Un recorrido por las instalaciones de HAARP en Anchorage, Alaska, el extremo del mundo que el gobierno estadounidense eligió para experimentar con la atmósfera terrestre, consiguiendo hasta ahora la generación de auroras boreales artificiales (Imágenes vía Wired).
Nick Begich es uno de los investigadores más tenaces sobre los verdaderos propósitos de HAARP y de hecho el primer ciudadano que se enteró de la existencia del programa en la década de los 90. El empeño de Begich se debe sobre todo a que su padre, Nick Begich Sr., desapareció en octubre de 1972cuando viajaba de Anchorage a Juneau, la misma zona de operación de HAARP, como parte de su campaña de relección en la Cámara de Representantes.
(Imagen: João Canziani)
El “domo óptico” desde donde los científicos siguen las evoluciones y el estado de la ionósfera.
(Imagen: João Canziani)
Sin duda buena parte del conspiracionismo en torno a HAARP se debe tanto al secreto con que se manejan sus operaciones, como el aspecto de sus instrumentos, con cierto aire de tecnología alienígena de uso reservado a unos cuantos.
(Imagen: João Canziani)
El centro de control digital, desde donde se operan las ondas radiales de alta frecuencia que producen las auroras artificiales.
(Imagen: João Canziani)
Los canales de HAARP se alimentan de estos generadores eléctricos de 3600 caballos de fuerza, alimentados de diesel.
(Imagen: João Canziani)
HAARP no es un programa de información clasificada, pero la circulación de datos que ahí se generan está sumamente controlada.
(Imagen: João Canziani)
“Detente y escucha el viento entre los cables. Es casi como una experiencia religiosa, tanto como la puedas alcanzar”, dice uno de los investigadores adscritos al programa.
(Imagen: João Canziani)
Aquí una muestra del alcance del programa.
(Imagen: Departamento de la Defensa)
Las siglas significan Programa de Investigación de Auroras Activas de Alta Frecuencia, pues al menos en apariencia su objetivo principal es estudiar la ionosfera —la capa con carga eléctrica de la atmósfera terrestre— generando auroras boreales artificiales.
(Las 182 antenas de plata con que HAARP funciona, de 22 metros de largo y 24 de separación entre sí. Imagen: João Canziani)
HAARP es uno de los programas de la inteligencia estadounidense que más sospecha ha despertado en las últimas décadas, pues se dice que experimentan abiertamente con la manipulación del clima, el control mental y el espionaje a grandes distancias y sutilmente sofisticado.
(La entrada a las instalaciones de HAARP, 300 km al norte de Anchorage, Alaska. Imagen: Noah Shachtman)
FUENTE: PIJAMASURF
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