Seguidores

domingo, 21 de enero de 2018

LA PRECIOSA EXPLICACIÓN DE UN MÍSTICO SUFÍ SOBRE POR QUÉ SOÑAMOS

UNA JOYA DEL MÍSTICO MURCIANO IBN ARABI: EL SUEÑO REVELA LA POSIBILIDAD DE UNA GNOSIS DE LA NATURALEZA ONÍRICA DE LA VIGILIA Y DE LA FORMA DIVINA QUE SUBYACE


En la obra de Ibn Arabi, uno de los más grandes maestros sufíes de la historia, encontramos un tratamiento sumamente sutil y sofisticado de la popular noción de que el mundo es un sueño o es en esencia imaginación divina. La imaginación es la puerta o bisagra entre la realidad divina absoluta y el mundo de la transformación o el cosmos que es emanado como un sueño en la mente divina.

William C. Chittick, en su libro The Sufi Path of Knowledge: Ibn al-Arabi's Metaphysics of Imagination, escribe: "Los sueños son en realidad una llave divina para decodificar el misterio de la ambigüedad cósmica y la constante transformación de la existencia". Ibn Arabi escribe en el Futuhat:

La única razón por la cual Dios colocó el sueño en el mundo animado fue para que todos pudieran percatarse de la presencia de la imaginación y conocer que existe un mundo similar al mundo más allá de los sentidos... Él llama la atención de los soñadores inteligentes hacia el hecho de que en el mundo sensorial existen transmutaciones en cada instante, aunque los sentidos no las perciben.

Lo anterior requiere de cierta explicación, pero rápidamente podemos señalar algo simple y precioso. El sueño está allí para hacernos ver que existe un dominio imaginal, esto es, un reino mental que es tan real como el mundo sensorial que experimentamos en la vigilia. En otras palabras, en los sueños podemos notar que el mundo está hecho de imágenes. El sueño nos abre, entonces, a la posibilidad de que la vigilia también sea sueño -ya que está hecha de sutiles transmutaciones de imágenes, de un flujo mental-. Chittick señala: "Cuando la naturaleza del cosmos es realmente verificada (tahqiq), el sujeto que conoce ve que es una forma de imaginación, que necesita interpretación como un sueño". El cosmos que nos parece tan sólido e independiente se revela como un espacio imaginal cuando logramos interpretarlo, es decir, darnos cuenta de que tiene un significado, que las cosas están hechas de información que nos dice algo. Ibn Arabi continúa:

[En el sueño] el alma racional, a quien Dios le ha dado propiedad sobre esta ciudad [el cuerpo humano], contempla lo que ha sido colocado en su Tesorería, como hacen los reyes, que entran a sus bóvedas de tesoros cuando están solos para obtener conocimiento de lo que yace en ellas.

Ibn Arabi señala luego que, en la medida en que los instrumentos de percepción han sido perfeccionados, podrán percibirse tesoros perfectos o, en su defecto, tesoros imperfectos. Es posible que en esas excursiones a la cámara onírica de los tesoros Dios mismo se revele con los atributos de la naturaleza, encarne en arquetipos, como el profeta dijo: "Vi a mi Señor en la forma de un joven". En otras palabras, Dios, lo Absoluto, toma forma, emplea la belleza y el ingenio de la forma para mostrarse en los sueños que manan de los órganos perceptuales purificados de personas que han alcanzado mérito en la visión y en la virtud. Y el órgano de percepción supremo es la imaginación, la puerta entre lo divino y lo mundano.

Ibn Arabi agrega que "a medida que un hombre asciende en grados de gnosis, logrará conocer a través de la fe y la revelación que él mismo es un soñador en el estado ordinario de la vigilia y que la situación en la que mora es un sueño". Por eso se citan las palabras del poeta: "Las personas duermen y cuando mueren despiertan". Pero quizás hay algunos que en la vida misma descubren que sueñan y entonces despiertan, aquí y ahora, a la luz divina.

FUENTE: PIJAMASURF

KINTSUGI, O CÓMO LAS GRIETAS Y LAS CICATRICES HACEN MÁS BELLAS LAS COSAS

LA FILOSOFÍA DEL KINTSUGI, EL ARTE DE REPARAR PIEZAS DE CERÁMICA RESALTANDO LAS GRIETAS CON ORO O PLATA, PARA REFLEXIONAR SOBRE LA IMPERMANENCIA Y LA IMPERFECCIÓN




No hay una belleza realmente excelsa que no tenga una anomalía en sus proporciones.

-Francis Bacon


En Japón se practica un delicado arte de reparar objetos rotos dejando e incluso resaltado las grietas que marcan dicha ruptura, como si hubiera, y realmente la hay, una gran belleza en la cicatriz o en la marca que muestran las vicisitudes del tiempo. Esto se llama kintsugi, literalmente "ligazón dorada", y consiste fundamentalmente en reparar piezas de cerámica con barniz espolvoreado de resina dorada o plateada.

Detrás de esta práctica yace no sólo una teoría estética sino una profunda visión filosófica de la realidad. A diferencia de la idea de que la belleza es la perfección -lo siempre joven e intocado- detrás del kintsugi yace una noción que celebra los accidentes del tiempo y la misma impermanencia de las cosas. En este sentido existe una conexión con el llamado wabi-sabi, que se encuentra, a su vez, emparentado al budismo zen, donde se busca dejar que la naturaleza exista sin demasiadas interferencias, buscando lo simple y espontáneo. Las piezas de cerámica podrían ser reparadas de tal forma que no se percibieran las grietas, pero esto sería en parte una negación de la realidad de la naturaleza y sus acontecimientos. Por otro lado, las piezas podrían no ser reparadas, pero entonces no tendríamos el recordatorio de la impermanencia y de la imperfección ensalzado por una idea estética -que es mezclar el polvo dorado con la cicatriz de la arcilla o de la porcelana, etc- que está supedita a un entendimiento filosófico. La imperfección aceptada y admirada se vuelve una forma de perfección del espíritu. De la misma manera el Buda, al entender la impermanencia de todas las cosas compuestas, encontró algo permanente: la conciencia despierta, el estado inmutable, un dharma luminoso y perfecto, el nirvana.

En el kintsugi se resaltan las grietas de la ruptura o de la decadencia natural de un objeto, puesto que así la impermanencia y la fragilidad de la existencia se hacen visibles, quedan, por así decirlo, a flor de piel, como objetos contemplativos. Christy Bartlett escribe en Flickwerk: The Aesthetics of Mended Japanese Ceramic:

No sólo no se intenta reparar el daño, sino que la reparación es literalmente iluminada... esto es una forma de expresión física del espíritu de mushin... Mushin es comúnmente traducido como "no-mente", pero conlleva la connotación de existir plenamente en el momento, de desapego, de ecuanimidad dentro de condiciones cambiantes... Las vicisitudes de la existencia a lo largo del tiempo, a los cuales los seres humanos son susceptibles, no podrían ser mejor expresadas que en los quiebres, golpes y destrozos a los cuales también la cerámica es susceptible. Esta agudeza o estética existencial ha sido conocida en Japón también como mono no aware, una sensibilidad compasiva, o tal vez una identificación con lo que está afuera de nosotros.

Así, estas vasijas rotas, agrietadas, heridas, son una suerte de refinados espejos en los que podemos vernos a nosotros mismos y aceptar nuestra propia naturaleza sujeta al cambio y a la degradación, en muchos sentidos tan frágil como el barro o la porcelana, e igualmente bella en sus transformaciones, especialmente en aquellos puntos en los que la pérdida, la enfermedad y la adversidad nos han golpeado, pero con ello nos han hecho crecer y nos han vuelto más sabios y sensibles. Como escribió el poeta Rumi, "la herida es el lugar por donde entra la luz". Es la cualidad de vulnerabilidad en una persona la que nos permite unirnos a ella y establecer un lazo de intimidad. La grieta es siempre también un atisbo de apertura, de espacio y posibilidad de interpenetración. Como dice un poema de Borges para una versión del I Ching:


la firme trama es de incesante hierro,

pero en algún recodo de tu encierro

puede haber un descuido, una hendidura.

El camino es fatal como la flecha,

pero en las grietas está Dios, que acecha.



Serendipia del descuido, eso es el kintsugi: grieta o descalabro por donde descubrimos a la divinidad. El siguiente poema de Meister Eckhart (el más oriental de los místicos occidentales), tomado de una reciente edición de Jon M. Sweeney y Mark S. Burrows, expresa de manera sublime cómo son estas heridas o fracturas las que dejan entrar la luz e incluso las que permiten que lo divino subyacente se revele:

Es verdad:

A veces tienes que

romper las cosas

si quieres

ver a Dios en ellas.

En la ruptura

permitimos que lo sagrado

se forme

en nosotros.


Twitter del autor: @alepholo

FUENTE: PIJAMASURF

¿LOS DRONES ESTÁN ABRIENDO NUEVOS CAMINOS A LA FOTOGRAFÍA? ESTAS IMÁGENES ASÍ LO PRUEBAN



LA TECNOLOGÍA COMO VEHÍCULO DE LA CREATIVIDAD: ESTAS IMÁGENES SUGIEREN QUE LOS DRONES PODRÍAN TRANSFORMAR CIERTOS ÁMBITOS DEL EJERCICIO FOTOGRÁFICO

En años recientes los drones se han popularizado como artefacto de recreación pero también de creatividad. En la medida en que permiten tomar fotografías y grabar videos, se trata de instrumentos que de algún modo han abierto nuevos caminos de exploración en el dominio de la expresión visual.

Como prueba de ello, presentamos ahora estas fotografías seleccionadas en el marco de Dronestagram, una iniciativa que sirve al mismo tiempo como concurso, escaparate y estímulo para el ejercicio de la habilidad fotográfica con drones.

Bajo la consigna de que “un nuevo lenguaje fotográfico ha nacido”, Dronestagram invita permanentemente a cualquier persona a compartir en su sitio sus imágenes personales, mismas que son votadas, seleccionadas y, si es el caso, premiadas en alguna de las competencias promovidas.


Mujer y nenúfares en Mekong Delta, Vietnam

De cualquier modo, más allá del proyecto, las imágenes demuestran que, en efecto, cierto ámbito de la fotografía podría renovarse por completo por el uso del dron, lo mismo en la fotografía de paisaje que la de la naturaleza o la social y cultural, demostrándose así, una vez más, que la tecnología puede ser vehículo de la creatividad.
Trabajadores en la Torre Mercurio de Moscú, Rusia

La escalera que conduce a una de las playas de Algarve, Portugal

Una playa en la Polinesia Francesa

Dos personas cruzan en motoneta el puente Chiang Mai, en Tailandia

Un oso polar fotografiado en Canadá, donde la religión inuktitut lo adora bajo el nombre de "Nanook"

Un hombre nada junto a una ballena en Argentina

Las cascadas de Gullfoss, en Islandia

Mujeres recolectan caléndula en Sukhothai, Tailandia

Para más detalles sobre las fotografías puedes consultar el sitio de Dronestagram en este enlace

FUENTE: PIJAMASURF

3 MÉTODOS PARA FOMENTAR EL DESAPEGO DE LAS RELACIONES TÓXICAS

SI BIEN EN LA TEORÍA, EL DESAPEGO SUENA FÁCIL Y LIBERADOR DE MALESTARES, SE TRATA DE UN PROCESO QUE LIBERA LOS MIEDOS MÁS INSOPORTABLES PARA ENFRENTAR, TAL COMO SI FUESE LA CAJA DE PANDORA.



El apego es uno de los requisitos básicos que todo ser humano –y vivo– requiere para su óptimo desarrollo. Sin esos cuidados primarios probablemente no seríamos capaces de mantener ningún vínculo afectivo saludable, acciones de autocuidado ni proyectos a futuro que nos motiven a alcanzar objetivos. Por tanto, ¿acaso el apego es malo para nuestra salud emocional?

Esta característica casi innata del ser humano es tan necesaria que no podemos enterrarla ni desterrarla de nuestro ser; pero sí podemos dominarla para evitar que duela o frustre cuando la expectativa no se asemeje a la realidad. Es entonces cuando entra en juego el término del “desapego”, es decir la fuerza resiliente que permite superar las pérdidas, decepciones y cambios reduciendo en la medida de lo posible el sufrimiento.

Si bien en la teoría, el desapego suena fácil y liberador de malestares, se trata de un proceso que libera los miedos más insoportables para enfrentar, tal como si fuese la caja de Pandora. Es francamente doloroso, sin embargo, necesario para superar rupturas, duelos y cambios inevitables. Dado que no puede eliminar de la experiencia humana, se intenta regular lo más posible, y éstos son algunos consejos útiles para lograrlo:



– Volvernos responsables de sí mismos
Si bien existen frases como “¿Ves lo que me hiciste hacer?”, “¿Por qué me estás haciendo sufrir?”, entre otras, la realidad es que sólo somos responsables de uno mismo –física, psíquica y emocionalmente–. Llega una edad, entre adolescencia y adultez que debemos enfrentarnos ante las necesidades de nuestra propia existencia, así como de nuestras necesidades. Y en el caso de que la expectativa no se acerque a la realidad, uno requiere tomar consciencia de no hay persona más apta para cuidarse, procurarse y reducir el contacto tanto con personas tóxicas como con situaciones de riesgo, que uno mismo.

Gracias a ello es importante comprender que no podemos continuar esperando a que alguien nos ame incondicionalmente o tener para siempre el reconocimiento de la familia o de los jefes; si no a buscar algún objetivo personal y cumplir los planes adecuados para alcanzar aquello que nos satisface personalmente. La idea es concretar de que sólo uno mismo es capaz de cubrir todas las necesidades personales, siendo responsable de las consecuencias de las decisiones propias y regresándole la responsabilidad a cada persona por sus respectivas acciones.



– El presente como asumir la realidad y proceso de auto cuidado
Existen estudios que demuestran que la meditación mindfulness, la toma de consciencia del presente, que surte efecto de un poderoso analgésico. Por tanto, el ocupar la atención en el aquí y en el aquí permite una conexión entre mente y cuerpo facilitando la sanación de procesos traumáticos, depresivos, ansiolíticos y aquellos relacionados con el desapego. De modo que realizar acciones de auto cuidado –como tener una dieta equilibrada y saludable, abrazarse a sí mismo, tener un día o un momento al día de apapachos como un té en el sofá mientras se lee sin distracciones, poner límites a las personas agresivas…– en el aquí y el ahora, permite tomar consciencia de lo maravilloso que es estar ahí y no divagar en el pasado/futuro sin poder estar realmente ahí.

También, al contemplar la vida en el aquí y el ahora permite que la fluidez enseñe la impermanencia de las cosas, la vida y los vínculos. De alguna manera, este camino del aquí y ahora permite tejer un orden natural que liberan las cadenas del pasado, facilitando el perdón y empoderando a la resiliencia.



– La libertad como la base del amor
En el vínculo con familiares, amistades y pareja es difícil no caer en el juego tétrico del romanticismo: “tú y yo somos uno mismo”. Pues esta perniciosa creencia, la de pensar que somos objetos de aquel emite el cariño, prohibe la libertad de ser de cada individuo. ¿Por qué no gozar de nuestros amigos como nuestra pareja de los suyos? ¿Por qué no permitirnos disfrutar de nuestra sexualidad y decidir sólo compartirla? ¿Por qué no ser uno mismo mientras se ve obligado a adaptarse a los gustos y necesidades de otro? De modo que el amor, con base en la libertad, requiere el aprendizaje de saber amar y saber recibir amor: siendo responsable del tipo de amor que se brinda y aquel que se recibe, liberando la incertidumbre de los miedos y creencias irracionales.


FUENTE: PIJAMASURF