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sábado, 19 de mayo de 2012

A NADIE LE CAE LA ARMONÍA Y EL BIENESTAR DEL CIELO. EN POCAS PALABRAS TE LO TIENES QUE "CURRAR"

-¿Cómo puedes conseguir la paz interior? Yo puedo hacerlo, yo soy capaz de conseguir todo lo que me propongo sea lo que sea.
Sosiego 




-¿Cómo puedes conseguir la paz interior? Yo puedo hacerlo, yo soy capaz de conseguir todo lo que me propongo sea lo que sea.
-¿Has tenido alguna experiencia religiosa con Dios, a la musulmana? (0)


Primera parte

Estimado alumno, ante todo, debo decir que alabo la confianza que tienes en ti mismo cuando dices: “yo soy capaz de conseguir todo lo que me propongo, sea lo que sea”. ¡¡Eso es vida!! Como dice Iman, una de las entrevistadas de mi investigación: “si no tienes confianza en ti misma, entonces no has hecho nada en tu vida”.

Pero lo que más me sorprende no es tu admirable autoestima, sino la pregunta previa: “¿cómo puedes conseguir la paz interior?”. Es fascinante que hayas unido ambas cuestiones. Muchas veces, pensamos que la fe, la paz interior o las experiencias espirituales son algo que tiene que ver con la magia, lo inexplicable y lo irracional, la casualidad y la suerte. Pero estamos muy lejos de la realidad: no hay nada más matemático que estos ámbitos. ¿En qué sentido? En el mismo en el que se formula la pregunta; dos caras de la misma moneda: espiritualidad (paz interior) – voluntad (proponértelo). A nadie le cae la armonía y el bienestar del cielo. En pocas palabras “te lo tienes que currar” y el comienzo es, como ha dicho nuestro amigo: proponértelo y creer en ti mismo, tener la convicción de que eres capaz de conseguirlo. Incluso el último de los profetas, Muhammad (1), cuando el ángel Gabriel fue a visitarle, no fue así sin más y de repente, sino que llevaba tiempo reflexionando y pensando en las grandes preguntas de la vida, buscando ansiosamente respuestas y esforzándose por encontrarlas.

La respuesta, estimado alumno, como siempre, está en tu misma pregunta; ¿cómo consigo yo la paz interior?: proponiéndomelo. Pero fallo. En la mayoría de los casos fallo. Y cuando no lo consigo es porque en el fondo no he confiado en mí misma y he pensado “no lo vas a conseguir”, y por ende, me esfuerzo menos y el resultado es que no lo consigo. Pero por otro lado, también me ha pasado que cuando me he lanzado enérgicamente, pensado “lo voy a conseguir”, también he fallado. Entonces ¿me estoy contradiciendo?, ¿no acabo de decir que solamente es cuestión de confianza, proponérmelo, autoestima, bla, bla, bla? Sí, así es, pero aún falta algo más: confianza, pero no en mí misma, sino en Él. Tener la convicción plena, la certeza absoluta de que no te va a dejar tirada, de que te va a contestar, de que cualquier retraso, cualquier imprevisto, cualquier negativa, tiene un por qué, una razón, una explicación. Que algún día sabrás y entenderás (o no), y por entonces, agradecerás.

La otra inevitable pregunta es ¿qué quiere decir proponértelo? ¡¡Puff!! Significa infinidad de cosas. Porque si el objetivo es uno: fe, armonía, tranquilidad, paz interior, espiritualidad, amor, serenidad, sosiego, calma, equilibrio… las maneras de conseguirlo son diversas, en función del número de personas que existen sobre la faz de la tierra. Puede ser una sonrisa, quizás una caricia o unas palmaditas en la espalda en el momento y el lugar adecuados, o tal vez un pequeño consejo (y no necesariamente un largo, interminable, incompresible y aburrido sermón), una limosna, sin aires de prepotencia y arrogancia, o a lo mejor “silencio” como respuesta a un insulto o en espera a que se calmen los ánimos en una discusión, o puede que una mirada de ternura y respeto a tus padres, quién sabe, o ayudar a un pequeño pajarito herido, y sí, también la plegaria, el ayuno y el rezo están en la lista…

Si te has propuesto conseguir esta finalidad, y confías totalmente en ti y en Él, y aún no lo has conseguido, entonces es que, indudablemente, estás haciendo daño al alguien, y ahí pasamos de las dos caras de una moneda, a los tres puntos del triángulo:

Objetivo (espiritualidad, paz interior….) – Llaves para arrancar (confianza en Dios, voluntad, proponértelo, confianza en ti mismo) – Camino (tu comportamiento con el prójimo).

¿Pretendes buscar paz interior mientras haces llorar a alguno de tus seres queridos o algún desconocido, humillándolo, tratándolo mal solamente porque te apetece o porque tienes un mal día o porque es diferente a ti? ¿Quieres sentir la armonía y la tranquilidad al mismo tiempo que privas de sus derechos a otro ser humano? ¿Buscar el éxito y alcanzar la aceptación del Misericordioso mientras plantas la injusticia con la misma rapidez con la que se extienden los hongos? Bien, pues: “هيهات هيهات”, como aparece en El-Kur’an Al-Karim, es decir: “lejos, muy lejos” estás de tu fin.

La paz interior es un tesoro a encontrar, pero la manera de conseguirla es El tesoro por excelencia, porque es, nada más y nada menos, que el camino de la vida (2).



FUENTE: WEBISLAM

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