es una de las cosa que tenemos que hacer.




Stephen Wiltshire dibujó de memoria una panorámica de Tokio, en un lienzo de 10 m, después de un corto paseo en helicóptero sobre la ciudad.

Y si los traen para realizar prácticas en sus compañías lo que deben saber del autismo, el tipo de mente Asperger, es que tienen que darles tareas específicas. No digan, "Diseña nuevo software". Tienen que decirles algo mucho más específico: "Bien, estamos diseñando software para un teléfono y tiene que hacer algo específico. Y sólo se puede usar tanta memoria". Ese es el tipo de especificidad que necesitan.

Es la mente que piensa en patrones. Estos son sus ingenieros sus programadores. Es específico. Así que, ven, mi pensamiento es de abajo hacia arriba. Tomo todas las pequeñas piezas y las junto como en un rompecabezas.
La cosa es que el mundo va a necesitar que todo tipo de mentes diferentes trabajen en conjunto. Tenemos que trabajar en el desarrollo de todos estos tipos de mentes. Y una de las cosas que me está volviendo realmente loca a medida que viajo y hago encuentros de autismo es que estoy viendo muchos pequeños cerebritos que no son muy sociables y nadie está trabajando en desarrollar su interés en algo como la ciencia.

ELYN SAKS. ESQUIZOFRENIA.



De joven, estuve en un hospital psiquiátrico en tres ocasiones durante periodos prolongados. Los médicos me diagnosticaron esquizofrenia crónica, y me dieron un pronóstico "grave". Es decir que, en el mejor de los casos, se esperaba que viviera en una residencia y trabajara en puestos sin importancia. Afortunadamente, el caso fue que no desarrollé ese pronóstico. En cambio, soy catedrática titular en abogacía, psicología y psiquiatría, en la facultad de derecho de USC Gould. Tengo muchos amigos cercanos un esposo amado, Will.

Empecemos con la definición de esquizofrenia. La esquizofrenia es un trastorno cerebral. Su característica distintiva es la psicosis, o haber perdido el contacto con la realidad. Los delirios y las alucinaciones son el sello de este trastorno. Por ejemplo, cuando estoy psicótica, con frecuencia tengo la manía que he matado a cientos de miles de personas con mis pensamientos. En ocasiones, alucino, como esa vez que di vuelta y vi a un hombre levantando un cuchillo. Imaginen tener una pesadilla mientras están despiertos.

A menudo, el habla y el pensamiento se desordenan hasta el punto de perder coherencia. Al contrario de lo que muchos creen, la esquizofrenia no es lo mismo que el trastorno de personalidad múltiple o de personalidad dividida. La mente esquizofrénica no está dividida, sino hecha trizas.

Un episodio ocurrió la séptima semana de mi primer año en la facultad de derecho de Yale. Cito de mis notas: "Concerté una cita con mis dos compañeras de clase, Rebel y Val para encontrarnos en la biblioteca el viernes noche para trabajar en un ejercicio de clase. Pero no pasó mucho tiempo antes de que yo hablara de una manera que no tenía ningún sentido.

"Los memos son visitas", les dije. "Determinan ciertos puntos. El punto está en

sus cabezas. Pat solía decirlo. ¿Han matado a alguien?" Rebel y Val me miraron como si a ellas o a mí les hubiese caído un balde de agua fría. "¿De qué estás hablando, Elyn?" "Oh, ya saben, lo de siempre. Quién es qué y qué es quién, del cielo y el infierno. Subamos al techo. Es una superficie plana. Es seguro."



Continúo con mis escritos: "A la mañana siguiente, fui a la oficina de mi profesor, y comencé a balbucear incomprensiblemente tal como lo había hecho la noche anterior, hasta que finalmente me llevó a la sala de emergencias. Una vez allí, alguien, a quien solo llamaré 'El Doctor' y todo su equipo de matones, se abalanzaron, me levantaron en el aire y me tiraron a una cama de metal con tanta fuerza, que vi las estrellas. Me ataron las piernas y brazos a la cama de metal con gruesas correas de cuero. Salió un sonido de mi boca que nunca antes había oído: mitad gruñido, mitad grito, apenas humano y de terror puro. Luego este sonido volvió a salir forzado desde algún lugar profundo de mi estómago y carraspeando salvajemente mi garganta."

Durante el año siguiente, pasé cinco meses en un hospital psiquiátrico. A veces pasaba hasta 20 horas en contención mecánica con los brazos atados, los brazos y piernas atadas, brazos y piernas atadas con una red con fuerza sobre mi pecho. Nunca golpeé a nadie. Jamás le hice daño a nadie. Nunca amenacé directamente. 




Cada semana, en los EE.UU., se estima que una de cada tres personas muere inmovilizada. Se estrangulan, aspiran su propio vómito, se ahogan, tienen paros cardíacos. Le consulté a un psiquiatra, y dijo que por supuesto que él estaría de acuerdo en que la sujeción debe ser degradante, dolorosa y aterradora. Me miró como dándome la razón, y me dijo: "Elyn, realmente no lo entiendes: Estas personas son psicóticas. Son diferentes a ti y a mí. No experimentan las sujeciones como lo haríamos nosotros." En ese momento, no tuve el coraje de decirle, que no, que no somos tan diferentes de él. No nos gusta, como a él tampoco, que nos aten a una cama y que después nos dejen sufriendo horas.

Aún con el tratamiento excelente, familia y amigos maravillosos y ambiente de trabajo comprensivo; no hice pública mi enfermedad hasta hace relativamente poco tiempo, y eso fue porque el estigma de las enfermedades mentales es tan potente que no me sentía segura si los demás lo sabían. Si no escuchan nada más hoy, por favor escuchen esto: No hay "esquizofrénicos." Hay personas con esquizofrenia, y estas personas pueden ser sus esposos, sus hijos, sus vecinos, sus amigos, sus colegas.
La humanidad que compartimos es más importante que los trastornos mentales que podemos no compartir. Lo que deseamos quienes sufrimos un trastorno mental es lo que cualquiera desea: citando a Sigmund Freud, "trabajar y amar."

RUBY WAX. DEPRESIÓN.



Estuve en cama durante casi un mes, y cuando desperté me encontré internada.

Muy pocas de las personas que conocía; bien, no me enviaban muchas flores o tarjetas. Es decir, si me hubiese roto una pierna o si hubiese dado a luz, me habrían inundado, pero todo lo que recibí fueron un par de llamadas diciéndome que me animara. "¡Anímate!". Porque, claro, a mí no se me había ocurrido.

Porque si hay algo que acompaña a esta enfermedad, es que viene con un paquete, y es una verdadera sensación de vergüenza. Y si esto sucediera una y otra vez como en una grabación repetitiva, podrían tener depresión.

Aquí viene la pregunta. Y es, ¿cómo es que se puede sentir empatía por cualquier órgano de tu cuerpo que se dañe, a excepción del cerebro?

JOSHUA WALTERS. TRASTORNO BIPOLAR.




Mientras me desempeñaba como artista fui diagnosticado con trastorno bipolar. A mis 16 años en San Francisco tuve un episodio maníaco en el que pensé que yo era Jesucristo. Me enviaron a un lugar; una sala de psiquiatría. Cuando salí, fui diagnosticado y medicado por un psiquiatra. "Está bien, Josh, ¿por qué no te damos algo de... ...por qué no te damos un poco de Zyprexa? ¿Bien? ¿Mmmm? Al menos eso es lo que dice en mi lapicera". La primera mitad de la escuela secundaria fue una lucha contra los episodios maníacos y la segunda mitad fue de sobre-medicación que me hacía dormir todo el tiempo. Cuando terminé tenía que escoger. O negaba mi enfermedad mental, o me aferraba a mis capacidades.
La hipomanía; es como un motor que está fuera de control; tal vez un motor de Ferrari, sin frenos. Se sienten movidos a hacer algo que todo el mundo les ha dicho que es imposible. Cristóbal Colón, Ted Turner, Steve Jobs y todas estas mentalidades de negocio tienen esta ventaja para competir. 

Pero, hace poco, se han producido avances en este campo. Salió un artículo escrito en el New York Times, en septiembre de 2010, que decía: "La manía justa". Tener la manía justa para ser elegidos por inversores que buscan empresarios con este tipo de espectro, ya saben de qué hablo, quizá no bipolares totales pero que estén en el espectro bipolar donde por un lado uno piensa que es Jesús y por otro lado tal vez genera un montón de dinero.

Quizás el estar loco depende de la suerte que tengamos, del dinero que tengamos.

JON RONSON. AUTOR DE "¿ES USTED UN PSICÓPATA?"

Esta historia comienza en casa de una amiga que tenía en la estantería un ejemplar del manual DSM, el manual de trastornos mentales. En él se describe cada trastorno mental conocido. Por los años 50 este solía ser un folleto delgado. Y entonces se hizo más y más grande, y ahora consta de 886 páginas. Y actualmente contiene 374 trastornos mentales.

Robert Hare me dijo que la razón se fundamenta en que el capitalismo recompensa comportamientos psicopáticos, la falta de empatía, la falta de sinceridad, la astucia y la manipulación. De hecho, el capitalismo es una manifestación física de la psicopatía. Es como una forma de psicopatía que ha llegado a afectar a todos. "La gran historia", dijo, "es la psicopatía empresarial. ¿Quieres ir a entrevistar tú mismo a psicópatas empresariales?".

Envié un correo electrónico a Dunlap alias "Motosierra", el depurador de activos de los 90. Llegaba a empresas en crisis y echaba al 30% de los empleados, simplemente convirtió ciudades estadounidenses en pueblos fantasmas.

Así que me fui a Florida a la gran mansión de Al Dunlap que estaba llena de esculturas de animales depredadores. Había leones y tigres. Había halcones y águilas. Él me decía: "Allá hay tiburones". Era como Narnia.

"Bueno, algunos psicólogos podrían decir que esto le convierte ... " Y él: "¿En qué?" Y yo: "En un psicópata". Y añadí: "Tengo una lista de rasgos psicopáticos en el bolsillo. ¿Puedo repasarlos con Ud.?"


Y se mostró intrigado muy a su pesar, y dijo: "Está bien, adelante". 
Y yo: "De acuerdo. Sentido exagerado de autoestima". Lo que habría sido difícil para él negar porque estaba de pie debajo de una pintura al óleo gigante de sí mismo. 
Él dijo: "Bueno, ¡tienes que creer en ti!" 
Y yo: "Manipulación". 
Él: "Eso es liderazgo". 
Y yo: "Afectividad superficial: la incapacidad de experimentar una serie de emociones". 
Él: "¿Quién quiere abrumarse por emociones sin sentido?" 
Así que él iba a través de la lista de verificación psicopática, básicamente convirtiéndola en "¿Quién se ha llevado mi queso?" Así que todo lo que me decía me pareció una suerte de no psicopatía. Y me dije: no añadiré eso en mi libro. 
Y entonces me di cuenta de que al convertirme en un detector de psicópatas...
... me había vuelto un poco psicópata.



Fuentes:
http://www.ted.com/talks/temple_grandin_the_world_needs_all_kinds_of_minds.html
http://www.ted.com/talks/elyn_saks_seeing_mental_illness.html
http://www.ted.com/talks/ruby_wax_what_s_so_funny_about_mental_illness.html
http://www.ted.com/talks/joshua_walters_on_being_just_crazy_enough.html 

DELICADAS Y PODEROSAS ESCULTURAS DIGITALES DE ADAM MARTINAKIS

La tradición escultórica de Grecia fue la norma del arte durante siglos, pero puede que ahora le toque ser también su futuro. El artista ateniense Adam Martinakis ha presentado estas increíbles esculturas digitales que fragmentan la unidad de la forma humana y presentan al cuerpo como una estructura a la vez frágil y rígida, flexible y fija a la vez.

Reconocemos lo más humano en la perspectiva, en algunos gestos congelados, en la postura frente al dolor: como si la mente se hubiera materializado, o un sueño hubiera despertado de su trance para encontrar una manzana en su frente.









FUENTE: PIJAMASURF